PLANETA IOCANTHOS:
Tipo | Agrícola |
Gravedad | 1'41 G |
Temperatura | Principalmente árido |
Población | 5.000,000.000 |
Gobernador planetario | Vervai Cráneo |
Sistema | Sistema Iocanthos |
Sector | Sector Calixis |
Subsector | Demarcación Golgenna |
Segmentum | Segmentum Obscurus |
- Pocas horas después de la llegada del Cielo de Bronce al Sistema Iocanthos, oportunamente anunciada por un obsequioso Sobrecargo Sebek que os sigue un elegante refrigerio de fin de viaje, la nave de carga se estremece con la vibración característica de la poderosa propulsión de plasma que la llevará hasta la órbita planetaria del planeta Iocanthos.
Tras horas de continuos movimientos y vibraciones, notáis una repentina sacudida, la nave está frenando su impulso. Eso significa que se aproxima a la órbita planetaria.
Al cabo de unos minutos, el pálido sobrecargo se asoma por la escotilla con ademán ostentoso y os aconseja que recojáis vuestro equipo y os presentéis en la bodega de proa 2/DZ015 para desembarcar en Iocanthos.
Os espera sonriente para guiaros por la nave.
El psíquico tomó su equipaje dejando atrás las molestas sensaciones provocadas por la disformidad, deseoso de poner por fin pie en tierra.
-¿Alguien sabe algo de Iocanthos? -preguntó sin dirigirse a nadie en particular.
-Aparte de lo que nos trae aquí, no, nada-respondió Vladymir mientras recogía su equipaje y seguía al resto fuera de aquella nave. Lo peor del viaje, el paso por la disformidad, había pasado, y por fin iban a poder poner los pies en tierra firme.
- Sí- respondió.- La sociedad de Iocanthos es una sociedad anárquica, hostil y pseudofeudal. Las relaciones de poder entre la población están basadas en la fuerza, la imposición y la violencia a través de diversas tribus y sus señores de la guerra. En el pasado este planeta era una colonia penal a la que iban a parar todos los delincuentes y despojos humanos que no eran condenados a muerte o a un destierro mayor.- Los ojos del Cuestor se fijaron en el ladrón adulador que les sonreía pues aquel hubiera sido un buen sitio para abandonar al ladrón adulador que les sonreía. Luego siguió hablando.- La población actual es descendiente de esos delincuentes, probable razón por la que conservan su desprecio por la autoridad, y de los indígenas de ese planeta, muchos de los cuales consideran al Imperio como un invasor.
- Del resto hablaré más adelante- finalizó, mirando una vez más a la presencia indeseada.
La bodega de proa 2/DZ015 es un compartimiento largo, estrecho y con un techo abovedado situado a gran altura en el que hay atracado un transporte ligero de modesto tamaño, un vehículo utilitario diseñado para trasladar mercancías y personas desde la órbita hasta la superficie de un planeta.
La escotilla de acceso ya está abierta a la espera de que los Acólitos suban al transporte, mientras varios estibadores terminan de introducir cajas de suministros y demás cargamentos en la nave.
El sobrecargo entrega una placa de datos a un oficial de cubierta, luego os dedica una última reverencia aduladora de despedida y os dice:
- "Honorables invitados, ahora deben marcharse." -
Cuando el sobrecargo, desaparece un oficial de cubierta con cara de pocos amigos se vuelve hacia vosotros y os dice:
- "¿Alguno de ustedes ha saltado antes?" -
Mira con cara condescendiente hacia Arlan, Tercio y Xerxes.
- "¿Les gustaría tomar un sedante? Con eso no lo pasarán tan mal." -
La salida de la nave desde el Inmaterium me deja completamente revitalizado lo que en conjunto con mi victoria espiritual en contra del ataque de miedo que los poderes oscuros intentaron hacer contra mí, me deja completamente listo para enfrentarme a todos los herejes del Imperium.
Acompaño al grupo en el camino por el que somos guiados por el sobrecargo. Escucho las palabras que pronucia nuestro líder acerca del planeta al que nos dirigimos. Entiendo entonces el motivo de la misión allá:
- "Por esos motivos es que es tan importante la protección de la iniciativa que la Eclesiarquía ha mantenido en esas tierras. Esas pobres criaturas necesitan de manera imperiosa la luz guía de los sirvientes del Dios-Emperador."
Luego llegamos a la zona donde desembarcaremos del "Cielo de Bronce". Cuando el sobrecargo me ofrece sedantes, los rechazo con un amable gesto de mi mano y unas palabras:
- "No es necesario, hijo mío.El todopoderoso Dios-Emperador espera en sus hijos una ínfima fracción de SU fortaleza, motivo por el cual no debemos evitar las pruebas de temple diarias."
Me pongo en posición para desembarcar de aquel lugar, pues ya hemos llegado y tenemos una importante misión para la iglesia, por lo que no podemos abandonar ni fallar. De todas formas, esta misión es mi prueba y no me dejaré vencer mientras aun tenga aliento dentro de mí.
El oficial de cubierta se da cuenta entonces de que está ante un sacerdote del Dios Emperador y se inclina deferentemente ante él, haciendo ante su pecho la Señal del Águila con sus manos.
Vladymir no dijo nada ante las palabras del oficial de cubierta, entrando sin más en el transporte, en busca de un sitio. El descenso no le preocupaba, el Emperador protegía, y aquel cacharro no se estrellaría contra el suelo. Y si lo iba a hacer, no tenía sentido preocuparse.
"Espero que no tardemos mucho más en llegar..."
- Depende- respondió el Cuestor.- ¿Qué tipo de sedante? ¿Cuál es su vía de administración?
Las dos eran preguntas importantes, sobre todo la segunda. De la respuesta dependía si aceptaba o no, porque aunque prefería no sufrir en la reentrada algún de indisposición que muy seguramente terminaría afectando a un estómago que repudiaría su contenido y mancharía sus botas, tampoco le apetecía que para disfrutar los beneficios del medicamento fuera preciso darse media vuelta y bajarse pantalones y calzoncillos. Es más, hacer eso último le pondría aun más nervioso, obligando al oficial a proporcionar al Cuestor varias dosis del medicamento.
Para calmar lo que su imaginación había excitado, Xerxes sacó una de sus pastillas y se la administró por vía oral.
- Si es por vía parenteral quiero ver la aguja.- Teniendo en cuenta las condiciones del camarote en el que se habían alojado, toda precaución era poca.
- "Es una pastilla, se traga. Se trata básicamente de un calmante con fuertes propiedades antimareo." -
Itsua se acercó hasta el Oficial de Cubierta y clavó sus ojos biónicos en él. El resplandor rojizo acrecentó las arrugas en torno a sus ojos, al tiempo que esgrimía una sonrisa siniestra.
-¿Es condescendencia lo que leo en su cara? -dijo en un tono casual al tiempo que tendía la mano abierta hacia arriba-. Y dígame, ¿tiene algo contra los espasmos musculares? -su sonrisa pareció agudizarse y volverse cruel.
El oficial mira con desagrado a Arlan y, sin decir palabra, se retira.
Todos subís al transporte y las compuertas de este se cierran mientras os sujetáis los arneses para el descenso orbital.
- El interior del transporte ligero es estrecho e incómodo, con duros asientos metálicos y correas acolchadas pesadas que evitan que los pasajeros salgan despedidos durante el agitado descenso.
- Una voz fría y mecánica empieza la cuenta atrás para el descenso a través de un vocotransmisor.
- Las compuertas del transporte quedan aseguradas con un silbido estruendoso, y finalmente el transporte cae al vacío del espacio con una fuerte sacudida que os revuelve a todos las tripas.
- La gravedad cae a cero dentro del transporte y todos los objetos no sujetos flotan a la deriva.
- Al cabo de unos instantes, un rugido ensordecedor procedente de los motores del transporte indica la reentrada en la atmósfera planetaria.
- El estruendo del exterior de la nave y las vibraciones del interior imposibilitan todo intento de conversación.
- La lanzadera se zarandea horriblemente durante los siguientes treinta minutos.
- Tirada no oculta de Resistencia +10 para todos, excepto para Scythia y Vladymir que usan un bono de +20 en su lugar.
Motivo: Resistencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 67-
Resultado: 99 (Fracaso)
Sólo podía pasarme a mí.
VLADYMIR:
- Echas hasta la primera papilla.
- Te pones verde y morado.
- A puntito estás de perecer ahogado y morir por tu propio vómito.
- Lamentas profundamente no haber tomado ese sedante.
Un momento, un momento. Te iba a decir que no pienso empezar así, y que iba a usar punto de suerte. ¿Aún estoy a tiempo?