Partida Rol por web

-Rajarle la garganta a una bella durmiente es facil...Aunque no es plato de buen gusto acabar con la vida de veinte personas así...-La onirica imagen de la encapuchada se mesa la barbilla.

-Aunque si creeis que es necesario por el bien de la mision. Esa gente parece corrompida de algun modo, lo mismo hasta les estamos haciendo un favor.

La mujer se palpa los ropajes, preparando un par de dagas y un frasco de un liquido verde y espeso.

-Yo creo que lo tengo todo, salvo que tengais alguna sugerencia de ultima hora.

-Yo...Hm...Solo actuaré si las cosas salen mal. No creo que os guste escuchar un disparo en mitad de una caverna y ver como acude todo el lugar a la camara en la que estamos, aunque puede servir para liberar prisioneros si la suerte esta de nuestro lado.

-El elfo no se dormirá, por cierto.

La mirada de Ishnae refleja preocupación, su figura onirica mas pendiente de la sala del trono y de quien da ordenes desde este que el lugar que los demás comentan.

Hago mala cara por el comentario del gnoll

-podre dormir a 6 o 7 mas o menos, si los 20 de la sala de guardia están alerta algo ayudará, pero no es como para ir  a por ellos, creo yo. Centrémonos en los dos del pasillo y en el plan. Esos dos, liberar prisioneros y entonces ya veremos-

-No me estais entendiendo... El gnoll se llevo la mano a la cara.

Se supone que los humanos son inteligentes pensó.

Hablo de usar el conjuro con los dos guardias de las celdas. Durmiendolos a ellos, podemos ejecutarlos sin un sonido y librarnos del peligro de atraer a los de la sala de guardia. Estariamos afectando a 22 enemigos a la vez. Hablaba en... ¿Como se dice? Metáfora.

-y yo te digo que prefiero reservar los conjuros para controlar un ataque masivo para el caso de que llegue un ataque masivo. ¿Tan dificil te parece que vosotros tres matéis por sorpresa a un guardia sin hacer ruido?-

El gnoll recordó su desastroso último encuentro.

-Sí. ¿Tu mas matado a mucha gente sin hacer ruido, humana? No, ¿Verdad? Pues hay muchas cosas que pueden salir mal y escapan a tu control.

El animal no lo veia nada claro pero no se esperaba otra cosa de aquellos asquerosos humanos.

Por otro lado, yo no tengo ni idea de magia, asi que... tu sabrás lo que haces.

El explorador se volvió hacia Ishnae, buscando otra posibilidad de sacar la más mínima ventaja.

Ishnae, seria posible que nos transportarais a ambos lados de los guardias para poder flanquearlos?

-Es bastante posible, si. Incluso podemos haceros aparecer en salas distintas...

La mujer mira al gnoll, o mas bien a su figura onirica de manera algo impaciente, comprobando su arma, y tironeando de su chaleco de cuero para ajustarlo en torno a su generoso busto.

-Pero estais tardando mucho en tomar una decisión, y tengo la sensación de que alguien esta empezando a notar algo raro.

-la decisión hace rato que esta tomada, haznos aparecer en el pasillo de los dos guardias, vosotros tres eliminad a uno y yo encantaré al otro. Si no sabes hacerlo sin sonido mantente aparte Sargoth-

Estoy convencida de que la encapuchada podría eliminar a uno de ellos por sorpresa y ni siquiera el muerto se enteraría, las dudas del gnoll me impacientan a mi también

Lo que hay que oir! -dijo en voz alta Sargoth. 

Vamos, Ishane! llevanos allí y ponme en la espalda de uno de los guardias.

El gnoll desenvainó el enorme alfanjón y lo levantó por encima de su cabeza.

Me preparo para asestar el tajo tan pronto tenga al guardia a la vista

-"Venga, dejémonos de historias y hagámoslo ya, si Ishnae tiene razón y nos descubren ni sorpresa ni victoria, estaremos muertos "-

El mundo onírico se difumina lentamente, los colores alterados, las sensaciones vagamente distintas pero más vivas se marchan lentamente para dejar paso al frio que recorre una caverna, a la humedad, y al gesto de sorpresa de dos humanos con escudo, lanza y cota de malla que se giran para mirar a varias figuras que antes no estaban allí. Tan cerca, tan vulnerables. Una puñalada por la espalda es lo que recibe uno por parte de la mujer encapuchada, Ishnae se encuentra a unos pasos de este, con el arma cargada esperando su momento nerviosa.

El tajo de Sargoth atiza en pleno hombro del asustado guardia, que cae dolorido al suelo para ser rematado por Shirish; una muerte brutal y eficiente que hace que la encapuchada suelte una maldición por lo bajo al ver medio traje salpicado de sangre. Encima viste de blanco.

-Por el sobaco de todos los dioses antiguos…-Dice entre dientes sacando la daga del costillar del tipo con algo de dificultad, terminando casi tumbada debajo de el para amortiguar el golpe de un guardia en cota de mallas contra el duro suelo.- ¿una ayudita?, este tío pesa.-Dice levantando una mano mientras el tipo se desangra sobre ella.

Mientras tanto el hechizar de Iria parece surtir efecto, el guardia sorprendido habia hecho gesto de preparar la lanza, pero al ver a la arcana simplemente esboza una sonrisa bobalicona, de cómo quien ve a una amiga de toda la vida después de unos años. No pasa inadvertido su compañero asesinado brutalmente, eso si.

-Pardiez, ¿Qué habéis hecho?-Dice un poco perturbado por la imagen.

Es un hombre alto y corpulento, humano se podría decir, con una mirada avellana y con una calvicie incipiente.

Sargoth tuvo que reprimir las ganas de clavarle el alfanje allí mismo preo era consciente de que  aun podía serles útil.

-Eran traidores, hombre! La jefa nos ha mandado con magia para que acabarmos con ellos! Por la causa! Y ahora tenemos que llevarle a los prisioneros. ¿Tu tienes llave de las celdas?

"este Gnoll es demasiado tosco" probablemente sea un poco tarde para notar eso, en fin

Ignorándole pongo mi mano sobre el hombro del guardia hechizado y le sonrío encantadora

-no te preocupes por eso, tu estás a salvo. Me ayudarás a ver lo que hay en las celdas, ¿verdad?-

El hombre mira confuso a Sargoth, pero asiente a las palabras de Iria, sacando un juego de llaves y encaminándose hacia la prisión.

-Podemos verlo si, está lleno de los que no entienden el orden.-Dice casi con una mirada vacía, sus pasos guiándolo por delante de los barrotes de la sala de torturas. Echa un breve vistazo y continua hacia delante, hasta llegar frente a lo que parece una celda comunal, con multiples personas encadenadas a las paredes.

-Ahí están, todo en orden. ¿Algo más?- Dice como si fuera completamente normal que una celda diese cabida a cincuenta prisioneros, hacinados y encadenados a suelo y paredes, en unas condiciones infrahumanas. Algunos parecen inconscientes, alguno en un rincón delira, un par de trasgos prisioneros pelean por una rata muerta, y en el fondo dos miradas se giran al reconocer la figura de la maga. El guardia no ha abierto las celdas, aunque tiene la llave en la mano, por un momento pensando que quizá hay algo incorrecto.

La mirada del guerrero se fija en la maga y quien los acompaña, algo confuso parece que va a decir algo, tirando de las cadenas pero repentinamente se encuentra con una mano en su boca.

-¿mmfmf?

El mago, que aún viste su sombrero de mago pero está en ropa interior, hace lo posible por taparle la boca al corpulento hombre sentado a su lado, susurrándole algo al oído, haciendo que este último asienta y trate de no llamar la atención.

Tras acabar con el guardia, se agacha a sacar a la Encapuchada de debajo de este, palmeando su espalda y dedicando un momento de atención a Iria y Sargoth, sin querer inmiscuirse mucho en el hechizo y manteniendose vigilante del pasillo, y sobre todo de los ruidos que vienen de las camaras de tortura.

Bueno, la cosa va como debería, y resulta que Mitch y Vindus si están aquí, y mucha otra gente

-estupendo, ahora abre la puerta. Vamos a llevar a algunos a que les vuelvan a repetir la orden-

Sonriente pongo la mano en el hombro del guardia hechizado y le hago un gesto guiando la llave hacia la cerradura

-todo estará bién-

El guardia asiente conforme, sonaba a buen plan. Re-educación.

Guiado por Iria introduce la llave, la gira y corre la gran verja de la celda, pasando adentro. La mujer encapuchada se cuela tras él y señala a sus dos compañeros. El guardia los desengrilleta y estos se levantan, frotándose las muñecas y dedicando una mirada a los salvadores…El resto de prisioneros miran expectantes.

Uno de los trasgos se estira todo lo quedan sus cadenas y mira a Iria con ojos de cordero degollado.

-Zacar. ¿Zí?, yo zer bueno, no dejarme aquí ¿cierto?.

El otro trasgo se abalanza sobre una rata, mordisqueándola el cuello, mirando a su congénere y ocultando la presa lejos de cualquier otro preso.

El guardia observa al resto de prisioneros, algo confuso por la tarea encomendada mientras que Mitch aferra con fuerza las cadenas de los grilletes que antes llevaba puestos, esperando una orden. Vindus trata de hacer lo posible por escurrirse fuera de la celda.

Poco a poco, hombres, mujeres, de razas varias alargan los grilletes que llevan para que el guardia los libere, esperando no quedarse aquí.

Miro con cierta simpatía al patético trasgo, por suerte para el no soy partidaria de la carne de cañón, estará mas seguro aquí

Pero eso no dice que no haya algún otro prisionero útil, examino a los otros en busca de algún buen candidato

Y mientras tanto acaricio la mejilla del guardia hechizado

-dime, ¿donde se guardan las cosas de los prisioneros?-