Partida Rol por web

Avanzas por la cancela, entonces ves algo rarísimo, dos doverman en estado claro de descomposición, de repente abren los ojos, unos ojos rojos, se levantan, la carne podrida le cuelgan, te gruñen y se preparan para saltar sobre ti

Me quedé aturdido, y saqué la pistola casi sin pensarlo, de puro reflejo. Pegué un par de tiros al primer perro, que dieron en el blanco. En el segundo, le pegué un tiro, pero golpeó el suelo.

- Dios santo...- Madam Luvie no pudo hacer más que quedarse quieta y mirar los cadáveres con el corazón congelado.

Agarré mas fuerte a Adam casi clavándole las uñas ne el brazo mientras le decía:

-Vámonos de aquí cariño, al final nos culparan a nosotros de todo...

Hinché el pecho e intenté soltar la mano de Emily:

-Me haces daño -comencé a rebuscar en los cuerpos- a ver si aun les queda algo o se lo han llevado todo- le di una patada al cuerpo del suelo para darle la vuelta y con la ayuda de la navaja separaba la ropa para verificar si tenían la cartera y el reloj- ¿dónde estará ahora ese madero que tanto molestaba? que alguien le llame. Si no han desvalijado la casa igual nos acaba de tocar la lotería cielo.

Había seguido al grupo como un autómata y sin mediar palabra hasta ahora. La situación me superaba y no sabía qué decir. Pero el comportamiento de Adam me hizo reaccionar.

- ¡Eh! ¿Pero se puede saber que haces, pateando cadáveres y desvalijándolos? ¿Es que no te afecta la escena en lo más mínimo? - miraba a Adam con rudeza y cierta repulsión, pero sin atreverme a acercarme demasiado. Después de todo, tenía una navaja. - Por lo menos muestra un poco de respeto.

Tras soltarle esas palabras me calmo un poco. Afortunadamente, trabajar en la prensa sensacionalista le hace a uno algo más resistente a escenas de este tipo, aunque esto es con diferencia lo más horroroso que he visto en mi vida.

- Estamos ante un asesinato en masa. Quien quiera que sea el culpable es alguien muy peligroso y sin escrúpulos. No me atrevo a pensar lo que puede hacernos si nos encuentra. - digo mientras saco mi movil. Comienzo a marcar el número de emergencias con intención de llamar a la policía inmediatamente y reportar el crimen masivo.

Madam Luvie se puso muy nerviosa, miraba a todas partes le temblaban incontrolablemente las manos. Emily intentaba tirar de Adam para irse de allí, pero Adam intentaba ocultar su nerviosismo haciendo lo mejor que podía robar, aunque fuera a los muertos, los muertos tenían todo, cartera, reloj, no parecia que el robo fuera la causa de la muerte. El más calmado de todos era Arthur, quizas su profesión hiciera que esas cosas no fueran tan diferentes a las que estaba acostumbrado. Arthur sacó el móvil, pero no tenía cobertura.

El sonido de disparos os sobresaltó, podéis ver al policia de la noche anterior fuera, tiene una pistola en mano y esta disparando... ¡a los dos doverman muertos! Solo que ya no estan muertos, estan atacandole, la carne putrefacta le cuelga, sus ojos son rojos, andan y saben pelear, pero no teneis tiempo de presenciar todo el combate cuando...

La luz del sol comienza a apagarse, se levanta un viento silbante que golpea las ventanas como si fuera un ariete que intentara entrar y un frío glacial comienza a apoderarse del aire de la casa, en la cocina se escucha una puerta cerrarse con un fuerte golpe.... se escucha una voz que arrastra el viento:
-No me detendréis, morid...

Disparas a los dos perros, los dos caen muertos al primer disparo, entonces oyes un grito en el interior de la casa, corres, en la cocina ves a una mujer muerta, una sirvienta, pero justo cuando entras, ves como la puerta de la cocina por la que has entrado se cierra de golpe, las voces provienen del salón

Recargo el arma y rápidamente, me preparo por si acaso. La verdad, tenía la sensación de que iban a ser la panda de siempre, pero prefería no equivocarme y acabar como la pobre muchacha.

-¡Manos arriba!

Respiro profundo mientras guardo el fajo de billetes y contesto al periodista:

-Verifico si fue un asesinato por robo, pero , no lo fue -miro el reloj en lo alto buscando la marca que me verifique si es de oro.-

Me asomo por la ventana mientras Adam hace lo propio y les digo:

-Los perros, no estaban muertos, pero, pero, son muy raros. -al escuchar la voz me estremezco y grito por la ventana- ¡Aquí policía, estamos dentro!

Madam Luvie intentó calmarse y, al oír la siniestra voz, agarró su rosario y todos su amuletos, mostrándolos al aire. Entonces se puso a gritar a las paredes, mirando de un lado al otro.

- ¡No te tememos! ¡El poder de Dios te expulsa, abominación! ¡Desaparece y vete de este mundo, demonio! ¡No tienes lugar en el reino del Señor, y tus crímenes son imperdonables! ¡Acepta tu sentencia y esfúmate, Diablo!

No aprobaba la actitud de Adam, pero en ese momento había otras cosas de las que preocuparse. Aún me negaba a creer que algo sobrenatural estuviera pasando realmente. Una parte de mí prefería pensar que no éramos sino presas de la broma macabra de un maníaco. Pero lo que era cierto igualmente era el peligro que corríamos todos en ese momento.
Sin mediar palabra, me acerqué al cadáver del sobrino de Oswell y, con una expresión seria, me dispuse a extraer el atizador de su cabeza.

-"Necesito algo para defenderme" - me decía a mí mismo, intentando excusarme de mis actos. - "Tengo que ayudar al inspector. Espero que aquellos monstruos no lo hayan devorado".

- Manos arriba- escuchais el grito que proviene de la puerta que deba a la cocina sobresaltandoos, os girais y véis al policia que hace unos segundos estaba luchando contra los dos doverman, al parecer los disparos que habíais escuchado eran de él y habían podido acabar con los perros antes de que pudierais hacer nada.

Por su parte, cuando William entró en el salón vio como el joven pupilo, el sobrino del señor Oswell, esta tumbado boca abajo con un atizador clavado en la nuca y un charco de sangre absorbido por la moqueta del suelo, mientras que contra una pared se encuentra el cuerpo mutilado del propio señor Oswell, en el cuello tiene lo que parece ser una dentellada de algún tipo de animal y el estomago lo tiene abierto en canal con las tripas esparcidas a su alrededor, todo un espectáculo dantesco. Las manos de Adam tenía sangre y Arthur tenía el atizador en la mano, William llegó a ver como se lo sacaba de la nuca

Emily se mantbo al margen como le habían enseñado mientras Adam le decía:

-Llegas tarde, pies planos. La familia está muerta y muy muerta, y no es de hoy.

- Yo.. eh... yo...- balbuceé, levantando las manos con cuidado. Desafortunadamente, aún tenía el atizador en la mano y me cayeron unas gotas de sangre en la chaqueta. Con un gritito, solté el atizador y empecé a limpiar como pude las manchas de sangre, cuando volví a recordar al policía, levantando las manos de nuevo. - Yo no he sido. - fue todo lo que alcancé a decir titubeante, en mi estado de nerviosismo.

-Tenéis cinco segundos antes de soltar el atizador y entregar cualquier tipo de arma que llevéis en el suelo... Ya me entiende, señor Smith, no se haga el inocente. -envié un mensaje pidiendo refuerzos.- Así que... No habéis sido. ¿Y entonces alguien puede explicarme por qué lleva el atizador en la mano, señor White?

Saqué un pañuelo, y por desgracia, no había traído guantes. Claro que tampoco habría pensado que me encontraría con esto.

-Muchas gracias por contaminar la escena de un crimen. -dije con acritud.- Os recuerdo que manipular de cualquier manera una escena es un delito severo... Por el que pagaréis después. ¿Qué habéis tocado?

Me acerqué a examinar el cadáver del pupilo. Para que una moqueta absorbiese la sangre, tenían que pasar como mínimo un par de horas. Y los cadáveres de los perros estaban descompuestos. Como mínimo, un par de días, tal vez. Depende del calor que hiciera, ya que los doberman se encontraban al aire libre.

-¿No se le habrá ocurrido echar fotos de la escena del crimen ANTES de que decidieses convertirte en un asesino post-mortem, por casualidad? -le pregunté al señor White.

- Ehm, que va, si yo estoy de vuestro lado, hombre. - le miraba con una mezcla de pánico por lo que me había visto hacer y asco por el contacto con la sangre del chico. - Habíamos visto desde la ventana como te atacaban esos animales, y pensé que podría haber más sueltos. Y aunque no me gusta jugar con cadáveres, poco se puede hacer contra un perro rabioso con una cámara.

Estaba bien jodido. Quizás igual de jodido que Adam, que se dedicaba a robar a cadáveres. Aunque no pensaba chivarme. Solo me faltaba que un agresivo adolescente con una navaja acabara cabreado conmigo. Miré al policía, luego a los perros. ¿Pero no estaban muertos cuando los encontramos? -"Venga ya, perro-zombies, lo que faltaba para rematar el día." - pensaba preocupado. Entonces una idea asomó por mi cabeza - "Espera, ¿Y si vuelven a revivir de nuevo y nos atacan?"

-No sé si estás de mi lado o no. Lo que sé es que aún no me has explicado que te ha llevado a atizar el cráneo de un pobre muchacho muerto. -dije con acritud.- ¿Y qué haces aquí? Mejor dicho, ¿qué hacéis todos aquí...? Más vale que empieces a cantar hasta la Traviata, porque, créeme... No podéis estar más jodidos de lo que lo estáis ahora.

- Óigame, señor mío.- dijo Madam Luvie dando un paso adelante y levantando las manos para enseñar sus manos vacías, a excepción de los amuletos que aún tenía cogidos.- Nosotros nos hemos encontrado con estas pobres almas igual que usted, y no hemos tenido nada que ver con sus muertes. Dios sea mi testigo de ello.- miró a su alrededor, alarmada.- Y ahora deberíamos irnos de aquí cuanto antes, pues el Demonio anda cerca y está intentando matarnos. Los perros que usted ha matado ya estaban muertos. ¡Obra del Diablo, le digo!- exclamó muy nerviosa.