Partida Rol por web

Diez

LA MANSION

Cargando editor
15/06/2012, 18:57
Caprice Grenier

-Will, creo que Everette es menos familiar y màs formal, algùn respeto he de tenerle...

Caprice sonriò y se sentò frente a Will lanzàndole una mirada a Zoe. Estaba nerviosa o algo asì, quizàs sòlo hambrienta de algo màs que comida. La propia Caprice se sonrojò de pensar en eso y se disculpò mentalmente con la chica, era muy joven, asì que seguramente ni estaba pensando en esas cosas.

-Todo huele delicioso, creo que debo felicitarlos a ambos. Bryan, Everett. Buen provecho a todos.

Dijo mientras esperaba que los demàs se unieran. Le guiñò un ojo a Zoe y bebiò un poco de su bebida esperando un momento, aunque a ella le gustaba la comida bien caliente, esperaba a que los demàs vinieran a la mesa.

Cargando editor
15/06/2012, 19:21
Bryan Penrose

Escuchando al antes llamado padre Everett, me llevo la mano a la cabeza mientras escojo unas cuantas bebidas variadas, y sobre todo un tinto que me llama la atención y que, obviamente, no debe de ser de nuestra época o no nos lo habrían dado tan a la ligera.

-Al menos tenemos donde elegir en cuestión de comida y bebida, no se han quedado parcos ni nos vamos a morir de inanición. -Digo antes de sentarme en la mesa. Y es entonces cuando sonrío y retomo de mi cabeza una pauta que no había necesitado desde que marché para la guerra, sacando el tono amable y tranquilo que tantas veces he usado para dar buenas y malas noticias. -De todas maneras, he de decir que me siento muy mal por la descortesía que nuestro amigo Will ha mencionado, y es el no haberme presentado. Fuera del enmascarado, soy Bryan Penrose, supongo que ahora ex-médico del Mercy de Chicago. Y es un placer poder hablar fuera del Mentalista por fin, así como el conoceros. -Cierro el tono, y entonces echo también una mirada hacia el pasillo, esperando ver aparecer a Samuel o al Enigma en cualquier momento.

Notas de juego

Sí, no se había presentado. Así que supondremos que se presenta antes de que alabes su elección de bebidas xD

Cargando editor
16/06/2012, 00:51
Anthony Massini

Con sabia y experimentado manejo, Anthoni Massini, el huérfano, el apodado Monk Nero, cogía cada cuchillo lo sopesaba en el aire, y luego lo movía entre sus dedos, lo lanzaba al aire, y lo cogía como si jugara con él.

Parecía que mientras sonreía a la comida, probaba que sus reflejos estuvieran a la altura. Como era tópico en el, durante la conversación se mantuvo en estricto silencio, aunque poco entendía sobre mujeres, bailes y pecados, realmente casi no sabía nada que no fuera servir de criado y luchar contra mafiosos de tercera.

Pero era intentaba ser un ser sociable, a pesar de su silencio. Asintió y puso un par de muecas a los distintos comentarios.

La verdad es que estaba sorprendido por la actitud del otro supuesto padre, pero como el mismo no era del clero, poco o nada podía decir. En cualquier caso, le parecía mejor que el único eclesiástico de verdad que había conocido.

Tras hacer la cena, y distribuir rápidamente los platos, y cubiertos, con elegancia, guardo en el horno las raciones correspondientes a los dos compañeros que aun no se habían acercado a cenar.

Cuando Bryan Penrose, se presento, a pesar de que había tenido el placer de empezar el día con él, supo que era el momento de presentarse. Sin embargo no supo hacerlo

Se dio dos golpes en el pecho, y luego se señalo la garganta. E hizo un ruido vago, para indicar que tenía problemas vocales.

Luego miro a Bryan, que si había oído su voz, y sabría entender que no quisiera hablar más de la cuenta.

Finalmente se sentó a comer, y por gestos le dijo al joven mentalista, que él no sabía que era medico, o eso, o que no sabía arreglar un motor. Porque los demás lo miraban divertidos. Sin duda tenía que buscar una manera más cómoda de comunicarse con todos ellos. Con el mundo en general.

Sin embargo sonreía y se disculpaba con ellos por gestos una y otra vez. Siempre en silencio.

Cargando editor
16/06/2012, 07:44
Samuel Johnson

Samuel solo tuvo que seguir el sonido de las conversaciones y el olor de la carne que comenzaban a cocinar para llegar hasta dónde se estaban reuniendo todos. Lo cual era harto complicado dado el tamaño de la casa.

Por el camino no pudo evitar fijarse en las pequeñas diferencias que existían en todos y cada uno de los detalles de aquella mansión que les habían cedido para vivir. Aunque el aspecto era prácticamente como debçia ser, todo era diferente. Los materiales, los acabados... Estaba claro que aquella casa la había diseñado alguien que conocía muy bien la época de Samuel y los demás pero no había vivido en ella. Se notaba por lo idealizado que le parecía todo, como sacado de una fotografía y llevado directamente al mundo real. Por no hablar de los materiales. La madera de los muebles, la tela de los sillones, la pintura y el empapelado... Todo parecía demasaido "de calidad". No sabía explicar porquñe, pero aquellas cosas hacían aumentar sus sensación de estar desubicado en el tiempo.

- Ya estoy aquí - Saluda mientras rodea la mesa y se sienta al lado de Penrose, el único con el que había cruzado algunas palabras sobre lo que había sido su vida antes de la Guerra. Esbozó una media sonrisa. No sabía muy bien como actuar con aquella gente con la que no había interactuado nunca desde fuera de Submarineer. En su afán por proteger sus secretos nunca había bebido con ellos, no había jugado una sola partida de cartas ni había compartido el fuego del campamento. Se sentía un poco extraño. Como si los viera a todos por primera vez - ¿Sabéis? Creo que es la primera vez en cincuenta años que voy a comer algo decente...

Cargando editor
16/06/2012, 09:38
William Everett

Un ruido similar a un timbre suena desde algún punto de la casa, y podéis ver como Enigma coge el pequeño aparato que lleva en el bolsillo, ese que os han dado a cada uno de vosotros y llaman "teléfono móvil".

Es William quien decide tomar en ese momento la palabra.

No tiene sentido dejar que todo esto se enfríe, así pues si me lo permiten…

Se levanta de su sitio y murmura una sencilla oración de agradecimiento.

Gracias señor por estos alimentos, por el vino, por la salud, y sobre todo por la compañía.

Acto seguido coge la bandeja de las verduras y se la pasa a Caprice, que esta justo frente a el, para luego volver a sentarse.

Espero que les guste la carne en su punto. El fuego arranca el sabor de la comida, por lo que procuro no excederme con el.

Muestra una sonrisa en su rostro, divertida, como si hubiese alguna broma de la que solo el es participe.

Notas de juego

Enigma de momento no participa en la cena, os avisare si se os une.

Ahora teneis tiempo para que vuestros personajes se conozcan un poco, durante la cena.

Cargando editor
17/06/2012, 01:08
Zoe Sunders

Los segundos se me antojaron horas mientras esperábamos en la mesa  y el olor embriagador hacía que cerrara los ojos, notando a mi estómago rugir y quejarse por no recibir comida.

Calla, pensé, frotándome el estómago, mirando de reojo a mi alrededor muerta de la vergüenza, como si temiera que creyeran que fuera una maldita hambrienta y mis ojos se clavaron en los de Caprice. Le devolví el guiño y la sonreí.

Siempre había estado entre hombres. Bueno, sólo con mi hermano y, por su comportamiento, a veces, dudaba que fuera un hombre (era un crío cuando estaba con una chica bonita), pero tener a Caprice en el peculiar grupo que habíamos formado, me gustaba.

Podría pedirle consejo sobre… ¡No!, pensé, inmediatamente, enfadándome conmigo misma por mi ridículo pensamiento y tomando un poco de agua para calmar el apetito.

Mire por encima de mi hombro, a la espera de si venían o no los que faltaban y me giré de inmediato cuando el hombre se presentó.

Dudé en ese momento si yo misma lo había hecho. Fruncí el entrecejo y rememoré todo lo que había dicho hasta ese instante.

¿Estás estúpida hoy, eh?, me recriminé, poniendo los ojos en blanco.

Iba a abrir la boca para también presentarme yo, pero la volví a cerrar cuando lo vi darse los golpecitos en el pecho. Fruncí el ceño, sin entenderlo al principio, pero, después, asentí apresurada y negué con la cabeza, como queriendo decir que no se esforzara, que no se hiciera daño en la garganta.

Podría usar el lenguaje de signos con él, pensé, ladeando la cabeza. Pero, si no sabes casi nada, me respondió una voz en mi mente. Algo, sí, me dije enfurecida, cruzándome de brazos y deseando que la cena terminara ya para poder ir a dormir y dejar de hacer tonterías.

Se me disipó el apetito cuando vi cómo se las apañaba para comunicarse y estuve a punto yo también de hablar con él de la misma forma, pero me giré en cuanto vi a uno de los desaparecidos.

Mi estómago le echó la culpa, pero yo me limité a saludarle con un gesto de la mano y una sonrisa a sus palabras.

Miré de nuevo a William y me quedé como una boba sin saber qué hacer cuando oró. Miré a mi alrededor, nerviosa, y me fijé qué hacía Caprice. La imité y me quedé tan a gusto.

Por fin, gruñó mi estómago, en cuanto Caprice tomó la bandeja, pero yo sólo tenía ojos para William.

Mato por esa sonrisa, me traicionó mi subconsciente y me quedé con los ojos como platos, sin saber si había sido yo la que acababa de pensar en eso.

Resoplé, con la cara totalmente encendida y carraspeé, moviéndome incómoda en el asiento. Busqué, desesperada un tema de conversación.

-Así que médico-  dije, mirando a Bryan-. Interesante- fui lo único que supe decir.

Cargando editor
18/06/2012, 10:40
James H. Little

Intento dilucidar los misterios del aparato de television mientras los demas juegan a las casitas.
De repente algo suena en mi bolsillo y casi me da un infarto por la sorpresa. Cuando lo cojo parece que incluso vibre, aunque tambien podria ser mi pulso reponiendose del sobresalto.
Rapidamente intento recordar como contestar a una llamada con este aparato, cuando creo que he descolgado oigo una voz con bastante nitidez.

¿Quien demonios es?

Por mi mente pasan varias personas, pero logicamente todas han debido cambiar mucho en cincuenta años. Me cuesta tanto reconocer la voz que finalmente me tengo que rendir y reconocer que no tengo ni idea de con quien estoy hablando.

- Hace cincuenta años que no bebo, no me importaria tomarme una copa. Pero antes me gustaria saber con quien tengo esa deuda, el hielo ha debido afectar a mi memoria mas que el whisky.

Cargando editor
18/06/2012, 12:59
Billy Baker

Por ti no pasan los años Dice el hombre mientras se rie Bueno, digamos que ya nadie me llama Billy, pero tu puedes seguir haciendolo.

Hace una pausa para dejar que la memoria aflore, no porque lo necesites, sino porque para el hace cincuenta y cinco años, y es un acto inconsciente.

Tengo una limusina al final de tu calle.. un coche grande negro y con alcohol. ¿Una copa por los viejos tiempos?

Cargando editor
18/06/2012, 15:56
Caprice Grenier

Miró a todo el mundo con una sonrisa pequeña pero franca, finalmente esas personas eran sus compañeros y quizás en algún momento se convertirían en amigos o más aún, en familia. Iba a empezar a presentarse cuando Everette hizo una breve oración, la rubia sonrió y asintió, al tiempo que posaba la mirada en Zoe. ¿Sería que la chica estaba interesada en...? ¿No era muy joven? Caprice arrugó el ceño y respiró profundo, esas cosas no debían importarle, su causa era mucho más fuerte que preocuparse por el amorío de una niña o quizás no era un amorío, sino un romance con todas sus letras. ¿Se conocían ellos de antes? La rubia intentó convencerse de que eso no era de su incumbencia.

Tomó la bandeja y se sirvió, pensando en Rick, en sus padres muertos, en su hijo. La vida no había sido sencilla pero ella había aprendido a superarlo y eso era lo que importaba. Levantó la vista y miró a Everette, sin más intenciones que mirar, encontrar un indicio en los ojos del padre y otro en los de Zoe, ella podía hacer eso sin que pareciera una intromisión, fue de uno a otro y se detuvo en William unos segundos más; entonces miró a Bryan, Samuel y Anthony, ¿en verdad no podía hablar? Difícil pero a veces no era necesario hacerlo.

-Yo, diré buen provecho... Y antes de atacar este suculento platillo diré algo que quizás ya saben: Soy Caprice Grenier, la duelista. Un placer, señores, señorita.

Con un movimiento elegante asintió, volvió a sonreír olvidando los pensamientos sombríos de segundos atrás y comenzó a comer. Tenía muchas pesadillas aún que sacarse de la cabeza pero de momento, lo que importaba era comer.

Cargando editor
18/06/2012, 19:44
Samuel Johnson

- Con la gracia de Dios. - Murmuró Samuel con recogimiento tras el agradecimiento de William, las manos cruzadas sobre la mesa y la cabeza gacha en actitud de plegaria. Cuando volvió a mirar a sus compañeros sus ojos brillaban por la emoción. Suspiró, tomó la jarra de agua y se sirvió un vaso sin decir nada mas, con una extraña expresión en el rostro. A ojos vista estaba sumido en los recuerdos y la pena le oprimía el corazón. Aunque disfrutaba de la compañía no podía quitarse de la cabeaza el encuentro con su sobrino y el fantasma de la mas que segura muerte de todos aquellos con los que había compartido su juventud.

En ese momento en concreto, tras el agradecimiento de su nuevo compañero, Samuel recordaba las cientos de veces que el reverendo Gabriel había bendecido cenas como aquella. Mucho mas humildes, pero con la familia a la que tanto amaba.

Contrajo el gesto y se levantó de la mesa. - Si me disculpais un momento... - Y salió de la estancia con el peso de cincuenta años perdidos encorvando su espalda.

Cargando editor
19/06/2012, 11:09
James H. Little

A medida que habla voy reconociendo rasgos de su voz, pero no es hasta que menciona su nombre cuando confirmo que realmente se trata de él.
Billy, mi aventajado aprendiz con tanto talento como juventud.

- Billy, muchacho, esto es increible.

Rapidamente me doy cuenta de que para nada es un muchacho, la ultima vez que le vi apenas se afeitaba y ahora, con su edad, podria ser perfectamente mi padre.

¿Una limusina? ¿Ahora se dedica a la musica?

- ¿Una copa? Es lo mejor que me han ofrecido desde que "regresé" a la vida. Espero que tambien tengas puros para tu antiguo maestro.

Me doy cuenta de que el telefono carece de cable, por lo que puedo moverme sin problemas. Eso hace que decida caminar fuera de la casa en direccion al coche de Billy.
Salgo de la mansion sin decir nada a mis compañeros, parecen muy entretenidos con la cena y no veo motivos para dar explicaciones a nadie.

Cargando editor
20/06/2012, 08:24
William Everett

William observa a Samuel mientras este se levanta, y hace lo mismo, pero quedándose en su sitio mientras observa como el joven deja la habitación. Cuando sale de ella se vuelve hacia los demás con expresión grave.

Espero no haber dicho nada que...

Sus palabras se ven interrumpidas por el sonido de la pesada puerta de la mansión al cerrarse, indicando que Enigma se ha ido. El silencio se hace sobre la mesa durante unos instantes hasta que es de nuevo William quien lo rompe tras volver a sentarse.

Bien, así que doctor.

Dice mirando a Bryan en un claro intento de cambiar la dirección de la conversación. Cada persona se toma las cosas de una forma, y es evidente que algunos necesitan soledad en vez de compañía.

Me alegro de saberlo, señor Penrose. No me apetece que uno de esos hombres con batas blancas que vimos en el hospital me ponga las manos encima.

Se sirve unas verduras y juega con ellas en el plato mientras observa a Anthony, quizá pensando en que decir, pero al final decide hablar a Caprice. Mientras se pone en pie y se dirige hacia la cocina como si acabase de recordar algo.

Había leído sobre usted en los periódicos señorita Caprice, pero no me hubiese imaginado que fuese usted francesa.

Regresa un instante mas tarde de la cocina con un block de notas y un bolígrafo y se acerca hasta donde se encuentra Anthony para entregárselo.

Estoy seguro de que habrá soluciones mejores, pero de momento esto le servirá.

Cargando editor
21/06/2012, 20:17
Anthony Massini

El monje negro de la pequeña Italia mantuvo el silencio al salir Samuel. Era un gran hombre, pero sensible.

El asumía, que lo mismo que le pasaba ahora al joven de color, les pasaría a todos más tarde o más temprano. El procuraba no ponerse a darle demasiadas vueltas a su propia realidad, porque sería sin duda dura de encajar.

Prefería mantener la cabeza ocupada. Y cuando Everett le trajo el block, aprovecho para participar también.

¿De Francia? ¿Seguro?

Prefería sintetizar y escribir rápido, sino corría el riesgo de caer tarde en las conversaciones.

Ahora se sentía un poco más cómodo. Parecía que el grupo estaba cómodo junto. Y eso sería importante en los próximos días. Mas importante de lo que la gente podría llegar a imaginarse.

Cargando editor
21/06/2012, 20:50
Bryan Penrose

La verdad es que yo siempre he sido un poco más agnóstico que creyente, pero al menos acompaño en el gesto durante la oración. Al fin y al cabo, si alguien ahí arriba nos ha ayudado a llegar hasta aquí, lo cierto es que prefiero darle las gracias a ignorarlo por completo. Sin embargo, no hace falta mucho más tiempo para ver cómo la expresión de Samuel muda y se acaba disculpando y marchándose de la mesa sin probar bocado alguno. Le sigo la mirada por la espalda, y luego trato de sonreir y decir unas palabras a William cuando me corta la puerta del edificio cerrándose. Parece que alguno prefiere irse por ahí a explorar, en vez de disfrutar de una noche tranquila después de meses de guerra. Es más, tal vez ni siquiera pudiese disfrutar una noche tranquila sin notarse dentro de la sensación de guerra, el soldado Enigma...

-No es que me opusiese en caso de ser necesario a hacer las veces de doctor y médico, al fin y al cabo he trabajado con un montón de clases de paciente, de todos los tipos... pero mucho me temo que si ha habido un buen desarrollo tecnológico, como debería ser, no voy a conocer más de una quinta parte de los aparatos con los que tendría que trabajar. -Digo antes de empezar a atacar la cena de verdad, sirviendo y sirviéndome algo del tinto aunque sin propasarme. Que un monje ayude a otro es curioso, pero al menos Monk Nero parece ya tener capacidad para mantenerse en la conversación sin tener que agotar su pobre e hiriente voz. Leo las pocas palabras y termino de tragar el cacho que tenía en la boca.

-Al menos la inspiración es clara. -Digo respondiendo al comentario. -Al fin y al cabo los mosqueteros eran franceses, y el arma tiene el mismo origen. Pero una cosa es el traje, y otra muy diferente la persona en el interior... y creo que sobre ese tema no hace falta que me expanda demasiado. -Digo antes de volver a los alimentos. En el campamento no teníamos nada ni la mitad de bueno que esto, la mayoría raciones de combate, y hay que aprovecharse.

Cargando editor
22/06/2012, 17:47
Caprice Grenier

-Nací en Vermont...

Dijo con un poco de temor pero no por decirles eso, si no por toda la historia que había allí. Luego prosiguió, serena llevando sus ojos a cada uno de los presentes.

-Pero mis abuelos eran de ascendencia francesa y fueron ellos quienes me criaron.

Disimuló una tosecilla y sonrió.

-Bueno, finalmente por mi cuerpo corre sangre francesa pero realmente no es importante eso, ¿verdad, compañeros?

Volvió a comer y miró a William unos segundos, quería preguntar la historia de cada uno pero ella misma no se animaba a soltar la suya, quizás no era buena idea.

Cargando editor
22/06/2012, 20:53
Zoe Sunders

Sentí envidia. Caprice atrajo todas las miradas y atenciones, mientras yo me hundía en el asiento e intentaba pasar desapercibida comiendo y bebiendo en silencio. Me caía bien y demás, pero mi pequeño “yo” interno, orgulloso, se sentía un poco herido.

A ver, ¿qué tiene ella que no tenga yo?, pensé, enfurruñada como una niña. ¿Quieres la lista larga o la corta?, me contestó una irritante voz en mi cabeza.

Bajé la cabeza, y traté de sonreír cuando debía, o de alzar las cejas, sorprendida, cuando Samuel se levantó (y, por un momento, me vi tentada de seguirle y saber qué es lo que le pasaba), o de fruncir los labios cuando Enigma se fue.

Seguí con la mirada a William distraída y contemplé el bloc de notas. Nada más el hombre se puso a escribir, me incliné sobre la mesa para ver lo que ponía, curiosa. Me mordí el labio inferior y miré a Caprice de nuevo, sonriendo. Me sentía una auténtica falsa y mala amiga (si es que, tan pronto, podía ser amiga de alguien) en cuanto me quedé mirándola para que contestara y hablara de su vida, como si de verdad me importara.

Me importaba, pero también me hubiera gustado que me preguntaran a mí. Mi egocentrismo me impedía ver que al resto tampoco les habían preguntado.

Basta, pequeña loca, me recriminé, mientras bebía un poco de agua y escuchaba las palabras de Bryan. No empieces.

Volví a sonreír a Caprice en cuanto habló y con un gesto de la mano, le quité importancia a lo que dijo.

-Efectivamente, eso no es importante- indiqué, más rápido de lo que me hubiera gustado y con un tono demasiado agudo para disimular mi incomodidad-. Quiero decir, la mera nacionalidad…- añadí de inmediato, bufando- ¡Bah! No importa- negué con la cabeza.

Te estás cubriendo de gloria, pensé, sonrojándome de nuevo, volviendo a mi plato como si fuera lo más importante, y ocupara todo mi tiempo en ese momento.

Cargando editor
24/06/2012, 23:38
Anthony Massini

Anthoni asentía con la cabeza, y se llevaba comida a la boca, la conversación fluía tranquila, aunque podía notar perfectamente los impares, todos se protegían de algo, incluso Everett, pero cada cual lo escondía de una manera o de otra.

Fuera como fuera, estaba de acuerdo, la nacionalidad, era un sentido práctico de sentir a su comunidad.

Cogió el bloc nuevamente, y cuando Finder, haciendo gala de su nombre volvió a mirar, lo giro con una sonrisa para que viera lo que estaba escribiendo.

Esta vez tardo un poco más, y el resto de comensales aprovecho para degustar la cena con tranquilidad.

Teníamos una compañera rusa, no creo que fuera importante, aunque creo que ella se sentía distinta.

Yo mismo, debo de ser ítalo americano, cosa difícil de saber, porque soy huérfano, no sé nada de mis verdaderos padres. Así que a lo mejor también soy francés, o quién sabe, quizás alemán.

Pero lo importante, como bien señaláis, es que todos nos sentimos responsable para con nuestra comunidad, y entiéndase comunidad, como grupo de personas libres y con voluntad de un cambio hacia una mejor sociedad…

De repente se dio cuenta de que todos lo miraban, pues ya iba por la tercera hoja del bloc, sonrió como un tonto y añadió finalmente.

…normalmente hablo menos, lo sé.

Dejo el cuaderno y volvió a la comida, había dicho más que suficiente. Sin duda, un paso adelante. Se sentía cómodo con aquellas personas, habían luchado, sangrado y viajado en el tiempo por el mismo ideal que el.

Aunque el también lo había echo para salir de una vida, en la que no tenía nada más que miseria y muerte.

Notas de juego

Estaba corrigiendo el texto en el word, y para Finder, me salia en rojo, y me la queria cambiar por, atentos. KINDER.
Jajajaja, como los huevos. Que fuerte. Jajajajaja.

Cargando editor
25/06/2012, 11:12
William Everett

Nunca he estado en Vermont.

William murmuro esas palabras cuando Caprice respondió a su pregunta, pero se abstuvo de añadir nada más hasta que Monk Nero termino de escribir. Sin duda la idea del Block había sido buena. Si dirigió su mirada a unos y otros mientras respondían, y cuando sus ojos se posaron en Finder, se detuvieron unos instantes más de lo que habían hecho con anterioridad, tratando de imaginar el estado de ánimo de la joven.

Cuando el ítaloamericano termino de escribir leyó su nota mientras masticaba una tira de carne.

Es cierto. Katyusa, una joven un tanto polémica. Supongo que la enviarían de regreso a la unión soviética. Y no olvidemos al Agente Fantasma y Tankman. El segundo no esperaba realmente que se uniese a nosotros, pero me sorprendió que el primero no lo hiciese.

Deja la frase en el aire, y vuelve a su comida.

Por cierto, yo soy de Chicago.

Cargando editor
25/06/2012, 15:44
Zoe Sunders

Era curiosa. Cada vez que Anthony escribía en el bloc, no podía evitar bajar la mirada y leer lo que había escrito.

Devolví la sonrisa a Anthony, sabiendo que giraba el pequeño bloc para que pudiera verlo cuando era tan pesada. Ya no me importaba la cena, de hecho, ya no tenía hambre, tan solo me importaba qué era lo que el monje escribía en su pequeño cuaderno.

Fruncí el entrecejo al leerlo y lo miré en cuanto terminé. No sabía ni qué decir. ¿Huérfano? Y, ¿cómo se suponía que debía reaccionar yo? Decidí salirme por la tangente y no mencionar, quizá, un tema doloroso para Anthony, por lo que me limité a asentir y dije:

-Claro, claro- corroboré-. Si estamos aquí es porque tenemos algún tipo de aspiración, de aliento para cambiar, alguna esperanza… Supongo- me encogí de hombros, sonriendo y tomé un poco de agua, mientras volvía a mirar lo que escribía el monje.

Reí, asintiendo con la cabeza, divertida y lo miré.

-Resultará ahora que eres todo un charlatán- bromeé-. Quizá, ahora exista algo para que puedas escribir más rápido… No sé…-dudé.

Fruncí el ceño, imaginándome cualquier aparato totalmente avanzado y moderno que se había inventado mientras estuvimos sumidos en nuestro letargo. Lo poco que vi cuando desperté y durante las charlas que se sucedieron después, pude hacerme una pequeña idea de todo lo que había avanzado la sociedad. Un aparato para escribir rápido o que pudiera ayudar a Anthony… seguro que había en cualquier tienda de cualquier barrio.

Me encogí de hombros una vez más, respondiendo a mis pensamientos y fui a beber un poco más de agua, cuando sentí la mirada clavada en mí. Alcé la vista y me encontré con los ojos de William. Noté mi cara encenderse y un hormigueo recorrerme todo el cuerpo. Traté de obviarlo y comportarme de forma normal, sin dar muestras de que me derretía por dentro, aunque no creí que lo consiguiera… No del todo, al menos.

Me concentré de nuevo en mi comida y traté de que el rubor bajara de mis mejillas mientras escuchaba sobre la joven rusa. Ahora que me daba cuenta no la había visto desde que rehusó la partida de cartas y me preguntaba qué habría sido de ella. Así como de los demás. Me hubiera gustado que esa cena la compartiéramos todos juntos, como compartimos nuestros últimos minutos en Europa antes de que todo esto pasara.

Seguro que están bien, me dijo una vocecita en mi interior y me limité a hacerle caso, y dejé de preocuparme o, al menos, eso intenté. 

-Chicago- repetí, suspirando  en cuanto William habló-. La ciudad del viento. A mi hermano le hubiera encantado ir- comenté, cortando la carne-. Amaba aquel lugar. Yo soy de Nueva York- cambié de tema deliberadamente y sonreí-. Y, realmente, no sé si me he llegado a presentar. Disculpadme- añadí, totalmente roja-. Me llamo Zoe Sunders. Un placer- añadí entre risas-. Y no creo que tenga nada más que contar. No he ido a ningún sitio, no tengo sangre de otros lados… En fin, lo normal- me encogí de hombros una vez más y bebí un poco de agua.

Cargando editor
26/06/2012, 17:45
Caprice Grenier

Caprice respiró profundo, no estaba muy segura pero había aprendido a ser perspicaz y tenía la impresión de que en algún momento o de algún modo, había molestado a Zoe. Enarcó una ceja, no iba a responder porque la verdad es que no caía en provocaciones a menos que fuera profesionalmente necesario y entonces leyó con atención a Massini y poniendo la vista en él, le habló como si sólo existieran ellos dos en el comedor. Caprice se aseguraba de que él entendiera bien.

-Supongo que importa en algún momento, especialmente cuando te sientes parte de todo o parte de nada y eso depende de dónde vengas... Vale, estoy de acuerdo en este punto.

Sonrió y echó el cuerpo hacia atrás, relajándose en la silla y volviendo a sus alimentos, le agradaba la parsimonia de Massini.

-Tranquilo, creo que puedes hablar todo lo que quieras. A mí no me molesta.

Cruzó en ese momento la vista con Everett, un instante, apenas unos segundos y luego volvió a mirar al frente. La rubia parecía a veces perdida en otros laberintos muy lejanos a los que se estaban dibujando sobre aquella mesa con tan peculiares personajes en cada orilla. Se le arrebolaban las mejillas a la joven, ese laberinto ella lo conocía bien y entendía, de algún modo, su adversión, incluso iba a responder a Everett pero ella interrumpió, la dejó hablar y aguardó un instante después para hacer lo propio, no quería poner a la joven más nerviosa de lo que parecía.

-Vermont le gustaría, si no fuera como es, me gustaría hasta a mí...

Sonrió y miró a Zoe ahora.

-Yo no tuve hermanos, es usted muy afortunada si es que aún lo tiene y si no, al menos supo lo que era tener uno. Un placer, Zoe Sunders-dijo con la mirada fija sin ser desafiante y la mitad de una sonrisa que muy pocos podrían adivinar qué significaba.-A veces no es necesario tener sangre de todos lados para sentirse desapegada, señorita Zoe.

Caprice volvió a su copa y se concentró en su comida, estaba a punto de marcharse de allí pues estaba demasiado cansada y apenas había comido.