Partida Rol por web

Diez

PROLOGO: La Patrulla

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29/03/2012, 19:25
Andrew Boykin

Un pitido comienza a sonar en el bolsillo de Andrew, y rapidamente saca el objeto que lleva en el bolsillo, una pequeña caja de color negro, que emite un pitido intermitente. Su rostro no presagia nada bueno.

¡Joder!... quedense aqui.

Y rapidamente se dirige a la puerta y sale de la habitacion.

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29/03/2012, 19:27
Director

Sus cosas están ahí, dice la mujer señalando un pequeño baúl que queda justo delante de tu cama. Pero no puede salir, tiene que esperar al señor Boykin.

Mientras dice esto, hace un gesto con las manos como llamando o pidiendo ayuda, sin perderte de vista.

Puede vestirse, si quiere, pero tiene que regresar a su cama.

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29/03/2012, 19:40
J.C Sherpar
Sólo para el director

- Gracias.- dijo abriendo el baul y sacando sus gafas para colocarselas.

- Eso hare, regresar a mi cama.- añadio pensando en su otra cama, en la cama de su tienda de campaña.- Le aconsejo que llame a mucha gente.- añadio socarron.- Va a necesitar mas de cuatro nazis para pararme.

Encaro la puerta y comprobo si se abria girando el pomo. De lo contrario cargaria contra ella abriendola, si o si.

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29/03/2012, 20:00
Anthony Massini
Sólo para el director

No pueden ser americanos, no pueden serlo, porque los americanos no juegan con sus soldados. Así que todo aquello tiene que ser un montaje.

Con la puerta abierta, y los soldados fuera, sabes que será un suicidio salir, pero no te queda otra alternativa.

Mientras tomas aire medio segundo, sopesas tus opciones. Golpear y correr, correr y no dejar de correr hasta que llegues a estar a salvo.

No te sería difícil golpear y robar un arma, pero queda descartado en el mismo momento en el que lo piensas. Un arma es un peligro mortal, y recibiría balazos sin duda. Si iba desarmado, y aun lo querían con vida, era posible que tuviera una opción.

Tomo impulso y volar por la puerta, usando como tarjeta de presentación una patada voladora hacia el cuello del segundo soldado de la izquierda, si los módulos tenían todos el mismo tamaño, lo mejor sería usarlos para cubrirse mientras huía.

Solo esperaba que los cuellos de aquellos hombres no fueran como la ventana….

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29/03/2012, 18:53
Bryan Penrose

Había contemplado unos instantes largos para reflexionar sobre mi situación, pero la enfermera vuelve casi antes de que haya podido plantearme realmente nada. A lo más que llego es que mis compañeros y yo parece que estamos bien, al otro lado del oceano y "cuidados" por una división especial. No sé qué nos pasó en Europa, pero debió de ser grave. Tomo el vaso y le doy un sorbo al zumo, poniendo una mueca por el sabor ácido que se va en un par de segundos, y luego sigo bebiendo con tranquilidad. -No tengo muy claro por qué tienen el zumo ya exprimido y en una nevera en vez de tener las naranjas, pero supongo que el tomarlo frío sin tener que esperar resulta más agradable que hacer todo el proceso cada vez. Y si realmente es un edificio grande, quizá hasta salga más rentable. -Divago un poco. La verdad, sigo teniendo un no-sé-qué que no puedo identificar, y que seguro que tiene que ver con cómo me he despertado de lo que pasó, pero no logro dar con nada que me lo explique.

-Lo prefiero con mucho a esperar solo, así que me parece una idea excelente. -Luego me quedo callado un instante, pensando cómo continuar. Me apunto mentalmente preguntarle al tal señor Boykin cómo acabó la guerra, si no he entendido más a la enfermera, y empiezo a hablar. -No tengo claro qué información es la que ha podido llegar hasta aquí, señorita. Sin embargo, desde el principio de los tiempos lo único que ha cambiado en la guerra ha sido la eficacia de las armas que usaban los contendientes, y esta guerra se ha llevado el premio a la poseedora de las herramientas de destrucción más grandes y potentes de la historia. Y me refiero, por supuesto, desde los dos bandos. No fueron unos meses agradables, pero los prefiero a haberme quedado en casa esperando al resultado. Al menos desde allí podía tratar de salvar vidas... -Cuando me quiero dar cuenta, me he puesto a hablar y hablar más para mí mismo que para ella, tratando de convencerme de que todo lo que sucedió era necesario. Sin embargo, tanta muerte, tanta destrucción, ¿para qué?

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29/03/2012, 21:32
Samuel Johnson
Sólo para el director

- No, no, gracias. Estoy bien, no se preocupe... -¿Un  zumo? Nunca. Podría estar envenenado. O cargado de sedantes. De momento prefería mantenerse lo más alejado posible de cualquier elemento ajeno a sí mismo. Es más, en cuanto la enfermera abandonara la habitación... - ¿Le importaría dejarme a solas mientras espero? Necesito poner mis pensamiento en orden - Se quitaría los sueros -si es que los tenía- solo por precaución.

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30/03/2012, 10:24
Director

La mujer asiente y te enseña un pequeño botón que hay en la pared junto al cabezal de tu cama.

Púlselo si necesita cualquier cosa, y vendré en seguida, ¿de acuerdo?

Tras esto sale de la habitación, y escuchas el sonido de sus tacones unos instantes mientras se aleja.

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30/03/2012, 10:25
Director

La mujer te escucha con atencion, y por su expresión te parece que probablemente esta de acuerdo contigo, aunque cuando hablas de las armas mas destructivas, notas en su expresión algo que no aciertas a entender. Parece que va a decir algo cuando escuchas un extraño pitido que sale de su ropa. Ella mete la mano rápidamente en un bolsillo y saca un objeto pequeño, como una caja de color gris que parece ser la fuente del pitido.

Su expresión se vuelve nerviosa, levanta la vista y te mira insegura de que hacer. O que decir, y notas que se enfrenta a algún tipo de dilema.

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30/03/2012, 10:25
Andrew Boykin

Sales volando hacia uno de los soldados, que no tiene tiempo de reaccionar antes de que tu patada le alcance lanzándolo contra el suelo con fuerza. El otro, demasiado cerca para utilizar su arma, trata de golpearte con la culata del fusil, pero te resulta fácil esquivarlo.

Los otros dos no disparan, quizá porque te quieren vivo, o porque estas demasiado cerca de sus compañeros y temen darles.

La puerta del modulo mas cercano al tuyo se abre, y un hombre con un traje similar al del tipo que has dejado en tu habitación sale de el, avanzando hacia ti con las manos en alto.

Alto, alto.

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30/03/2012, 10:25
Director

Con las prisas de salir, la puerta de la habitacion no llega a cerrarse, y escuchais ahora con toda claridad la voz del hombre repitiendo ¡Alto! y el sonido inconfundible de una pelea.

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30/03/2012, 10:28
Director

La puerta no se abre, pero al tocarla notas que pese a que parece un pomo normal, tiene varias zonas que se introducen levemente en el metal, pequeñas oquedades que encajan con los dedos de una persona.

Quizá es algún tipo de cierre de seguridad, por lo que tratas de encajar tus dedos en las oquedades, pero no ocurre nada, y la puerta permanece cerrada.

Mientras estas haciendo esto escuchas la voz de la enfermera detrás de ti. Su tono ha cambiado, y ahora suena alarmada.

No, no, espere. No somos alemanes, no somos nazis. No lo entiende. Déjeme que le explique…

De pronto escuchas unos pitidos que parecen salir de un bolsillo de la enfermera, y ves en su expresion una mezcla de sorpresa y temor.

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30/03/2012, 12:08
J.C Sherpar
Sólo para el director

Los sistema de seguridad alemanes eran complicados y las manos de John demasiado grandes y torpes para entenderlos. Se pregunto si funcionaria un empujon bien duro para destrozarla cuando la supuesta enfermera comenzo a emitir un pitido.

- ¿Que es eso?.- pregunto John comenzando a ponerse nervioso, su tono era de exigencia. No necesitaba explicaciones, le estaba mintiendo desde el principio y aquello no era un hospital. Estaba completamente seguro de ello. Asi que no podia creer nada de lo que le dijeran despues. ¿Una alarma de fuga?

John se acerco a la mujer con sus imponentes dos metros.- Señora, abra la puerta.- pidio despacio.- Nunca he golpeado a una mujer y aunque este con el enemigo, no quiero tener que hacerlo. Abra.

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30/03/2012, 17:24
Director

La mujer retrocedió asustada hasta que su espalda dio contra la pared. Metió la mano en el bolsillo de donde salía el pitido y te mostró una especie de cajita gris con un pequeño cristal en el que se leía el siguiente texto.

Alerta P 3

En ese momento escuchas el sonido de la puerta abrirse a tus espaldas, y al volverte ves a dos hombres vestidos con uniformes que no reconoces, pese a que llevan marcas que los identifican como soldados estadounidenses e incluso una pequeña bandera estadounidense cosida en el hombro. Ambos portan armas que parecen ser rifles pero cuyo aspecto no se parece al de ningún arma que hayas visto. Uno de ellos te habla en tono amenazante.

Ríndase o nos veremos obligados a abrir fuego.

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30/03/2012, 19:21
Anthony Massini
Sólo para el director

En determinadas circunstancias, lo único que puedes hacer, es correr. Y era uno de esos momentos.

Sabia donde había guardias, solo esperaba que no hubiera en la dirección que tomaba. Sin pensárselo, y haciendo un esfuerzo por mantenerse lejos de los codos, manos y pies de los guardias que rebasaba corriendo, el joven guerrero de las calles de nueva York corrió hasta el final del modulo, para luego torcer hacia el siguiente,  por la parte trasera del mismo, o quizás fuera la delantera.

Fuera como fuera, no iba a pararse hasta salir de allí. De hecho, sus ojos, entrenados y rápidos, buscaban algo que le dijera como podía salir. Si aquellos hombres sospechaban que él no tenía ninguna habilidad especial, era más que probable que lo terminaran liquidando más pronto que tarde, y no quería quedarse a ver cuánto esperaban para ello.

Notas de juego

Vamos, corro, lo que se suele decir, correr, y por el momento no va a parar... a menos que lo paren.

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30/03/2012, 22:10
J.C Sherpar
Sólo para el director

John miro aquel aparato extraño y levanto la ceja sin comprender que clase de dispositivo podia ser aquella cosa. Sin duda aquella mujer tenia tanto miedo porque la habia reconocido, era una alemana con un buen disfraz.

La puerta se abrio y el enorme soldado se giro despacio para observar quien entraba. Aquellos alemanes se habian trabajado muy poco la copia de los uniformes americanos, no se parecian en nada en absoluto

¿De verdad pensaban que no reconoceria el uniforme de ejercito al que pertenezco? penso haciendole incluso gracia que estimaran su inteligencia en un nivel tan bajo.

-¿Que me rinda?.- Repitio John cruzandose de brazos con toda su chuleria y la mueca de quien esta deseando poner sus puños a funcionar.

- Señorita, mejor se marche antes de que le salpique la sangre a sus precioso disfraz de enfermera.- dijo sin mirar a la mujer, dejando claro que las cosas irian por las malas mas que por las buenas.

- Un autentico soldado americano no se rinde jamas.- dijo prometiendo que iba a dar guerra a ese monton de nazis disfrazados. Iban a pagar caro su burla del uniforme americano.

 

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31/03/2012, 23:34
Samuel Johnson
Sólo para el director

Asiente como despedida a la enfermera y, en cuanto esta cierra la puerta tras de si, se retira la sábana de un tirón y empieza a explorar su propio cuerpo en busca de cicatrices, heridas, señales de operaciones o cualquier otro tipo de agresión. Revisa pies y piernas, abdomen, torso, axilas, brazos y anterazos y se pasa las manos por el cuero cabelludo a la espera de localizar cualquier anomalía. Ya empezaba a rozar la paranoia, pues aunque todo parecía correcto, el artefacto de la enfermera lo había descolocado por completo.

Y ahora que reparaba en el hecho... Se había mostrado muy servicial, muy amable. Y eso que era un paciente negro al que estaba tratando. Eso no era normal. Algo iba terriblemente mal. A no ser que lo considerasen un héroe de guerra, en cuyo caso era posible tal comportamiento. Pero lo dudaba. Podría tratarse prefectamente de una trampa alemana. Ellos no sabrían muy bien cómo funcionaban en realidad las cosas en América y podrían cometer ese error en caso de tener que representar un hospital ordinario.

Necesitaba un arma, como precaución.

Notas de juego

Si hay gotero, se lo arranca. Si hay diodos o lo que quiera que pudiera estar monitorizando sus constantes, se los arranca.

Echa un vistazo rápido a la habitación en busca de cualquier cosa que pudiera usarse como arma: Un gotero, un jarrón, la lámpara de pié... Lo que sea.

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01/04/2012, 12:34
Bryan Penrose

Iba a continuar en mi soliloquio particular cuando un extraño ruido me saca de mi concentración y hace que me vuelva para mirar a la enfermera, que echa mano de algo entre sus ropas y saca una extraña caja de color gris. Alzo una ceja extrañado al ver con qué cara me mira, mientras el aparato sigue con su canción particular... como una especie de caja de música cerrada. Sin tener muy claro qué está ocurriendo, solo se me ocurre decir: -¿Ocurre algo malo, señorita? -Cuando lo que en realidad querría decir es "¿qué diantres es esa cosa, y por qué hace ese ruido?".

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01/04/2012, 12:54
Director

La mujer te mira unos instantes, insegura, pero finalmente parece tomar una determinación.

Uno de sus compañeros ha escapado de su habitación, y esta descontrolado. Antes de que tengas tiempo de preguntar porque tendría que escapar ella continua acelerada. Les encontramos hace unos meses, pero los psicólogos temían que el shock de saber que llevan tantos años congelados dañase sus capacidades simpáticas. Pero el paciente 3 debe haber sufrido un ataque de paranoia y ha atacado al personal militar.

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01/04/2012, 20:04
Svetlana Emelianenko
Sólo para el director

Voces en alemán. ¡¡Se acercan los fascistas!! ¡¡Hay que detenerlos!! Pero Katyusha no podía moverse. Llegaron a su lado. La observaban, con sonrisas siniestras y ojos vacíos. Si pudiera moverse… Su corazón estaba desbocado, iban a matarla. No podía morir así. No era justo.

De pronto sintió que podía moverse y se incorporó violentamente, con una maldición en los labios, lista para luchar con uñas y dientes.

Miró a su alrededor. No había fascistas. Su cuerpo estaba empapado en un sudor, frío que también cubría las blancas sábanas sobre las que estaba recostada. La pulcra habitación, le recordaba a la de un hospital, pero no había hospitales así en el frente y ciertamente no era un hospital soviético.

Cuando la mujer entró, se puso en tensión. Estaba vestida como una enfermera y su acento era americano. Pero su uniforme no era el de una enfermera de campaña. Levantó las sábanas y se miró el cuerpo. Movió las piernas, para asegurarse, aunque a primera vista, no veía heridas, ni partes faltantes. El lugar pertenecía a los aliados. Al menos eso era seguro. Los fascistas se hubieran limitado a matarla. A menos que… Ignoró la pregunta de la enfermera y la observó con cierta desconfianza.

-¿Dónde estoy? –le preguntó-. ¿Qué pasó en la batalla? ¿Qué fue de los demás?

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02/04/2012, 10:03
Director

Compruebas que llevas un pijama blanco y no pareces tener ninguna herida, aunque si una pequeña tirita en el brazo.

La enfermera, te mira con una sonrisa tranquilizadora y te hace un gesto para que te calmes.

No se preocupe, sus amigos estan bien. Estan descansando en este momento. Usted se encuentra en Estados Unidos, y este es un hospital militar. Esta aqui para recuperarse.

La mujer guarda silencio durante un momento para dejarte que pienses en lo que te ha dicho.

Ahora si se encuentra bien, le ruego que me diga que es lo ultimo que recuerda. El doctor dijo que podria tener daños cerebrales y esta es una forma de comprobar que no es asi.