Partida Rol por web

Escucho al pregunta saliendo de mis pensamientos, y le digo en voz baja desde dentro de mi capucha:

-Vos sólo sabéis herir, no curar. -pensé algo rápido- si podéis comparar la anchura de las heridas, sabríamos si fue un perro rabioso ensañándose, o mas de una persona.

Si no podemos mirar los ángulos para descubrir alturas, y las profundidades para saber si era chico o chica o el tipo de cuchillo, no podremos saber nada mas.

Ahmed escuchó las indicaciones de su correligionario con extrañeza. Tenía cierto sentido lo que decía, pero no llegaba a comprenderlo en su totalidad. De todas formas sería difícil que permitiesen a Duran algo más que un vistazo al difunto, que estaría seguramente vestido o amortajado.

-Fijaos si las heridas están en alguna parte en concrieto: la cara, el vientre, el cuello, las manos, la ingle... puede que así sepamos algo de la ofensa -se tocó tras la oreja con un dedo-. Mantened los oídos y los ojos abiertos, sobre todo. Alguno iorará menos de la cuenta...

Apunto estuvo Nâzeh en una ocasión de caerse al piso de abajo, pues colocó el pie donde no debía y un escalón se vino abajo. Por fortuna sólo fue un susto y antes de lo que se creía, ya estaba arriba.

Después de escuchar los consejos de mis dos sirvientes, me decido a entrar, y ver que se puede averiguar del cuerpo del difunto, los consejos ofrecidos eran buenos, ahora solo había que encontrar la posibilidad de mirar esas heridas.

- Buenos días caballeros de nuevo (se dirige de nuevo a los alguaciles y sin más dilación entra dentro de la iglesia, el pulso se le acelera.

PNJOTIZADO.

Zaif escuchaba atentamente las preguntas y respuestas.

¿Hubo algún comportamiento el día que... bueno... murió? -preguntó el alguacil haciendo referencia a hacía dos días, cuando ocurrieron los hechos-. Nosé... algo que no fuera usual en su comportamiento... ¿se mostró cambiado, raro? ¿actuaba con normalidad?

Mmm... -el sirviente penso un poco, y negab con su cabeza y el labio torcido antes de contestar-, la verdad es que no, señor: se levantó temprano, recuerdo, tomó el desayuno y nos dijo a la servidumbre que se iba a recoger unos cobros atrasados... no volvimos a verlo... -dijo finalmente-.

Allí dentro había grandes personalidades, aunque la mayoría parecían ser jueces, recaudadores y demás funcionarios públicos de la ciudad. Si cualquier ladrón hubiera prendido fuego a la ermita con todos aquellos dentro, la ley y el órden se habría diluido en Córduba durante mucho tiempo... Nada más entrar encontráste algunos monjes, dichos jueces y una caja frente a sí, rodeada de plantas y algunas flores. La caja era una especie de ataud, propio de ricos, y no dejaba ver el cadáver en el interior. A un lado y a otro otros dos alguaciles custodiaban la mortaja de madera. La capillita era un ir y venir.

Aguardásteis fuera, aunque bien que fue que no pareció que os aburríais, pues salían y entraban gentes con buenas ropas y mejor aspectos. Tal vez fueran otros jueces de la collación, recaudadores y demás empleados públicos de la ciudad. Además, había otros caballeros de armas por allí (aparte de los alguaciles), y tal que parecían caballeros calatravos (lógico en esos momentos), que no parecían sino hablar entre sí.

Nazeh consiguió subri al piso de arriba entre crujidos de madera y sustos momentáneos. Bermudo se quedó abajo.

Nada más subir, encontráste una maloliente y sucia habitación (para variar), con grandes restos de basura igual que el piso de abajo. No había muebles, sólo la estancia. Había también restos de una hoguera y harapos quemados, mendrugos de pan duro y corazones de manzana junto a la única ventana.

Puedes tirar por Descubrir (PER)

Zaif se tomó la licencia de colocar una de sus mugrientas manos de negras uñas sobre el hombro del criado. Era un gesto amistoso y sin ninguna repercusión a primera vista, como de tranquilizarlo, pero siendo la mano que era igual no era demasiado bien recibido por el mozo.

- Vamos, vamos... entendemos que uno se quede algo acongojado por la pérdida de un hombre bueno... de un buen amo y respetuoso para con sus siervos, ¿no es así? Pero no pongas esa cara de funeral que las exequias ya pasaron. 

El tacto de la mano con el hombro se hizo más firme. Casi zarandeó un poco al chico.

- Y si enemigos no... ¿quiénes eran los amigos de su amo? Estoy convencido que a buen seguro había por aquí toda una procesión de amigos que ahora que ya no está el señor habrán dejado de venir, ¿sabes a lo que me refiero, amigo?

La cosa estaba muy complicada, el cadáver parecía estar dentro de una caja, cerrada a cal y canto, no se veía nada de su interior, y para mas inri estaba custodiada por otros dos alguaciles. "parece que sobran alguaciles en esta ciudad", pensó Duran.

Se acerca a los alguaciles, y se santigua delante de la caja, para mostrar respeto al difunto. - Muy buenas caballeros, soy Duran Gomez, el errante, ¿saben quién es el encargado de llevar a cabo todo este sepelio para Mateo?. Mientras dice estas palabras se acerca lo máximo que puede a la caja e intenta echar un vistazo por encima, para ver si puede averiguar algo.

Nâzeh caminó despacio mientras miraba fijamente al suelo intentando encontrar algo, de cuando en cuando apartaba algún desperdicio con la punta de la bota, era asqueroso pero bien merecía la pena si encontraba algo que pudiera hacer avanzar la investigación. No olvidaba que el bien último era el acero, el dichoso acero.

Te pusiste en la cola, como el resto de personas. Aun siendo hombres de renombre y reputación, no les importaba esperar, pues así aprovechaban para hablar unos con otros. Cuando llegó tu turno, los dos tipos que custodiaban al difunto te miraron como si con tan sólo presentarse (como hiciste) y apelar además por su sobrenombre hubieran de conocerte o reconocerte... Uno de los alguaciles arqueó una ceja, mientras el otro habló.

El Cabildo Catedralicio de la ciudad ha dispuesto el lugar y ha creido conveniente darle un sepelio a este buen hombre -dijo el alguacil-. Canónigos, racioneros y medioracioneros, ya sabe, y demás miembros que ayudan al arzobispo. Si le digo la verdad, ha llegado a los oidos incluso de éste, por lo sonado de tan trágica muerte -te hablaba un poco bajo, para no ser indiscreto con el resto de personalidades y clérigos que pasaban a dar despedida o rezar por su alma-.

No viste nada fuera de lo común, ciertamente. La gente tras de tí ya se impacientaba.

Examinaste la habitación, y ciertamente no había nada relevante; pero te acercaste a la hoguera y comprobaste los haraposjunto a ella. Estaban relativamente calientes, por lo que, con respecto al estado de la casa, allí debería vivir alguien que obviamente ahora no estaba en casa...

Tras tocar las harpientas ropas y notar que estaban calientes, se puso en pie y con cuidado caminó de vuelta a las escaleras. Desde lo alto de las mismas y antes de descender dijo en voz alta para ser escuchado por el otro

- Aquí hay ropas de alguien que se las ha quitado hace poco. Me juego el cuello a que aquí está viviendo alguien, seguramente un mendigo que no tiene otro sitio a donde ir, pero nos puede venir muy muy bien. Creo que podríamos esperar a que vuelva y sonsacarle si vio algo... apuesto a que sí- tras decir eso se encarama a las escaleras para descender con mucho cuidado.
 

Aún a riesgo de que la gente de la cola la tomará con él, Duran le pregunta a uno de los alguaciles.
- Como bien dices la muerte ha sido sonada, ¿sabe que le pasó al difunto.?Le hablaba susurrando para no llamar mucho la atención. - Simple curiosidad, ¿ha visto usted el cuerpo del difunto o siempre ha estado tapado?

Se gira un momento para hacer un gesto con la cabeza a la gente de la cola, y pedirles un poco de paciencia.

Por la respuestas del criado, parecía que el tal Mateo Sanchéz pudiera estar escuchando al otro lado de la puerta dispuesto a despedirlo si hablaba mal de él en lugar de dentro de su ataud en su propio velatorio. Eso o era realmente un gran hombre.

¿Saben quien a dejado el señor Sanchéz como heredero? ¿Algún hijo, un primo o algún familiar tal vez?- pregunté después de Zaif. Una recibir una herencia como la de esta casa también podría ser un buen motivo para el asesinato.

"PNJOCUIDANDO EL PJ" (xD)

¿Alguien...? -dije pateando unos trozos de madera carcomidos por insectos mientras mi rostro tomaba una expresión no muy acertada-. Entonces, cuando escuché lo de "mendigo", era perfectamente coherente.

Bien..., no creo que nadie venga aquí por gusto, a no ser que no tenga donde caerse muerto... Por mí podemos esperarle, si, ¡y ten cuiddo al bajar! -y alcé las manos como para evitar una caída-. Si estamos al lado del lugar del crimen, sea quien sea tal vez habrá visto quien llegaba o qué hacía ese jurado...