Partida Rol por web

Van Helsin llegó a contestar la inquietud de Susana. 

-Lamento decirle, señorita... que vosotras estáis aquí no como cebo sino porque tengo informes, de aquellos que trabajan para mí de encubierto en el castillo, de que el propio Conde está interesado en ambas. De manera que no tenía opción: solo teniéndolas aquí podemos protegerlas... lo siento. No quería que supieséis ésto de esta forma.

Entonces el viento arreció y Van Helsing hizo señas de que callaran y que las chicas se escondieran entre los árboles.

Se oyó el grito de uno de los caballos, más adelante. Era uno de los percherones que tiraban de la carrozas.

-Está aquí... permaneced ocultos.

George comenzó a sentir ese deseo que había tenido esa noche. Él sabía quién estaba allí, su amante habló dentro de su cabeza.

-Ven... ven Géorge, díme dónde estás... Ven conmigo...

Me incorporo al instante, desencajado, confundido, oteo el horizonte, olisqueo la espesura del bosque. -Sí...- balbuceo en un susurro  -Está aquí, no la oís... ha venido...- Exclamo más para mí que para los demás.

Por momentos no siento el peso de las cadenas, me siento liberado de una pesada carga, pero algo en lo más profundo de mi ser evita que salga corriendo hacia el bosque profundo en busca de esa voz que resuena en mi cabeza.

Estoy completamente en silencio, tenso, si Roy o Alex me hubiesen partido una silla en la espalda (cosa que seguro que no les importaria mucho), ni me habria enterado.

Observo mi alrededor, escuho, aguanto la respiración, por ahora no veo nada raro.

Miro a las chicas (bonitos cebos, jejeje), y localizo a los otros cazadores de vampiros aficionados.

De repente, observo a George, y veo que tiene la cara con los ojos de cordero degollado, estiro la mano y le doy una colleja para que reaccione.

En voz baja le susurro:

-Ni se te ocurra hacer ninguna tonteria.

Roy estaba completamente alerta y en silencio. Como buen cazador era capaz de pasarse horas aguardando, acechando a su presa, aunque esta vez la presa estuviera entre ellos y el depredador se acercara de forma inquietantemente extraña...

- No os preocupeis Susanna, id con el señor Van Helsing, yo me quedaré con el señor Mastropiero - digo con una sonrisa hacia Alejandro.

Las palabras del señor Van Helsing comienzan a taladrar mi mente - Nos quiere a ambas.... - ¿Cómo es eso señor? Quiero decir, el señor conde nunca nos ha visto, ¿Cómo puede estar interesado en alguien que no conoce?

Me mantuve callado, empuñando el arma, atento a lo que pudiese pasar alrededor; sí las quería a ellas de seguro intentaría deshacerse de nosotros promero...

- Estupendo. Sencillamente magnifico. Nos quiere a nosotras? Que demonios quiere decir este curioso Doctor con esas palabras? -

El alubion de pensamientos e inquietudes me embarga completamente e incrementa la situacion de ansiedad y estres que estamos viviendo en esta larga espera a la intemperie de la noche caspiana.

La imperancia de mantenernos en silencio y sin movernos desde luego no ayuda a liberar mi ansiedad...

De entre las sombras salió un lobo de pelaje claro. Los hombres podían verlo, cerca de las carrozas, pero el lobo no los veía a ellos. Estaba más interesado en uno de los caballos que yacía tendido... sin vida. El animal estaba bebiendo de su garganta recién atacada por sus fauces fieras.

Entonces un arma apuntó al animal.

La loba giró la cabeza para ver a una gitano con una ballesta delante de ella y, casi en un suspiro, se convirtió en una mujer hermosa de tez pálida y ojos profundos. Tenía un vestido negro que la cubría dejando entreveer un escote pronunciado. Habló al gitano con una cadencia especial, casi hipnótica.

-¿No matarías a una mujerrr...? ¿Verdad? -dijo, y su erre era bastante pronunciada, como cuando habla alguien alemán o ruso. El hombre disparó como toda respuesta, pero entonces, antes de que el virote tocara siquiera a la vampiresa, otra mujer, de cabellos rubios le cortó la garganta.

-Era verdad, hermana... nos esperaban... Nos esperaban tal como dijiste.

Dijo la vampira rubia y entregó el cuerpo del hombre a la otra para que ambas bebieran de él.  Las dos comenzaron a ponerse frenéticas con el beber de la sangre y dejaron que sus cuerpos incluso se embebieran del rojo líquido.

Evidentemente les gustaba mucho más el rojo elixir del gitano que del caballo, al que dejaron morir sin más.

Roy observó asombrado la transformación del lobo en mujer, pero al instante, en cuanto apareció su compañera y atacaron de aquella forma salvaje y brutal el tejano levantó su revolver y con gran sangre fría le descerrajó un tiro a la vampiresa rubia, enviando una bala con punta de madera directamente a su negro corazón...

Tu siniestra carrera acaba aquí, engendro infernal... susurra mientras el tambor de su revolver tiene ya lista otra bala similar

Espero agazapado al lado de George.

Si están aquí, es porque le quieren morder, y si alguien lo intenta, igual se lleva un mordisco mio de recuerdo.

Le vigilo a el también, no vay a a hacer alguna cosa rara.

Al ver como como Roy daba ese primer disparo levanté mi ballesta y me mantuve siempre en silencio, apuntando hacia el pecho de la otra Vampiro a ver si en algun momento lo dejaba descubierto para disparar

Al ver a las vampiras se me hiela la sangre y me quedo completamente paralizada. Tras la actuación del cow-boy me tranquilizo levemente, Buena puntería - pienso. No puedo moverme del miedo y una de las vampiras aún sigue allí y la frase del señor Hellsing empiezan a retumbar en mi cabeza - Os quiere a vosotras...

Paralizada por una mezcla de temor y fascinacion contemplo la metamorfosis de las vampiresas. Sus esbeltos rasgos y escultural cuerpo son un recordatorio perpetuo de la mortalidad de nuestra carne en contrapartida a los poderes sobrenaturales de estas criaturas venidas del mas profundo de los avernos. No obstante, es esa perfeccion, esa pureza imperterrita de la que hacen gala la que genera en mi fuero interno una enorme atraccion. Es como si en el mas profundo de mi ser, anhelase ser como ellas para permanecer perfecta, pura, bella, por el resto de la eternidad...

El sonido de un disparo me despierta de mi temporal ensoñacion. La bala procedente del revolver del Sr. Hardee da en el blanco, y ahora la sangre que otrora perteneciese al pobre Gitano hace las veces de ilusion optica, asemejandose a la sangre de un mortal cuyo pecho hubiese sufrido ese mismo impacto...

Un nuevo terror me inunda, una mezcla entre el temor a las repercusiones de acabar con este ser, y la tristeza por ver destruida tanta belleza...

Roy hace un disparo y la bala pega certera en la cabeza de la vampiresa rubia. Ella ni llega a gritar pero su cerebro explota, con un plof, como cuando revientas a un globo. La otra joven recibe un manantial de sangre de las heridas de su compañera y queda atónita. Sus colmillos relucen de furia bajo la luna plateada. 

-¡¡Mi amoooo os matará....!!- grita mientras desparece en un halo de niebla que se forma casi instantáneamente, no dando la oportunidad de un segundo disparo a ninguno del grupo. La niebla desaparece en la noche dejando al grupo solo con la reciente muerte del gitano y del caballo.

La mujer rubia, por su parte, se ha convertido ya en cenizas y ni siquiera queda su ropa.

Me quedo observando la niebla, y comento:

-Mira la tia perraca esa, llegan, se cargan un caballo, un gitano, contamina el aire, y lo único que dice es que nos va a matar su dueño, o sea, ha dado a entender que es una perra.

-George, jejeje, igual te libras de esta, ya que dijeron que te han de morder tres dias seguidos, y hoy casi que ya no volverán, igual dejas de tener erecciones involuntarias pensando en tu perrita.

-Comete un ajo para celebrarlo.