Partida Rol por web

La voz que me llama es demasiado llamativa para mi. Me levanto del lugar en el que estoy sentada y me dirijo hacia la voz. Soy como un zombie que no puede controlar lo que está haciendo.

Una sensacion muy real obliga a mi mente a despertar de la ensoñacion previa. Mi cintura se ve secuestrada por los brazos de dos hombres, imposibilitando mi deseado avance hacia la eternidad.

- No lo puedo permitir -

Con un rapido movimiento de caderas consigo zafarme parcialmente del abrazo del Tejano. No obstante, atento al movimiento, Alejandro me bloquea por completo.

Consciente de que la fuerza bruta no es mi mejor arma, decido hacer uso de unas artes que domino mejor...

Entrecerrando ligeramente los ojos, humedezco sensualmente mis labios al tiempo que vuelvo mi mirada seductiva hacia el Bardo, relajando mi cuerpo y dejando caer mi peso sobre su abrazo. Inclino mi cabeza hacia la suya para susurrarle con voz dulce y melodiosa un ligero suspiro que encierra un halito de deseo. Tras el, mis palabras buscan relajar el abrazo de Alejandro para aprovechar la menor oportunidad de salir corriendo de este lugar...

- ahhhh... Alejandro... Nunca imagine que un musico tuviera tanta fuerza... tanta... presencia...-

Después de realizar el placaje a Darma, yo estaba encima de ella en el suelo, mirandola divertido.

-¿Te has encontrado algo ahí, o el suelo estaba deprimido y has decidido abrazarlo?, jejeje, Roy, paseme una cuerda, y me puede dar clases de como atan a las terneras en los rodeos.

Bueno, por lo menos, tendremos a una chica controlada si acceden a atarla. La cosa cada vez se pone mas peligrosa, sobretodo si perdemos el control de nuestros propios cuerpos, mira como debemos tener al pobre George, al final parecerá que estemos cometiendo un secuestro.

La miro y sonrío - Gracias Susanna.. me halagas, pero no eres mi tipo - Me daba igual lo que hiciera esta chica. Ni muerto la iba a soltar. Al contrario, la apreté mas hacia mí; tal vez para sentir un poco su perfume mientras la adrenalina corría por mis venas.

Cuando veo el golpe que le ha dado Raymond a Darma sentí ganas de golpearlo; así no se trataba a una dama. Sin embargo, para evitar alguna muerte en este sitio no podía saltar a esta chica

Roy permanece ayudando a Alejandro, aunque con un ojo puesto en el linde del bosque, por si acaso...

Raymond, llévela adentro ya mismo y miren usted y Van Helsing, que seguro encuentran algo... dice en voz baja, aunque nota que su enemigo sabe que están allí...

no pensé jamás soltarla... - Si quiere controlarme tendrás que ser mejor que eso preciosa

Tanto Susanna como Darma fueron detenidas y fue una fortuna porque solo ellas sabían quién era el que las llamaba. Van Helsing aprovechó el momento en el que pudieron vencer la hipnosis de aquél que conocía demasiado bien.

-Señoritas, deben ser sinceras si aprecian su vida y la del resto de sus compañeros.

Darma y su compañera estaban ahora amarradas como en una película del Oeste, una a espaldas de la otra. Pero era la única manera y cuando Raymond lo pidió el dr Helsing accedió de inmediato. Así que su interrogatorio siguió.

-¿Habéis sido alguna vez paralizadas por esta niebla? 

Las jóvenes recordaron aquella vez en la que fueron al hotel y les tocó la misma habitación. Como la neblina que entró por las ventanas las cubrió sin dejarlas mover por unos momentos. Ahora si contarían o no la verdad al doctor dependía de ellas.

-Creo que sé quién os ha llamado. Es demasiado con Géorge para tener que cuidaros a vosotras, debéis cooperar conmigo.

Dijo Helsing con mirada seria y preocupada.

Durante unos segundos reflexioné sobre las palabras del doctor. No quería hablar de ello, pero estaba asustada. Era la segunda vez que sentía lo mismo, y además ahora estaba también atada.

- Sí - dije en respuesta al doctor, sin ser capaz de mirar a nadie a los ojos - una vez, en el hotel, una niebla me dejó paralizada por unos segundos - no sabía si debía haberlo dicho, especialmente con Raymond cerca, pero estaba claro que necesitábamos ayuda.

- No sé lo que está sucediendo, y se ve a simple vista que el doctor lo sabe mejor que yo, pero ruego a los caballeros que no nos tengan atadas como si fuésemos ganado - en ese momento si levanté la vista del suelo buscando los ojos y la compasión de Alejandro.

El forcejeo incesante contra mis ataduras consigue no solo irritar mis muñecas, sino tambien mi caracter.

- Como osan retenerme en contra de mi voluntad? -

Aun sin mediar palabra con el resto, solo furiosas miradas de ceño fruncido que van saltando de Roy a Alejandro y de este al Doctor, escucho las suplicas de Darma. Suplicas que suenan al lamento de un niño que sabe que ha obrado mal y busca en la inocencia de la ignorancia el perdon de sus mayores.

- Pues yo no tengo nada de lo que pedir perdon ni de que avergonzarme -

Con un tono que denota mi tremendo enfado por la situacion a la que me han sometido por la fuerza, niego rotundamente ante la pregunta del Doctor y la confesion de Darma.

- En cambio yo, no recuerdo nada. - Miento -Darma, seguro que esa "niebla" no era uno de tus sueños? - Vuelvo a dirigirme al resto intentando volver mi voz a su tono dulce habitual - Creo que estamos exagerando las cosas en exceso. Aqui no ha ocurrido nada. Ni Darma ni yo somos los monstruos aquellos que nos atacaron la pasada noche, ni estamos imbuidas en algun hechizo sobrenatural que controla nuestras voluntades. Solamente nos sentimos angustiadas por la claustrofobia que nos produce el encierro en esta humeda cueva olvidada de la mano de Dios y por ello decidimos salir fuera a que el infinito tapiz del cielo nocturno aliviase nuestro agobio. -

Roy se limita a arquear una ceja y sonreír ante la obvia mentira de Susanna... Pues sus palabras a Alejandro no sonaban a señorita angustiada, precisamente termina por decir

Y mirando al doctor añade Tengan confianza en el Dr Van Helsing, que él seguramente encontrará una solución para no tener que retenerlas de esta manera tan incómoda y violenta para todos

Roy se huele algo, pero en estos momentos está dudoso...

Miro a Susanna, mientras creo un gran gargajo, el cual lo suelto sin ningún miramiento al suelo, le doy una patada a la tierra para enterrarlo un poco, y entre dientes digo:

-Mentirosa, si a George lo llevamos atado como a un perro, vosotras no vais a ser menos, además de que es la primera vez que me creo mas a Darma que a ti, porque ella no podria llegar a crear una mentira como la que tu has soltado, y si no coincidis las dos, malo.

Tras haber observado la escena inmovilizado por las cadenas mantengo un semblante impertérrito. No soy capaz de discernir si lo que dice la chica acerca de lo ocurrido la otra noche es cierto o no, pero a la vista está lo que todos hemos visto. Una actuación como la anterior no deja lugar a dudas.

Existe algo sobrenatural en todo eso, yo mismo he sufrido en mi propio cuerpo esa llamada; un pequeño susurro que crece y crece hasta que se apodera de tu cuerpo y hasta de tu mente, no importa cuanto luches.

-...Por cierto, no importa cuanto renieguen...- exclamo a las dos mujeres -Si se empeñan en que lo más seguro es atarlas, lo harán, que me lo digan a mí...- comento con cierto tono de sorna.

Para mí era como si hablaran de algo extraño. Para mí no era normal que quisieran salir, no de esa manera. Los claustrofóbicos se ahogarían y empezarian a actuar irracionalmente; sin embargo ellas caminaban muy calmadas... Pero no tenía razones de verdad para desconfiar de sus palabras. Tal vez Raymond si las conocía mas que yo

Las chicas dejaron de sentir la urgencia de salir. De pronto pareciera que ese canal con ellas se hubiera cortado. En ese momento recién reflexionaron sobre el ser que las había llamado. ¿Realmente quería lo que decía? Recordaron a la vampira rubia: lo bella que era pero lo mortal. La forma en la que desgarró la garganta del gitano y bebió de su sangre como el animal más monstruoso. Sin reparos, sin consciencia.

Géorge por otro lado comenzó a sentir el llamado de su amada. No en palabras sino en sensaciones, su perfume estaba cerca.

Entonces fue que vieron la silueta de una loba pasar cerca de la catarata. Todos guardaron silencio, el animal estaba oliendo el aire pero no encontraba rastros.

El agua los protegía.

-Los vampiros no pueden pasar por el agua que se mueve- dijo Van Helsing realmente en un tono bajo. -El agua corriente es otro punto que no pueden superar... estaremos a salvo aquí. Solo callad y esperad el amanecer.

Roy advirtió el cambio en las chicas, pero no dijo nada, al ver al animal que parecía intentar rastrearles.

Ya tenía su revolver a punto cuando habló Van Helsing y asintiendo, lo guardó. Mejor pues pasar inadvertidos. Ya le llegaría su hora a aquel monstruo, y a su creador...