Partida Rol por web

Al final optáis por perseguir a la rata que os descubrió para intentar acabar con ella antes de que pueda dar la alarma y muchas más de ellas puedan ir a por vosotros cogiéndoos desprevenidos en vuestro descanso.

Marchais en orden por donde Erevan os dice que se fue el roedor, y al llegar a la puerta la examináis y escucháis con cuidado, pero no descubrís nada. Por fin Obsidian la abre de una patada impaciente y os encontrais con una sala completamente vacía y desierta, excepto por la única puerta de salida distinta a por la que habéis entrado, donde una alimaña aterrorizada echa a correr dejando la puerta abierta tras de sí.

Vosotros no sois menos y avanzais tras ella intentando darle alcance antes de que sea tarde, y para vuestra satisfacción esta se encuentra acorralada en una esquina, pero cuando se vuelve hacia vosotros ya no parece asustada, sino que tiene la boca abierta en una deformada sonrisa mostrando sus podridos dientes ratunos... demasiado tarde os girais para observar que habéis entrado de lleno en el dormitorio principal de los hombres rata, repleto de jergones de paja cubriendo el suelo, donde al menos una decena de ellos esperaban agazapados vuestra llegada.

Todas las ratas menos su lider, un hombre rata mucho más corpulento y presumiblemente peligroso que os recuerda al que lideraba el primer destacamento de guardias que encontrateis hace ya al entrar en su guarida, se abalanzan sobre vosotros como una avalancha de afiladas hojas y dientes.

Obsidian, Duhark y Balbo intentan parar o esquivar todos los ataques que pueden, pero al dracónido consiguen colarle un tajo, y al enano otro par de cuchilladas que aunque no demasiado profundas si que resultan molestas.

El eladrín resulta menos sorprendido que sus compañeros y reacciona antes que ellos. Sin perder tiempo en moverse hace aparecer una luz en medio de la sala.

Agradeciendo no estar en primera línea se concentra en conjurar una esfera de fuego que aparece en medio de la masa de ratas que tienen al frente.

El ataque con la esfera falla a la alimaña, pues Erevan lo ha apresurado para realizar un nuevo sortilegio. Esta vez si, su orbe de fuerza impacta de pleno en el pecho de la alimaña e incluso las que están alrededor parecen sentir sus efectos.

Tras los conjuros de Erevan, hasta cinco de las alimañas caen al suelo muertas, principalmente por los impactos de su orbe de fuerza, que al estallar contra su objetivo principal, cuya cabeza queda sustituida por un agujero humeante en su cuello, envía sus esquirlas contra todos los enemigos adyacentes, acribillándolos.

-Malditos bichos peludos! Ay! -Obsidian se revuelve por las punzadas y acercandose a dos de las supervivientes les da un masaje de martillo sobre los gluteos.

El martillo del enano deja a las dos alimañas totalmente aplastadas contra el suelo, una encima de la otra, quedando las partes del cuerpo donde recibieron el impacto del grosor de un pergamino...

Balbo lanzó una rápida puñalada al que tenía delante, que cayó dejando su vida en un pequeño surtidor de sangre donde antes había una arteria.

El campeón de los hombres rata carga contra el enano con su alfanje levantado y le asesta un duro golpe que consigue atravesar la armadura y causar un profundo tajo a Obsidian, que ahora sangra copiosamente...

Akmenos desaparece entre vapores de azufre y reaparece a la espalda del campeón de las ratas.

- Duhark rodeemos a este maldito.

Duhark asesta un poderosos mazazo con ambas manos al campeón de los hombres rata, centrando en él toda su atención, y con una rápida plegaria en el momento del impacto, consigue que la vitalidad del roedor pase al cuerpo del enano, cuya herida más fea comienza a cerrarse.

En esos momentos la alimaña intenta escaquearse probablemente para coger a Akmenos por la espalda, pero Obsidian lo ve venir y le aplasta el cráneo antes de que tenga tiempo de alejarse demasiado.

-Ja! te creias que sabias pegar? Pues asi es como se hace, y si no te quedó claro te lo repito bigotes!

El martillo de Obsidian pasa rozando el hocico del hombre rata...