De camino a los talleres

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Los accesos entre unos niveles y otros eran sencillos. O bien tenías muchas ganas de hacer deporte y usabas las escaleras, o tenías algo más de prisa y aguardabas por el ascensor. 

Desde los niveles comunes y administración hay ascensores exclusivos que comunican cada uno con un nivel diferente del Búnker. Ni que decir tiene que sin tarjeta o chip de identificación que te permita visitar cada zona, es imposible que el ascensor acuda. 

De modo que el tropiezo en realidad no fue tan extraño.

Cuando Frederik llegó al ascensor lo hacía con la mirada perdida en sus propios pensamientos.

Llamó y entró de forma automática, sin escuchar a tiempo la carrera de dos pares de pies a su espalda, que se abalanzaron por la ranura de las puertas pasando al interior solo un instante antes de que las puertas se cerrasen, con un resultado confuso y algún posible chichón.

- ¡Ouch! Demonios, Frederich ¿Quien te manda a ponerte en medio cuando tengo prisa? Jajajja - Charie se pasa la mano sobre la marca dolorida que tiene en la frente tras el encontronazo. 

A si lado, Maxinne también había logrado entrar a tiempo.

Por comodidad elegí el ascensor, como cada día desde el tiempo que llevo residiendo en aquella jaula de oro, o de acero y cables según como se mire. Las puertas se abrieron y entré sin darme cuenta de que más gente con la misma intención que yo estaban a mis espaldas. Antes de que las puertas se cerrasen, para mi sorpresa por estar en mi mundo tanto Maxinne como Charlie entraron de forma apresurada.

El choque fue inevitable, Charlie se chocó contra mí provocando en ambos un posible chichón ligeramente incómodo y algún que otro quejido por el dolor. - ¿Yo? Encima. – Comenté visiblemente molesto y un poco dolorido por el golpe. – A ver si tenéis más cuidado. – Terminé mi queja con fastidio.

Resoplé malhumorado por la situación pero no pasó de allí. Eso sí, tuve que despedirme de ir solo en el ascensor, al menos eran compañeros de sector. Algo es algo, supongo. Pulsé el botón para ir a nuestra siguiente parada, apoyé mi espalda contra la pared más lejana a ellos y cruzé mis brazos. Ni siquiera les dediqué una mirada.

Fue entrar Charlie que me llevaba de la mano casi volando y antes de que la puerta del ascensor se cerrara dar un tirón fuerte de mi, así que fue un efecto en cadena, el choco contra lo que yo pensé que seria la pared, y yo contra el - ¡Serás bruto pedazo de burro! - Me frotaba la frente, en la zona que había golpeado con su espalda. 

En ese momento escuche una voz y asome la cabeza por un lado de Charlie - Buenos días Frederick... - Comente mirando mal de reojo a Charlie - Tu no tienes nada de príncipe, con suerte llegas a corcel... - Le saque la lengua y movi mi cuello crugiendolo mientras me fijaba en como el moreno se apartaba de nosotros así con una sutileza un poco escasa... ¿Y a este que le pasa? No olemos mal ni nada... ¿No?

- ¿Siempre eres tan serio y poco sutil apartando de la gente? ¿O es que no tienes buen despertar? - Si, yo no era nada sutil como estaba quedando claro - No mordemos y a Charlie lo tengo vacunado - Era imposible que de cada tres frases una no fuera para meterme con el rubio.

- Buenos días...Maxinne. - Le devolví con tosquedad el saludo a ella sin ni siquiera dedicarle una mirada. No sé si mi posición la molestó o se sintió ofendida por las palabras de ella tan directas, tampoco es que tenga relevancia. - Simplemente me gusta tener...mi espacio. Ya sabes. - Fue mi respuesta, un poco seca quizás. - Nada personal.

Desde que vine hará casi un año me he mantenido lejos de todos, salvo quizás con unos pocos. La verdad es que reacio con la gente lo era, eso tenía que admitirlo. Muchos no comprenderían las razones por mucho que las explicara. No importaba, me limitiaba hacer mi trabajo y punto. Aunque si habían un par de copas de por medio era otra historia, incluso me conformoba con unas cervezas bien frías. ¿A quién no le apetece beber después de una intensa jornada?

- Si quieres que sea cordial tendrá que ser con unas cervezas de por medio, o incluso ron, vodka, o preferiblemente whiskey aunque es muy pronto para eso. - Dije cordial por no encontrar una palabra más adecuada para la descripción. - ¿Algo más o podemos bajar con un silencio incómodo? - Continué en mi rincón, sin moverme ni cambiar de postura.

Mis pensamientos eran míos y de nadie más, no pensé ni por un instante en compartirlos, así que mientras llegábamos a nuestra zona de trabajo me quedé ensumido en ellos.

- Corcel, dice la marmota a la que he tenido que traer a rastras para que no llegase tarde a su tuno. Qué desconsiderada - Dice el contrario con un tono de profundísima falsa ofensa, antes de girarse nuevamente al contrario - ¡Vamos, hombre! ni que estuvieses aquí cumpliendo años de cárcel, o algo por el estilo.

Se acerca entonces al contrario con una sonrisa socarrona - O puede que sí y nosotros seamos los más crueles carcelero que hayas visto. ¿Es eso? ¿Aún pagas penitencia por alguna tontería? - hace un gesto vago con la mano, como tratando de abarcar el lugar - Porque sea lo que  sea aquí a nadie le importa. Nadie, mientras no seas una marmotilla lenta y desaliñada, por supuesto. - Termina nuevamente con una sonrisa, mirando a la chica que le acompañó hasta el interior

Ya me parecía que lo segundo no podría ser. El impertinente de Charlie se dirigió a mí, no sabía si pegarle, si decirle algo o incluso reírme ya que el comentario pese a lo absurdo que era, o precisamente por eso, me hizo gracia. No pude evitar sonreír levemente. Una pequeña mueca más bien para ser más exacto.

- Eres idiota Charlie….- A pesar de que podía sonar un insulto, lo dije como un cumplido. Se podía notar por mi humor, no es que me considerara expresivo, si no más lo contrario, pero por mi tono y aquel gesto se pudo notar que mi estado anímico era más…¿cómo lo podría decir?  “Más alegre”, más de lo habitual quiero decir.

Todavía me preguntaba por esta charla trivial, o absurda, sería una pérdida de tiempo si no fuera porque estábamos en el ascensor, si no ni me hubiera molestado.  Y aquellos dos.

” ¿Realmente se habían interesado en mi humor o es que como son tan bocazas que tienen que hablar de todo?” Aquello también me lo pregunté, obviamente a mí mismo, tampoco me importaba demasiado.

La verdad es que no podíamos ser más dispares. – Cárcel o no da igual. – Dije como continuando la conversación, si es que se puede considerar como tal. No había mucho más que hacer en aquel momento y lugar. – Tienes razón en parte, lo que yo haya hecho o no, a nadie le debería interesar. Lo mismo que ahora. - Seguía con un seco tono, pero realmente, estaba más..predispuesto.

“¿Cuánto más vamos a estar hablando como idiotas? Maldita sea” No estaba tan incómodo como al principio pero tampoco era lo que se diría, una agradable situación entre amigos.

Miraba a uno y a otro como si se pasarán la pelota. A Charlie lo conocía como si fuera mi familia y en parte era lo más parecido a una familia que me quedaba así que sabía que estaba de se más que habitual buen humor pero al Moreno... Hacia poco que había llegado y aquel semblante serio que tenía casi siempre no dejaba ver si no era más que una fachada o realmente tenía un palo metido por el trasero.

- ¿Y cuando te dejas invitar a esa copa? - La pregunta salió de mis labios sin más, mi cerebro había analizado todo y decidido que con una copa delante seguro que terminaba sabiendo como era en realidad aquel hombre, pero claro la cara de Charlie al escucharme preguntarle aquello me hizo recordar algo...

Max... Aunque algunas veces seas más bruta que muchos de los hombres de aquí, sigues siendo una mujer y una mujer que acaba de "invitar" sutilmente a un hombre a tomar una copa...

Bueno dentro de lo bueno pensaría que me refería a conmigo y con Charlie...

El conocido sonido indica que están en la altura adecuada. Al abrirse las puertas, queda descubierto un corto pasillo que lleva al centro de organización, en el que los diferentes operarios se separan para continuar con su trabajo. 

Al fondo, pueden ver al capataz de espalda, revisando datos en la terminal. Aún no les ha visto

Enarqué una ceja ante la pregunta de la chica, no era más que una invitación mal camuflada, pero era una copa, así que no había nada que discutir. - Después de terminar mi jornada acabo en el bar...así que si vais allí estaré.  - Contesté de forma un tanto ambigua, que se lo tomaran como quisieran. Y era cierto, si no estaba en mi puesto estaba en el bar, ya me conocían allí. Sólo me faltaba el pase vip en el establecimiento.

Mis plegarias fueron escuchadas, el ascensor llegó a donde tenía que llegar. "Por fin" Pensé. Tanta conversación me cargaba y necesitaba trabajar ya. Hacer algo productivo. Salí del ascensor sin decir nada más con paso directo a la sala de descanso, no había ingerido nada sólido, y mi estómago al que olvidé por unos instantes me obligó a que no le siguiera ignorando. Sería algo rápido y luego me pondría con mi tarea.

Y como no, el capataz ya estaba allí, revisando no se qué en la termina, unos datos supuse. Ni le saludé, estaba enfrascado en su interesante labor como para interrumpir lo que quiera que estuviera haciendo. Y yo, para variar, tenía mucho que hacer.

Charlie se encoge de hombros y atraviesa el pasillo, tratando de no aparentar la prisa que lo había llevado hasta el ascensor, pero antes de que pueda decir la primera palabra, el capataz se gira y habla. 

- Señor Ashton, no se vaya muy lejos. Tengo que hablar con usted. - Entonces si, con una expresión un tanto más severa, se gira hacia Charlie, quien responde con una de sus más encantadoras sonrisas.

- Tiene buen aspecto. ¿Ha estado habiendo pesas? -  El contrario ni se molesta en hacer como si aquello le hiciese ni pizca de gracia. 

- Llegas tarde, Fox. Si esto se repite, mandaré un parte sobre tu actitud a la central. No es una amenaza. Es un hecho. Actúas como si fueras importante, pero el hecho es que no lo eres. Incluso el recién llegado ha sabido ganarse un puesto. ¿Qué tienes que decir en tu defensa? - Charlie abre la boca, dispuesto a responder, pero el capataz lo corta en mitad del gesto - No quiero saberlo. No más escusas. ¿Entendido?

- Si, señor. - Responde el rubio tratando de aparentar docilidad, aunque en el fondo de su mirada, la chispa no se ha apagado.

- Entonces ve a la sección C-15. Algo ha atascado la depuradora de agua - Mira a Charlie, esperando ver en su expresión que ha comprendido el tipo de trabajo que tiene que hacer, antes de darle la espalda.

- Señorita Bishop, señor Ashton, los necesito en otro lugar. Cuando hayan comido algo, buscadme en la oficina de la sección E.

Cuando el superior de la zona mencionó mi apellido paré repentinamente y me giré en su dirección. Por norma general salvo trabajo no hablaba con él, iba a muy a mi aire. Levanté una ceja. - ¿Hablar conmigo? -  Supuse que algún encargo tendría, y que fuera yo quien se ocuparía. Algún desperfecto en el bunquer seguramente.

La escena con el rubio no tenía mucha relevancia aunque tenía su parte divertida, especialmente cuando me puso a mí como ejemplo. Yo no era el más sociable, pero sí el más trabajador, y por lo visto Charlie...no le gustaba rendir. De todas formas como a mí no me concernía en absoluto mantuve silencio hasta que el vago se marchó a ..."¿A quién diablos le importa?" 

- Entendido. - Cuando ya terminó de darme las indicaciones y yo no vi necesario añadir más retomé mi rumbo a la sala de descanso. Una vez que terminara de llenar el estómago tendría que ir a la sección...¿E? Sí, la E. Esperé que no fuera de vital importancia ya que me gustaría saborear el desayuno, especialmente que no hubiera ningún pesado más para poder estar tranquilo aunque sea de forma breve.

Como siempre Charlie se llevaba una reprimenda, tenia suerte de ser un multiusos increíble si no ya estaría en otro lado, pero tenia el don de adaptarse a todo y aprender a una velocidad impresionante.

Al escuchar mi nombre me escape de mis pensamientos y asentí viendo como mi amigo se iba a toda prisa. - Si claro, iré al comedor y después a verle - Parecía que aquí el amigo Ashton tendría que aguantarme después tambien, no entendía un muy bien porque parecía no caerle bien, quizás era así de serio con todos ¿Como se divertirá? Aparte de bebiendo claro...

Tras ello puse dirección al comedor para desayunar algo.

Finalmente, te quedas solo en el área de descanso del taller. Es una soledad ruidosa, rodeado de idas y venidas y movimiento en carretillas de materiales. 

No es que los 20 trabajadores de la sección sean demasiada gente, pero la nave es demasiado grande, y las reparaciones se acumulan. 

Puedes escuchar una conversación en otra mesa de dos personas quejándose de que no les pagan para trabajar tanto. Estás absorto en tus pensamientos, cuando sientes que alguien se ha acercado.

- Hey - Saluda Arango escuetamente.

Veía la gente ir de un sitio a otro, bastante más gente de lo que imaginé pese a que en realidad no me importaba. No mucho al menos. Estaba en mi mundo particular, pensando en qué tipo de trabajo me encargaría mi supervisor, y no lo haría solo, sino con compañía de Maxinne, lo cual no me motivaba en exceso. No tenía nada en contra de la chica, pero tan opuestos...no saldría bien. De eso estaba convencido.

"Qué fastidio, ¿no podía encargarme yo sol?" 

Imaginé que el día sería bastante más largo de lo habitual, así que un desayuno bastante consistente me vendría genial para aguantar. Estaba ocupado en preparándomelo y tan ensumido estaba en mis pensamientos que no me fijé que alguien se acercó a "saludarme". Si es que a eso se le puede considerar un saludo.

Era...¿Arango? Otro de tantos técnicos de la zona. - ¿Qué pasa? - Fue mi saludo respuesta.

Sin gran ceremonia, se sienta en una de las sillas libres, y se queda mirando al vacío, como si simplemente estuviese allí por estar. 

Finalmente, cuando parecía que no tenía pensado decir nada, habla.

- ¿Qué te está pareciendo por ahora la vida aquí dentro?

Mientras aguarda por una respuesta, o quizás no, algo en su bolsillo pita. Saca una pequeña pantalla que ocupa no más que su mano, lee algo, y se ríe entre dientes. La guarda momentos después como si aquello no fuera con él.

-Claro, siéntate. - Dije con neutralidad, para su suerte no estaba de mal humor. Estaba....como siempre. Algunos no sabría decir con certeza si eso era bueno....o quizás malo.

"Ahora resulta que quiere conversar, y de la vida en el refugio ni más ni menos. Qué original" Pensé con indiferencia antes de darle una respuesta de la cuál no estaba muy seguro. - No suelo pensar en ello. - Contesté sin ni siquiera mirarle. Era cierto me limitaba a cumplir con mi trabajo, ni más ni menos.

Después miró algo del móvil, no quise inmiscuirme, me desagrada que los demás se metan en mi vida, así que por esa razón yo tampoco me entrometía en la de los demás. Cada uno con su espacio.

Cómo él no tenía ninguna pinta de hablar mucho, temía que al final la conversación se convertiría en una incómoda charla sobre el tiempo. Por supuesto quería evitarlo a toda costa. Bastante tenía con aguantarlo como para colmo tratar sobre temas intrascendentales.

- La ventaja es que parece un lugar...seguro. - Eso era una clara ventaja, el poder dormir tranquilamente sin tener un ojo abierto era un descanso para el cuerpo y para la mente. 

- ¿Seguro? - Ríe por lo bajo - Supongo que puede verse así.

Pero si algún día necesitas algo... del tipo de cosas que no van en el pack para la sumisa obediencia, tengo un amigo que puede ayudarte - Guarda silencio unos instantes, dejando que te tomes tu tiempo para entender el significado de lo que había dicho. 

Entonces se levanta - Lástima que tenga que ir  trabajar. Ya sabes, soy uno de los negros de excavaciones que sacan el mineral que más tarde tu refinas. No tengo pérdida.