Partida Rol por web

El Condado de la Flor de Piedra

1. La llegada de Ariadna

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27/05/2011, 00:26
Helène

-Si es lo que deseais, mi señor... Siempre habéis sido amable conmigo. Lo... lo haré, mi señor -La sátiro sonrió-. Pero... podré venir a visitaros, ¿verdad?

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27/05/2011, 00:28
Lord Ibrahim

Ibrahim sonrió y la abrazó. Mientras seguía abrazado a ella, le habló.

- Claro que sí, boba. Es más, presiento que estaré más tiempo en este año en la Corte del Conde, así que podré verte más a menudo. - Se desembarazó y le tomó la cara con las manos. - Además, es sólo temporal, hasta que Ariadna consiga una doncella propia, y hasta que arregle el problema con Bastien. Venga, ve. - La instó a levantarse. - Ve a hacer las maletas, que yo mismo te llevaré allí en una hora.

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27/05/2011, 00:32
Director

-Sí, Lord Ibrahim.

La sátiro salió por la puerta con decisión, ansiosa por cumplir lo que Ibrahim le había pedido.

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27/05/2011, 06:12
Dama Ariadna
Sólo para el director

Ariadna contempló su habitación desde el umbral con poco entusiasmo. Demasiado impersonal para su gusto, pero pronto la convertiría en suya. Sin embargo, mientras pensaba esto, apenas había tenido tiempo para meditar las palabras de Lord Ibrahim y sacar ese doble sentido poco ético del que hablaba Sir Marin. En absoluto se le había pasado por la cabeza que pudiera tener segundas intenciones. Parecía todo encanto y amabilidad, pero su tutor era más experto que ella así que debía hacerle caso. Por algo estaba allí.
-Ibrahim. Lord Ibrahim se hacía llamar. No se me había ocurrido que sus intenciones no fuesen honestas y desinteresadas, pero tienes razón, Sir Marin. No debo faltarle el respeto al Conde ni siquiera con detalles como ese. Hablaré con él la próxima vez que nos encontremos y le diré que no hace falta que ponga a mi servicio a ninguna de sus criadas.
La dama entró por fin en la habitación y se sentó en el borde de la cama acariciando suavemente el edredón, disfrutando del suave tacto.
-Son gente extraña –comentó-. Me alegra poder estar aquí, pero no creo que vaya a encajar demasiado bien en la Corte. Parece como si el apodo del Conde se hubiese extendido hasta los muros del feudo, ¿no crees? En el fondo es muy triste…

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27/05/2011, 11:47
Sir Marin

-Es tu deber integrarte y aprender a desenvolverte fuera de la comodidad del hogar. No olvides que representas a tu padre allá donde vayas, y que todo lo que hagas o digas será para el beneficio o el perjuicio de las Nubes. Debes procurar complacer al Conde y no dejarte llevar por cortesanos ambiciosos-dijo el Gwydion-. Y procura guardarte para ti esas impresiones. No te posiciones en contra de nadie y no menosprecies el feudo. Triste o no, será nuestro hogar durante el próximo año.

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27/05/2011, 14:46
Dama Ariadna
Sólo para el director

-Era sólo un comentario… No lo iba a decir -protestó por lo bajo-. No quiero contrariar a nadie ni dejar en evidencia el nombre de mi padre. Tendré más cuidado y procuraré aprender.
Sonaba todo lo convencida que podía estar una niña a la que acababan de regañar. Pero Ariadna, por el contrario, sí solía hacer caso de lo que le decía su gente de confianza pues sabía que tenían razón en la mayor parte de los casos. Sir Marin estaba allí para guiarla y ayudarla, y desde luego miraba por los intereses de ella y de su padre más que cualquiera de los que podría conocer durante aquel año.

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28/05/2011, 12:46
Dama Danielle
Sólo para el director

 Danielle miró a su alrededor, para ver si había alguien más con quien resultase interesante conversar antes de decidir marcharse a sus aposentos. Por el camino se detuvo ante un criado, pidiendole amablemente que le dijese a Stenn que, si no era mucha molestia, deseaba hablar con él.

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28/05/2011, 12:50
Sir Marin

-Buena chica. Serás una buena Duquesa cuando llegue el momento si sigues siendo tan prudente -dijo Sir Marin, sonriendo. No sonreía a menudo-. Ahora debemos volver con el resto. El Conde ha pedido música. Quizá se trate de un baile o algo parecido. No pierdas la ocasión de conocer a los demás y acepta bailes de aquellos con mejor posición.

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28/05/2011, 15:43
Director

Cuando la Dama Ariadna y Sir Marin bajaron de vuelta al gran salón, una eshu de rasgos árabes tocaba el laúd para regocijo del Conde. Sir Earil acababa de llegar, tan aquejado por los exceso de Beltaine como los demás. Sólo habían pasado dos días, pero bien sabía cualquier duende que la resaca de la fiesta más importante del calendario podía durar hasta una semana.

Lothar, en el asiento del Conde, escuchaba en silencio la música de Nadia. No se fijó en el regreso de la joven Gwydion ni en la intención de Danielle de volver a sus aposentos. Sir Cedric dejó sus labores como escriba y se acercó para charlar con Gwenhael, que observaba desde la distancia, mientras Ruby hacía un par de cabriolas que a nadie le importaban. La gran sala se había quedado vacía con la marcha de Axelle y Lord Ibrahim y, ensimismado como estaba, el Conde no sería un gran conversador.

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28/05/2011, 16:24
Dama Ariadna

 Ariadna regresó con pocos ánimos, pero al ver el ambiente que había en la sala terminó por decepcionarse. Desde luego, la poca ilusión que le quedaba se había desvanecido por completo ante la apatía que parecía compartir todo el reino. Pero como le había dicho Sir Marin, debía ser amable y agradar a la corte, y qué mejor oportunidad para lucirse que compartir su gran afición con los presentes y junto al laúd de aquella eshu.

La joven miró a su tutor brevemente, como haciéndole ver sus intenciones, y se aproximó a Lothar con decisión, levantando ligeramente el mentón con aquella porte orgullosa y noble que distinguía a su casa. Esperó a que la eshu finalizase la canción para llamar su atención, pues interrumpirle en su disfrute no habría sido buena idea.

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28/05/2011, 16:26
Sir Earil

Sir Earil había entrado más tarde de la cuenta, perdiéndose cualquier discurso. Teniendo en cuenta la hora y el dolor de cabeza, tampoco lo lamentaba: incluso la música de Nadia llegaba a rechinarle un poco después de una celebración tan movida. En la Corte de Albión siempre habían sido más calmados... O quizás el más calmado era él. En cualquier caso, inclinó ligeramente la cabeza hacia el Conde en señal de respeto y, sabiendo que probablemente ni se percataría de su existencia, no se molestó en acercarse. Apoyado en una columna, con los brazos cruzados, paseó los ojos por la concurrencia. Su actitud era relajada, hasta que encontró la mirada de Ariadna. No reconociéndole, le dedicó una ligera sonrisa y dedujo que probablemente se trataba de una nueva adquisición de la Corte.

Con ligereza se despegó de la columna y se aproximó a la joven. Atravesó parte de la sala en línea recta, dedicando en el camino una sonrisa a la Pooka. Al llegar a Ariadne, se inclinó en una reverencia cortés. Al hablar, su tono era suave, aunque quizás algo más carente de energía de lo normal merced al dolor de cabeza. Hablaba el francés con un ligero acento británico.

-Milady, temo no tener el placer de conoceros por mi imperdonable retraso... Soy Sir Earil, el Vidente de la Corte.

El sidhe que la acompañaba, Sir Marin, miraba al joven con una expresión no demasiado amistosa.

Notas de juego

Si te parece, Earil se acerca mientras espera a que la eshu termine XD Aunque sólo sea porque había escrito esto mientras tu escribias tu post :P

EDIT MASTER: Ni Axelle y Ibrahim ^^

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28/05/2011, 16:44
Dama Danielle

 Danielle se detuvo al oir a Ariadna, girandose hacia donde estaba. A nadie se le ocurría hablar al conde cuando estaba embelesado escuchando a Nadia, ya que parecía ser la única cosa que le animaba. Al escuchar las palabras de la sidhe, miró alarmada a la trovadora. Bastante malo era la situación de la eshu pero corrían el riesgo de que todo empeorase mucho más si se sentía hechizado por la sidhe. ¿Qué hacer no obstante? 

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29/05/2011, 06:47
Dama Ariadna

 Ariadna esperaba paciente a que la canción acabase, deleitándose con cada nota que las prodigiosas manos de la eshu lograban arrancarle a las cuerdas del laúd. Incluso se había permitido cerrar momentáneamente los ojos para disfrutarla mejor cuando una melódica voz la sacó de su ensoñación. Algo azorada se giró para ver cómo un sidhe que no recordaba en la recepción le presentaba sus respetos. Respondió con una gentil sonrisa y la reverencia adecuada.

-No os preocupéis, Sir Earil, es comprensible. Os agradezco aun así que os hayáis presentado formalmente. Yo soy la dama Ariadna ni Gwydion, hija de Lord Sirius ap Beaumayn e invitada del Conde Lothar. Mucho gusto en conoceros.

Dirigió una breve mirada a Lothar que, por supuesto, ni se había percatado de su presencia. Suspiró con cierta desgana pero sin perder el ánimo se volvió hacia Sir Earil para tratar de entablar algo de conversación. 

-Me encontraba a punto de...

Fue entonces cuando se vio sorprendida por los centelleantes ojos azules del adivino. Desde luego nunca había visto unos ojos así de imponentes, y eso que en la corte de su padre conocía a varias personas con gamas cromáticas realmente extravagantes y hermosas. Tuvo la sensación de que si le prestaba demasiada importancia acabaría totalmente obnubilada por él, así que se recompuso enseguida del asombro y continuó con su explicación.

-Estaba a punto de solicitar permiso al Conde para poder honrar a los presentes con una canción. Espero que sea también de vuestro agrado.

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29/05/2011, 11:04
Sir Earil

Sir Earil alzó ligeramente las cejas al ver lo que la joven se traía entre manos. Sus labios se apretaron ligeramente, no por disgusto, sino por preocupación. Comenzó a hablar con un tono cortés y, quizás, un poco inseguro al principio.

-Mi Dama, estoy seguro de que sería del agrado de todos los presentes... -a continuación, bajó un poco la voz, se acercó ligeramente más a Ariadna para que le oyese. Su tono era confidencial- Temo sin embargo que al Conde le pueda gustar demasiado -suspiró con suavidad, permitió una pequeña pausa de un segundo para observar a Lothar por el rabillo del ojo. -Habéis llegado a la Corte en un momento complicado, Dama Ariadna. Nuestro Conde y Señor perdió a alguien bastante cercano y, desde entonces, sólo la música le consuela. El problema es que, cegado por su amor a la música, puede descuidar el bienestar del intérprete, o exigirle demasiado. La joven eshu que allí véis se llama Nadia, y el Conde no le deja marcharse desde hace meses para poder seguir obligándole a tocar... -se encogió ligeramente de hombros ante la sidhe, su expresión tenía un cierto matiz de tristeza, quizás por el conde, quizás por la eshu.- Aunque estoy seguro de que sería un placer para todos los presentes, no sé si cantar para el Conde es lo más sabio, ni qué consecuencias podría tener si apreciase vuestra música como sin duda esta merece.

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29/05/2011, 12:22
Dama Danielle

 Al escuchar las palabras de Earil todos aquellos que conocían a Danielle pudieron ver como se relajaba un poco. Al menos alguien había podido evitar un posible desastre antes de que ocurriese. Aunque todavía faltaba ver como evolucionaba la noche. Definitivamente debía hablar seriamente con Sir Marin sobre las cosas que era y las que no era saludable hacer en la corte.

Se acerco a la pareja con su expresión más amigable, esperando no interrumpir. Al menos no demasiado, sonrió para si misma.

- ¡Sir Earil, no os había visto! Dama Ariadna, veo que ya habéis conocido a nuestro vidente... No le hagáis mucho caso, no obstante. Sólo acierta prácticamente siempre.

Como siempre que se encontraba tensa y no estaba en una situación de trabajo, volvía  ser esa niña que le costaba hablar sin decir estupideces. Al menos ahora podía disimularlo como un peculiar sentido del humor.

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29/05/2011, 12:28
Dama Ariadna

 La joven, confusa, no supo muy bien cómo reaccionar ante el comentario, y menos tras la aparición de la Dougal en su conversación. Miró a la eshu con curiosidad y después de nuevo al Conde. Sí que parecía totalmente embelesado por la música, y eso era algo que podía compartir y comprender perfectamente pero... Los rumores que habían llegado a sus oídos eran distintos y de toda clase. ¿A qué atenerse? Sir Marin decía que debía ser amable y servicial con su anfitrión, pero aquello parecía ponerla en un riesgo que no estaba segura de querer correr. La música, las artes en general, no eran algo para explotar de aquella manera. Aunque claro, a la gente también le gustaba mucho hablar.

-Supongo que bueno es saberlo, Dama... Danielle, ¿no? -dijo dubitativa, pues le costaba un poco memorizar todos los nombres. Volvió a mirar de reojo a Lothar y se alejó ligeramente de su lado, pues las ganas de cantar se habían esfumado por completo. ¿Dónde se había metido?-. Creo que me gustaría tomar un poco el aire, si no es molestia. Y así de paso conocer los hermosos jardines del feudo.

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29/05/2011, 12:33
Sir Earil

Sir Earil sonrió cortés e hizo un ligero gesto con la mano, como quitando peso, por humildad, al halago de la Dougal.

-La Dama Danielle exagera: mucho me queda para llegar siquiera a los talones del anterior Vidente. Lo cual no quita -y aquí dedicó una sonrisa más abierta a Danielle- que os agradezca vuestra consideración. Algún día estaré a la altura... Y entretanto, sobornaré vuestro aprecio con golosinas para Sir George -añadió, guiñándole un ojo. Siempre pronunciaba el nombre del dragón a la inglesa.

Luego, al escuchar la proposición de ir a los jardines de la Dama Ariadna, sonrió:

-Es una idea magnífica. El aire fresco nos hará bien... -algo en su tono indicaba que tenía la esperanza de que allí hubiese poco ruido, más que aire de cualquier tipo.

Ya en camino, dirigiéndose a Ariadna, aunque ligeramente girado para incluir también a Danielle, continuó:

-¿Sería una indiscreción por mi parte preguntar de qué Corte venís? Temo que con mi retraso... -e hizo un gesto ambiguo abarcando la sala- me he perdido todo lo interesante que se haya podido decir.

Lo cierto es que le sorprendía un poco que el Conde Lothar tuviese la cabeza para traer invitados de ninguna parte o preocuparse por ellos. Pero eso no era algo que decir en voz alta, y el joven sidhe sabía ser tan hipócrita como cualquier Cortesano. Si Su Alteza hubiese decidido vestirse sólo con una tetera, probablemente recurriría a su sangre inglesa y señalaría que era "algo excéntrico".

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29/05/2011, 12:50
Sir Marin

Sir Marin observó cómo Ariadna se alejaba desde la distancia. No parecía muy contento, pero lejos de demostrarlo, se mantuvo en silencio observando a la eshu continuar con su música.

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29/05/2011, 12:56
Dama Danielle

- Por favor, disfrutad de ellos. Yo me quedaré aquí... no suele sentarme bien el cambio de temperatura.

 Danielle observó como Earil y Ariadna salían hacia los jardines, esperando a que desapareciesen de su vista para acercarse a Sir Marin.

- Sir Marin,- dijo con una inclinación de cabeza.- Portavoz Danielle, a vuestro servicio.

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29/05/2011, 13:02
Sir Marin

-Portavoz -contestó Sir Marin devolviéndole la inclinación-. ¿A qué os referíais con todo el asunto de la eshu y lo de no aconsejar a Ariadna que cantase?