Partida Rol por web

Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche

El cuerno de la abundancia

Camino hacia el destino

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31/12/2010, 06:29

La caravana avanzaba a paso lento pero sin detenerse, no estaban muy lejos de Mountblanc, medio día quizás, incluso  podía vislumbrarse ya una de las torres a lo lejos. Pero lo mejor sería descansar en el pueblo de Port Bleu, la brisa indicaba que en cualquier momento comenzaría a llover y los caballos estaban demasiado cansados. Además de la guardia del duque que siempre iba adelante del carruaje, venían dos consejeros y la esposa de Guillaume.

Avanzando unos metros más encontrarían la posada del Camino, llamada así a secas y atendida por Fred Genie y su esposa Marie, él un hombre delgado de gesto adusto y ella una rechoncha mujer de carácter amable y risueño. Pero para eso había que avanzar unas calles más, las manos de su esposa se enlazaron con las de él y lo miró a los ojos, de algún modo le conocía lo suficiente como para darse cuenta que a él no le había sentado del todo bien aquel viaje.

A lo lejos una relámpago iluminó el cielo pero la tormenta aún estaba lejos, seguramente les agarraría tranquilos y calientitos en una cama y quizás hasta limpios, si la posada contaba con una buena bañera para el matrimonio. Los caballos avanzaban dejando escuchar dentro del carruaje el acompasado ritmo de los cuatro, sin duda los mejores caballos y que volvían por fin a su tierra. Guillaume sabía de la invitación pues aún cuando no había sido personal, había llegado a sus manos como parte de las invitaciones a todos los nobles de Francia. Por suerte aún conservaba su castillo en las afueras de la ciudad.

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31/12/2010, 11:05
Guillaume du Balzac

Tal y como nos íbamos acercando a destino, acudían a mi oleadas y oleadas de recuerdos, algunos dulces y agradables, otros amargos y dolorosos, mi mente bailaba tranquila con ellos mientras miraba por la ventana.

- Tres años, y me siento como un extranjero en el lugar que nací – dije de forma distraída mirando los campos de cultivo.

Sentí la mano de mi esposa que entrelazaba sus dedos con los míos y me giré a ella para sonreírle, regresaba con una bonita esposa, joven, obediente, todo lo que un hombre podía desear, aunque no sabía si era feliz del todo – Esta noche será el último alto del camino, mañana podremos descansar en mi castillo – le aseguré

Mis palabras fueron cerradas por un lejano trueno y el relincho de uno de los caballos, el viaje era tan pesado… pero ya estábamos al final del mismo, cuan diferente era esto de donde había luchado, allá en las tierras de los sarracenos.

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02/01/2011, 09:14
Fred Genie

Finalmente con las primeras gotas de agua y el cielo enfurecido, llegaron a la posada del Camino. No era el sitio más lujoso, pero si el mejor de la región.

 

Apenas entrar un delicioso olor a cocina de hogar y guisado de carnes inundó la nariz de los recién llegados. Y de inmediato un agradable Fred salió a recibirlos como era merecido, sabía que eran importantes y aunque la cara del Guillaume se le hacía conocida, lo cierto es que no lograba descifrar quién era.

-Bienvenidos seáis a la posada del camino, tengo un excelente dormitorio para los esposos-no se le escapaba nada.-Y un par de habitaciones para el resto. ¿Quieren ir directo a ellas o prefieren cenar primero? ¡Marie es la mejor cocinera de la región!

Les señaló las escaleras y una mesa en el rincón para el matrimonio, no muy lejos de ellos había una más grande para la guardia pero esperó paciente por las órdenes del amo. La verdad era que para tener un gesto tan adusto, Fred era un hombre muy simpático.

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02/01/2011, 11:14
Guillaume du Balzac

La mejor posada de la región, cuanto tiempo había pasado, ayudé a bajar a mi esposa y me quedé mirando la fachada de tan singular edificio, cuando tiempo…

Las gotas y la voz de Fred me sacaron del pequeño trance y entramos dentro para resguardarnos – Pero Fred ¿No me reconoces? Soy Guillaume du Balzac, espero que me cuentes todo lo ocurrido en estos tres últimos años… - le dije sonriente y apoyando una de mis manos en su hombro – Pero antes de eso…

Miré a mi esposa y le pregunté en un susurro cerca de su oído - ¿Quieres que cenemos ahora y luego nos damos un baño o al revés?

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02/01/2011, 21:54
Fred Genie

Fred estaba por responder a Guillaume pero aguardó tranquilamente mientras los esposos se ponían de acuerdo y ella respondió que prefería cenar antes, en ese tiempo a Fred le dio tiempo de reconocer a Guillaume.

-¡Mi lord, es un placer teneros aquí a vos y a vuestra esposa!

Enseguida se dispuso el servicio en las mesas para ellos, el vino, el agua miel y todo lo demás comenzó a correr y los platillos humeantes llenaron la mesa.

-Es un placer teneros aquí, os quedáis en vuestra casa.

Hizo una reverencia y se apartó rápidamente, el resto de la gente que había en la posada, simplemente se limitaba a observar a la curiosa pareja de reojo.

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02/01/2011, 22:32
Guillaume du Balzac

Asentí con la cabeza a Zafira y no pude disimular una sonrisa cuando Fred me reconoció, era muy agradable ser reconocido cerca de tu casa, aunque le tuve que ayudar un poco.

- El placer es nuestro… - nos acomodamos a la mesa, solo con disponer de una silla que no “traqueteara” como el carruaje era suficiente

- ¿Ha ocurrido algo importante en estos tres años? – pregunté a Fred en una de las ocasiones que vino a traernos platos

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03/01/2011, 02:24
Fred Genie

Fred se paró al lado de la mesa con las manos en los bolsillos del delantal que siempre llevaba y asintió.

-El rey es más odiado cada vez, aunque parece un buen tipo, se sabe que la del poder es nuestra amada Helena. No hay nadie como ella para mantener este país a flote.

Al posadero ni siquiera le pasaba por la cabeza lo que ella significaba para Guillaume.

-Aún así hay gente maliciosa que habla mal de ella, se dice que tiene amantes por montones porque el rey no es capaz ni de servir en el lecho-Fred sonrió, no parecía decirlo para molestar.-Pero lo cierto es que, por mí ella puede tener mil amantes mientras estemos tan en paz como ahora... Hay abundancia, se pagan impuestos justos, no me quejo. ¡¡Viva Helena!!

Notas de juego

No sé si Zafira sepa que Helena es tu gran amor, por eso no posteo con ella aún :) Dime y entonces posteo con ella.

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03/01/2011, 13:21
Guillaume du Balzac

Zafira sabía que era soltero antes de casarme pues las costumbres cristianas no permiten tener más de una esposa, de todos modos me preguntó si “había alguna mujer” le dije que “había” pero que ya no, quizás por mis gestos podía adivinar que era una herida medio abierta, pero también que la quería cerrar.

Tampoco le hablé de quien se trataba, supongo que porque tampoco hasta el momento me lo había preguntado de una forma directa.

Aún tener noticias de ella removía algunos sentimientos, me alegré al escuchar que su marido “no servía” en la cama y que ella mandaba, pero sentí un pinchazo al escuchar que tenía mil amantes.

- Está bien Fred y estás en lo cierto, la paz no tiene precio y es justo lo que me apetece después de este tiempo de degustar sus horrores – Aparté rápidamente mis pensamientos de Helena, ya había cumplido mi penitencia, ella que hiciese su vida y yo la mía

Notas de juego

Respondí de forma roleada ^^

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04/01/2011, 21:45
Fred Genie

Fred hizo una reverencia y comentó por último:

-Paz tendréis mucha por aquí, mi lord. Bienvenidos seáis. Iré a atender a los demás huéspedes.

Se alejó conversando con otras personas, a pesar de todo, seguía siendo el mismo.

 

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04/01/2011, 21:49
Zafira

-La cena está deliciosa...

Dije convencida de que lo estaba, aún cuando no era lo que estaba acostumbrada a comer, ya había visto mucho de las comidas de mi esposo.

-Mi señor, estoy muy cansada esta noche pero no tanto como para no contaros un cuento antes de dormir, necesitáis relajaros...

Le sonreí, realmente quería que me amara, aunque algo dentro de mí siempre me decía que no, que él nunca me podría amar como amaba a esa mujer de la cual yo no sabía nada. 

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04/01/2011, 22:33
Guillaume du Balzac

- Id con Dios – le dije a Fred, la verdad es que sus noticias fueron tranquilizadoras, uno siempre está inquieto cuando vuelve después de tanto tiempo y exceptuando lo de… va, mejor no pensar en ella.

- Si lo está, querida – el sabor me resultaba familiar, según el país la comida sabe de un modo y esta sabía como en casa.

Posé mi mano en su antebrazo – Como deseéis… - sonreí por lo del cuento, lo que más me gustaba era lo atenta era conmigo – siempre es agradable escucharte

Esperaba no estar abusando de ella, un marido debía de ser estricto con su esposa, al menos en público guardar las apariencias, pero en privado me gustaba ser siempre amable con ella, aunque algo me impedía entregarme del todo, que me parta un rallo si no lo intentaba con todas mis fuerzas, aceleré el ritmo de la cena, si ella quería descansar no había que prolongar la noche – Cuando queráis

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05/01/2011, 01:08
Zafira

Esperé a que Guillaume se levantase y tras él me levanté yo, de inmediato un mozo muy joven nos condujo a nuestros aposentos, los truenos y relámpagos se hacían sentir terriblemente; al entrar en la alcoba el hogar estaba encendido y la puerta se cerró dejándonos a mi esposo y a mí a solas. Rápidamente me quité el velo y cerré una pequeña ventana que dejaba entrar aire helado.

-Los inviernos aquí son terriblemente helados... Mirad, puedo contaros el cuento mientras os bañáis.

No sabía si dejaría que me bañara con él o si prefería sólo que lo bañara a él, así que aguardé a que él tomara la decisión. Me acerqué a él y comencé a quitar sus ropas sucias con polvo  del camino, las mías estaban un poco menos sucias porque yo no había cabalgado ni una sola vez durante el viaje. Saqué la primer capa de su ropa y la dejé caer sobre el sillón. Un estruendoso trueno me hizo lanzar un pequeño grito y saltar en mi lugar.

-¡Por Alá!

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05/01/2011, 09:28
Guillaume du Balzac

Nos acompañaron a los aposentos y mi esposa cerró la ventana – Así estaremos mejor… si, echaba de menos este clima… - quizás ella echaba de menos el suyo… pero a me gustaba, sobre todo el invierno y las lluvias, en sus tierras llueve tan poco…

A su comentario de la bañera, no sabía ella como se sentiría más a gusto, era tan educada y complaciente que era verdaderamente difícil adivinar sus deseos – Como gustéis, la bañera parece suficientemente grande para dos, si queréis podemos aprovechar ambos que ahora está más caliente… -

Dejé que comenzara a quitarme la ropa sin dejar de mirar su bello rostro y al salto que dio por trueno la abracé comenzando a reír – no temáis, no os hará daño – hubo un momento de silencio y tras mirar sus labios la besé, cuando estaba tan cerca de ella era cuando olvidaba todas mis preocupaciones

Pero no os toméis a mal si os digo que tratéis de evitar usar esa expresión en público, puede que alguien no se la tome a bien, pero conmigo a solas no hay problema – ladee mi cabeza y levanté un poco su barbilla para ver que no se lo tomaba a mal, a mi no me molestaba, pero había fanáticos del cristianismo, hipócritas que seguro se lo tomaban a mal y no quería verla en problemas.

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05/01/2011, 16:54
Zafira

Su beso me devolvió a la realidad y aunque estaba a punto de enojarme, vi en sus ojos que no quería lastimarme, que él simplemente lo hacía por mi bien y sonreí agradeciendo su gesto, después de todo era buen esposo y yo casi lo había amado desde el momento en que lo conocí.

-No volveré a hacerlo... Tomemos ese baño juntos.

Lentamente me quité la ropa, no sin un poco de vergüenza y rápidamente me metí en la tina, recargándome de una de sus paredes y luego le hice venir a él dándole una mano y haciendo que su espalda se recargara en mi pecho. Comencé a frotarlo.

-Me alegra mucho estar en tu ciudad, creo que la gente te quiere aquí...

Froté su espalda suavemente, había aprendido a hacerlo de la manera que le gustaba. 

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05/01/2011, 17:47
Guillaume du Balzac

Me alegró ver que no lo tomaba a mal aunque su frase tan “pegada” a la siguiente me hizo ver que mi comentario no había sido de su agrado, pero el mundo era el que era, ya le dije que por mi no había problema, pero sabía que no todos opinaban como yo, dejé pasar el tema.

Vi como se desnudaba con cierto pudo, era una lástima con el cuerpo tan bonito como el que tenía, pero para que negarlo, ese gesto me excitaba aún más.

Me desprendí del resto de mi ropa, yo sin tratar de ocultarme y me senté donde ella indicó, mientras comenzaba a a masajearme cerré los ojos disfrutando de sus manos.

- ¿Si? – sonreí pero por la primera parte de su frase, le agradaba estar aquí, venía temiéndome desde hace muchos días que sintiese una añoranza extrema, pero si este no se producía mucho mejor – Yo estoy contento de estar y de que te no te haya importado venirte conmigo…

Sonreí echando la cabeza hacia atrás hasta encajarla en su cuello - ¿No ibais a contarme un cuento?

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05/01/2011, 17:48
Zafira

Lo miré a los ojos y sonreí.

-Si, voy a contarte un cuento.

Lo estrujé entre mis brazos y comencé a contarle aquella historia, una vieja historia de mi pueblo.

-"Un Califa de Bagdad llamado Al-Mamun poseía un hermoso caballo árabe del que estaba encaprichado el jefe de una tribu, llamado Omah, que le ofreció un gran número de camellos a cambio; pero Al-Mamun no quería desprenderse del animal. Aquello encolerizó a Omah de tal manera que decidió hacerse con el caballo fraudulentamente.

Sabiendo que Al-Mamun solía pasear con su caballo por un determinado camino, Omah se tendió junto a dicho camino disfrazado de mendigo y simulando estar muy enfermo. Y como Al-Mamun era un hombre de buenos sentimientos, al ver al mendigo sintió lástima de él, desmontó y se ofreció a llevarlo a un hospital.

«Por desgracia», se lamentó el mendigo, «llevo tres días sin comer y no tengo fuerzas para levantarme».

Entonces, Al-Mamun lo alzó del suelo con mucho cuidado y lo montó en su caballo, con la idea de montar él a continuación. Pero en cuanto el falso mendigo se vio sobre la silla, salió huyendo al galope, con Al-Mamun corriendo detrás de él para alcanzarlo y gritándole que se detuviera. Una vez que Omah se distanció lo suficiente de su perseguidor, se detuvo y comenzó a hacer caracolear al caballo.

«¡Está bien, me has robado el caballo!», gritó Al-Mamun. «¡Ahora sólo tengo una cosa que pedirte!»

«¿De qué se trata?, preguntó Omah también a gritos.

«¡Que no cuentes a nadie como te hiciste del caballo!»

«¿Y por qué no he de hacerlo?»

«¡Porque quizás un día puede haber un hombre realmente enfermo tendido junto al camino y, si la gente se ha enterado de tu engaño, tal vez pase de largo y no le preste ayuda!»"

Mientras contaba el cuento seguía masajeando su cuerpo y acarciando cada parte de su piel como si fuera lo más natural del mundo y cuando terminé de contarlo, lo miré a los ojos con una sonrisa.

-¿Te ha gustado?
 

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05/01/2011, 18:06
Guillaume du Balzac

Le correspondí con otra sonrisa mientras comenzaba a contarme el cuento y de nuevo cerré los ojos para relajarme mejor y de paso para imaginarme cada una de las escenas. Me parecía un cuando muy bonito, con su mensaje cargado de bondad, abrí los ojos y la miré – Me ha encantado, la mayoría de la gente de aquí desconoce la bondad y lo avanzado de vuestro pueblo, con lo magnífico que sería la paz entre ambos…

Giré un poco más mi rostro y apoyé mi mano en su nuca para acercarla un poco más a mí y besarla de forma muy dulce - ¿Estáis demasiado cansada como para complacerme? – le dije de forma pícara – y no acepto mentiras piadosas – le dije sin dejar de sonreír

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05/01/2011, 18:10
Zafira

Mis mejillas se encendieron ante su pregunta, pero Alá me había creado para complacer a mi marido y nunca estaría tan cansada como para no complacerlo. Bajé mis manos por su pecho.

-Nunca estaré tan cansada como para complacerlo, sidi.

Mis manos descendieron hasta su sexo y comencé a acariciarlo suavemente. Luego lo empujé suavemente para poder moverme e ir hasta la parte de enfrente, lo miré a los ojos y me senté encima de él, solamente rozando su sexo con el mío, aquella parte si tendría que hacerla él. 

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05/01/2011, 18:49
Guillaume du Balzac

No me acababa de gustar esa exagerada “devoción” hacia mí, no pretendía ser un marido estricto y me gustaría que pudiese ser sincera conmigo, pero lo dejaría para una charla más adelante, ahora no era el momento.

Comencé a hacer suaves ruiditos de placer tan y como iba acariciando mi miembro y consiguió dejarlo preparado para lo necesario, dejé que se pusiera delante de mi y agarré sus pechos cuando comenzó a rozarse – me encanta cuando haces eso – murmuré para que fuera consciente de mi placer

Parecía que me dejaba la iniciativa ahora a mi, tomé mi miembro y con él acaricie la parte delantera de su sexo, sabía que eso le producía placer y me encantaba ver como ella disfrutaba con todo esto, tras unos segundos la ensarté con él comenzando a elevar mi pelvis repetidas veces aumentando poco a poco la profundidad de las penetraciones, aunque para eso ahora tenía que apoyar mis manos en la parte superior y laterales de la bañera.