Partida Rol por web

Respecto a los aldeanos Sr KOlynski... yo se de ellos tanto como usted... los muy cabrones se comunican entre ellos mediante un dialecto arcaico.. ellos entienden y hablan perfectamente nuestro y idioma... solo que jamás lo utilizan... ah salvo para pedir zumos de fruta fríos...

 Estaba sorprendido por la clase de "fauna" que había en el lugar, esos pescadores eran misteriosos y hasta daba un poco de repelús oír hablar de ellos, pero bueno, paz y amor como dirían los pacifistas.

- 70 años, es una bonita cifra, desde luego las empresas pueden sacarle muy buen partido a estas tierras, veremos que se cuece - Después dirigí mi mirada hacia Relidaf

- Desde luego, estoy con usted en cuanto a que será  un evento muy interesante, aquí todos venimos a ganar y usaremos todos los recursos posibles - alcé mi café como en señal de brindis hacia los presentes e incluso miré hacia atrás por si veía al maleducado jovenzuelo cazafortunas.

Miro al alguacil con cara de "¿Qué me estás contando?" cuando menciona que alguien va a por mi. ¡A por mi! ¡Que soy la persona más pacífica y tranquila del lugar! Boh.

- Seguro que es la pelirroja esa. ¡Desde que la vi en el barco que no me dio buenas vibraciones! Seguro que está celosa de que ahora quiera tomar a la rica. Hmmm... Pero no la dejaré que me mate, ¡no señor! -Sonrío. Tengo un plan.

- ¿Eso es todo? ¿Puedo irme ya o me va a decir que me voy a morir de cáncer? -Enarco una ceja-. ¿Me deja un arma para defenderme o he de esperar encerrado a que vengan a por mí?

alzo me baso de gaseosa para el brindis y sigo bebiendo...vaya...esto se pone...interesante?...aunque el chico santo no encaja muy bien aqui...en realidad eso hase las cosas mas interesantes...es un personaje interesante ese Lodrieyusky no creen?...creo que tiene mas problemas de los que aparenta

Mientras ordena sus papeles el alguacil te contesta

..Y le he dicho que no se nada más, puede ser cualquiera de ellos... y olvidese del arma..no quiero tiroteos en mi isla...contrólese hombre... ahora relájese

- ¿Me puede dar ya las llaves de mi habitación? Quiero irme a descansar -Bufo-. Y si no quiere nada más, voy a lo mío -Gruño. Mierda. Osea, ¿tengo que aceptar que me quieren matar y no me dá nada para defenderme?

¿Y quién puede ser? Lo que está claro, es que no me voy a quedar de brazos cruzados mientras un@ psicópata me quiere matar. ¡Me los cargaré yo antes! ¡¡Aunque para ello me los tenga que cargar a todos!!
 

Enarco una ceja al oir el comentario del tipo con aspecto de chupatintas y dejo de escribir, cierro mi cuaderno y lo guardo en mi mochila de nuevo, esmerándome en dejarla bien cerrada. Me levanto de la silla, con la mochila a cuestas y me acerco a la barra, situándome entre los dos ejecutivos.

-Tienes hielo?- le pido a la dueña- Para echarselo al café- sonrío levemente- Aquí hace mucho calor...

-Me alegra saber que no me quedaré sin un techo bajo el que dormir durante mis vacaciones. Por cierto, no recuerdo sus nombres...- les digo tanto a la dueña como al ejecutivo encorbatado que había conocido en primer lugar en el barco.

-Interesante? Si con eso se refiere a ser repugnante, entonces estaremos de acuerdo, Sr. Psicólogo- sonrío maliciosamente -La verdad es que se respira mucha tranquilidad sin ese pesado insoportable de aspecto roñoso. Pobre alguacil, a saber que burradas le estará diciendo...- comento sin más -Sólo espero que no sea uno de esos camellos de coca de L.A....- añado- Si no lo es, lo disimula muy bien- finalizo en tono sarcástico.

La chica les invita a presentarse... y se sintió tonto al darse cuenta de que aún no se había presentado formalmente, no era propio de él

-Mi nombre es Relidaf Kolynski, señorita...

Se quedó esperando que le dijera su apellido, porque la verdad es que tampoco él sabía el nombre de la chica.

Miro al ejecutivo. Tiene su punto sexy, lo he de reconocer, para ser un ricacho, claro.

-Angela Mineski. Un placer- le acerco la mano para entrechocarla, en un gesto de cortesía -Supongo que tanto usted como el otro caballero trajeado están aquí para competir por el edificio no?- razono, más que no preguntar -Bueno, pues si no acaban tirándose demasiado de los pelos ni se apuñalan el uno al otro, esta noche podríamos hacer una ronda de chupitos para celebrar el comienzo de unas maravillosas vacaciones en un sitio paradisíaco... Que les parece? - les miro y les sonrío burlonamente- Se apunta, Doctor? Será divertido. Sé algunos chistes verdes.

Le da la mano, como cortesía y se permite una sonrisa al oír sus ocurrencias.

-No se preocupe, es cierto que estoy por la compra de este sitio, pero tampoco como para tirar de los pelos a nadie, ni nada de juego sucio, al menos por mi parte- dijo medio en broma mirando al otro huesped interesado en la compra- Así que acepto su oferta para esta noche, todos nos divertiremos.

Aunque para Relidaf, si el drogadicto antisocial no acudía, tampoco iba a llorar... Más bien al contrario.

 Con algo de confianza, cogí y apoyé mi mano sobre el hombro de Relidaf. Estaba claro que eramos oponentes pero no debería significar que por ello tuviéramos que llevarnos mal, a fin de cuentas una cosa es el trabajo y otro lo personal ¿no?.

- Es una lástima que nuestro compañero sea pacífico, yo tenía preparado en mi maletín una jugosa colección de armas blancas para eliminar a la competencia - dije riéndome dejando claro que era una broma, aunque no dudé en mirar a los allí presentes por si su rostro reflejaba algún tipo de mueca que demostrase que se lo habían tomado en sueño.

- Siento ser un aguafiestas pero no os acompañaré en la ruta del alcohol, no estoy acostumbrado a beber y la imagen que puedo dar puede llegar a ser dantesca, no tengo intención de chafarle la noche a nadie y mucho menos ser el bufón - sin más dilación y dejando clara mi postura seguí tomándome el café

- Eso si, espero que brindéis por la salud de todos los inquilinos -

Sr Santo no se preocupe.. mientras esté yo aquí no se atreverán..o al menos eso espero.. salga ahí fuera y procure averiguar algo....ya hablaremos

Casí sin darte cuenta ves como Tolynski te ha arrebatado casi con el arte de un experto prestigitador una bolsita con tus sustancias favoritas..

..por ahora esto me lo guardaré yo....

Sales de la habitación con un cabreo de coj...

Santo sale de la oficina del alguacil visiblemente alterado

Un inversor japonés con camisa de colores chillona, pantalón blanco y sandalias con calcetines casi hasta las rodillas ,ha bajado por la escalera, se acerca a Natalia y le dice algo... el japonés os hace una reverencia a todos... Natalia sonríe malevolamente...

Aquí tiene su hielo Sr Toyotazama... y sus cocacolas frías....

El japonés muy sonriente os hace una reverencia y desaparece por las escaleras con el hielo y sus cocacolas

Te dirijes hacia el sitio donde escondiste el cilindro y ves que allí no está...

..Sr Golta si es tan amable haga el favor de pasar

.... como ve Srta ya no me queda hielo para su café....
Sonriendo maliciosamente se acerca al oido de Angela y le dice algo...

..no me queda hielo ..pero quizás tenga algo que le interese....

- Bueno, por fin me llegó el turno, espero que la vacuna no me duela - dije burlón, puesto que la espera y la reacción negativa de "Santo" me recordaba fielmente a aquellos momentos donde había que hacer cola para vacunarse en las edades más tiernas.

No sabía hasta que punto podía afectarme la charla con el alguacil, supuestamente solo debería ser una inocente conversación sobre papeleo, algo a lo que estaba acostumbrado pero para que alguien salga a disgusto significa que han tenido que poner más restricciones o detalles imprevistos en la orden del día.

Salgo del despacho del alguacil cabreado. Maldito viejales de mierda... Me quedo mirando a los demás presentes y les hago un corte de manga. Sea quien sea, va a tener que venir de cara si tiene cojones.

Me giro y me dirijo al escondite donde he guardado lo mío.

- Creo que era aquí... -Susurro, mirando el lugar. Me agacho y comienzo a rebuscar. Pero no, no están. Rebusco con más ahinco, como si me fuera la vida. ¡Mierda! Me levanto y doy una patada al árbol, haciéndome polvo el pie-. ¡¡Aaagh!!

Vuelvo al hotel, con un cabreo de mil demonios. Miro a todos los presentes ahí, hasta plantar la mirada en las dos churris. Hago una mueca y luego esbozo una sonrisa cruel.

- Eh, tú, apestosa adinerada -Mascullo-. ¿Tenéis birras en este asqueroso hotel?