Partida Rol por web

Había sido titánica tu labor, jamás en tu vida hubieras pensado que serías capáz de algo así, de cruzar un mar, de enfrentarte a una bruja, de nadar contra la corriente y ahora, bajar por unas escaleras en donde pudiste morir, si, eres valiente, y más encima, ahora, con arco y flecha en manos, habías logrado lanzar una flecha, hasta la otra orilla, esta se incrustó en un tronco, casi atravezándolo, dejando dentro del mismo árbol, el nudo de la liana que has usado para poder guiarte. Levantas  las cejas asombrada por lo que habías hecho.

Te subes a la barcaza de madera blanca, era preciosa, tenía una terminación muy clara,  la punta de la barcaza  era más alta, y el quilla subía y terminaba en un elaborado trabajo sobre la madera en donde había flores y rococos labrados. Arriba, te jalas con la liana para poder llegar a la otra orilla.

Al fin llegas al otro lado, sin mayores problemas, y desciendes, agradeciendo el poder al fin tocar tierra,pero miras de nuevo, desde donde estás, puedes ver que a unos treinta metros hay otra caída de agua, pero puedes ver de más de cerca aquella bella contrucción.

¿que clase de criaturas vivían en esas tierras?, miras a tu alrededor y ves el comienzo de una escalera que debes tomar.

Es la única escalera que lleva al otro nivel, y de ahí, seguro que debes ir hacia aquella ciudad que ves desde lejos. Subes, atenta a que nada te asalte o haya algún peligro, pero sólo escuchas los pájaros sobre tu cabeza, y el replicar de las múltiples cascadas de ese reino extraño y místico.  Luego de unas vueltas y unos 20 minutos por fin alcanzas la sima y te guías por el sendero hacia el edificio más cercano, pero unos sonidos extraños te hacen  pegar un respingón, son como voces y apresuradas respiraciones, nada demasiado amenazador, pero también escuchas quejidos y susurros y reconoces la voz de Selina y te acercas por uno de los matorales, en donde ves a tu amiga...

Y vaya escena es la que ves!...

Selina estaba sentada en las piernas de Eizhan, ambas tenían sus cuerpos desnudos, al ropa estaba entorno a ellas, y ambas sentadas sobre la capa de Eizhan, se besaban apasionadamente, entrelazando sus dedos entre sus cabellos y explorándose como dos niñas pequeñas, bajo un árbol, no ves a los demás, afortunadamente porque eso si sería demasiado, tener a todos en una orgía en medio del bosque. Las dos chicas no habían reparado en tu presencia, estaban más entretenidas desnudándose y besándose. Vaya momento para llegar...

Ambas buscaron la soledad, apartándose del camino y de ojos inoportunos, y bajo un alto árbol, consumaron su pasión y el calor que sentía la una por la otra, desnudaron sus cuerpos, y exploraron su piel clara, la piel de una mujer era suave y ahora ustedes podrían disfrutarla. Besaron sus cuerpos, sus cuellos, sus pechos turgentes y  erguidos por la pasión desmedida que no conocía de peligros ni de momentos oportunos. Besaron y recorrieron sus siluetas desnudas, sentadas en la capa de Eizhan que había tendido en el suelo, ahí, rodeadas por el silencio, el bosque y sus ropas se conocieron como mujeres, y gozaron de sus cuerpos y del placer... 

Hasta que escucharon una rama quebrarse y Eizhan que tenía a Selina sentada en sus piernas,  debe detenerse y ver quien era, sus reflejos la hicieron alzar su cuello encontrándose con una aparición... una enorme aparición, era Mary!, ahí de pie a unos metros de ustedes dos, con la cara desencajada y roja y vestida muy extrañamente, ¿era un fantasma o que?, pero estaba ahí, con sus piernas y mirándolas.

Deseas escapar, no imaginaste jamás ver así a tus amigas, o sea, no era el momento, eso, no era el momento para estar teniendo sexo, pero ellas estaban ahí, intentas escapar, y al dar un paso hacia atrás, una rama se rompe y ella se alertan, no se podía esperar menos de una cazadora como Eizhan. Ellas se giran hacia ti, Eizhan te ve visto, y parece tan sorprendida como tú, es una situación es realmente bochornosa, pero por lo menos has encontrado a tus amigos, es mejor pensar positivamente.

Aun si creerse que haya podido disparar una flecha bien, sube las escaleras que parecen llevar a aquella ciudad entre cascadas. El lugar le parece realmente bonito y, si no recuerda mal, Locasta ha dicho que es la ciudad de Ávalon. No sabe que ciudad es ni nada, en realidad no conoce mucho sobre los reinos o el mundo, pero gracias a lugares como esos cree que el poder de la Reina Roja no ganará, que la magia negra sucumbirá y les dejará vivir en paz como siempre han deseado.

Se pregunta si sus compañeros también habrán cogido ese camino, si les encontrará... la bruja buena del norte ha dicho que para encontrarles tiene que seguir ese camino, pero no le ha dicho cuanto tardará ni si les encontrará antes de que ellos regresen por otra senda. Por suerte, estar sumida en sus pensamientos y en el paisaje hace que la subida no se note tanto y no llega tan cansada arriba como podría esperarse. Quizá el nadar por el mar también le haya dado alguna fortaleza en ese aspecto, quién sabe.

Se dispone a seguir su camino cuando escucha sonidos raros... respiraciones entrecortadas, lo que parecen lamentos... quizá alguien se haya hecho daño, así que se acerca a los arbustos de donde procede y lo que se encuentra la deja paralizada y confundida a partes iguales, pero solo dura unos segundo porque inmediatamente aparta la vista roja como un tomate al ver a sus amigas en esa situación tan vergonzosa, aunque no haya sido su intención. 

Da unos pasos atrás, preparada para huir antes de que la vean, pero una rama se rompe a su paso y se detiene... deseando que estén tan concentradas en lo suyo que no hayan escuchado nada, pero al girarse ve que Eizhan sí se ha dado cuenta y entonces aun tiene más ganas de huir y esconderse. Se aleja de ellas y se esconde tras unos matorrales al lado del camino, cubriéndose la cara roja, bastante evidente al ser tan blanquita, con las manos.

¿ Mary ? , ¿  estas...estas..viva ? - detiene el momento que pasaban en la intimidad Selina y ella.

Coge la capa tapándose lo mas que puede su cuerpo desnudo, para acerarse donde se ha ocultado Mary.

No se si realmente serás tú o serás una aparición, sea lo que sea, escondida poco harás.Se donde te has escondido, no sigas escondiéndote y ven con nosotras. - mira a Selina y a ella misma.

Y lo que ha pasado entre las dos, jamás lo comprenderías a no ser que te unieras a nosotras.Nunca me han ido los hombres y jamás me irán. Prefiero una mujer por muchos motivos, espero que eso no te haya molestado.Sal de tu escondite y explicanos que ha pasado.Mucha gente esta muy preocupada por ti, incluso yo, tu madre te ha dado por muerta y todos los tritones, la reina de las sirenas y las demás sirenas te están buscando, hace poco de casi perdimos a James y Didac en el puente. - dice explicándose en voz baja, a la misma vez que se hace escuchar para que la oiga Mary, o lo que sea que se parece a Mary.

Puede que lo que hayas visto te haya sonrojado, no quieras saber nada de nosotras.Pero , también necesita el mundo de amor, y aunque yo sea muy fría y distante con los hombres, no significa que haga lo mismo con las mujeres.Eres guapísima Mary, entiendo que James se sienta atraído por ti, pero nunca te haría algo que no quisieras.Selina y yo, en el fondo deseamos lo que tus ojos han visto, pero es algo personal de nosotras.No tienen porque afectarte.. - se explica Eizhan.

Si decidieras probarlo, tal vez no verías con otros ojos a los hombres.Aunque eso es ya a gustos de cada uno. - termina por decir volviendo con Selina.

Tu decides, si irte, alejarte, estar con nosotras, seguir mirando,estar aquí las tres hablando y nos expliques que ha pasado o unirte a nosotras. - dice al volver con Selina y besarla dulce y tiernamente en los labios.

Escucha a Eizhan. Realmente le da igual que a ella le gusten las mujeres o que a Selina también... es más, ella fue la que le dijo a Selina que no se preocupase por esas cosas, que siguiese a su corazón y que si le gustaba Eizhan y estaba confundida que lo comprobase. No, no se esconde porque esté avergonzada de ellas, de sus gustos... se esconde por haberlas visto en un momento tan íntimo como ese, aunque parece que Eizhan lo ha entendido mal.

Aun así, se niega a salir de los arbustos.

-¡Lo siento! ¡No quería interrumpiros! Yo... yo pensaba... que había alguien herido y...

Se cubre aun más la cara con las manos aunque ellas no lo puedan ver.

-No es porque crea que seáis raras... yo le dije a Selina que eso no importaba.

Se levanta, saliendo de los arbustos, pero aun con la mirada desviada para no reparar en sus cuerpos desnudos y no pensar en la escena que ha visto. Ha sido algo inoportuno, hecho sin querer... sin duda no es ese el encuentro que esperaba con sus compañeros.

-¿Podéis... podéis vestiros? - dice un roja.

Mira extrañada a Mary

¿ Acaso nunca te has visto desnuda a ti misma ?, ¿ o te has bañado con mas mujeres ? - dice extrañada.

Si , estamos desnudas, pero como bien has dicho, ya nos interrumpistes , no estamos  " en marcha con nada" - dice mirando extrañada a Mary, aun con la capa puesta.

Selina , otro día continuamos, siento mucho haber parado.. - dice acariciando el rostro de Selina.

Si tanto te molesta ver a una mujer desnuda, no te preocupes que ya nos vestimos. - Su voz era algo irritada, pero el tono era bajo, lo justo para que escucharan Selina y Mary.

Aun no me creo que te este viendo con mis ojos. Ni te imaginas lo que hemos sufrido o pasado por tu "perdida". Incluso quise ofrecerme a tu madre, porque aun pienso que fue por mi culpa el que te perdimos. Se que he sido muy borde, basta, pero en el fondo te aprecio mucho y no quería perder a nadie, no se como lo entenderás tu. - dice mientras se viste.

Una vez terminan por vestirse tanto ella como Selina.

Puedes darte la vuelta, ya estamos vestidas. Cuenta, ¿que ha pasado y como has llegado aquí?, ¿qué paso cuando te perdimos en el mar? , ¿cómo que ahora tienes piernas y ese ropaje ? - pregunta Eizhan a Mary

No ve nada malo en sentir vergüenza por esas cosas, no entiende por qué Eizhan se lo toma tan mal... no es lo mismo verse desnuda ella misma que ver desnudas a dos amigas después de haber presenciado eso... ella ve normal sentir esa vergüenza, pero quizá esté equivocada. Se gira y mira a sus dos amigas y compañeras y se acerca a ellas. Se siente culpable por haber importunado en su momento de encuentro íntimo... quizá no tengan muchas ocasiones de eso de ahora en adelante y es algo que pesará sobre ella.

-Pues veréis... - se sienta en el suelo porque es una historia larga - los remolinos me mandaron a aguas peligrosas. Bueno, yo no lo sabía porque me desperté con el cuerpo lleno de cortes y lejos de vosotros. Una bruja malvada con tentáculos quería que fuese con ella haciéndose pasar por buena. Yo le dije que tenía que volver con vosotros porque no me fiaba mucho y luego me tentó con darme piernas - cuando llega a esa parte niega con la cabeza, esperando que ellas piensen que esas piernas se las dio la bruja -, pero cuando traté de huir me atrapó y entonces aparecieron la Reina, mi madre y los demás y la Reina me salvó con el tridente.

Se detiene un momento, dando tiempo a que las dos asimilen la información. Está resumiendo bastante la historia, pero quizá queden cosas sin explicar.

-Después, mi madre habló con la Reina y le pidió que me concediese piernas... y la Reina... la Reina lo hizo, pero... pero se ha quedado muy débil por mi culpa - dice aguantando las lágrimas al recordar que la Reina se ha desmayado al usar todo ese poder... y no sabe si está bien o mal. Quizá no se lleven bien, pero es algo que no olvidará. Reponiéndose, sigue la historia - entonces llegué a la isla con la ayuda de mi madre y me quedé en la playa herida, con frío, sin saber que hacer... Locasta apareció, me dio ropas... aunque son demasiado provocativas... y me indicó el camino...

Mira pensativa a Mary.

Al menos estás bien, en cuando a la Reina de las Sirenas, esperemos que si encontremos la Flor, la Reina Blanca le renueve las fuerzas. - mira con una sonrisa a Mary.

Y cierto es, esas ropas son muy provocativas, te dejaré la capa, si no tienes nada en contra de ello.. -dice a Mary.

En cuanto a los hombres, se al menos de uno de ellos, que primero se quedará bocaabierto, luego sin palabras y luego se abalanzará sobre ti para abrazarte, o eso pienso. - se explica Eizhan.

Selina y yo decidimos ir a recolectar frutos y a pillar algo de caza, para alimentarnos.Luego tuvimos ese momento juntas, la verdad que no siempre hemos llegado a tener un momento de relax, aprovechemos la oportunidad.Y si, nos interrumpistes, pero mas vale tu que algún hombre, o les habría sacado los ojos. Espero que en un futuro terminemos lo que empecemos. - mira a Selina y le acaricia la cara, mientras sonríe.

-Aceptaré la capa, gracias - le dice con una sonrisa, para hacerle ver que no tiene nada en contra de ellas ni de lo que ha visto y que no le parece algo malo, ni mucho menos.

Las palabras de Eizhan sobre la Reina Blanca le reconfortan. Seguro que ella es capaz de ayudar a Leucósia y hacer que recobre sus energías en menos tiempo y todo estará bien de nuevo. Cuando menciona a los chicos va a decir algo y entonces recuerda lo que ha dicho justo cuando se han encontrado y ella se ha escondido. Han estado...

-¡Espera Eizhan! Antes has dicho que James y Didac estuvieron a punto... a punto de... - no se atreve a acabar la frase... no es algo que le guste pronunciar - ¿Qué pasó? ¿Están los dos bien? - pregunta preocupada. 

Los dos son importantes para ella y perder a alguno de ellos sería muy triste. Se lamenta no haber estado ahí para intentar ayudar, aunque tampoco sabe si podría haber hecho algo para salvarles. Mira hacia el suelo, afligida por la noticia de que casi les pierde. Y ella nadando y preocupándose por encontrar una forma de volver a tener piernas.

Shea gruñó amenazante cuando aquel hombre me apuntó con su arma, la busqué con la mirada y chisté para llamar su atendión a modo de regañina. Bajando el arco permanecí  tras aquella gran columna, las voces de ellos resonaban en es salón, perturbando toda la tranquilidad que había reinado durante tanto, tanto tiempo. Shea se movió de nuevo y yo me vi obligada a seguirla con la vista, tras eso acomodé el arco a mi espalda ¿Cuanto más debería esconderme? ¡Estaba en mi ciudad! Y eso no debía olvidarse. 

-Shea-Solo el nombre, eso sirvió para que la pequeña osa roja saliese de su escondijo. Con paso tranquilo se paseó por delante de ellos a la par que yo también hacía lo mismo. Un paso tras otro, mis movimientos eran despreocupados, gráciles. Tenía una elegancia y delicadeza única, cómo si en realidad danzase. Mis grandes ojos buscaron a los "invitados" y tras eso sonreí con calma pese a estar siendo apuntada por uno de ellos.-Contradictorias palabras la tuyas. Hablas de no hacer daño, pero en cambio me amenazas de muerte... Dices no querer perturbar la tranquiliad de este lugar, pero entras sin antes preguntar y con armas de fuego. Deja que llegue a dudar de las intenciones que os hace irrumpir en mi ciudad.-Pese a la seriedad que estaba marcada en mi rostro, mi sonrisa no había desaparecido, así cómo mi dulce voz cantarina.

Tras quedar frente a ellos paré mis pasos y posé las manos sobre la tela que cubría perfectamente mi cuerpo. Mi larga melena quedó descansando sobre los hombros y espalda, ondeando travieso, soltando un suave aroma a frutos silvestres.-Tú...-Hice un gesto dirigiéndome a Didac, el otro hombre había pasado a un segundo plano después de su comportamiento de hombre valiente.-Podrías hablarme de esa... ¿Flor?-Un extraño sentimiento me recorrió, de algo me sonaba, pero no estaba segura. Me quedé quieta, sintiendo cómo Shea rozaba mis ropas diciéndome que estaba allí. La miré un instante a la par que hacía un instante.

desde la plataforma superior, una cuerda cayó y una figura descendió por esta, no era posible distinguirla del todo, solo que era alta y espigada y tenía unas ropas extrañas, como si fuera un vestido, pero más corto. Siguió caminando la figura hasta quedar bajo un arco de luz, llevaba un traje rojo con blanco, precioso, con flores y que se abría en medio dando paso a unos pantalones abombachados y con un cuello alto, que cubría su cuerpo y escote. Tenía un larguisimo cabello negro, que caía hasta sus muslos casi, y tomado por una trenza que cruzaba desde las sienes hasta la parte posterior de su cabeza, no había joya alguna, sólo el carcaj cruzado detrás de su espalda, y que cuya correa cruzaba su pecho, y el arco aún en su mano, listo para ser usado. Su arco era doble, de una manufactura indudablemente distinta a un arco común.

Ver los rasgos delicados de la mujer, su piel lechosa y unos intensos ojos verde oscuro, daba a entender que ese ser era de los mismos seres que estaban petrificados en ese salón, la joven no estaba contenta de tenerlos, y aunque su rostro estaba endurecido con aquella situación, no dejaba de ser impactantemente hermosa, al punto que no debía ser humana a pesar de sus rasgos y su porte, más alta que le promedio de las mujeres de Landover.

Pua se acerca lentamente hacia la joven, y detrás de esta aparece una criatura casi tan tierna como la hurona, no más grande que 40 centímetros,  pueden ver su pelaje que es bañando por los rayos del sol como la dama. Tiene un pelo de color marrón rojizo largo y suave en la parte superior, que se vuelve oscuro en la parte inferior. En el rostro tiene manchas de color blanco similares a las de un mapache. Su cabeza es redondeada con orejas rectas de mediano tamaño,nariz negra, y los ojos muy oscuros, casi negros. Su cola, larga y felpuda con seis anillos de color ocre o rojo, le proporciona un equilibrio. La curiosa criatura sale al encuentro de Pua, y rozan sus narices, reconociéndose, rocándose, sin mostrarse hostiles entre ellas.

La joven decidió finalmente descubrirse, andaba lentamente sin perdernos de vista. "Es hermosa" pienso en el mismo instante en que la veo. Va seguida de una osa que desprende una mezcla de ternura y valentía.

Se para frente a mí. "¿Me está hablando? Si, Didac tonto, es a ti." -Si, si. Perdone. Soy Didac Nightingale. Estoy buscando una flor que consigue anular la magia. Era posesión de mis padres, Yorinda y Yoringuel. ¿Les conoce?-quizá no debería hablar tanto, ni contar estas cosas... pero algo me dice que me puedo fiar de ella. Además una chica tan guapa y con esa piel tan delicada no puede ser mala persona. Yo y mi inexperiencia con las mujeres.

Mientras hablo con la chica, Púa baja de mi hombro y se acerca tímidamente a su osa olisqueándola. Parece que han hecho migas y las dos juntas sus naricitas. ¡Qué majas ellas! Quieras o no es un punto a nuestro favor, si ve que se llevan bien nuestras mascotas verá que somos gente de bien.

"...Panda rojo... espero que no tenga nada que ver con la Reina Roja" no puedo evitar pensar

-¿Ves? Nuestros compañeros se llevan bien, nosotros seguro que también podemos

Increíble me parecía la facilidad con que mis acompañantes bajaban la guardia. ¿No se les pasaba por la cabeza que la Reina Roja tenía ojos y oídos por todas partes? Cualquier bruja a su servicio podría adoptar una apariencia tan inocente y hermosa. Lo peor fue cuando Didac, soltó a primeras de cambio nuestra misión. Aquello se me hacía impensable...

Respondí a la muchacha; - Contradictorias mis palabras si, pero también lo son tus actos, pues alguien como tu debería saber que la tierra no tiene dueño, por tanto no hemos invadido nada que fuera tuyo. ¿Acaso diría yo a los pescadores invaden mi mar?... Por no mencionar que has sido tu quien ha disparado y nos ha amenazado primero. -

Realmente poco me importaba la respuesta que fuera a darme. Y aunque bien sabía yo que no había que juzgar a nadie por su apariencia, aquella joven definitivamente parecía al menos no ser un problema, por no hablar de su mascota que parecía un peluche de juguete...

- Didac, tenemos una charla pendiente. - Dije con tono serio al inventor, y aunque le tenía gran aprecio, me había defraudado por completo esta vez.

- Espero que vuelva Eizhan pronto. - Quien hubiera dicho que alguna vez pensara algo así...

Shea olfateó a su compañera, la cual pareció gustarse pues lejos de gruñirle, solo roncó feliz. Sobre mis labios apareció la primera sonrisa desde la llegada de aquel grupo, ver a mi compañera tranquila era buena señal, sin poder evitarlo seguí los movimientos de ambas, pero poco después miré a Didac de nuevo pues volvía a hablar de manera pausada y tranquila.-Vaya, al menos tienes nombre, es todo un detalle que te molestes en decírmelo.-Estaba apunto de seguir hablando, pero la molesta voz del otro hombre me hizo girarme lentamente hacia él.-Shh...-Contesté a la par que llevaba uno de mis dedos a los labios. Odiaba las conversaciones estúpidas y sin sentido, cómo esa misma. Yo era consciente que entre nosotros solo conseguiríamos sacarnos los ojos si era necesario, por lo que ignoré sus palabras. Carácteres dominantes... Mala combinación.

-Disculpa... Creo que no, no conozco a quienes mencionas.-Pero sobre esa Flor, algo danzaba en mi mente, claro que sí. Agité apenas un poco la cabeza, provocando que mi larga trenza se moviese sobre la tela de mi ropa. Shea golpeó mi pierna y yo la miré dudosa, ella echó a caminar hacia la puerta, parándose para mirarme ¿Y ahora que le pasaba? Intenté ignorarla, pero ella volvió a golpearme, imitando el gesto ¿Quería que les mandase seguirme? Volví a mirarles, primero al joven silencioso, después al de las pistolas y por último a Didac.-Shea está tranquila... Extraño en ella cuando son desconocidos.

Sin decir nada me giré, dejando un suave aroma a flores silvestres, empecé a caminar, pero antes de alejarme me giré un poco, mirando por encima del hombro.-Didac, ven... Te diré donde puedes descansar y tu otro amigo, el mudito también. Quizás tengas hambre.-Sonreí divertida para después mirar al de las pistolas.-Tienes hasta la caída del sol para demostrarme que puedo confiar en ti... Si no, esta sala es grande, busca cualquier rincón para dormir. Pero advierto, la noche es fría.. Y las criaturas que por el día son angelicales, por la noche se vuelven traviesas.-Pese a la seriedad que mostraba, mi voz salía dulce y realmente suave.- ¿Venis vosotros? ¡Ah! Nosotras somos Shea ella... Yo me llamo Eolande.-No esperé mucho más, me dirigí a la entrada, para entonces sí, girarme a la espera de ver que harían ellos.

Ya te lo contará el mismo... , pero si quieres que te adelante algo, al cruzar el puente colgante, aun asegurándonos el paso, preparando bien las cosas, el puente se desplomo cuando James y Didac  cruzaban a mitad. El puente se derrumbo y creímos haberlos perdido, por suerte, tanto James como Didac, estaban sujetos a los tablones.Les ayudemos a subir y solo quedó en un buen susto.... - se explica Eizhan , comentándole lo sucedido a Mary.

Mira alrededor, para ver si tenían suficiente fruta.

Si queréis, ir con James, Anthony y Didac, yo iré a cazar algo y recolectar mas frutos antes de que caiga la noche, llevaré comida extra por si acaso... - dice Eizhan levantándose, cogiendo la ballesta y dispuesta a ir a por algo de caza sola.

Podéis acompañarme si lo deseáis, pero alla están los hombres con el trabajo de hacer un poco de fuego para asar algo y el sistema de alarma, fijo que aun siendo tres hombres, lo hacen mal .... - dice sonriendo.

Les vendrá bien una ayuda femenina y fijo que cuando te vean Mary, aún se pondrán más en serio en el trabajo, después del instante de boquiabuertos... - hace un gesto tonto de una cara boquiabierta, poniéndose una hoja como una especie de bigote....- ...asombro.... - la misma cara, pero asombrada con la hoja simulando un bigote... - ..y luego será el grueso de preguntas de ¿cómo? , ¿ por qué ?, etc... - dice sonriendo, aunque no lo pareciese, se sentía contenta de que Mary siguiese viva, al menos la culpa de su muerte ya solo quedó en susto, aunque le parecía extraño.

Se siente aliviada al saber que están bien. Por lo que cuenta Eizhan tampoco parecen haberse herido y consiguieron salvarse antes de que nada malo pasase así que lo que importa es que todos estén bien en ese momento y aunque le guste seguir preguntando por todo lo que ha pasado, también se siente un poco culpable por haberlas interrumpido así que se pone en pie con la capa de Eizhan.

-Me gustaría ver esas cara que has imitado - sonríe al pensar que Eizhan también parece tener una parte amable aunque comenzasen con mal pie -, así que iré a verles. Tomo prestada tu capa - dice mientras se la coloca sobre los hombros - y estaré bien si me decís donde está el campamento... así vosotras podéis continuar con vuestro paseo de recolección... - aunque eso sea lo mínimo que hagan, pero así pueden tener un rato más de intimidad lejos de los hombres del campamento mientras fingen que están buscando fruta y caza.

Se coloca la capucha sobre la cabeza y les hace un gesto con el dedo sobre los labios para que no digan nada. Después se acerca a Selina que ha estado muy callada durante el encuentro y coge sus manos entre las suyas y sonríe.

-Siento haber interrumpido, sabes que no era mi intención, así que ahora aprovecha mientras yo les entretengo. Quizá podáis acabar lo que empezasteis.

Ni me molesté en responder a la "señorita de los bosques". Enfundé las pistolas y me limité a esperar a Eizhan y a Selina. Estaban tardando demasiado, quizá se hubieran metido en problemas...

... - demasiado tiempo. - Dejé a Anthony y a Didac con su nueva amiguita. Me dirigí en busca de Eizhan y Selina.

Por lo que parece ninguno de los dos van a dar su brazo a torcer... la chica en principio me parece legal pero James ya es de confianza y hemos pasado ya demasiado juntos por lo que me quedo parado junto a el.

-Disculpe señorita... verás. No solo estamos nosotros, estamos esperando a que vuelvan mi hermana y otra chica. Han ido a recoger frutos mientras nosotros investigábamos el lugar- miro a mis amigos. -Creo que deberíamos esperarlas aquí. Si quieres puedes permanecer con nosotros y esperarlas, seguro que mi hermana os parece una chica genial.

Mientras espero decido sentarme. Hablo con Eolande tranquilamente con la intención de que no se vaya, pienso que nos puede ser de bastante ayuda y quizá sepa algo sobre la flor y hay que darla tiempo... solo necesitamos tiempo... y es de lo que menos tenemos.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- miro a las estátuas. -¿Quiénes son? Es decir, ¿a quiénes representan?- tenía la intuición de que eran personas hechizadas pero no quería importunar a la dama. Simplemente que soy curioso...

Shea parecía descontenta con mis palabras, incluso con mi intento de irme de allí sin ninguno de los presentes. Sin dudarlo, sus pequeños dientes agarraron la tela de mi "vestido", tirando en la dirección contraria.-¡Shea! No quiero, no me parece justo.. ¡Quieres quedarte quieta!-Tomé la tela con mis manos, intentando soltarla de ese agarre, pero al ver que era una batalla perdida, suspiré pesadamente.- Está bien, tu ganas.-Al escuchar esas palabras, cómo si me hubiese entendido, soltó de tal forma que me desestabilizó un poco, pero sin llegar a tirarme.- Eres odiosa cuando quieres... Manipuladora.-Me giré suavemente, había escuchado las palabras de Didac, pero no las llegué a responder. Lentamente di unos pasos para después sentarme, recogiendo mis piernas.

Shea se acercó a mí, para después tumbarse, dejando su cabeza en mi regazo. Ese simple gesto hizo que sonriese ampliamente, mirándola "enamorada", cómo la madre que mira a sus hijos jugar. Lentamente pasé mis dedos por su pelaje, sintiendo ese leve murmullo de tranquilidad que la osa dejaba escapar, sus ojos se cerraron, aunque de vez se abrían para buscar a su nueva amiga. Por mi parte volví a mirar a Didac y después a todos aquellos que nos rodeaban, una mueca de tristeza marcó mi rostro, haciéndome esconder nuevamente el rostro.- ¿Ellos? Son la razón por la que sigo luchando... Juré que encontraría la forma de despertarlos otra vez. Son mi pueblo.-Levanté la cabeza mirándole y una sonrisa surcó mis labios de manera natural.- Ojalá solo fuese una representación... Pero desgraciadamente, no es así. Están sumidos en un profundo sueño del cual algún día saldrán.-Asentí suavemente, mientras mi larga trenza se movió de su lugar, rozando el hocico de Shea la cual agitó la cabeza a modo de protesta.

Miré a James negando y después volví a Didac.