Partida Rol por web

Eizhan deja de hacer lo que hace, se limpia las manos ensangrentadas en la ropa de un soldado y ayuda a buscar al Halcón.Intenta más o menos calcular por donde podía haber caído, solo espera que este vivo.

Mary, si tienes alguna idea de curar o improvisar alguna cura, mira a los heridos si quieres. - dice mientras busca al Halcón por todos los lados, intenta afinar el oído, para escuchar a la pobre ave.

En cuanto encontremos al halcón y estemos más o menos, con unos primero auxilios, te seguimos James para que nos lleves a donde nos tengas que llevar... - dice sin parar de buscar al Halcón.

Se obliga a cerrar los ojos para no ver la matanza que ha causado Eizhan, porque no es solo la muerte de los soldados, también es la mutilación de sus cuerpos lo que califica de matanza tal acto despiadado por parte de la mujer. Alguien capaz de hacer algo así a una persona no tiene ningún derecho a dar órdenes... ella no está bajo su mando, no hará caso a alguien así.

Se agacha para recoger su mochila y hace caso omiso de las palabras de Eizhan, su mirada después se fija en el capitán con la botella de ron y ahí ya le queda claro que ninguno de los dos recibirá de ella ni una palabra. Cuando se acerca a los cuerpos, busca un lugar para pasar sin pisarlos y cierra los ojos para no verlos. Cuando cree que ya ha pasado lo peor, vuelve a abrir los ojos y se acerca a Selina y Didac y al halcón.

No tiene ni idea de curar, pero todos pueden hacer algo en situaciones así, aunque sean primeros auxilios. Se arrodilla a su lado y mira a la pobre ave.

-No sé si podré hacer algo...

Mira a Mahogany, buscando la herida. Las manos le tiemblan, del miedo que ha pasado y de todo lo vivido. Y del temor a no poder hacer nada.

Eizhan  no duda ni un minuto en masacrar los cuerpos de los soldados muertos, para su código, aquello no era macabro ni nada, sólo una estrategia de guerra, en donde todos los soldados les temieran por la bestialidad de sus ataques, incluso, que los creyeran más, y más fuertes, y no sólo una aventurera, un pirata, dos inventores y una doncella. Después de todo, no era una matanza, la matanza hubiera ocurrido si los soldados los hubieran matado, o peor, aún, si alguno estuviera vivo, pero algo había que considerar una mala jugada, en vez de masacrarlos y que ahora Eizhan  estuviese empapada por la sangre de los soldado - la sangre tenía la mala costumbre de salpicar para todos lados- podrían haber arrastrado los cuerpos hasta el río subterráneo y se hubieran deshecho de ellos, ahora, entre los dedos cortados, las vísceras  a la vista y vertidas en el suelo, solo tenían poco que hacer con los dos cuerpos que Eizhan  alcanzó a masacrar, porque al conversar, no pudo hacer lo mismo con el resto de los cuerpos. 

Pero el bien capitán, obediente al pirata que era,  fue a revisar los cuerpos de los soldados que no habían alcanzado a ser masacrados, consiguiendo algunas cosas, buenas cosas. Mientras Mary intentaba no ver ni ser parte de aquello, pero había algo que ninguno de los presentes había pensando y era el hecho que para que esos soldados hubieran llegado hasta ahí, debieron bajar por el taller de los enanos, y si era así, la acusación de traición pesaría en sus cabezas, de eso, era seguro. ¿Sharon habrá podido hacer algo por ellos?.Ahora todo estaba en manos de aquella muchacha.

Mientras Eizhan y James rebuscaban entre las ropas de los soldados, Selina y Didac salieron del pasillo rumbo a la bóveda principal, sus pasos apresurados los llevaron hasta donde estaba el halcón, el pobre había caído cerca de la entrada al pasillo que iba hacia el taller de los enanos. El pobre halcón estaba  tendido en el suelo,  con sus alas extendidas, Selina fue la primera en llegar hasta donde su compañero, y al moverlo, supo que nada estaba bien. 

El Halcón pareció gimotear, si es que así se puede llamar el sonido que emitió el fiel animal,cuando lo tomó Selina entre sus brazos, la bala había dado en su pecho, y las rocas del suelo se habían bañado con su sangre, Mahogany no lucía asustado, sino, cansado,  lanzando otro quejido de dolor, la vida se le iba extinguiendo lentamente...

...consiguió de cada soldado balas para los fusiles, los sables que cada uno tenía, y dos de ellos, tenían dos botellas dentro de un morral, de hecho le sacó el pequeño morral, y junto todo en el mismo bolso, también consiguió medas de plata, en total, serían por lo menos cinco piezas de oro...

Al ver al pobre halcón en brazos de Selina y que no tiene fuerzas casi para gemir, niega con la cabeza a punto de llorar pues el pobre animal no tiene culpa de nada. Es una víctima más de todo eso que está pasando... quizá no puedan salvarlo, pero deberían intentar hacer lo posible para que no pierda más sangre, para cerrar la herida y evitar que muera.

Quizá pueda coser las heridas, quizá pueda evitar la muerte, pero no sabe si es lo suficientemente hábil en esas cosas como para curar una herida en un halcón. Observa, entre lágrimas, el orificio de Mahogany tratando de saber si hay posibilidad de cerrar la herida y evitar que pierda más sangre.

-No sé... no sé si podré hacer nada... - dice con voz entrecortada.

Busca en su bolsa hilo y aguja. Una persona como ella siempre lleva ese tipo de cosas en los viajes largos porque la ropa no dura para siempre y tiene que arreglarse. Y para parar la hemorragia... ¿quizá cauterizarla despacio para no hacer más daño?

Mira a Didac y le entrega una aguja más grande como para coser cuero.

-Nec... necesito que la calientes... para frenar la sangre. ¿Puedes? - después mirando a Selina - ¿puedo tratar de... curarlo?

Hilvana una aguja con un hilo mas o menos grueso espera a la aguja caliente.

Eizhan se acerca al grupo, para ver que tal estaba el Halcón...

Deberíais de sacarle antes el proyectil, si tiene alguno alojado en su pecho. No es muy grande el Halcón, con ese proyectil dentro , podría , si lo salváis perjudicarlo y hacerle mucho daño. Intentar calentar algo para intentar extraer el proyectil, con delicadeza. Luego , una vez lo saquéis , deberéis suturar la herida y coserla. Vendarle y que no se moviera mucho hasta que se recuperara de la herida. Le tienes que dar mucha carne, proteínas, para que su propio cuerpo logre tener una regeneración más rápida y se ponga fuerte.... - dice Eizhan con un tono melancólico, dando a Mary dos de sus dagas, inmaculadas y limpias de las que tiene guardadas.

Voy adelantarme a ver si hay alguien fuera, para que podáis tratar sin problema al Halcón. En cuando estéis dispuestos, os espero fuera.... - dice aun con una voz triste y melancólica.

Acto seguido sigue el camino para investigar fuera y proteger la entrada.

en tu pecho, el pendiente que usas comienza a vibrar, y sientes un intenso calor proviniendo de él, pero no te quema, no, incluso es agradable, pero a medida que te alejas del halcón, esta vibración se va perdiendo.

Eizhan vuelve sobre sus pasos, extrañada por el colgante. ¿ Acaso el colgante de su madre le decía algo ?

Lo saca y se guía por la vibración del colgante, volviendo donde el Halcón...

¿ Podría ser que el propio colgante de mi madre me ayudara con la Herida del Halcón, curarlo ?  - se dice mentalmente , mientras colgante en su mano, fuera, se va acercando de nuevo donde el Halcón.

Eizhar volvió donde estaba el halcón, con el colgante en su su mano, que comenzó a girar más y más a medida que se acerca donde está el animal, la chica se arrodilla delante de él, colocando el colgante sobre el cuerpo moribundo, y una luz roja comenzó a emanar del pendiente que giraba, y la magia comenzó a envolver el cuerpo del halcón, la luz lo empapaba y lo separó de las manos de Selina, hasta que el animal extendió sus alas y salió volando, rodeando la bóveda,deshaciendo la mortaja de luz roja que lo había envuelto que se deshizo en miles de destellos de escarlata color.

Eizhar  quedó con el pendiente en su mano, este dejó de girar y la perla del centro  se apagó, había salvado al halcón, aunque no había sanado las heridas de ninguno de los que estaban ahí heridos, miraría la pierna y vería que esta tenía una trizadura,  no había que ser un genio para saber que esa trizadura era la marca de haber salvado de la muerte al halcón. 

Eizhan aun estaba asombrada, la verdad que no sabía de esa faceta suya.

Por favor, los heridos acercaros..., no creo que sea lo mismo pero he de intentarlo... - Eizhan se concentra en el colgante de su madre, para ver si también puede curar algunas heridas de sus compañeros.

Cuando camina de vez en cuando se toca el costado, aun le duele, la herida es muy reciente. En cuando al hombro, intenta aguantar el dolor para poder moverlo sin problemas, pero evita hacer movimientos bruscos con ese hombro  brazo.

El pendiente no funciona con los demás, no reacciona ni nada, se queda estático ante las heridas de los compañeros de Eizhar como las de ella misma. El pendiente solo parece reaccionar cuando alguien agoniza, en el ultimo momento de su existencia.

Eizhan se sentía estúpida, ¿ cómo iba a saber curar ?, no era ni hada, ni bruja buena, ni nada por el estilo. Era una cazadora nata, una Guardiana de Landover. Seria de nuevo, se levanta ignorando todo lo que había pasado y se encamina para fuera.

Parecía que el dolor de su costado, aun intentando aguantarlo le pasaba factura, colocando su mano cada dos por tres en esa herida. Con lo del hombro, aun con un buen dolor, parecía que lo llevara mejor que en el costado. Cuando entrenaba, mas de una vez se golpeaba en el hombro o se lo desencajaba, además más o menos se lo habían curado, así que ese dolor más o menos podía aguantarlo a su manera.

Otra cosa era el dolor del costado, que aun lo tenía reciente y no estaba curado.

Os espero fuera -  dice en un tono casi tétrico, serio , lleno de irritación.

Lentamente pero con decisión, sale fuera para observar el exterior, proteger la entrada mientras los demás espabilaban e iban saliendo.

Eizar se aleja del grupo, habían por lo menos tres pasajes más, uno de ellos era el que siguieron para salir desde el taller de los enanos, y un cuarto, que es por el cual venían. te acercas al pasillo que llevaba al taller, pero no escuchas nada, hasta que sientes unos pasos, alguien viene, y deben salir cuanto antes de aquella cueva usando la salida que los llevará hacia el barco de los piratas. Sólo James conoce aquella salida.

- Ya hemos pasado demasiado tiempo aquí, prosigamos. - Dije al grupo esperando que nos organizaramos para continuar con el camino. - Eso ha estado bien Eizhan, parece que no eres solo muerte y destrucción. - Me refería a ese extraño colgante que parecía ser milagroso. El brazo me dolía, y aunque tenía ganas de que Mary le echara un vistazo a ver si podía curarlo, me mantuve distante. Estaba seguro que en ese momento no le agradaría tenerme cerca.

Me acerqué a Didac y a Selina, sus caras de alivio eran evidentes. Aunque estaban heridos, ver a Mahogany volar de nuevo fue la mejor medicina que pudieron recibir. Me acerqué a Selina y le susurré algo.

- Siento que por culpa de mi estúpida idea tu compañero haya sufrido... - Aquello era una sentida disculpa. - Si necesitais cualquier cosa, podeis contar conmigo. -

Eizhan regresa con el grupo...

James, debemos salir ya. He ido hasta el pasillo de los cuidadores de Selina y Didac, parece que lo han encontrado , ya que he escuchado pasos. Deberíamos de irnos ya lo más rápido pos... ¡¡ Ayyy !! - se le escapa un quejido no muy fuerte, que le sigue el ponerse la mano en el costado.

Es lo que tenía estar de un lado para otro, en plan avanzadilla para inspeccionar el terreno.

Cierra los ojos un poco, para concentrarse en aguantar el dolor, al parecer el costado le empezaba a pasar factura. Abre los ojos de nuevo...

Rápido, guíanos y salgamos de aquí cuanto antes mejor James... - dice notándose en su voz, que aguantaba como una campeona el dolor del costado. De vez en cuando los movimientos de los brazos le hacían que el dolor del hombro, diera aviso de que aun estaba ahí la herida.

Sus manos aun están un poco temblorosas por la idea de curar a un ser vivo que está a punto de morir y que quizá depende de lo que ahí pase, de su habilidad con las manos, para salvar la vida. Pero en ese momento, el medallón de Eizhan parece cobrar vida o algo parecido pues tras envolver con su luz al halcón éste sale volando como si no hubiese pasado nada. Se relaja del todo con la aguja y el hilo aun en las manos y mira al ave volar libremente.

Suspira aliviada.

-Parece como si no le hubiese pasado nada... es un milagro.

Sonríe un poco, pero recordando lo que ha pasado ahí, borra la sonrisa de la cara y se pone en pie. No pueden esperar más ahí y tendrá que revisar las heridas mientras van en la barca hacia el barco del capitán. Primero atenderá el hombro de Selina y la cabeza de Anthony y luego ya verá si atiende a los otros dos. Que se lo tienen bien merecido... a ver si así aprenden a actuar con la cabeza.

-Selina, ¿quieres que te mire el hombro? Mientras vamos hacia el barco.

Estaba buscando mi pequeño soplete portatil entre mis herramientas para calentar la aguja de Mary cuando Eizhan se acerco donde estábamos. Mi cuerpo no hacía más que temblar puesto que veía a mi hermana muy nerviosa, ahí tendida en el suelo con Mahogany en sus brazos... era todo muy desalentador.

Entonces la chica con costumbres algo sangrientas puso sobre el halcón un amuleto. Este empezó a girar y cuando menos me lo imaginé, Mahogany se alzo en vuelo. Estaba alucinando, había sido un milagro y todo se lo debíamos a esa chica, esa chica que tan pronto quitaba una vida de forma tan despiadada como se la otorgaba a otro ser vivo con tanta bondad.

Aún con mi cuerpo temblando de nervios y sin saber lo que pasó, me acerqué a Eizhan. -Muchas gracias, no sé como lo has logrado pero de ahora en adelante te debo una.- Hago un tipo de reverencia pero sin ser muy glamurosa, simplemente como símbolo de amistad.

A todo esto, Mary estaba preocupada por mi hermana y su mascota. "Esta chica es un cielo" pienso hacia mis adentros.

-Mary, gracias por tu ayuda. Si necesitas que caliente la aguja tengo aquí un soplete con el que hacerlo. Además me gustaría aprender a practicar primeros auxilios. Así seríamos varios los que sabemos y la verdad,- me toco la cabeza- aprendo rápido.