Partida Rol por web

No había mejor manera de interrumpir aquel silencio. El canto hipnótico de la sirena me transportó a otro tiempo y lugar. Su dulce voz seguía el ritmo de las pequeñas olas que chocaban en popa, su blanco cabello como la luna que allí nos observaba se mecía ligero y libre cuando la brisa marina lo acariciaba. Era la criatura más bella que jamás hubiera visto. En ese momento lo supe, nunca tuve nada más claro en mi vida. Allí estaba ella, en total armonía con los elementos. El viento, el mar y la luna competían por acariciarla. ¿Quien era yo, un simple mortal para atreverme a competir con aquellas fuerzas?. Allí me encontraba, el gran Capitán James, muerto de miedo, miedo que jamás sentí ni si quiera cuando miraba a la muerte a los ojos, pues sabía que los ojos de aquella mujer podían causarme más dolor que mil espadas.

Cuando la canción terminó había conseguido vencer mis temores e incertidumbres. Me armé de valor y miré aquellos ojos tan profundos como el océano sobre el que navegábamos.

Nuestras miradas se cruzaron... En ese momento la besé...

Luego de dejar solos a los tortolitos, te vas borracha, dando tumbos y con la botella de ron alzada, entras en el barco, y sigues tu camino,  el resto de la tripulación dormía, aunque no encuentras a los hermanos pero si ves que el dormido Anthony estaba despierto,  con su bastón en su mano, y con la venda en su cabeza, era un chico duro de matar, ha le habían disparado en el brazo, ya hora, su cabeza.

Mientras revisas el bastón, que aún se sentía húmedo, escuchas unos pasos arrastrados, pies que se topaban y algunos golpes, cuando ves aparecer a Eizhan con una botella empinada y sus mejillas rojas, lo sabes porque la luz de la lámpara le da de golpe en la cara, era una mujer preciosa, pero muy extraña.

El momento parece perfecto: tranquilidad, una bonita canción, el murmullo del mar alrededor... y todo eso no la prepara para lo que sucede en un instante, tan rápido que apenas puede reaccionar. Los labios del capitán se juntan con los suyos en un beso que para ella es el primero, para el seguramente es uno de muchos.

Es algo que le asusta, pero ¿también le gusta? No es capaz de dilucidar eso último, pero si sabe que ese acto tan repentino le asusta. Se separa de él poniendo un poco de distancia con las mejillas tan rojas como la flor que buscan y con el corazón tan acelerado que podría salirse de su pecho en cualquier instante.

Le mira a los ojos.

El tiempo pareció detenerse cuando nuestros labios se juntaron. En aquel instante todo dejo de tener importancia, incluso ese pensamiento recurrente que mantenía a la Reina Roja constantemente en mi mente desapareció. Solo importaba ella.

No se cuanto duro aquel beso, pero cuando acabó tuve la certeza de que era la primera vez que besaba de verdad. Comparado con aquel momento mis anteriores experiencias no merecían ni una mínima mención.

Mary se separó de mi. Aquello me inquietó, sentí como si mi mundo se detuviera, apunto de derrumbarse repentinamente. Allí estaban aquellos ojos a los que ahora sabía que amaba y amaría siempre, pero que también temía. Se clavaban en mi alma. En ese momento desee con todas mis fuerzas que aquella mirada pudiera ver lo que realmente sentía en mi interior.

"Eizhan..estaba justamente tomandome unos minutos para revisar esto...parece que no lo supe usar muy bien...jejejejeje.." Reincoporandose se acerca a ella "¿Hay algo en que pueda ayudar?" le pregunta mirando a esos cautivantes ojos

Eizhan se queda mirando a Anthony...

Al PareCer no soy la Unica , que esta deSpierTa. .. -hip - - se pone al lado de Anthony para ver que hacía con el bastón.

En silencio se sienta al lado de Anthony y le pasa la botella de Ron...

ToMa un tRaGo..., te lo meRecEs - Eizhan se queda en silencio, al parecer ya se le estaba desvaneciendo la cara rojiza que tenia. Incluso empezaba a hablar mejor.

No te Voy a mentir. Nos vaMos a enfrentar a muchos peliGros, pero, una cosa es cierto, tu padre fue un Gran Defensor de Landover - Eizhan estaba seria, mirando con nostalgia a Anthony.

Fue de los primeros.El grupo lo formaron tras la caída del hacedor de Sombras, liderando, la Guardiana Maestra la Reina Blanca, el resto fueron Alicia, La Bestia , el leñador de Blancanieves y Blancanieves, y el joven hijo de Pinocho. Tu Padre.- su tono era calido.

Fue un gran héroe, aunque no se mucho de lo que le paso. Posiblemente aún siga vivo en alguna parte, escondido como los demás.Pero, si fuera el caso contrario, de seguro que el dicho de tal palo tal astilla, será totalmente cierto. Tienes sangre de los primeros fundadores de los Guardianes de Landover, recuérdalo siempre.Tienes el valor, la inteligencia, la fuerza , de tu antepasado.Nunca lo olvides Anthony - dice mirando a los ojos  a Anthony.

Somos los últimos descendientes, aunque mi madre y tio, estuvieron en el siguiente grupo. Se unieron poco después de crearse el grupo. Somos la última y única salvación de toda la gente de Landover. Somos su esperanza, los sueños que anhelan de liberación. Nunca olvides jamás de quien eres hijo, ni dudes de tu destino, de tu instinto, ni dudes de tus aptitudes que has heredado de un gran héroe. - Eizhan se levanta, parecía casi completamente recuperada de la bebida, aunque no del todo, porque de vez en cuando daba algún traspiés por el mareo.

Intenta dormir, mañana será un día duro. - Eizhan se gira y sonríe a Anthony, para luego ir al sitio donde tenía asignado donde dormía, un extraño e incómodo sillón, en el cuarto de las cartas de navegación.

Antes de entrar en el camarote pequeño de las cartas de navegación, se gira con una extraña sonrisa a Anthony, haciendo un gesto con el dedo de " no".

Y una cosa, si fueras mujer, me fijaría en ti. Pero no lo eres. - sin esperar contestación , se mete en el camarote.

Anthony mira con extrañeza a Eizhan "realmente el ron se le ha subido a la cabeza, parece que un poco de alcohol y las verdades comienzan a aparecer", sentia la garganta rasposa pues no estaba acostumbrado al Ron "Bien...aprovechemos el descanso que nos da esta pequeña pero accidentada victoria"

Mientras se  sienta para sigue absorto en su arma tratando de entender los secretos de ella, se detiene un minuto pensando en lo que dijo su compañera "¿realmente mi padre estara vivo?, alguien de los compañeros sabra algo, mañana hablare con Eizhan cuando el alcohol se le pase" Saca la carta releyendola como si fuera a encontrar alguna respuesta a las miles de preguntas que este tiene sobre su familia y el destino de su mision

-¿Ca...capitán?

Le mira pidiendo una explicación pues no es muy experimentada en cuestiones de corazón, de amor, por no decir que tiene una experiencia nula en esos temas. Se lleva las manos al corazón para tratar de calmarlo ya que late demasiado deprisa... quizá el miedo de algo nuevo, quizá la reacción natural de su cuerpo a ese contacto.

En sus ojos no parece mostrar enfado, simplemente muestra las dudas de alguien tan inocente como ella, pues seguramente no hay nadie más inocente en ese momento salvo los niños que pueblan Landover.

- Lo... siento... - Dije abrumado por la incertidumbre que ahora se apoderaba de mi corazón.

Lo acababa de estropear todo, lo sabía... Como odiaba esa parte impulsiva de mi personalidad, no podía controlarla y siempre aparecía en el peor de los momentos. Acababa de robarle un beso a la criatura más inocente y pura de todo el reino. No lo había pensado bien hasta ahora. ¿Como iba a fijarse en mi alguien como Mary? Yo no era más que un pirata de manos rudas y piel curtida por el sol, que se dejaba llevar por los vientos y la embriaguez producida por la bebida. En ese momento me odie con tanta fuerza como amé a Mary.

Cogí sus manos y la miré con toda la dulzura y cariño que sentía por ella. - La primera vez que te vi supe que eras especial. Quizás he cometido un error besándote, pero no me arrepiento. - Quedé mudo un breve instante. - Si quieres olvidar esto lo entenderé. Quiero que sepas que nunca cambiará lo que siento por ti... -

No rechaza que James coja sus manos y se queda en silencio mientras él habla, explicándole sus motivos, diciéndole que si quiere puede olvidar lo que ha pasado. Pero no puede... una cosa es olvidar a una Eizhan borracha diciendo incongruencias y otra es olvidar el beso, su primer beso... ¿Cómo va a poder olvidar algo así? Baja la mirada, un poco turbada, avergonzada quizá, por sus palabras.

-Pero... pero ¿cómo podré hacerlo? No creo... no creo que pueda.

Por su cabeza corren mil pensamientos, viajando tan rápido que a penas puede llegar a comprenderlos. Nunca se ha preguntado qué siente... y jamás podría haber pensado que en ese viaje, el más peligroso de sus vidas, podría encontrar a alguien que sintiese eso por ella.

-¿Tú... podrías hacerlo? 

- No podría... Ya te lo he dicho... incluso aunque tu lo olvidaras, eso no cambiaría nada para mi. - Me sentía como un niño pequeño que conoce por primera vez lo que es el amor. Dudaba de cada palabra que decía, quería elegir las correctas, no quería equivocarme, pero aquello era más difícil que encontrar la propia Flor.

- He actuado por impulso, besándote sin ni si quiera saber si quizás tú sentías algo parecido a lo que yo siento por ti. He hecho lo que he sentido, lo que me ha ordenado mi corazón. Ha sido el sentimiento más puro que he tenido nunca.- Mis ojos evitaron los de Mary, fijándose en los viejos y mojados tablones de roble que entrelazados formaban la cubierta del barco. Sentía que con cada palabra que decía aquella mujer, la mujer de mi vida se me iba escapando incluso antes de que hubiera sido mía. Por un momento preferí que aquella bala que me dio en el brazo me hubiera dado en el corazón.

Su corazón se acelera al escuchar sus palabras y nota que su sonrojo es aun mayor que antes. En esos momentos no sabe que siente o que deja de sentir, si es real o un sueño, si de verdad está pasando eso. ¿Realmente se ha enamorado de ella? No le culpa por lo que ha pasado ni está enfadada.

-James... - le llama por su nombre, para que la mire, para que levante la vista - No te estoy culpando de nada. Es... es la primera vez... nunca me ha pasado algo así... estoy confundida y no... no sé lo que siento.

Y es verdad. No ha tenido mucho tiempo para aceptar todo lo que pasa ni para fijarse mucho en nadie y todo ha sido demasiado rápido. 

Cansados por el viaje y por los trabajos que nos encomendó el capitán. Decidimos mi hermana y yo irnos a echar un rato. Allí estábamos, en una mugrienta y desoladora habitación de un barco. A pesar de la incómoda situación mi mente no dejaba de fantasear con todo lo sucedido. "¡Guau! Hemos conocido al capitán James, hemos combatido contra soldados de la reina roja, ¿cómo hizo Eizhan para salvar a Mahogany?" todo eran pensamientos fascinantes para mí, un muchacho que a penas había salido de su taller en estos cinco años.

-Oye, Selina... ¿Estás despierta?- pregunto a mi hermana mientras acaricio el lomo de mi hurona- Estaba pensando... ¿no es genial todo esto? ¿No estabas cansada de tanta monotonía? Quiero vengar a nuestros padres pero no puedo dejar de disfrutar lo excitante de esta aventura... ¿Sabes que cuando necesites algo me tienes no? Y ya sabes... si quieres que dejemos esto, siempre podemos dejarlo...

No paro de hablar en un rato, proponiendo, preguntando... realmente sin saber si mi hermana menor está despierta... A veces me gusta hablar antes de dormir, aunque sea solo.

Mañana será un largo día...

Sabía que aquello no era fácil para la sirena. Me había arriesgado, y aunque me costó reunir el valor suficiente al fin di el primer paso. Puse las cartas sobre la mesa, con las más sinceras palabras que nunca dije le abrí abierto mi corazón como nunca antes había hecho. Ella estaba confundida, era normal. Infinitas eran las ganas que tenía en ese momento de abrazarla, besarla y quererla. Me imaginaba lo que sentiría abrazándola por detrás, mirando juntos el infinito mar mientras le susurraba al oído cuanto la quería. Sintiendo el dulce olor de su pelo al darle suaves besos en su cuello.

Pero no lo hice, y seguramente de aquello me arrepentiría. No quise forzar la situación, debía dejar que aclarara sus ideas.  Sabía que cuando el amor surge no hay nada que aclarar, uno solo puede y debe dejarse llevar. - Te daré tiempo... - Susurré sabiendo que si ella dejaba que me fuera significaba que no sentía lo mismo por mi.

Nuestras manos seguían juntas, con un sutil movimiento hice notar que pronto se iban a separar. La miré a los ojos esperando que agarrara fuerte mis manos y no me dejara ir... - no las sueltes por favor. -

-Espera... - dice con urgencia al ver ese leve gesto.

Es posible que todo eso le venga grande, que no sepa realmente lo que hay en esa marea de sensaciones que está viviendo ahora. No sabe del amor ni de corresponder a esas cosas, nunca le han enseñado. ¿El amor duele? ¿El amor es inesperado? ¿Es felicidad? ¿O quizá es tristeza? ¿Qué se siente cuando estás enamorado?

Son preguntas que ella sola no puede responder, pero solo sabe que siente que no quiere que se aleje.

-¿Quieres quedarte y observar el mar junto a mí? - pregunta con las mejillas sonrosadas. Seguramente no es la respuesta que el capitán desea, pero para ella es un gran paso que quizá le ha costado mucho dar.

La incertidumbre que sentía momentos antes se transformó en alegría. La sirena había dado un paso, que aunque pequeño, me hacía inmensamente feliz. - Claro que me quedaré junto a ti. - Mirábamos juntos el mar en silencio. - Me quedaré junto a ti siempre que quieras. - Aunque la noche era perfecta ya empezaba a refrescar. Abracé a Mary por detrás como había deseado momentos antes, no quería que pasara frío. - ¿Es hermoso verdad?. - Dije refiriéndome al mar. Tenía mi mandíbula apoyada sobre el hombro de Mary. De vez en cuando la apretaba con mis brazos de manera inconsciente, como si quisiera tenerla siempre conmigo. El tiempo pareció detenerse en aquella cubierta. La madera del suelo crujía, como si La Peregrina se quejara al comprender que nunca más sería la niña de mis ojos...

El mar es realmente hermoso con las suaves ondas que crea el agua reluciendo con la luz de la luna cual corona de plata mientras lamen el casco del barco y acarician las costas de la isla. Si hay algo hermoso en ese mismo momento es esa imagen que se graba en la retina, en la memoria, en esos recuerdos que siempre mantienes contigo. Y, aunque sea extraño, le gusta mirar esa imagen perfecta junto a James.

Deja que rodee su cuerpo con los brazos y aunque con la ropa nueva el frío es menor, el calor que siente es diferente al que da la ropa, los abrigos o las mantas... es un calor mucho más amable, más profundo, quizá capaz de calmar el alma en los momentos de desasosiego y tristeza. Pero a la vez es diferente al que siente cuando es su abuela la abraza o cuando lo hizo Selina en la cueva.

-¿Por qué no me cuentas más de ti?

Mientras el vaivén del barco mecía nuestros cuerpos abrazados le conté a mi sirena un poco de mi historia;

- ¿Conoces la historia de mi padre? Supongo que habrás oído hablar de él, y nada bueno desde luego... Aunque soy su hijo y soy pirata, no nos parecemos absolutamente en nada. Yo navego por la libertad que siento en el infinito mar, aquí no hay límites, aquí los elementos rigen tu destino. Es cierto que soy pirata, y muchas veces me comporto como tal, pero solo saqueo los barcos de la Reina Roja y en alguna que otra ocasión los de otros malvados piratas. - Aquello me recordó el odio que sentían el resto de piratas hacia mi, aunque aquello ya no importaba. La Reina Roja se había encargado de todos los corsarios que surcaban los mares de Landover. Todos excepto yo. - Los botines que saqueamos los reparto entre la gente humilde de poblados costeros. Nos quedamos lo justo para mantener la embarcación y permitirnos algunos días de descanso en las tabernas de algún puerto. - Aquella vida de taberna seguro no sería del agrado de Mary, pero aquello era la verdad.

- Incluso el mar, que antes era el único lugar que parecía escapar de la maldad de la Reina Roja, ahora es peligroso, sus aguas se han vuelto traicioneras y enormes montañas de hielo flotante aparecen por doquier. Navíos comandados por los hombres de la Reina atacan a todo barco con el que se encuentran. El mar ya no es un lugar libre, y por eso decidí zarpar junto con un puñado de marineros que son fieles a mi causa rumbo a la Ciudad de Plata en busca de respuestas. - Aquello hizo que me diera cuenta que de no ser por la maldad Reina Roja nunca hubiera conocido a Mary... Paradojas del destino...

- ¿Y tu bella sirena, donde has estado escondida todo este tiempo?. - Le pregunté sonriente mientras la apretaba dulcemente otra vez con mis brazos.

-¿Entonces no eres un malvado y sanguinario pirata? ¿Qué hay de eso de "Arrasa con lo que veas y generoso no seas"? - dice un poco de broma, con una sonrisa. Nunca ha conocido un pirata humilde o bueno, todas las historias que conoce son de piratas bárbaros que saquean puertos y pueblos costeros y no dejan nada en pie.

Por otra parte, conoce bien la sensación del mar congelándose, de un mar que ya no puede huir más y se ve obligado a rendirse a las maldades de la magia negra. ¿Qué necesidad hay de matar el mundo, la belleza? Pero no hay motivos para alguien que usa el lado más oscuro y perverso de la magia. Lo único que busca la Reina Roja es el poder controlar a la gente que vive en esas tierras, mermar su voluntad a falta del calor del sol y de la comida que da la madre tierra. Eso lo ha vivido, ha vivido la desesperación y la enfermedad en su familia.

-Bueno... no estaba escondida... - sonríe - solo he vivido en un pueblecito cercano a la Bahía de las Sirenas. Al cuidado de mis abuelos - al pensar en ellos se entristece pues no sabe si estarán bien... ¿y los tres hermanos? Sin duda, habrán encontrado los cuerpos de los guardias, mutilados -. Mi abuelo es pescador, así que imagina lo que hemos pasado con este invierno y el mar sin peces... - sonríe tristemente - Todo es culpa de la magia negra... creo que lo corrompe todo, corrompe aquello que toca.

¿Y si la Reina Roja no era tan mala antes? ¿Y si la magia oscura la corrompió? Es posible que ya no haya salvación para alguien que ha causado tanto daño.