Partida Rol por web

Alba se asusta y sale de debajo de su protección, de la capa un punto de luz sale y sale a detener a la lechera, volando sobre su cara, la lechera se asusta e intenta darle, pero no logra y Alba llega hasta sus ojos para que la vea.

- deténgase!-grita, pero la mujer sigue demasiado asustada, y Alba detiene uno de sus golpes y le quita el madero, dándole con este a la mujer la que cae al suelo - se lo dije - exclama la chica, cruzándose de brazos al ver a la mujer de bruces aún aturdida por el golpe.

El hombre carraspeo un poco, no muy seguro de lo que decías, pero luego volvió a acariciar su barbilla, cruzándose de brazos.

- sabes, creo que tienes razón, podría de todas formas ir, como tu escudero, nunca repararía Dimitri en alguien indigno ante sus ojos, ahí podría estar contigo- sonríe y siguen caminando, ven venir a un grupo de soldados, algo sonrojados,seguro bajo los efectos del vino o la cerveza - quieto...- susurró Nikolai y se encogió de hombros, soldados pasaron por el lado de ambos riendo y llevando varias espadas, se podía deducir que  habían visitado al herrero.

- maldito.. todos esos eran bandidos.. Dimitri mató o desterró a todos los soldados leales al Zar Iván y puso en sus puestos  a ladrones y asesinos... ellos siembran el terror de Dimitri - sus ojos se habían puesto amarillos, hacía esfuerzos para controlar su bestia interna, o quizás ni la controlaba.

- y jamás podrás negar tu naturaleza, eres lo que eres, yo soy un licántropo por transformación, pero en tu caso, eres mitad humano, recuerda eso, eres mejor que yo incluso,  - ladeo su cara para verte a los ojos - por eso te decía, no puedes negar lo que eres, pero si puedes elegir que hacer con lo que eres, comportarte como un cretino como hasta ahora lo has hecho, o ser un héroe como Locasta lo cree-  le sonríe.

-creo que lo soy...- sonrío, y tomó tus muslos para que rodearas su cintura, y te llevó a la cama, en donde te dejó caer con él sobre tu cuerpo,besó tu mejilla, tu cuello, descendiendo por él, había mucha ropa, pero no parecía tener necesidad aún de sacarlas, - creo que lo soy... pero creo que soy más real cuando estoy contigo...- murmura en tu oído, y busca de nuevo tus labios para besarlos con intensidad, una necesidad de tu boca, de tus labios, suspira en tus labios, mimando con sus besos acompasados cada uno de los aspectos de tu piel, bebiendo de tu boca, y disfrutando en cada suspiro, hasta que la razón se lo permitió antes de desaparecer.

Se separa de ti, y se apoya en la cama, apartando unos mechones de tu rostro,  y pasando su mano por tu mejilla,  hasta tu barbilla, y buscó de nuevo tus labios ahora con mas ternura que vehemencia.

- te necesito... Ava - en sus ojos claros puedes ver sus sentimientos, tu pluma sigue vibrando, como si te dijera que Mark no miente.

No es descabellado tener miedo, menos cuando estás en esas tierras, de todas formas cualquier lugar de Landover es eventualmente peligroso para ti, tu madre ya ha demostrado que no le importa lo que suceda contigo, aunque no puedes negar, ha podido matarte antes, ¿pero ahora? ¿lo haría?. Avanzas, las chicas siguen coquetéandote, lo que te hace recordar que siempre habías tenido cierto arrastre con las chicas, por lo menos cuando eras príncipe, y todos eran felices. Si, tu madre fue buena en algún momento, con su carácter pero buena, pero en un momento cambio, aún no sabes por qué.

Llegas a la taberna, e hedor a transpiración y cerveza  te golpea de lleno, acariciando tus mejillas, pero no se te hace desagradable, estaba mucho más cálido ahí dentro. La gente iba de un lado a otro, y un hombre tocaba un acordeón al fondo del salón. Una barra se abría a la derecha de ese lugar, y a su izquierda hay una escalera que debería llevar a los pisos superiores, que debería ser la posada.

Una chica rubia de dadivosas curvas sirve cervezas de un lado a otro, y los hombres babean por su presencia, pero ninguno se atreve a tocarla, en la barra, un hombre de casi dos metros la observa cual halcón, es rubio y de una frondosa barba, y a juzgar por su  edad, debería ser su padre, o un esposo demasiado mayor.

las horas pasaron, y la princesa siguió sumergida en sus pensamientos, sin salir de esa habitación, a pesar de que esta estaba abierta, se preguntaba qué hacer, a dónde ir, ¿que era lo correcto? Hasta ese momento nunca había tenido muy claro que hacer ni tomaba decisiones, pero era en este momento, en que sola, debería tomar decisiones claras.

Estaba sola, y un espejo no estaba lejos, también el servicio con el que habían traído el almuerzo, el cual seguía en la misma posición con la que la sirviente lo había llevado, Helena no había vuelto a aparecer, y eso pesaba en la conciencia de la princesa, había visto la locura en los ojos del zar, no había dudas de que él podría hacer todo cuanto pasara por su cabeza.

El cuchillo brillaba,brillaba hermosamente, al día siguiente... sería el torneo.

Derek detuvo el paso y se esforzo por mostrase tranquilo cuando lo que desaba era saltar al cuello de aquellos bastardos borrachos. Cuando pasaron gruño.- Se lo que son y lo que paso con los soldados leales... yo dimite cuando vi sus intenciones... Me propusieron quedarme pero rechace la oferta. Tal vez si me hubiera quedado podria haber hecho algo desde dentro....

El muchacho resoplo negando con la cabeza.- ¿y si pudiera engañarles? Fijir que la bestia gano y quiero unirme a su causa... Seria una buena coartada. Me presento como participante y justifico mi intencion de demostrar mi valor con objeto de entrar a sus filas... no se... tal vez sea solo una estupida idea.

El chico se mostro cansado y algo confuso.- Soy medio humano, medio bestia... un engendro que nunca se sentira completo... ni aunque fuera un heroe, quienes sepan de mi origen recelaran de mi por siempre....Ademas, ¿Donde se escucho que un heroe tuviera mis deseos de sangre, venganza y... - se guardo la palabra lujuria cambiandola por algo mas suave.- muerte.

- No, yo no se sere un heroe pero si tengo que dar cada gota de mi sangre por rescatar a Alice y devolver a esta tierra la paz, os juro que morire feliz.

_¡Alba, tranquila! No queremos lastimarla.

El perro se acerca a la mujer con tranquilidad. Se alegra de haber decidido revelarse solo ante ella, si esto mismo hubiese pasado pero con decenas de personas, incluso él hubiese estado en peligro.

_¿Realmente piensas que si quisiéramos hacerte algo no lo hubiéramos hecho aún? -le preguntó Sir Optimus a la lechera-. Deja de pelear y has memoria. Seguro has visto o al menos has oído hablar de nosotros, los niñeros-guardianes. Siempre hemos protegido a los miembros de la realeza en su juventud, posiblemente en algún acto real hayas visto a algún familiar mío o al menos hayas oído de nosotros en alguna historia o canción. Como sea, no estamos con la Reina Roja. Precisamente estamos encabezando una rebelión contra ella, que comenzará aquí cuando liberemos a la Princesa Alice y depongamos a Dimitri. ¿Crees que estamos del mismo lado o no?

- Mark... - murmuro en medio de un beso. Son nuevas las sensaciones que despierta, todo es nuevo: arquear la espalda al sentirlo en mi cuello, los movimientos, sus manos, incluso la forma en que me llevó a la cama, la caída tan suave en el colchón, y el sentir el peso de su cuerpo. En silencio agradezco que tomara la iniciativa, porque aparte del instinto no tengo otra guía.

Es la primera vez que estoy de esta forma con alguien. Cuando vivía en el castillo no le presté especial atención a nadie, y cuando vivimos fuera no conocí a nadie de quien me pudiera realmente enamorar. Pero el estremecimiento involuntario cuando se aparta para apoyarse en la cama me hace saber que no quiero separarme de él, nunca.

La pluma vibra de manera suave, ligera, como si ella también estuviera feliz. Rodeo de nuevo su cintura con las piernas, acercándolo más. Esta vez soy yo quien rodea su rostro con mis manos, escuchando sus palabras. En un movimiento reflejo acaricio su cabello, apartandolo de su cara. Desde que lo conocí pensé que era muy apuesto... ¿cuanto realmente llevo sintiendo por él todo lo que siento?

Me incorporo, buscando de nuevo sus labios. Con suaves besos recorro su mandíbula, pasando las manos por su cuello, acariciandolo con los pulgares, tratando de transmitirle todo lo que significa para mi, de borrar sus dudas y dejarle claro que es él con quien yo quiero estar.

- También te quiero... - acabo diciendolo, lo cual me saca una risa entrecortada, dándole a la vez un ligero golpe en el hombro, al final me hizo volver a decirlo.

No quiero separarme nunca de él.

Me acerco más a Mark, acariciando su cabello, acercándome a su oido, diciendo solo una palabra, tan corta y baja como un murmullo, pero que en este momento lo es todo.

- ... Tómame.

demasiado aturdida, se queda en el suelo, sujetándose la  mandíbula, le ha pegado fuerte el hada, pero puede escuchar mejor al perro y claro reconocerlo. Se queda cruzada de brazos, enfurruñada, pero luego parece recapacitar, el dolor en la mejilla le aclara los pensamientos y los recuerdos.

- eh.. sí... es verdad - dice,  aún sin levantarse del suelo -entonces tú,. y tu... amiga hada han venido para detener a usurpador y a la bruja roja? - soltó una carcajada - son son algo pequeños para enfrentarse a todo un ejército? - levantó una ceja y se puso de pie .- pero bueno, creo que una lechera tampoco es una guerrera- suspira y mira sus manos - nuestro líder, Freud de Locksley ha dado el aviso, que es hora de organizarnos, están listos para tomarla ciudad del Paraíso y de Oz, y acá nos organizamos, pero somos pocos a comparación de las fuerzas del usurpador, y la zarina Helena se ha vendido a Dimitri, no sé si podremos... enfrentarnos - suspiró apenada.

- lo siento..- susurra Alba y se va a poner sobre el lomo de Optimus - es que le ibas a pegar a mi amigo... pero no fue tan fuerte - se escusa la pequeña princesa.

el hombre se detiene, ya desde donde estaban podían ver la tienda del herrero, un hombre altísimo estaba en la entrada, de pie y con los ojos fijos en los soldados, ambos comprendieron su postura, era la de impotencia e ira, Nikolai mueve la cabeza de lado a lado, y se gira de nuevo hacia ti.

- todos sentimos esos deseos, algunos más que otros, La reina roja y el mismo Dimitri han sucumbido a ese lado, y yo en algún momento también, joven Derek, y no digas que no debiste nacer, es verdad, tu concepción no fue feliz, pero estas vivo, estás aquí y apunto de escribir la historia de Landover, deja de autocompadecerte, eso es lo que te aniquila... debes confiar más en ti y en tus habilidades, yo también creo en ti, Derek, no sólo Locasta...- guardó silencio, un gran silencio- y respecto a tu idea, me parece que es muy buena, pero lo mejor sería... que llevaras una ofrenda, fingiremos que me has capturado, pero deberemos engañar a todos, ¿estas dispuesto  eso? - preguntó, buscando que asientas a su descabellada idea.

Mark se sienta en la cama, y busca la mano derecha de Ava,para tomarla entre las de ella, besa sus nudillos, suavemente una dos veces, las sigue besando, y busca sus ojos, ahora sus labios van a su boca, y la toma de la nuca para que no se aparte de su boca, de sus labios. La confesión de Ava lo ha hecho delirar, era lo que más deseaba, tenerla, pero no como otras chicas, sino era algo mucho más fuerte, algo que él deseaba, que quería, la amaba. Besó su frente, y buscó de nuevo sus labios, y bajó haca su cuello.

- es lo que más deseo, pero no es el momento, ni el lugar, quiero que sea perfecto, te lo mereces Ava, te lo mereces...- susurra, y busca apoyarte en su pecho - cuando estemos más tranquilos, te haré mía y seré tuyo, pero ahora... apurados, agobiados, no, siento que... bueno, - se queda callado y busca de nuevo sus labios, era un romántico, un tonto romántico - a menos que realmente lo desees... porque si es así... quién soy yo para no cumplir tus deseos..- sonrió galantemente, y  volvió a besar su cuello, a lamerlo, y soltar su capa para poder tocar su piel de mejor manera.

Derek asintio y sonrio sarcasticamente.

- Soy un autentio especialista en soportar el odio de todo el mundo- aseguro.- Podre hacerlo, solo tengo que aflojar un poco la cuerda a mi bestia y dejarle asomar... Tranquilo, no pienso soltarla sabiendo que la vida de tantos esta en juego. Ava me va a odiar... mas...hora tampoco es que quieran demasiado pero me asusta mas que la reina roja y el Zar juntos.- bromeo. Despues resoplo - Al menos lograre hacercame a Alice y a... Helena lo bastante para ser util.

Derek resoplo.- Bien, ¿Como lo hacemos?.- pregunto dispuesto a emprender ese loco plan.

Sir Optimus se desilusionó un poco al escuchar que eran tan pocos. Aún así, la batalla no estaba perdida antes de comenzar, los héroes tenían un as bajo la manga: a la princesa, la mismísima hija de Helena. También le sorprendió escuchar hablar de Freud.

_¡¿Freud está aquí?! -exclamó y preguntó a la vez-. Escucha, no estamos nosotros dos solos, y estoy seguro de que la zarina se pondrá de nuestro lado en el momento indicado -dijo de manera escueta-. ¿Por qué no nos llevas con el resto, así podemos organizarnos?

- Si no va a ser... hoy... lo estás poniendo... - trato de decir, pero la respiración y la voz me salen entrecortadas. - dificil... - aprieto la sabana con un puño, conteniendo un gemido.

Que dijera que prefiere esperar fue tierno, y en parte tiene razon. Por un segundo imagino como sería el futuro, sin Dimitri, sin la madre de Edwards, si de pronto todo volviera a la paz. Pero en lugar de eso recuerdo la caída del príncipe, y luego como mi propio padre murió de la forma más inesperada. Todos esperaban vivir un día más, y de pronto...

- ¿Y si morimos mañana?

La pregunta me salió sola, incluso sin esfuerzo. Realmente tiene razón, de verdad deberíamos esperar. ¿Pero y si no hay un mañana?

- Si no hay un mañana, si te pierdo... - y de pronto siento un nudo en la garganta. Más aun, ¿si el me perdiera... a mi? Estoy en el peor lugar para permanecer a salvo de todo Landover. Y si Dimitry descubriera que tengo otro hermano, que hice amigos, que me enamoré y que para matarme solo tiene que matarlo a él...

Sobreviviría, pero no igual. Sigo sin creermelo, me enamoré.

- Me enamoré y me encariñé de quienes no debía y en el peor momento - confieso, de nuevo con la voz entrecortada. - Sé que deberé pagar un precio por ese error, y ese es que la gente que está en peligro es ahora la que quiero - me aparto un poco de él, buscando sus ojos, rodeando su cara con mis manos para que me mirara - Pero por ahora, quiero disfrutar del lado bueno. Quiero estar contigo.

Se detuvieron un instante en su marcha, debían pensar como hacer el plan, sería arriesgado, y si no avisaban a los chicos, estos los buscarían.

- luego de que nos juntemos de nuevo, les diremos que saldremos, y de ahí, iremos al castillo, ahí, mi amigo, deberás interpretar el mejor papel de tu vida, Dimitri debe creerte, todos deben hacerlo - te dice, levantando sus manos  y colocándolos en tus hombros, - tienes toda mi confianza, debes saberlo - sientes un cariño casi paternal, como el de Harold.

Siguen caminando hasta donde estaba el herrero, con aspecto penitente, al verlos, les dice que se vayan, pero Nikolai no se mueve.

- necesitamos armas para mañana, herrero - dice con voz de mando, el hombre se reusa hasta que Nikolai lo agarra de las ropas, y este hombre, que realmente es mucho más grande que Nikolai lo queda mirando a los ojos, 

Herrero: Ser Nikolai...¿es ud? - pregunta con un temblor en la voz, Nikolai lo agarra de las ropas, y los tres entran en la tienda.

- sí, soy yo... necesitamos una armadura para el chico, y para otro hombre, así como armas -  conversan, el Herrero te queda viendo y pregunta quien eres.

- ¿conoce a Lockslay? - queda desconcertada la mujer, pero luego niega con la cabeza, - no, no está aquí, él está en la ciudad de Oz, pero organizó a todos los grupos rebeldes, diciendo que la esperanza había llegado, que pronto... la bruja roja sería destruida, pero no nos dijo mucho más, sólo que debíamos hacernos fuertes, y debemos conquistar Imlambris, Dimitri es el mayor aliado de la reina,-  se puso de pie, y arregló sus ropas, pero tocó su mejilla, esta le dolía bastante.

- en fin, vamos... mañana en el torneo lo atacaremos, y rescataremos también a la princesa, sabemos que la tiene- dice, y comienza a caminar, mirando hacia atrás en todo momento,por si no los estaban siguiendo.

Luego de dar unas vueltas llegaron a una cascada,  y la mujer los condujo entre las rocas y pasaron el agua, era una verdadera cortina de agua, cuando la pasaron, te encuentras con un grupo de por lo menos 10 personas, por lo menos son las que pueden ver.

- eh.. él es Sir Optimus, de los guardianes de  la realeza, - los presenta - hora hablen...- dice apartándose para que hablen a esas personas, luego de que entraran, podían ver más caras en ese lugar, eran muchos ojos y los 10 de un principio se transformaron en 30 y así, había mucha gente y algo les hizo pensar que había mucho más, pero no en esa cueva que era enorme.

Comprende su miedo como nadie, él durante cinco años ha luchado contra la reina, ha perdido amigos y ha perdido a veces la esperanza, por eso el saber que la bruja buena estaba segura que los que llamó eran los escogidos para la misión, se llenó de nuevo de esperanza para poder conseguir una paz por tanto tiempo negada.  Mark se sentó en la cama, y jaló a Ava para sentarla en sus piernas, su mano derecha acarició con el dorso su mejilla,  y besó su sien, con afecto, con amor.

- Ava, me enamoré de ti también, creo que cuando te vi, sentí... que eras la indicada para mí, pero no siento que eso sea un error, no, es una nueva razón por la cual luchar, por la cual sobrevivir...- sonríe y acaricia tu mejilla de nuevo - no eres mi debilidad, amor, eres mi fuerza, y todos los demonios pueden atacarme, pero si estas, yo seguiré, y lucharé.. y si mañana perecemos, sabrás, Ava mía, que te amo, que eres mi corazón - jamás había hablado así, con tanta certeza.

- y si deseas... estar conmigo, lo estaré - te dejó en la cama de nuevo,  y comenzó a desabotonar tu camisa, lentamente, y llevo tus manos a su chaqueta para que comenzaras a desnudarlo - pero comprende algo...- sujetó tu nuca para pegar sus labios a tus oídos - yo ya te pertenezco... mi princesa...- esas fueron sus dulces palabras mientras te besa el cuello suavemente, no quiere apresurarse, no aún...

Los ojos se iban multiplicando, y junto a ellos la esperanza. Sir Optimus hizo un gesto a Alba, que solo ella y gracias a conocerlo mucho supo reconocer como una sonrisa. Los ojos los miraban, esperando para ver lo que el perro y hada tenían para decirles.

_Mis saludos, ciudadanos de Imlabris. Me alegra ver que son tantos los valientes que están dispuestos a oponerse a los tiranos usurpadores, porque eso es lo que son tanto Dimitri como la Reina Roja. Mi nombre es Sir Optimus, de la raza de los niñeros-guardianes, y ella es la Princesa Alba. Anais nos comentó que Freud de Locksley les dijo que la esperanza había llegado. Bueno, mi grupo y yo somos esa espreanza de la que habló, de modo que es el momento de tomar las armas y recuperar lo que es nuestro, tanto nuestra tierra como nuestra dignidad. Mis compañeros entrarán al torneo para estar cerca de Dimitri y poder acabar con él, mientras que la Princesa Alba y yo nos encargaremos de liberar a la Princesa Alice. Pero necesitamos cierta información para hacer estas cosas. ¿Dónde están la Princesa Alice y la Zarina Helena, y cómo podemos llegar a ellas? Es de vital importancia que podamos hablar con la Zarina, puedo asegurarles de que estará de nuestro lado. Y necesito saber también cuánta gente está con nosotros y cuántos de los soldados serán leales a Dimitri incluso cuando la Zarina se levante a nuestro favor. Sé que la información que les doy es vaga, sé que muchos de ustedes no habrán conocido a los de mi raza más que en canciones o historias, pero crean en mi palabra. Mañana Imlabris estará libre y una nueva era comenzará aquí, así como la caída incesante de la Reina Roja. Pero para eso necesitamos trabajar juntos. ¿Están conmigo?

Entonces los ojos del can fueron hacia su amiga, buscando en ella aprobación a sus palabras y preguntándose si se olvidaba de algo.