Partida Rol por web

-Pero no puede levantarse - dice un tanto alarmada -. Si lo hace, las heridas podrían abrirse y tiene fiebre... es algo muy peligroso.

Pero también parece algo peligroso para los demás. No sabe que hacer... si ayuda al hombre, Eolande se enfadará por no haber cuidado de él como debía, pero si no va... parece ser que se esconden muchos peligros en el lugar donde se oculta la flor.

-Bue... bueno... pero primero tengo que darle algo de medicación para el dolor y la fiebre. No llegaríamos muy lejos.

Sentí como Shea se movía en mis piernas cuando me senté en el suelo.- Tranquila, yo estoy bien...-Pero me preocupa el qué pasará. En el primero había aportado ideas, por lo que sonreí con tranquilidad cuando los leones dieron el visto bueno. Mis manos se deslizaban con seguridad por el espeso pelaje de la osa, por un momento la imagen de mi padre apareció en mi mente, lo echaba de menos, pero debía ser fuerte.- Lo sé...-Susurré a Shea cuando apareció el segundo acertijo. Levantándome de donde estaba sentada sacudí mis ropas. Acercándome hasta el centro, haciéndome paso entre mis nuevos compañeros.

Mis pasos hacía parecer que levitaba pues eran delicados y elegantes.- El abuelo, el padre y el hijo.-Respondí. Mi barbilla estaba alta y mi voz salió segura, aunque en mi estómago apareció cierto miedo por equivocarme. El roce de Shea en mis piernas consiguió que me relajase un poco pero no lo suficiente. Ella sin dudarlo posó sus patas delanteras en mi pierna y con su hocico acarició las puntas de mis dedos. Shea... Pensé al mirarla, siempre con esos ojitos brillantes. 

La suave brisa hacía que mis largos y oscuros cabellos ondeasen en el aire, acariciándose con algunos pétalos y hojas que danzaban al son de esa brisa que se había despertado.

Solo puedo asentir a las palabras de Eolande. En verdad mis compañeros estaban siendo muy inteligentes y he tenido que intervenir más bien poco. Parece que ahora más que nunca nos van bien las cosas.

Bien es cierto que ver a aquella sílfide me tiene algo distraido, en su rostro no dejo de ver el de mi madre y eso es algo que me da una paz plena pero que quizá me esté desconcentrando.

-Psss Selina... ¿Has visto a esa mujer? Me recuerda a... a... me recuerda a madre. Pero no puede ser eso ¿no?- confuso aprieto la mano de mi hermana, quizá por fin estemos cerca de descifrar que pasó con nuestros padres.

Me acerco a la sílfide y grito en voz alta mientras levanto ambos brazos en dirección a la figura.

- ¿MADRE, ERES TÚ?

Ojos llenos de lágrimas.

Mientras mis compañeros se encargaban de los enigmas y adivinanzas, tarea en la que no era muy atinado, me fije en los dos hermanos.

Estaban hablando entre sí dejandonos aparte al resto. Esto no era nada raro, más bien bastante común y normal para gente tan cercana en grupos de extraños, pero pequeños movimientos y comportamientos si lo eran y no conseguia identificar lo que pasaba.

Al menos hasta que oí el lamento en forma de grito que lanzo Selina.

Con un par de agiles pasos me coloque a su lado y les puse una mano encima del hombro de cada uno

-Me temo que lo único que os queda es tranquilizaros. Las hadas y otras criaturas de su tipo gustan de los humanos y en ocasiones toman apariencias como las suyas para disfrutar de nuestras vidas.

Y aunque de verdad fuera vuestra madre, y por vuestros ademanes diría que no era así antes, la conversión puede haberle quitado los recuerdos y dejado solo algunas sensaciones y sentimientos.

Lamento que esteís en esta situación pero no os aferreís a ella o lo único que conseguireís será sufrimiento- aprete las manos en los hombros intentando anirmalos antes de retirarlas.

-De todas maneras si veís que hay opciones de que sea y os reconozca ¡id a por ella sin dudarlo!.

Pero no os aferreís sin aseguraros de que hay algo a lo que hacerlo. Buenos hombres he visto perderse por situaciones parecidas-

La silfide se gira hacia los dos hermanos, y cuando Selina grita "madre"; su atención se queda sobre ella, sus ojos parecen brillar por unos segundos, hay un dejo de reconocerla, pero se queda en silencio, con su delicada sonrisa en sus labios, hasta cuando los leones hablan...

León azul: bravo... dos de tres - exclamó el león - aunque ya los tendría muertos a ambos - 

León rojo:  si, también yo, perdemos el tiempo hermano - socarrón pareció reír y así su cabeza no fuese de piedra, seguramente ese gesto humano aparecería en su hocico dentado.

León azul: ahora la última pregunta - exclama, la sílfide por su lado, sigue en silencio, mirando a Selina. El suelo tiembla, justo antes de que el león hable.

León rojo: Unos maleantes secuestran a tu madre y a la personas que amas como pareja,  y se los llevan lejos... tú puedes salvar a sólo uno de ellos... a tu madre - se abre una puerta en el arbusto verde al lado derecho del león rojo, creando una entrada con un arco superior curvo.

León azul: - o a la persona que amas como pareja - dice el otro león, y se abre de la misma manera una puerta, pero al lado izquierdo del león azul  - sólo puedes salvar a una de las dos personas que son importantes para ti, escogiendo solo uno de estos  caminos... ¿cual es la respuesta correcta? -  pregunta al final el león, esperando la respuesta del grupo.- recuerden, si la respuesta es correcta, podrán llegar al centro del bosque sagrado, sino, morirán irremediablemente antes de llegar a él..

Su cuerpo se resiste, estaba demasiado cansado y herido como para poder salir corriendo y poder prevenir a su hija, no podía, además, aquella chica no lo dejaría, Mary era su cuidadora, e impediría que resultara más lastimado, él cayó en la cama, y resopló.

- creo que... nada podremos hacer...- susurró, poniendo su mano en su pecho - maldita reina roja... ella es la responsable de todo esto, ella hizo que la magia de esta isla nos condenara, yo... yo soy el responsable de todo esto - había una terrible culpa sobre los hombros de aquel sidhe.

-Cálmese... mientras preparo esto, descanse unos minutos y cuando se lo tome podremos intentar llegar hasta donde están ellos... pero no puedo dejar que se levante sin más.

Mezcla unas hierbas que sabe que son para la fiebre y para el dolor, las tritura y las mezcla con agua caliente. Deja que repose un poco y cambia el brebaje de sitio para que no queden posos. Se acerca a él y le ayuda a reincorporarse para que pueda beber con tranquilidad.

-Estoy hará que se encuentre mejor, pero no sé si recuperará la fuerza suficiente para recorrer el camino sin descansar.

Umm...la pareja es importante y la madre también , con ella se puede crear un futuro, tener familia, pero la madre es una sola - entra por la puerta del lado izquierdo del león azul. 

Vamos a pasar todos por aquí, por la de la madre..., es la puerta correcta. ¿ No dicen que el amor es lo mas poderoso del mundo, el de la madre ?- dice sonriendo para ponerse en  la puerta para salvar a la persona que amas.

Si me equivoco, poco se podrá hacer... -saca el colgante de su madre y se lo pone al cuello, como una especie de homenaje a ella, si muere al menos que sea con algo que aprecia en esta vida...

Sin pensárselo dos veces, pasa segura de si misma y confiada por esa puerta.

Eizhan se adelante a todos entrando por aquella puerta que indicaba la respuesta de la hija, el resto no decide aún,sin embargo, la silfide sale de su estado de estupor, y sin que los leones lo vean,ella pone su dedo en sus labios, indicando ¿silencio?.

Me quede quieto con los brazos cruzados sin moverme en la dirección de ninguna de las puertas.

La ídea en sí era ridicula. Bueno en mi caso era fácil pero porque mi madre era un monstruo y mi amada no.

Pero ¿y si la pregunta fuera entre mi amada y mi hija?.

Escoger entre salvar a uno de nuestros seres queridos era tonteria. Siempre habia que buscar la posibilidad de rescatar a ambas al precio que fuera necesario.

Sopeso mucho la respuesta... realmente jamás he conocido el amor y siempre he procesado un profundo sentimiento por mi madre pero algo me decía que aventurarme detrás de Eizhan no era lo correcto.

Además esa sílfide... esa mujer que muestra el rostro de mi madre... "¿Es realmente ella o se trata de magia?" me pregunto una y otra vez. Agarro fuertemente la mano de mi hermana para que esta se quede a mi lado y no se dirija a ninguna de las dos opciones. De hecho me extraña que con lo impulsiva que es no lo haya hecho ya.

-No te separes de mi lado Selina, por favor...- susurro a penas a mi hermana, tan bajito que casi ni ella puede oirme.

Me quedo al lado de mi hermano, con los ojos fijos en la figura de la sílfide.
¿Me ha parecido ver un atisbo de humanidad cuando ha escuchado mis palabras? ¿Me está diciendo que me calle proporcionándome una pista?

Ignoro el acertijo y todo lo que me rodea y sigo insistiendo con los brazos levantados hacia la estatua.

- ¡¡¿Madre, eres tú?!! ¡¡¡Si de verdad eres tú o queda algo de humanidad en tu pétreo corazón, hazme una señal!!!

Jamás había amado a alguien, por lo que ese sentimiento aún dormía en mi interior, pero si sabía lo que era querer por encima de tu propia vida a tus padre. Cuando los Leones se quedaron callados volví sobre mis pasos sentándome sobre las hojas caídas. Sin dudarlo Shea se acercó para dejar su cabeza en mi regazo, la observé con ternura, deslizando mis dedos por su pelaje en un gesto tranquilizador y protector Pase lo que pase estamos juntas. Mi mirada se levantó hacia los otros miembros del grupo, solo Eizhan había optado por moverse hacia una de las puertas, por un momento me sentí tentada a frenarla, pero bajé la mirada callada Ni siquiera sabes cual es la respuesta... Aunque si fuese mi caso, no podría escoger. Negué con la cabeza a la par que cerraba los ojos Ni siquiera pude proteger a madre... Ni a ella, ni a padre Mis manos dejaron de acariciar el pelaje de la osa unos segundos.

¿Su madre? Puede tener una apariencia... Pero las Sífides solo son las hadas del viento. No debería ilusionarse si realmente su amada madre falleció Volví a esconder la mirada en mi compañera, acariciándola con gran tranquilidad.

león azul - silencio impertinente, ¿acaso no responderás? - rugió el enorme león de piedra - deben hacerlo... ya pasa el tiempo - exclamó de nuevo energicamente.

León rojo- ¿se quedaran callados?, su amiga ya ha tomado una decisión...¿la dejaran sola? -pregunta con una voz casi más dulce, a media que los segundos van pasando, hasta que el último segundo se cumple, y las dos puertas se cierran, Eizhan estaba al otro lado, con el pendiente de su madre...

Eizhan se daría cuenta que nadie más la había seguido, la puerta se cerró, y ella seguiría avanzando, encontrándose con un bosque de espinas, caminaría un poco más, y las espinas se moverían más y más entorno a ella, cuando se dio cuenta, sería demasiado tarde...

El grupo sólo escuchó sus gritos de agonía que les helaría la piel, pero por mucho que intentaran acercarse, por mucho que intentaran llegara  ella, no podían, el muro se había cerrado, y ella había tomado una decisión apresurada, ahora, su alma estaría atrapada en ese bosque, como el de muchos otros.

León Rojo: han pasado la prueba , lo lamento por su amiga, pero ella no entendió y tomó una decisión cuando no se puede tomar una decisión - ahora no estaba furioso, ni presionándolos, sino que parecía comprensivo y hasta atento.

León Azul: hay veces que la respuesta correcta es simplemente no responder, porque no se pude responder, es imposible hacerlo... más cuando dos personas amadas están en peligro,

león rojo:si tomas cualquiera de las dos opciones, esta es la incorrecta, porque perderás a la otra, viajeros, deberán comprender esto, que... siempre hay costos en nuestras acciones, incluso más allá de mismo beneficio de la decisión que han tomado...- concluyeron los leones y la puerta central se abrió.

León azul: sigan este camino, los llevará al centro del bosque, pero de todas formas tengan cuidado, ya no es el mismo bosque que nosotros protegimos, el mal ha calado hondo, pero por lo menos les aseguramos que no sufrirían lo mismo que su compañera al principio, pero no se desvíen del sendero blanco... jamás salgan de él, aunque lo que vean sean terrible - les recomienda el león y las luces de los ojos de ambos se apagan, sólo dejando a la silfide flotando en un costado, observándolos con una linda sonrisa en los labios.

Las espinas te han envuelto, intentas luchar, pero no puedes, las ramas te atrapa, y te arrastran hacia el interior, mientras escuchas murmullos y muchos ojos rojos te observan, las espinas se clavan en tu pierna,  y luego te alzan cabeza abajo, dejándote caer. Mareada por el golpe, te pones de pie, y las espinas te vuelven a recorrer, por las cintura, sientes los cuchillos que te atraviesan las ropas y la piel, y si luchas más, más te desangras, más se entierran, te has equivocado, e intentas ver si el resto también se te ha seguido, pero no, nadie lo hizo. Sueltas una lágrima, no has podido cumplir tu cometido, y sientes el abrazado mortífero de las espinas que recorren tu cuerpo, al final, el aire te falta, ¿te habrán perforado un pulmón?....

Tu cara también está llena de sangre, gritas, y la corona de espinas se clava más,  pero ves una figura flotando, como un fantasma que toca tu frente y te transforma en piedra, no sientes dolor, ni nada, solo que la vida se te va...

EL hombre suspiro, y tomó las manos de la joven, luego de haber bebido aquella infusión que le ha preparado, tose un poco, pero logra recuperar algo de color en sus mejillas.

- eres un verdadero ángel, jovencita - sujetado de sus manos y con un gran esfuerzo, logró ponerse de pie, pero tambaléandose terminó casi recargado sobre le costado de Mary que lo ayudaba a ponerse de pie - el camino es largo... -desiste de su idea, y cae en la cama, exhausto y envuelto en un sudor helado - no... no podré...- murmuró, apretando los puños y sus dientes, la rabia lo rodeaba - no alcanzaremos a llegar... seguramente...por todas las hadas... que mi hija esté bien - exclama mirando al cielo y volviendo a la cama, con la respiración entrecortada. 

Mi respiración se cortó de golpe, incluso las caricias sobre el pelaje de Shea desaparecieron cuando los primero gritos de Eizhan aparecieron al otro lado de la puerta. Sin poder evitarlo me levanté y corrí hacia la puerta, pero no se podía abrir, con fuerza la golpeé con los puños.- ¡¡Por qué tenías que moverte...!! -Caí de rodillas sollozando, pero sin dejar de dar suaves golpes con mis puños. Finalmente dejé mi frente apoyada en la madera.

Shea se acercó temerosa, pero finalmente se sentó junto a mi. Como falta de energía dejé de golpear la puerta para posar la mano sobre la pequeña osa, lentamente la acaricié.- Debemos... Seguir...-Pero cuantos más deberán morir...Mi larga melena acariciaba el suelo y mi hermoso traje se manchaba por la tierra. Miré a Shea separándome un poco. Lentamente me levanté de donde estaba y me giré hacia los demás, no mostré sonrisa alguna. Pero en mi rostro había calma y tranquilidad.

Se siente impotente porque el hombre quiere ir a ayudar, pero los remedios que le ha dado no han servido para mucho y no es capaz de cargar con su peso todo el camino. Si hubiese algún transporte... pero seguro que por la selva es difícil viajar con un carro o con un caballo.

Retuerce un pequeño trozo de tela de su falda mientras piensa en las posibilidades, pero parece que solo puede haber una... una que conllevará enfados si la hace.

-Podría... podría ir yo sola... pero creo que me perderé... no se viajar por el bosque.

No le gusta la idea... tiene miedo de perderse, de no llegar a tiempo y de ser más un estorbo que una ayuda. Siempre se ha visto así desde que comenzaron esa aventura... lo cierto es que ella es una chica sencilla que gusta de una vida tranquila y las aventuras quizá no sean para ella.

-Y no quiero dejarle solo... Eolande se enfadará si descuido sus cuidados.