Partida Rol por web

El hombre parecía tener las mismas ganas que tenía él de entrar en conflicto, aunque no sabía si era un ser humano o no. La curiosidad le pedía a gritos que se quedara allí esperando, quizás hicieran demasiado ruido y atrajeran a un monstruo, o dejaran algo de valor que a él le viniera bien - aunque su último botín era lo mejor que había conseguido en muchos días - para su escondite en el bosque.

Sin embargo, si se marchaba, había algo seguro que no conseguiría: información. Si eran seres humanos, le vendría bien cualquier dato útil. Además, todavía seguía buscando a esa chica, Dev... aunque a esas alturas seguramente estaría muerta. ¿Por qué estaba ayudando a ese desconocido?

Con lentitud, encogido y con los brazos en alto para indicar que no quería problemas, se acercó al edificio.

La verdad es que aquello ya parecía una broma de mal gusto. Tanto tiempo sin ver nadie y ahora parecía que estaban en medio de un centro comercial recién abierto. No les gustaba creer en las coincidencias, pero sin duda sería una muy curiosa de ser-la. Además se trataba de otro hombre. Ya iban 3 en lo que llevaba de día.

No es que parecería demasiado intimidante, además ahora tenía fuego de apoyo, pero no tenía ganas algunas de compartir el poco botín que pudieran encontrar. Y si las cosas se salían de madre quizás tendrían que hasta gastar munición, cosa que sería de un nivel catastrófico.

Sophie miró a Deivid que ya se encontraba mirándola. Parecía querer alguna cosa, pero tampoco hablaba.

Se acercó a su oreja y le susurró.

-Quizás aún no nos ha visto. Propongo salir discretamente y dirigirnos a otro edificio. No tenga ganas de broncas.

Sin embargo, dudaba que no los hubieran visto, pero quizás tenían algo de suerte.

Malcom camina con mucha precaución por el local, por lo que puede ver parece que ya ha sido saqueado en varias ocasiones y no encuentra nada que pueda resultar especialmente útil a parte de algunas botellas de diferentes bebidas alcohólicas. Con cuidado se asoma a la cocina y puede ver a un hombre y a una mujer, el está mirando hacia el exterior por la puerta de servicio mientras ella esta levantándose después de lo que parece haber sido un registro de un cadáver de un hombre que debía ser cocinero, no muy lejos hay otro cadáver del que sería el cocinero del local.

La pareja llega a la tienda de comestibles, estaba claro que había pasado por épocas mejores ya que la mayoría de las cosas estaban tiradas por el suelo y podridas, seguramente algunos animales y tal vez algún que otro superviviente lo habían asaltado. El lugar no estaba en silencio, cuando llegaron pudieron escuchar sonidos en la parte de atrás como de pasos pero que pronto se acallaron cuando ellos entraron.

-Apuntemosle con la pistola y avazemos lentamente hasta el siguiente edificio. No tengo ganas de broncas.

Doug se llevo un dedo a los labios indicando silencio. Luego un ademan de su cabeza hacia la fuente del sonido hizo evidente que quería investigar su origen. Después de que le hubieran cogido por sorpresa dos veces en una mañana, no tuvo que pensarlo mucho para desenfundar su arma y confiarse a ella en lugar de a la suerte.

Con un gesto hacia la chica le indico que ella fuese por un lado de la tienda mientras el iria por el otro. Dos blancos separados mejor que juntos.

Avanzo en silencio, con el oído atento a cualquier ruido por pequeño que fuese. Su entrenamiento como policía le había acostumbrado a identificar al enemigo antes de disparar, pero se pregunto si Dev seria de las que disparaba primero y preguntaba después. Probablemente era una postura más inteligente que la del Sargento, dadas las circunstancias.

No bajó el arma y asintió levemente con la cabeza al escuchar las palabras de Sophie. Caminó con lentitud hacia la puerta de la cocina para abrirla. Frunció el ceño concentrado en parecer que sujetaba con firmeza el arma y que era capaz de disparar a pesar de que su pulso temblaba bastante. Salió por la puerta de espalda y una vez en el exterior se apoyó contra una pared respirando con algo de agitación. - No parecía querer hacernos daño pero no quiero dejarme llevar por las apariencias... No quiero morir, joder, no por una estupidez así. - Pensó para sus adentros mientras, con paciencia, esperaba por la rubia. Miró hacia arriba tratando de tranquilizarse y sin guardar su pistola. Aún le temblaba algo a la mano y, a pesar de que alguna otra vez la había disparado esa sensación no se iba. El miedo a matar, a derramar sangre, él no era un asesino ni disfrutaba de aquello. 

Aquella pareja no parecía dispuesta en absoluto a entablar ningún tipo de relación, porque salieron de la tienda con el arma levantada y apuntándole directamente. No sabía bien si eran humanos o monstruos, pero no iba a arriesgar tontamente la vida por descubrirlo. Le había ido muy bien sobreviviendo por su cuenta, y si algo le estaba enseñando esa situación, es que había sido una estupidez dirigirse allí.

El hombre asintió lentamente y bajó los brazos, dejando claro que comprendía que allí no tenía nada que hacer y retrocedió, dejando a aquella pareja vía libre.

La pareja se separa para poder investigar mejor, Douglas camina con cuidado tratando de ver que es lo que había por allí, con precaución examina la zona principal pero parece que no hay nada, el hombre tras un par de miradas rápidas puede ver que hay una cortina metálica medio levantada que debe llegar a alguna clase de almacén y no muy lejos una puerta desde la que puede ver unas oficinas, con cuidado se acerca y escucha claramente que el sonido proviene del almacén, las pisadas son pesadas.

Todos pudieron escuchar algo no muy lejos de allí, era como si un vehículo se detuviera cerca de allí, como estaban en la parte de atrás de la cafetería no pudieron verlo, pero estaban seguros y al menos dos personas se bajaron de él.

Brian aprovechó el momento para escabullirse y desaparecer de allí. Si esas dos personas habían tenido tan malas intenciones con él, no quería ni pararse a pensar en lo que podría suceder si llegaran a juntarse cuatro. Eso contando con que fueran humanos, claro.

A Sophie se le pusieron los pelos de punta al escuchar un motor. Nadie era tan insensato como para usar vehículos con todos esos cabrones buscandolos. Eso solo podía significar una cosa: eran ellos. Eso o estaba tan equivocada como decir que un tomate no es una fruta.

Buscó con la mirada a Daivid y dijo con voz baja.

-Son ellos. Podemos escondernos o huir. Parece que han aparcado delante del restaurante, lo mejor sería ir sigilosamente hasta otro edificio ¿Que te parece?

Miró también al hombre desconocido. No tenía ni idea de si eran uno de ellos o un humano, pero algo en su interior se negaba a dejar morir esa parte de humanidad que albergaba. Lo miró fijamente.

-Te recomiendo hacer lo mismo. Corre o ocúltate con nosotros, pero si haces algo raro será lo ultimo que hagas.

Sophie escupió al suelo y esperó a ver que decidían hacer, pero tenían poco tiempo.

-Mas gente- Pensó con cierta amargura Malcom. Pero era lo que había, grupúsculos de supervivientes buscándose la vida.

Solo esperaba que aquellos no fuesen igual de idiotas que los de la comisaría.

Carraspeó al entrar en la cocina

-Hola- dijo sobre todo enfocando al hombre

-¿Habeis mirado en todos sitios? la verdad es que el hambre empieza a notarse- Dijo algo melancólico.

Luego esperó en la puerta de la cocina, a ver que pasaba con aquellos

Doug levanto el arma con la mano derecha, y tras colgarse la placa del cinturón, alzo la mano izquierda para apoyar la culata. Los brazos relajados, el dedo índice acariciando el gatillo. Lentamente se agacho y se acerco a la cortina metálica, para poder ver lo que había mas allá, atento al ruido que provenía del almacén.

No era su primera intervención, pero eso no evitaba que sintiese un cosquilleo en el estomago. Echó de menos su chaleco de Kevlar.

Si prisa y con todo el sigilo del que fue capaz, se preparo para avanzar hacia el almacén. Debía ser otro superviviente, si podía cogerlo por sorpresa evitaría que hubiese heridos.

Tres, dos, uno ...

- ¿Ellos? ¿Cómo estás tan segura? - Le preguntó alzando una ceja. Él habría pensado más en grupos de bandidos o cosas por el estilo. - Sí, supongo que la mejor opción es ir con sigilo entre los edificios y a través de estos. Evitar las calles grandes o principales es lo mejor, al menos por el momento. No sabemos ahora mismo qué o quién está ahí fuera y nos pondríamos a la vista de todo el mundo. - Tras decir eso asintió convencido por sus palabras.

- Eh... ¿¡Te lo vas a traer!? - ¿De qué me sorprendo? Si no me ha atacado a mi y me ha permitido ir con ella no es raro que lo haga con alguien más. - Bueno... Bueno... Lo que sea... Mientras el grupo no agrande mucho más... Si encontramos más humanos vivos y amigables no podemos dejar que se unan, Sophie. No es por la escasez de recursos ni mucho menos porque no quiera que vengan porque soy un egoísta pero a más grande más posibilidades de ser detectados. -

Un hombre aparecio caminando tranquilamente, al ver al trio dice:

-Hola- dijo sobre todo enfocando al hombre

-¿Habeis mirado en todos sitios? la verdad es que el hambre empieza a notarse- Dijo algo melancólico.

Luego esperó en la puerta de la cocina, a ver que pasaba con aquellos

Mientras te acercas a los tres escuchas un sonido de motor que proviene de la calle principal

Cuando el policía entra con cuidado puede ver que hay un hombre mirando un ordenador que hay en la mesa, el hombre parece bastante concentrado y parece que no se ha dado cuenta de su presencia, tiene una pistola que parece un revolver en su cinturón colgada, no muy lejos hay una verja abierta, sin duda es la parte por donde las mercancias del almacen entraban, desde ahi se escucha un ruido de motor que proviene de la calle principal.

Un puto ET fue lo primero que pensó, y casi estuvo a punto de decirlo en voz alta. Logro contenerse y empuño el arma apuntando al confiado blanco. Si tenía cuidado podría acercarse hasta él y reducirlo de forma rápida.

Avanzo lentamente, lanzando ocasionales miradas rápidas hacia la verja. Cuando se acerco lo suficiente, se preparo para descargar un golpe con la culata de su pistola. No era el proceder de un agente de la ley, pero dadas las circunstancias no se iba a arriesgar a que el cabrón tuviese oportunidad de pedir ayuda.