Partida Rol por web

Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi a esos seres...pensé..."seremos nosotros ahora los cazados?" me niego a ser el pan de nada ni nadie....tres puezas más nunca estan de más...."se podrán comer?

El día había sido cansado, no era grato pasar tantas horas a lomos de un caballo. Pero bueno ya habíamos parado para hacer noche, la cena fue entretenida, era como poco curioso ver cocina y comer a Klurca, cualquier atisbo de modales era pura casualidad. No sería la compañía ideal para mantener una conversación enriquecedora, pero llegado el momento de la verdad y cuando las cosas se complicaban, era la compañera ideal, no se andaba con miramientos.

En cuanto estábamos enfrascados en la organización de los turnos de guardia, aparecen tres invitados que salen del bosque. Rápidamente todos se ponen alerta y yo no iba a ser menos ¿con que intenciones vendrían? ¿Hostiles? En el caso de que lo fueran no eran muy sutiles acercándose así a nosotros.

Cojo mi bastón esperando ver la reacción de nuestros invitados.

Ver comer a Klurca quitaba el apetito a cualquiera. Sin embargo Bast se forzó a comer un poco, por si acaso. La semiorca fue la primera en alertarse ante el nerviosismo de los caballos.  A Bast siempre le costaba ponerse en movimiento, más después de un día cansado. lo que vieron sus ojos despertó su curiosidad innata.

- No tengo ni idea...- Contestó a Klurca. Era en parte lo bueno y lo malo de explorar tierras desconocidas. jamás había visto ni leído sobre  unas criaturas como aquellas. Sabiéndose lento y poco avezado en acechar a unas presas, dejó ese trabajo a los demás y se puso de pie estirando sus ropas, dispuesto a parlamentar con los desconocidos.

Ok.

Los grigs son hadas del tamaño de un gato, con la parte superior del cuerpo de un humano (más bien, de un elfo) y la parte inferior de un grillo. Desprenden una leve luz que las hace especiales. Les gusta la músca y adoran quedarse horas y horas escuchando melodiosos acordes. Pero no por ello dejan de ser fieros combatientes (muchos de ellos portan un arco y son tremendamente sigilosas) si se les provoca. Pueden volar y hacerse invisibles. Hablan el común y el silvano.

No son muy abundantes en el Cinturón Verde, pero se dice que algunos ejemplares andan sueltos por allí.

Viendo comer a Klurca, no puedo evitar girar la cara. Pasa el tiempo, y no logro acostumbrarme a ciertas costumbres de su raza. Siempre pienso que la próxima vez ya no me sorprenderá pero finalmente siempre lo hace.
Al girar la cara veo que alguien o algo se acerca a nosotros - ¿Habéis visto eso? Se acercan aquí- Nadienseria tan insensato de atacarnos abiertamente...¿O quizás si? Son tierras extrañas me pongo en pie mirando lo que se acerca- Tened cuidado, puede que haya más alrededor nuestra

Los grigs son hadas del tamaño de un gato, con la parte superior del cuerpo de un humano (más bien, de un elfo) y la parte inferior de un grillo. Desprenden una leve luz que las hace especiales. Les gusta la músca y adoran quedarse horas y horas escuchando melodiosos acordes. Pero no por ello dejan de ser fieros combatientes (muchos de ellos portan un arco y son tremendamente sigilosas) si se les provoca. Pueden volar y hacerse invisibles. Hablan el común y el silvano.

No son muy abundantes en el Cinturón Verde, pero se dice que algunos ejemplares andan sueltos por allí.

Conocen al dedillo la geografía del lugar. Además, como buenas hadas, gracias a su sigilio y perspicacia, se enteran de todo - o casitodo- lo que sucede en la comarca. Si se lucha con ellas, pueden llegar a ser un problema, si se gana su favor, podrían llegar a ser de gran ayuda.

Vaya sorpresa, son ¡Hadas!- Comentó en voz alta, ahora sí que creo que pueden estar a nuestro alrededor... Invisibles...- Creo que podemos estar tranquilos, sino les atacamos... Ellas no lo harán y pueden ser de gran ayuda, Klurca!!! Son amigables!!!

-¿Cómu que tranquilu?¡Haz dichu...Zon Hadaz!- Respondió Klurca como si Alysia se hubiera vuelto loca.

La semiorca frunció el entrecejo temiendo por su compañera. -Ya eztá...¡Me lan embrujáu!- Dedujo.

Klurca se irguió tan alta era y abandonó su cobertura interponiendo su corpachón entre Alysia y los grigs. -¡¿En qué güenu un hada?! ¡Al cuernu con vueztroz embujoz e hiztoriaz!...¡Fuz!,¡largo!, ¡a pazeo!- Trató de ahuyentarlas lanzándoles una manzana. Surte que la semiorca no tuviera una roca a o un hacha a mano en ese momento.

Bast elevó los ojos al cielo pidiendo paciencia ante la reacción de Klurca. A medida que iba pasando más tiempo con la semiorca más se hacía a su peculiar carácter. Si era capaz de comerse a una rata seguro que les preparaba alguna delicia con aquellas pobres Hadas.

- No hagáis caso a Kulrca. Acaba de comerse una rata enorme así que, mientras tenga el estómago lleno, no será peligrosa.- La pareció un chascarrillo estupendo pero los "saltahombres" no parecían pensar lo mismo.

Al ver esos tres seres no supe qué hacer.....y al saber que eran tres hadas.....mi sorpresa fue mayúscula. Al oír a Alysia me quedé más tranquilo y dado el tiempo que permaneciamos allí, teníamos que hacer algo. Me dirijo hacia ellas....pensando: el idioma de campanilla no es mi fuerte, pero quizás el de humano o el común ellas  si lo conozcan.

HOLA, cómo estáis? Queréis compartir nuestra cena..... señalo  a la.....gran y única pieza conseguida durante la caza. No es gran cosa, pero es lo que hay... esperando su respuesta doy un trago a bebida.

La manzana de Klurca cayó cerca de las hadas. Viéndose atacadas, dos de ellas sacaron sus arcos, dispuestas a atacar. La tercera tras escuchar las palabras mediadoras de Bast hizo un gesto con la mano y las otras dos hadas bajaron los arcos, aunque seguían mirando de manera desafiante a la semiorca. Klurca parecían enfadada. Las hadas también. De no haber sido por Bast, la escaramuza se habría librado.

Hicieron caso a las palabras de Patric y se acercaron junto al fuego. La que parecía llevar la voz cantante del grupo habló:

- Buenas noches. ¿qué hacen unos viajeros acampados junto al bosque, en un lugar tan poco seguro? aparte de tirar manzanas a aquellos seres que a nadie quieren molestar... - Dijo, mirando de nuevo a Klurca. -Gracias por vuestro ofrecimiento, pero regresábamos a nuestro hogar para resguardarnos de la noche. El frío es un enemigo de la vida, pero hay otros seres que lo son aún más.- Concluyó. -No parecéis bandidos. ¿qué os trae entonces por aquí?- volvió a preguntar.

- No hagáis caso a Kulrca.

     Klurca entendió que se había equivocado otra vez y bajó las orejas hacia los lados con gesto cariacontecido...Cuántas veces había oído a sus compañeros enmendando sus palabras. -¡Peru ez que zun hadas...!- trató de advertirles, pero el gesto de sus compañeros no dejaba lugar a dudas. Klurca bajó los hombros:-Madre dezía ka laz hadaz había que cur...-

Patric la interrumpió ofreciéndoles su enorme rata disculpándose.

-Como zi él hubiera cazadu juna rata azí e gande en zu vida- Pensó para sí la semiorca.

Al levantar la vista vio como dos de ellas la apuntaban...

-Vez comu zon perverzaz...Nada e maz de duz pataz ez de fiar- Susurró a Bast tirándo de su manga como una niña pequeña. Casi deseaba que las arqueras les disparasen para demostrar que tenía razón, pero en lugar de eso, la líder se acercó a parlamentar.

-Buenas noches. ¿qué hacen unos viajeros acampados junto al bosque, en un lugar tan poco seguro? aparte de tirar manzanas a aquellos seres que a nadie quieren molestar...

-Enimoz a explorár y Cartufiar eztaz tierraz- Repitió segura de acertar esta vez, pues había aprendido la respuesta de memoria.

-...Y zi no quierez manzana,puez pa la bolza; ¡que nu zobra la comía!- La salvaje llegó en trez zancadas hasta donde había caído la manzana ignorando a las arqueras y la guardó en su zurrón sin inmutarse por el crujido de los arcos tensados hasta el límite.

-No parecéis bandidos. ¿qué os trae entonces por aquí?-

-¡Cartufiar!- Repitió.-...Lu que zea ezo- Murmuró haciendo memoria. Lo de usar palabras raras nunca era buena idea.

-Nuzotro matár bandíuz...¡Matár muy muchoz!- Aseguró sin parar de sacudir los dedos. -...Y luegu curtarlez luz huevoz- Remató con una amplia sonrisa plagada de dientes.

Bast puso los ojos en blanco y Alysia cayó entonces en el extraño acompañamiento que la salvaje había cocinado con la rata.

Bast dio unas palmaditas en el hombro de Klurca, para lo cual tuvo que elevar el brazo, disculpando su ignorancia.

- Hay hadas buenas y hadas malas, como en todas partes. Estas parecen de las buenas.- Caminó unos pasos hacia las hadas ahora que el ambiente estaba un poco más relajado.Arrugó el ceño ate las advertencias veladas acerca de los peligros de aquellas tierras.- ¿Y está cerca su hogar o sólo están de paso? Si conocen estas tierras quizá puedan ayudarnos. Esos bandidos de los que habla nuestra compañera están generando bastantes problemas. Por nuestra parte lo único que nos interesa es saber más de estas tierras extrañas para nosotros. 

Al ver como Klurca lanza la manzana, cubro con mis manos mi cara - Oh no....- Gracias a la providencia, no se enfadan con nosotros- Bienvenidas, compartir con nosotros el calor del fuego, no conocemos estas tierras y quizás vosotras nos podéis indicar el lugar al cual nos dirigimos- Espero que acepten nuestra oferta, sé que pueden sernos de gran ayuda, este lugar del mundo es grande y cuando antes logremos nuestro objetivo... Mejor

"Tanto frío hace aquí por la noche? O acaso las hadas son muy sensibles a las inclemencias del tiempo? Les pregunto mientras me levanto y miro a mi alrededor. "Y decirnos..que peligros os preocupan tanto a unas hadas tan fuertes y poderosas como vosotras que seriais capaces de enfrentarnos a nosotros? Añado señalandonos a todos nosotros.

- Vuestras intenciones son buenas. Desde hace tiempo, el bosque que véis al frente lo frecuentan bandidos que no se apiadan de seres como las hadas que están ante vuestro ojos. Han sido muchas nuestras compañeras que han servido de juegos crueles a aquellos que viven del pillaje y del asesinato. Si pudiérais darles una lección, os lo agradeceríamos eternamente- argumentaron, al tiempo que miraban de reojo a Klurca.

- Os encontraís en el extremo noreste de la Marca de Narl. Ante vosotros se abre un espeso bosque en el que se esconden bandidos, templos abandonados, tesoros... pero también numerosas trampas. A unos 35 kms en línea recta desde este lugar, se encuentra el campamento del río Espino. En la actualidad está habitado por 5 bandidos. Son la vanguardia del Fuerte de Lord Venado, verdera colmena de bandidos y sede del mal. Poco os podemos contar de él, pero no de sus secuaces. Si váis hacia vuestra derecha, en dirección noroeste (a otros 35 kms), os encontraréis  con la zona habitada por osos. Por esa razón, exsiten algunas trampas, cuya ubiación os podemos mostrar. Más al sur, a unos 50 kms de vuestra posición y a otros 35 kms del claro de los osos, se encuentra un antiguo templo, el del Alce, habitado por una extraña criatura. Desde allí, hasta la guarida de los 5 bandidos hay apenas 23 kms.- Les explicaron a los aventureros.

-Podéis, si lo deseáis, coger fuerzas esta noche y mañan, al alba, partir. Nos ofrecemos a hacer la guardia por vosotros, a fin de que todos descanséis.-

-¿Qué nos decís?-

- Vuestras intenciones son buenas(...)

    -¿Ah zi?- Klurca echó el cuello hacia atrás y buscó la mirada de sus compañeros. Le extrañó estar en el mismo bando que unas crueles hadas, pero no podía negar que los bandidos le hacían aun menos gracia.

-Loz de las "leczionez" zon: eze, yeza y zeguramente eze- Dijo señalando a Bast, Alysia y Glockta. La semiorca pasó su enorme brazo sobre el hombro de Patrik y añadió: -Ezte y yo zolo loz matamuz-

A unos 35 kms en línea recta desde este lugar, se encuentra el campamento del río Espino. En la actualidad está habitado por 5 bandidos. Son la vanguardia del Fuerte de Lord Venado, verdadera colmena de bandidos y sede del mal.

-¿Qué zer un "zede"?- Susurró a Patric para no interrumpir.

Klurca meditó sobre la descripción del territorio. Resultaba de gran ayuda. Y no dudó en proponer una estrategia agresiva:

-Vámuz al campamentu antez de que ze pregunten por loz que matamuz en el puezto de Oleg. Loz cogemuz por zorpreza y ¡ÑAZKA!- Explicó mediante un gesto explícito y brutal.

Nos ofrecemos a hacer la guardia por vosotros, a fin de que todos descanséis.-

-¿Qué nos decís?-

-¡Que NÚ!- Se negó la semiorca sin ningún tacto.