Partida Rol por web

La siguiente habitación era la más cercana a la puerta (la 4 según el mapa fotocopiado). Cuando entraron, vieron muebles de lo más normal: un sofà, algunas sillas bastante anticuadas, y estanterías llenas de baratijas. Encima de un aparador había también una radio. Claramente, se trataba del salón.

Sin embargo, hay una cosa que le llama la atención a James: el salón está inusitadamente repelto de parafernalia religiosa, como cruces, vírgenes y estampas de santos. Por supuesto, a Jason no se le escapa, y los dos cruzan las miradas, sorprendidos de encontrar tanta parafernalia católica en una casa supuestamente "encantada". Quizá los anteriores propietarios intentaron exorcizar al "fantasma", o simplemente eran creyentes devotos.

Mientras examinaban la habitación, acompañados por William, se oyo un golpe seco en el piso de arriba.

Vaya, esta estampa de simbolismo me da escalofríos... A mi amigo también le debe de haber sorprendido... piensa Jason mientras cruza la mirada con su amigo.

Jason se adentra en la sala, intrigado con lo que hay y restándole importancia al ruido que ocurre en el piso superior.

Ensimismado y extrañado con las imágenes religiosas que está presenciando, James se separa un poco de la luz para acercarse más los objetos. Que raro, entiendo que hayan cruces en la casa, pero esto parece más una capilla que un salón.

En ese momento en el que se acerca a los objetos religiosos un sonido le despierta de sus pensamientos. Su cabeza se gira sorprendida.

- ¿Habéis escuchado eso? Me ha parecido escuchar un golpe en el piso de arriba. - Dice James acercándose al pasillo para ver si escucha algo más. - Agente Malloy, ¿ha sido usted? - Grita por el pasillo, con una voz algo quebrada, esperando que el policía responda.

La casa era vieja y se oía algo de eco, incapaz de discernir el lugar de origen corrió a la habitación de al lado soltando el seguro de su arma en el camino.

-Yo no he escuchado nada - le comenta Jason a su amigo - Habrá sido el policía... Aunque esto tiene mala pinta...

Seguidamente, Jason sale de la habitación, se mete la mano en el bolsillo del arma y la saca, mostrando un revolver reluciente a la luz del candil. Observa si tiene la munición puesta, vuelve a meter la rueda y con el arma apuntando al suelo empieza a subir las escaleras.

-Precaución James, ponte detrás mía. Esto no tiene buena pinta. -Le comenta a James mientras empieza a subir las escaleras - ¿Sr. Malloy? ¿Va todo bien?

Sin duda la situacion estaba tomando un giro siniestro: objetos religiosos, ventanas tapiadas, y ahora ruidos dentro de la casa. Aun asi no me temblaba el pulso y me dispuse a seguir a mis compañeros empuñando el candil, que se balanceaba formando sombras y reflejos aleatorios, y mi revolver que guardo como recuerdo de mis tiempos en las fuerzas aereas.

William intentó discernir si tendrían alguna relación con el ocultismo, toda aquella parafernalia católica. Pero no creía, posiblemente sólo fuesen devotos. Después siguió a los investigadores escaleras arriba.

Vincent abrió la puerta con fuerza y apuntó a la sala con su arma. No había nadie. Observó bien la sala y vio que era un dormitorio, posiblemente de los padres. Había una cama de matrimonio en el centro, un armario, una estantería con libros y una cruz presidiendo el cuarto. Sobre la mesita hay un rosario y una biblia. No parecía haber nada extraño.

Cuando recuperó el aliento, oyó un nuevo golpe, esta vez más potente. Sin margen de error, debía de haberse producido en el cuarto de al lado. Y ese horrible hedor... que parecía inundarlo cada vez más.

-Mierda.- Maldijo al ver su equivocación mientras se encaminaba rápidamente a la habitación de al lado. Esta vez no habría duda. La abrió de un empellón y alzando el arma gritó:

-¡Alto!

-¡¡Joder!! - grita Jason cuando ve al policía entrando en la habitación gritando. Acto seguido empieza a correr hacia él y tapándose la nariz con la mano libre, exclama mientras se coloca a su lado:

-¡¿Pero a que huele aquí?! ¡¿Hay un muerto?!

James, exaltado, sube corriendo detrás de su amigo mientras su respiración se vuelve ansiosa y rápida. Mientras sube, el profundo olor le penetra por las fosas nasales haciéndole soltar una arcada. Una vez recuperado, se saca su pañuelo para taparse la boca y la nariz en el instante en el que Jason se coloca al lado del policía. James por su parte, se queda a mirar también por la puerta, pero situado en un segundo plano.

El agente Malloy abrió la siguiente puerta con fuerza, y apuntó su arma hacia el interior de nuevo, buscando a alguien con la mirada. Pero no parecía haber nadie. La sala era un nuevo dormitorio, con una cómoda y un camastro del que sólo quedaba el armazón, con los muelles al descubierto. Parecía que no se había usado en mucho tiempo, el cuarto.

Vincent oyó como sus compañeros investigadores subían las escaleras y entre eso y la ausencia de peligros inminentes, se tranquilizó. Pero el olor hediondo persistía...

De repente, se oyeron unos extraños sonidos, como de arañazos. Parecían el sonido de miles de ratas. Al final de la sala había una ventana, y parecía que el ruido salía de allí. Vincent se fijó bien mientras avanzaba hacía allí, pero no parecía haber ninguna alimaña. Sólo ese olor. Pero ningún ser vivo desprendería ese hedor.

Ya de cerca, Vincent observó el cristal, y parecía que los arañazos se intensificaban, hasta que ocupaban toda la mente del policía. Acercó la cara al cristal, como hechizado por aquel sinsentido. Dejó de oír a sus compañeros, que entraban en la sala y maldecían por el olor.

En ese momento, algo lo impactó por la espalda, lanzándolo contra los cristales. 

James, William y Jason observaron como el camastro, como animado por algún espíritu iracundo, se movió en el aire contra la espalda del policía, arrojándolo por la ventana. El cristal se rompió en mil pedazos y lo vieron caer a través de los restos, que saltaban por los aires.

-¡¡Pero que cojones!! - grita asustado Jason mientras apunta donde antes estaba el camastro - ¡sal de donde estés, acabas de agredir a un policía! - intimida a la nada mientras intenta mantener la calma.

Debe de haber sido algún mecanismo trampa... Es a la conclusión que llega Jason para no dejarse llevar por la locura y el pánico.

Acto seguido, entra con cuidado, apuntando a todas partes. Se oye su fuerte respiración, controlada para no salir corriendo de aquel lugar. La pistola le tiembla en la mano, empieza a estar empapado en sudor y tiene que hacer un gran esfuerzo para que sus piernas no parezcan gelatina.

Joder, joder... Nunca me había pasado algo así en mis investigaciones. ¿¡Y que cojones es ese olor?!

Como no encuentra a nadie, en la habitación, se acerca a la ventana por la que ha caído el policía, y tras darle una patada a la cama, grita girando la cabeza levemente por la ventana, para no perder de vista la habitación:

-¡Sr. Malloy, ¿se encuentra usted bien?!

A la vez, investiga la habitación con la mirada para intentar descubrir cosas ocultas a simple vista.

Jason observa a Vincent tendido en el suelo, conmocionado. Parece que se ha dado un buen golpe. Pero respira todavía.

La patada a la cama no parece mostrar nada.

Cuando Jason se giró a ver a su compañero James, observó unos puntos rojos en su traje. Lo miró con una mirada horrorizada.

-Ja... ¿Jason...? -dijo James, claramente asustado. Una gota más cayó en su cara.

Ambos miraron al techo y observaron una enorme mancha de sangre que goteaba desde el techo. Y de ahí parecía manar todo el horrendo olor.

-La madre que... - dice Jason al contemplar la mancha de sangre del techo, horrorizado por la imagen que se está creando en su mente. Consigue aguantar la calma, pero se encuentra al límite. La adrenalina bombea fuertemente en su corazón, a la par que la fuerte presión de la sangre en sus oídos le martillea.

Me cago en la puta, ¿qué está pasando en esta casa?-

-James, tranquilo... no mires más al techo, es repugnante...

Si nada más llama la atención, Jason se dirige al pasillo y mira al techo de éste, esperando encontrar unas escaleras que suban al cobertizo. Si no lo están en el pasillo, vuelvo a mirar en la habitación.

No parece haber ningún tipo de escaleras. De hecho, si os fijáis por la ventana, no hay ningún otro tipo de piso, ni desván.

Al cabo de un rato la sangre desaparece, y con ello disminuye el olor nauseabundo, hasta llegar a límites soportables.

  Al ver como de forma demoniaca e inexplicable, la cama toma vida propia y lanza al policía por la ventana, me quedo petrificado y tembloroso... dejando caer el candil en estado de shock, mientras este rueda intacto por el suelo de la habitacion. Oh dios mio! es lo unico que pudé emitir con los ojos abiertos de par en par y la boca entreabierta.

Recuperandome de la malevola vision que acababa de tener recogi el candil, pero observe como caian unas gotas de liquido carmesí primero en el suelo, luego en mi mano y finalmente en mi chaqueta y pelo. Provenian del techo, donde habia una enorme mancha de sangre nauseabunda. Me retire hacia el marco de la puerta mascullando: no es real, no, no puede ser real... plegarias que fueron escuchadas por algun ente mistico (si es que realmente lo hay) y vi desaparecer la alucinacion en  escasos segundos, por suerte esta vez pude mantener la calma.

Sali corriendo en pos de socorrer al agente mientras gritaba: No se queden ahi parados! el agente podría estar gravemente herido!

Cuando llegue al cuerpo inerte y rodeado de cortes, cristales y magulladuras del agente, me di cuenta de que aun respiraba, era un alivio. Vincent me oye?!? puede moverse?

-Ahh, ughhh, jo-der...- Entre quejidos Vincent algunos segundos más tarde empezó a moverse, como si de un autómata cobrando vida por primera vez se tratara, tenía algunas astillas de la ventana y trozos de vidrio clavados, cada movimiento del cuerpo le dolía.

Más arriba se oían algunas voces llamándole al volver el rostro a la parte superior vio a William mirándole.

-¿Qué coño ha pasado?- Le interrogó mientras empezaba a incorporarse en el césped, no se sentía con fuerzas de gritar

James observó como el policía salía volando por la ventana. No llegaba a entender que era lo que había pasado. Extraños pensamientos se arremolinaban en su cabeza mientras avanzaba con la mirada perdida unos pasos a ver el estado del agente. Su respiración entrecortada y sus temblores se recrudecían.

Entonces notó como unas gotas le caían por el la chaqueta, y fue cuando su compañero Jason se giraba y le decía que no mirara al techo. Por su gesto horrorizado, James se temía algo malo, y poco a poco fue levantando la cabeza hasta que vio la mancha de sangre del techo. Asustado, dio unos pasos atrás para separarse de la sangre que goteaba. Se convenció de no mirar de nuevo aquella mancha mientras se reclinaba y intentaba calmarse.

Entonces William gritó que fuéramos a ver al policía, sin más dilación y con ganas de irse de aquella habitación, James siguió a su compañero fuera de la casa.

Ya abajo, y al ver que el policía se estaba recomponiendo del golpe y se estaba incorporando de nuevo, James quiso analizar lo que acababa de ocurrir y se puso a pensar para si mismo. Aún se sentía nervioso, y sus pensamientos iban y venían por su cabeza entrelazandose dejando que su imaginación creara imágenes extrañas en su cabeza.