Partida Rol por web

El hechizo de la casa Corbitt

Un propietario en apuros

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27/10/2014, 18:30
Enfermera

Una mujer joven se encontraba tras un pequeño mostrador frente a unas grandes escaleras dobles que subían al piso de arriba. El hall estaba decorado igual que si fuera una casa privada pero a ambos lados, donde empezaban los pasillos, estos eran bloqueados por férreas puertas de metal.

Al verlos entrar la mujer, que aunque joven presentaba signos de dormir poco, les dedico una sonrisa.

-Bienvenidos al centro psiquiátrico de Bedlam. ¿En que puedo ayudarles?-dijo solicita.

Notas de juego

No marqueis a los otros dos.

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28/10/2014, 02:35
Joseph "Pequeño J" Malloy

El jovenzuelo se ruborizo cuando Rene le tomo del hablo y lo miro directo a los ojos. Después de todo apenas tenia 16 años y recién comenzaba a apreciar los encantos femeninos. 

-Yo... Si... Si, podré hacer esas cosas... Pues trabajo en el puerto, sabe? -mintio para no dar a conocer su verdadera labor. 

Intento soltarse de la chica con suavidad, pero lo cierto es que resulto algo torpe y brusco. -Lo siento... No, es mejor caminar libres. Para no caer. Comento con un evidente dejo de niño incomodo frente a la situación. Estaba claro que nunca habia tratado con una mujer, mas allá de sus carteras, abrigos y joyas. 

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28/10/2014, 05:59
Edward Temple

Edward se quitó el sombrero como marcaban las normas de educación.

- Buenas tardes. Soy el Dr Temple y esta señorita que me acompaña es la afamada escritora Agnetha Elesten. Venimos a visitar a unos pacientes, los Macario. Verá, nos interesa la propiedad donde vivieron y querríamos saber qué problemas puede darnos el inmueble, el estado en el que estaba cuando ellos vivían alli. Nos sería de gran utilidad.

Podríamos hablar con ellos?

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28/10/2014, 13:41
René Peterson

Solté inmediatamente a Pequeño J al notar como intentaba zafarse de mí y lo miré con cierta incomodidad, de la actitud del hombre percibí que o no estaba acostumbrado a tratar con mujeres o que había metido la pata preguntando si estaba casado. Pensé en que probablemente había malinterpretado al barbudo y me preguntaba por qué entonces se había ofrecido a acompañarme, yo conocía bien a los hombres, y creía conocer la clase de hombre que era J, en ningún momento pensé en que fuese tímido, no conocía a ningún hombre tímido.

Caminé a un paso más ligero, dejando de aquella forma de andar a la par con el, me comportaba de forma mucho más inaccesible, distante y fría, apenas me giraba para hacerle una pequeña indicación del camino a seguir.

Con cierta prisa compré sal al pescadero de la plaza, miel de caña al farmacéutico y dos kilos de limones al frutero de la esquina, limones que hice cargar al bueno de Pequeño J. Esperaba hacer mi trabajo lo antes posible, no me apetecía en absoluto ir a visitar a unos chiflados y no veía el momento de encargarme de aquella vivienda, ya que había cobrado mi parte del Sr. Chase. Lo había pensado mejor y no veía oportuno alargar el proceso por cobrar un par de días más, no dejaba de pensar en que para este trabajo no contaba con la intimidad con la que estaba acostumbrada a ejercer mi dudosa profesión.

Estaba cansada de tanto caminar, mi bolso cargado cada vez me pesaba más. Me senté en un banco de madera para descansar, pese a que solo me faltaba comprar algo de leche para el teatrillo que tenía pensado montar en la supuesta casa embrujada.

-Me duelen los tobillos- dije mientras me sentaba en el banco de madera casí dejándome caer encima del mismo.- Necesitaremos dos botellas de leche- dije mientras sacaba algunas monedas de mi bolso- Acérquese a comprarlas, esperaré aquí mientras descanso la piernas- indiqué sin mucho ánimo y con unos aires de autoridad que no me correspondían.-Tenga es justo lo que cuesta, no se entretenga ¿De acuerdo?- dije al barbudo ofreciéndole unas monedas para hacer el mandado.

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28/10/2014, 14:32
Agnetha Elesten

Salí del lugar de la reunión con el Doctor Temple, un hombre poco hablador aunque agradable, caminamos hasta el manicomio en completo silencio, mas para mi no era un silencio incomodo para nada.

Al llegar al lugar, como no, un escalofrío recorrió mi espalda, no apreciaba en demasía este lugar, de echo había escuchado cosas horribles, pero aún así sabía que alguna que otra idea me daría y por supuesto, esperaba que el matrimonio Macario pudiese arrojar algo de luz sobre el tema en cuestión.

Por dentro, la recepción del hospital psiquiátrico tenía el aspecto de una casa antigua, como casi todas las de Londres, mas las rejas que sellaban los pasillos rompían por completo esa estética, me fije en los detalles de la estancia y sobretodo en la joven que estaba ahí, tenía un aspecto cansado, cualquiera diría que la horas de sueño no le ayudan en nada, alcé una ceja curiosa por saber el motivo. Nos acercamos y el Doctor hizo las presentaciones, me sorprendió que supiera quien era yo, pero por supuesto no dije nada, solo hice una sencilla reverencia de cabeza cuando se me presentó y esperé a que la joven respondiese. 

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28/10/2014, 19:01
Enfermera

La mujer hizo unpequeño gesto pensativo y abrio un libro que tenía en el escritorio. Tras pasar varias pajinas señaló lo que buscaba.

-Aquí está. El señor Macario no les será de mucha ayuda, ni siquiera pronuncia las palabras. Sin embargo con la señora Macario si pueden hablar aunque me temo que de poco les servirá lo que les diga. Ya saben, si no no estarían aquí...-se permitió la mujer- Disculpen un segundo. Margaret-llamó a una enfermera que estaba por allí- acompaña a estas personas a la 73, quieren hablar con Gabriela Macario.

Notas de juego

Sigo.

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28/10/2014, 19:05
Gabriela Macario

La otra enfermera abrió la puerta metálica del ala femenina y os instó a ir con ella. El paseo, pese a ser dos minutos, no pudo ser mas terrorífico. Apenas llegaba luz por la ventana del final del pasillo y de las puertas, en su mayoría cerradas, se escuchaban sonidos escalofriantes, gritos y gemidos. Al final pararon en la "habitación" número 73. Donde se encontraba la mujer que buscaban. Miraba hacia la pared y hablaba sola, moviendo los labios sin hacer apenas un murmullo .

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29/10/2014, 04:49
Joseph "Pequeño J" Malloy

El muchacho se sintio agradecido por el espacio dado, aunque luego de pasar un rato en silencio, comenzo a sentirse incomodo. Por alguna razon sentia cierto interes por lo que iban a realizar, pero mas aun por Rene misma. 

Cuando ella se sento a descansar y le dio las instrucciones de la siguiente compra, Joseph le dijo, mientras dejaba con cuidado los limones a su lado, -Bien, en seguida regreso. Pero cuando vuelvas me contaras para que es todo esto? Parecen ingredientes para un postre, y lamentablemente no lo sera!. Se alejo con una dulce sonrisa mientras rapidamente iba a hacer el mandado.

Al poco tiempo regreso con lo que la espiritista necesitaba, listo para oir lo que tuviese para decirle. 

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29/10/2014, 05:32
Edward Temple

Y de todas las enfermedades que el corpulento doctor conocía, las mentales eran, para él, sin duda las peores y las más difíciles de tratar, pues probado era que la voluntad del enfermo ayudaba en la cura. Qué pasaba cuando esa voluntad había desaparecido?

El ambiente tétrico que les rodeaba, tampoco debía ayudar a la mejora de los pacientes.

Por fín llegaron ante la persona que habían ido a visitar, que estaba absorta en sus propias alucinaciones, como cabía esperar.

Señora Macario - llamó a la mujer lo más suave que pudo para no asustarla- podríamos hablar con usted un momento?

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29/10/2014, 06:06
René Peterson

Cuando Pequeño J fue a por los mandados busqué la postura más cómoda para relajarme sentada en aquel banco, bajé mi sombrero para tapar mi rostro y cerré los ojos para relajarme, después sujetando a conciencia mi bolso de cuero me crucé de brazos, necesitaba relajarme pero sin olvidar que debía tener cautela con los mangantes. Reflexioné un poco antes de quedarme algo traspuesta mientras esperaba al barbudo. Pequeño J me parecía un tipo algo reservado, quizá simplemente fuese un hombre poco hablador, parecía estar en otra sintonía, no sabría explicarlo y tampoco le dí demasiadas vueltas, al fin y al cabo, acababa de conocerle, me conformaba con que fuese buen tipo, y aunque estaba con la mosca detrás de la oreja, preguntándome por qué razón se ofrecía a ayudarme, sus gestos de amabilidad me habían caído en gracia.

A los poco minutos de estar allí sentada empecé a sentir algo de frío y mi sensación de sueño aumentaba a cada minuto, lo único que me mantenía despierta era el trasiego de gente caminando enfrente de mí, las conversaciones de los transeúntes y el ajetreo propio de la zona comercial de la ciudad.

Justo cuando estaba a punto de dormirme me incorporé, sabía que no debía quedarme dormida, tenía mucho trabajo por delante y esperaba llegar a casa para la cena para preparar una buena sopa caliente a la vieja Rosa. Al recolocar mi sombrero ví como se acercaba Pequeño J con las dos botellas de leche, no dije nada pero me gustó que fuese rápido haciendo los mandados. Me levanté de mi asiento para recibirle con una pequeña sonrisa sin mucho entusiasmo y guardé las botellas de leche con cierta dificultad en un bolso demasiado cargado de cosas. -Tenga- dije simplemente para darle los limones para después caminar con algo de prisa y cara de sueño.

-Quiere saber para que es todo esto ¿verdad?- dije mientras caminábamos.- La sal es un poderoso elemento que me ayudará a proteger, limpiar y deshacer los males de la casa- dije con la lección bien aprendida de la vieja Rosa.- Si piensa que tiene a su alrededor gente envidiosa o que le desea el mal, un amuleto hecho de sal puede ser una buena manera de ahuyentarlo.- dije mientras cogía una pizca del frasco de mi bolso para arrojársela con un ligero movimiento de dedos sobre el pecho, para después sonreír de forma traviesa y divertida mientras caminábamos.- Los limones los utilizaré para alejar los malos espíritus y neutralizar los hechizos. Además, atraerá bendiciones y abundancia, pero lo más importante, me ayudará en mi ritual para alejar las malas vibraciones y malas energías de cada habitación.- dije intentando convencer a mi compañero.- La miel la utilizaré para atraer el amor y los buenos sentimientos- dije cual charlatana- Y leche, es muy importante que conserve mis fuerzas, hacer rituales es mucho más agotador de lo que parece- dije aparentemente muy convencida de lo que estaba diciendo, la vieja Rosa bebía vinagre en vez de leche, pero aquello me resultaba asqueroso y decidí cambiar el ingrediente pensando en que nadie lo tendría en cuenta.

-Parece muy sencillo ¿verdad?, pues le aseguro que es más complicado y peligroso de lo que parece... de no actuar correctamente alguien podría resultar mal parado- dije haciéndome la interesante mientras caminábamos para reunirnos con Agnetha y el Dr. Temple.

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29/10/2014, 17:32
Gabriela Macario

-Oh-se sorprendió la mujer al escucharlos- ¿Quienes son? ¿Que quieren?

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29/10/2014, 23:07
Agnetha Elesten

Seguí escrutando a la enfermera con una mirada amable pero preferí no abrir la boca de momento, el doctor Temple sin duda se movía mucho mejor en este ambiente y no quería entorpecer su trabajo. La joven, después de informarnos que el Señor Macario no nos sería de ayuda, llamó a otra enfermera para que nos llevase hasta la habitación de la Señora Macario.

La enfermera recién llegada abrió una de las alas del lugar y nos instó a seguirla, mas el corto recorrido hasta la habitación 73 se me antojó eterna, gritos, gemidos y lamentos salían de las habitaciones que combinados con la escasa luz del lugar, daba a todo un aspecto aún mas terrorífico.

Llegamos a la habitación y nos encontramos con una mujer mayor, sentada sola, mirando a la pared y moviendo la boca pero sin que saliera sonido alguno de ella. El doctor Temple habló con seguridad, la mujer parecía desorientada y sorprendida, le sonreí intentando transmitirle seguridad, pero me quedé donde estaba para no asustarla.

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30/10/2014, 02:33
Joseph "Pequeño J" Malloy

Al regresar con la leche, Malloy disminuyo un poco la velocidad. Rene se habia sentado a descansar y parecia relajada. Seria una perfecta victima de hurto, fue lo primero que penso el muchacho. Claro que no iba a hacer nada, pero ya tenia el ojos despierto para esas cosas. Aunque a medida que se acercaba notaba las dificultades que ella habia puesto. Se le podria robar facilmente, pero habria que usar la fuerza. Y uno lo que menos quisiera seria llamar la atencion. Solo si no hubiese conseguido nada en otro sitio, me haria el dia con ella, de otra forma, seria demasiado riesgoso para cualquier ladron, incluso los mas expertos. Me agrada. Al menos sabe andar por la calle. 

Llego hasta ella y continuo en silencio oyendo lo que le decia. -Vaya. No se que creer de todo esto. Si fuese algo mas... Tangible ni me preocuparia. Y decir que la sal se usa como proteccion, pues no me alienta mucho tampoco. Dijo sonriendo al ser atacado por la pizca de sal que su compañera le arrojaba. 

-Sin embargo admito que me ha llamado mi atencion, no todos los dias me cruzo con este tipo de cosas. Aunque he escuchado varias historias, nunca nada cercano.  Con esto ultimo Pequeño J miro sobre su hombro hacia un callejon particularmente oscuro. Habia oido rumores, de todo tipo y clase. Y a el le gustaba creer eso. Que solo se trataban de rumores. 

Notas de juego

Nada serio master, pero quiero suponer que entre la gente que se mueve, se habla de todo. 

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30/10/2014, 09:40
René Peterson

Mientras caminábamos me dí cuenta de que Pequeño J no era tan crédulo como el pobre Sr. Chase y tampoco le sentí atraído por mí en algún otro sentido, empecé a preguntarme por que motivo se prestaba a acompañarme.

-Óigame, realmente no parece muy interesado en temas esotéricos, ¿Me equivoco?. ¿Tan mal le pagan en el puerto como para tener que buscarse un trabajo como este?-Pregunté con curiosidad, intentando tantearle.

-Puede que no lo crea pero le aseguro que hay todo un mundo oculto a los ojos de la mayoría de las personas.- dije como si yo misma creyese en lo que estaba diciendo.

-Le diré algo, hace algún tiempo mi madre murió- mentí -Descubrí mis dones cuando ella me habló desde el mas allá. Hacía tiempo que había perdido un anillo que me regaló, y desde el más allá, me señaló donde encontrarlo- mentí aún más.-Puede que no lo crea pero encontré aquel anillo en el cajón que ella me señaló, desde aquel día cambió mi vida, desde el otro mundo me dijo que yo era una chica especial y que debía utilizar mis dones para ayudar a los demás- dije intentando impresionar a Pequeño J sin mucho esfuerzo.

-Si no sabe que creer, crea... es el primer paso para descubrir lo oculto- dije haciéndome la interesante mientras caminábamos para reunirnos con Agnetha y el Dr. Temple.

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30/10/2014, 18:27
Edward Temple

Lanzó una mirada a la señorita Elesten si saber muy bien si ésta prefería contarle la verdad o no a aquella mujer perturbada. Viendo que Agneta le dejaba la decisión a él, contestó a la señora Macario.

- Verá, estamos aqui porque nos interesa lo que le ha sucedido. A usted y a su familia. Y sobre todo lo que ocurre en aquella casa a la que llaman maldita. Han comprado la propiedad y nosotros debemos limpiar su nombre.

Se temía que siendo tan directo la mujer se asustase. Pero no quería desestimar su la inteligencia. Siempre era mejor ir con la verdad por delante, por muy ruda que fuera. Podría estar loca, pero no ser tonta.

- Necesitamos que nos cuente lo que le ocurrió o lo que usted cree que pasó. Vamos a pasar unos días en esa casa y nos gustaría estar preparados.

Notas de juego

Tiro psicología o algo que ayude?

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30/10/2014, 20:50
Gabriela Macario

-¡No! No quieren entrar en la casa. La casa... la casa está habitada por una presencia maligna...-dijo con temor en los ojos- se lo aseguro, no quieren entrar allí. 

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30/10/2014, 21:50
Agnetha Elesten

Me acerco a la mujer con paso lento y calmo, me arrodillo delante de ella y cojo con serenidad sus manos - Tranquila, todo está bien, ahora estás a salvo - le digo con voz tranquila y relajada, le sonrío y aprieto levemente sus manos para tratar de infundirle seguridad.

Esperé que se calmara un poco si es que lo hacía, y cuando se tranquiliza - aquí nada malo puede pasarte, pero dinos, por qué no podemos ir a esa casa, querida, que pasó ahí? - le pregunto como lo haría si hablase con mi propia abuela. 

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30/10/2014, 22:12
Gabriela Macario

-Esa cosa está allí. ¡Lo se! Algunas... algunas noches cuando me despertaba la veía en la oscuridad, sobre mí... mirandome... con esos ojos...-la mujer tuvo en ese un escalofrío y empezó a temblar levemente.

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31/10/2014, 07:03
Edward Temple

-Señora, como bien dice mi amiga, esa presencia ya no puede hacerla daño, no está aqui. En cambio a nosotros sí podría, asi que necesitamos saber algunos detalles. Cuándo empezó a mostrarse había sucedido algo en concreto? Qué cree que es? Quizás algun vengativo fantasma del pasado o quizás hicieran ustedes en la casa algo que llamase su atención?

En las palabras del doctor Temple iba bien camuflada su aprecición sobre lo ocurrido. O bien la pareja se había vuelto loca por el remordimiento (quizás maltratasen a alguien y éste se les aparecía por su subconsciente para castigarlos), o bien podría tratarse de ese tipo de gente en exceso creyente y por ende con excesiva imaginación. Necesitaba hacer hablar más a la mujer.

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31/10/2014, 09:05
Gabriela Macario

La mujer parecía incómoda con aquella conversación como si no quisiera recordar lo que había ocurrido en la casa.

-¡No, nosotros no hicimos nada!¡Apenas vivimos allí un tiempo... Solo se que cuando esa cosa se enfadaba los platos solían salir volando por todos lados y Vittorio-los ojos se le llenaron de lágrimas- mi marido... esa cosa no lo dejaba en paz...