Partida Rol por web

Miranda miró con dureza al parapsicólogo cuando este culpó al mobiliario del accidente del policía, pero aun así le costaba creer que hubiera empujado él mismo a Stokes. Se había encaminado hacia la ventana, para asomarse, cuando el olor regresó a la habitación. Se llevó el pañuelo una vez más a la boca, estrujándolo contra sus fosas nasales. Antes de que pudiera preguntar por su origen, se percató de la horripilante mancha. No podía dejar de mirarla, más alarmada por su posible naturaleza que por la hipótesis que discretamente proponía el señor Monroe. La mancha tenía que proceder de algún lugar, y si era sangre... 

—Apártese, Smith —dijo, mientras ella misma se separaba e intentaba mantener la calma—. Sea lo que sea, podría resultar contagioso. ¿Puede ver al detective? ¿Se encuentra bien? 

Esperando alguna reacción en el entorno, la más inesperada tuvo lugar: una humedad extraña goteó en la cara del periodista, que, instintivamente se apartó y se limpió lo cara, buscando el origen.

-Aaaagghhh.. -comentó con repugnancia, mirando al techo.

La mancha sanguinolenta que se extendía allí no dejaba lugar a dudas de que las extrañas circunstancias que rodeaban a la casa eran posiblemente de origen paranormal.

-Sí, deberíamos salir de aquí e ir a busca a Stokes y a Bishop, ¡pero sin separarnos! Bishop actuó por impulso al irse, pero fue un imprudente. ojalá no le haya pasado nada, tampoco.

-Eeh, ¿qué ha pasado? -preguntó el detective casi a modo de suspiro entre quejidos-. Solo recuerdo los arañazos en la ventana, acercarme a examinarlos y, de repente, un golpe y todo se vuelve negro. ¿Qué ha ocurrido ahí arriba?

Stokes se encontraba aún un poco confuso por el shock, pero lentamente se iba recuperando e incorporándose.

-Gracias doctor por la atención. El resto, ¿estáis bien?

—Creo que deberíamos llamar a la policía. Hay un agente herido, y eso... —y apuntó con el dedo a la mancha de sangre— parece sangre. 

Empezaba a arrepentirse de haber cogido esas vacaciones. 

A partir de aquel instante, la mancha sanguinolenta se esfumó: comenzó paulatinamente, de manera casi imperceptible, después cogió un ritmo más acelerado hasta que no quedó nada. Con su desaparición los investigadores advirtieron también la desaparición de aquel hedor de otro mundo. Tras de sí quedó un techo completamente limpio, al menos lo limpio que podía estar un techo en un viejo caserío abandonado. Lo único que quedó en aquella estancia era la duda de si aquello había ocurrido realmente…

Unos quejidos se escucharon por la ventana dejando fuera de duda lo que le sucedió al detective.

Los lamentos de indudable dolor de Stokes sacaron a Jeff de su ensimismamiento.

-¿Habéis visto éso? Menos mal que no estoy solo, porque explicar lo sucedido con la mancha y el hedor a alguien que no estuvo presente desencadenaría sin duda una recomendación para el psiquiatra más próximo. Ya no queda nada aquí.. Deberíamos bajar a ver y ayudar al detective herido. Quizás haya que trasladarlo a algún sitio.

Smith se movió hacia la puerta, pero no tenía intención de dejar a ningún compañero solo.

-Quizás haya que llamar a la policía, pero eso también ha de ser fuera -contestó a Miranda-. Tened cuidado con las espaldas.. Aquí parece haber más vida de la que aparenta -dijo, refiriéndose a la casa.

-Si, estamos todos bien o lo estábamos cuando vine a examinarlo y atenderlo,  creí entender que lo derribo una cama, pero debieron ser los nervios, eso no puede ser posible, ¿verdad?, ¿que sucedió realmente ahí arriba?- Dice mientras lo revisa por última vez para comprobar que puede levantarse sin problemas.

Lo que fuera que acababa de succionar la mancha de sangre le había robado también a Miranda el aliento. No daba crédito a lo que acababa de ver, pero por suerte no había sido la única. Respiró hondo, y decidió no hacer ninguna suposición allí, en caliente. En cualquier caso, cada vez tenía más ganas de visitar a los anteriores inquilinos, y escuchar qué tenían que decir. 

—Vamos, bajemos de una vez —dijo, mientras se encaminaba de vuelta a las escaleras. Cuanto antes saliera de aquel lugar, mejor. Diablos, si hacía falta seguiría al detective y saldría por la ventana. 

En cuanto el señor Stokes se encuentra lo suficientemente bien para volver a entrar lo acompaña de nuevo al interior de la casa. –Bueno, veamos que ha sucedido realmente en el piso de arriba, supongo que lo de la cama era una broma debida al nerviosismo.- Dice mientras regresan al interior de la casa.

Oyendo las palabras de sus compañeros, Alan piensa unos segundos sobre las posibilidades que ofrecen las dos personas de la sala. Cuando llega a una conclusion, la comenta.

- Es peligroso, pero estamos aquí para investigar que ocurre en esta casa... Por otro lado, no me gustaría seguir avanzando sin la presencia del detective... Y su arma. Creo que será mejor que nos reagrupemos abajo y pensemos entre todos el mejor curso de acción.

El grupo descendió de nuevo los escalones, a diferencia del acenso que fue precipitado, el descenso se tornó pausado, casi ceremonial al son del coro de los crujidos que entonaba cada escalón.

Como si se hubiesen puesto de acuerdo, la silueta de los dos que faltaban se dibujó en la entrada posterior proyectando sombras en el pasillo. El detective andaba con aparente normalidad, no sin contraer de vez en cuando el rostro en una mueca de dolor, además de magulladuras y algún corte leve se apreciaban las curas realizadas por el doctor.

Alan dió un par de pasos acelerados para ponerse a la altura de los otros dos compañeros que se acercaban. Cuando vió al detective se paró frente a él y le preguntó.

- Detective Stokes. ¿Se encuentra usted bien? Es un alivio que no esté tan grave después de esa caída.

Tras sus palabras, volvió a dirigirse, esta vez a todo el grupo para comentar lo mismo que comentó arriba, en la habitación donde se encontraba la cama.

- Señorita Thormton, caballeros. ¿Creen que deberíamos inspeccionar el resto de habitaciones de la planta superior antes de irnos? No pueden quedar más que un par de habitaciones por lo que ví en el pasillo... - La curiosidad de Alan por todo aquello, luchaba contra el miedo que sentía por los acontecimientos que había vivido hasta ese momento. No obstante, no subiría solo, aunque su afición a lo paranormal seguía insistiéndole en continuar investigando.

-Yo creo que ya que estamos es mejor terminar lo que vinimos a hacer aquí- Dice nervioso, aunque aun no comprende realmente lo que sucedió en la habitación superior, simplemente debió ser un accidente, no creo que un somier lo atacase, lo que debió suceder es que el somier estaría en precario equilibrio y el señor Stokes debió pisar una tabla suelta que tiraría el somier que lo golpeo y empujo por la ventana, es la explicación mas simple, a lo que sucedió y posiblemente la mas plausible. -Mientras tanto alguien debería mirar porque no pudimos abrir las puertas y como bloquear la puerta trasera para que no entre nadie mientras no estamos en la casa.-

-Bueno, he estado mejor otras veces, pero me recuperaré -contestó el detective a las preguntas sobre su estado-. ¿Me he perdido algo? Espero que los demás estéis todos bien.

Esquivando a sus compañeros se dirigió a la entrada de la habitación donde habían sucedido los hechos. Se apoyó en el quicio de la puerta y miró hacia el interior, tratando de descubrir qué es lo que le había hecho precipitarse al vacío.

-¿Qué es lo que ha pasado? Señor Monroe... usted estaba justo detrás de mí, estoy convencido de que pudo ver a la perfección lo sucedido. ¿Podría explicarlo con todo lujo de detalles, si es tan amable? La verdad es que no sé si es el shock de la caída, pero no recuerdo más que entrar en la habitación y dirigirme a la ventana, de donde provenían esos extraños arañazos. Y de repente, ¡PUM! Todo negro y cuando abro los ojos me encuentro al doctor Bishop atendiéndome en el exterior de la casa.

Alan palidecío al oír el relato del detective Stokes. - Entonces, parece que no recuerda nada sobre lo que le pasó en la habitación... - Pensó interiormente el historiador.

- Verá, señor Stokes. Cuando entramos en esa habitación... No se si recordará el olor nauseabundo que la inundaba. Creo que cada vez que ese olor está presente, algo extraño ocurre. En su caso, el somier de la vieja cama salió impulsado, no se como, hacía usted, precipitándolo al vacío. Otro dato interesante es que el olor suele estar acompañado de esas manchas oscuras que algunos de los aquí presentes podrán confirmar haber visto también.

Mientras íbamos hablando, seguía al director escaleras arriba.