Partida Rol por web

Una cabra no sería mala idea, además así no tendremos que pedir tantas raciones... al empezar el viaje de vuelta la matamos y nos la comemos jijiji

Esperanzado y contento por la genial idea que se le acaba de ocurrir, se dirige hacia el corral de las cabras para hablar con el encargado

 Tus piernecitas verdes te llevan al corral de las cabras, al ladito del pozo donde están los esclavos 'descansando' cuando no trabajan. El lugar no es más que una extensión moderadamente grande, con un muro de alrededor de un metro, irregular, hecho con piedras colocadas sin argamasa en forma de 'L', cercandolas con el muro perimetral del pueblo, cada dos por tres se le tiene que hacer algún remiendo, pero sirve para cumplir con su función. En su interior hay un centenar y medio de cabras medio asilvestradas. Hace décadas que la tribu captura cabras de los grandes rebaños migratorios y las tiene más o menos bajo control para que críen y os ayude con la demanda de comida, cuero y pelo para satisfacer el pueblo. También usáis parte de estas para pagar el tributo anual al AShudurbuk par amostrar vuestro vasallaje.

 Pegado al muro que contiene el acceso al corral hay una construcción de adobe, es el tugurio donde duerme y descansa el gordinflón de Zask, el cabrero, el tipo que se encarga mayoritariamente de atender las bestias.

 A medida que te vas acercando te preguntas si lo encontrarás o tendrás que ir al barracón de los sanadores, la verdad es que el grado del hedor no variaría demasiado... pues las bestias esas cagan más deprisa de lo que el gordo cabrón de Zask tardaría en limpiarlas... si es que algún día se pusiera a ello.

 - ¿Mira que snaga llega aquí, pero si e' el heroecillo Grolm, ta's perdío o e' que viene' a verme?- Te sorprende la voz del sebos saliendo de la chabola.

 Os conocéis, pues teóricamente los dos pertenecéis al mismo grupo heterogéneo de trasgos conocidos como los cazadores, en este grupo se encuentran todos aquellos trasgos que muestrán alguna aptitud más que la de saber esgrimir una arma, ya sea por ser sigiloso, moverse bien por el exterior, o manejar bien los esclavos o bestias.

Vengo a verte, deberías saber que yo no me pierdo.. dice medio en serio medio en broma

Lerb nos manda de misión al pie de las montañas y necesito una o dos de las cabras más mansas para que carguen con lo que tenemos que ir a buscar...

 El gordinflón te mira repantingado en su catre.

 - ¿Cabras pa' que carguen? Qué tendrán que carga', espero que no martrate' a mis bichos!- Parece que la idea no le gusta mucho, pero parece que el nombre de Lerb hace que las cosas sean menos complicadas de lograr.- Te puedo presta' un par, pero pa qué regresen, pero no tengo na' pa cargarlas, tendrás que espabilarte con eso.

 Se levanta trabajosmente del catre para ir hacia el corral.

 - Ven.

 Abre algo parecido a una puerta y se cuela dentro del corral, primero se ponen algo nerviosas, pero tras sus primeras 'chivita, chivita' parece que se calmen un poco. Ves que sus ojos se pasean un momento por el rebaño y parece que da con un par de cabras que estaba buscando. Tras unas voces y la ayuda de una vara flexible logra partar un par y les pasa un cordel por la astada cabeza.

 - Esas dos servirán.

Las cuidaré bien y volverán... contesta mientras le sigue hacia el corral

vaya, ya me chafó el plan...

Cuando Zask ha apartado las cabras, Grolm se acerca lentamente a ellas dejándoles tiempo para que le huelan y se acostumbren a su presencia

Vamos, bonitas, que os cuidaré muy bien...

 Ves que las cabras no se muestran especialmente atemorizadas, son más bien flacuchas, pero tienen un aspecto saludable. No se sienten amenazadas ante tu presencia.

 Una es marrón con alguna mancha negra y la otra es negra con alguna mancha blanca y alguna marrón. Su altura a la cruz te llega a la barbilla, no son muy grandes. Pueden servir si no se las carga mucho.

Al ver que las cabras no le tienen miedo, aprovecha la oportunidad y les rasca en la cabeza en un intento de sobornarlas para que se porten bien.

Parece que les caigo bien... si me das las cuerdas me voy que aún tengo que hacer varios recados antes de la celebración de esta noche... Si todo va bien tendrás tus cabras de vuelta en una semana más o menos.

Entre otras cosas tengo que ir a por mi equipo nuevo jijiji

La paciencia no era mi fuerte, pero traté de pensar en lo que diría el jefe si mataba directamente al gilipollas que ahora tenía que tener de compañero..

- No lo hagas.. Tranquilo... el jefe te arrancará la piel a tiras si lo haces.. Al menos espera a salir fuera ..

Dos minutos estuve por lo menos intentando tranquilizarme, mirándole con odio pues si había algo que realmente me molestaba eran los listos, sin duda. Al final, conseguí contenerme pero no pude suprimir todos mis instintos ya que entre los habituales como comer, dormir o respirar estaba el matar.. así que lo que hice fue darle un manotazo al cuenco del que estaba sorbiendo y tirárselo encima con otro gruñido.

Sin decir ni una palabra, pues no hacía falta, dejé ahí al nuevo y me encaminé a recoger mi equipo.

... Y cuando Thokk pasó por su lado, Siomorang asomó la pierna y le puso la zancadilla.

Snaga inútil... mira que tienes problemas para coordinar tus acciones motrices: primero tu culo se sube hasta tapar tu cara... luego vuelcas SIN QUERER mi comida... y ahora te caes al tropezar con mi pierna.

Nsk, te pediría que me limpiases de caldo a lametazos, pero conociéndote la lengua te saldría disparada como un virote y se te metería en el culo. ¿Y tú no quieres eso, verdad?

Se sacudió la calva mojada con la mano, ya que en la cultura trasgoide no abundan las servilletas sobre la mesa.

Caí al suelo por no esperar que el listo fuera tan estúpido como para hacer algo así, pero yo tená cierto límite de pensamientos a cada rato y por la comida ya había cumplido, así que cuando me levanté del suelo sin demasiado esfuerzo ya lo hice con el hacha en la mano y con cara de que " se me habían hinchado ya las pelotas " y eso, en mi caso, no es que fuera demasiado difícil, porque tenía la misma paciencia que una rata de esas voladoras que te pican cuando duermes, " insetos " decía el borracho de la taberna, pero yo sabía que eran pequeñas ratillas aunque no discutía con él..

No tenía nada más que decir, pero sí que hacer.. así que enseñé los dientes a la vez que las venas de mi cuerpo comenzaban a hincarse un poco más de lo normal, como cada vez que me enfadaba mucho.

Siomorang vió con su sonrisa burlona como aquel gusano dejaba de reptar por el suelo y se ponía de pié.

Él también se puso de pié levantándose de su asiento y poniéndose en guardia. Bajo ningún concepto quería ser él el primero en desenvainar dentro del poblado en una gresca, temiendo las repercusiones que podrían tomar sus superiores.

No estaba para juegos como ya había quedado claro, así que desde donde estaba comencé a correr en dirección al nuevo sin pararme a pensar qué estaba haciendo, sino más bien, intentando golpearle con todo lo que pudiera pues lo único que me apetecía era darle hachazos hasta que me dolieras los brazos.

Con un enorme grito, incluso se escuchó como el suelo temblaba a cada paso que daba, mientras alzaba el hacha.

Hijo de la grandísi...

Enfadado, Siomorang desenvaina su espada corta y le produce un ligero rasguño en la mejilla a Thokk.

¡JA! Será mejor que no me enfades, basura, porque yo también sé dar leña.

Y después de esta fanfarronada, tose un poco de sangre al suelo.

 Thok, tras un llenársele las pelotillas, por la arrogancia del nuevo compañero, se lanza en un feroz ataque para dejar claro su opinión. Un importante tajo, descargado en el hombro deja maltrecho a Siomorang, una larga salpicadura de sangre ensucia el mugriento suelo a los pies de Siomorang, pero este aún tiene las energías suficientes para marcar la piel de Thok, haciendole saltar unas gotas de sangre.

 Los trasgos que estaban comiendo, se alborotan, tras unos instantes toman las armas y salen de los bancos. Mientras que de la barra, el barrigudo Task, saca una gran porra.

 - ¡He, he, heee, HEHEE! Quietos, nada de peleas en el comedor, si no queréis quedaros sin comida en lo que os queda de semana, cabrones.- Hace una pausa mientras se aupa a la barra de granito.- ¡Eso después de daros una lección!

 El trasgo os mira con la cacho porra entre las manos, dándole unas palmadas. La media docena de snagas parecen secundar las palabras del tabarnero cheff.

Nggg...

De la que te has librado, psicópata del hacha...

Lo cierto es que el que se había librado de una buena era el propio Siomorang.

Vale, vale... Aquí no ha pasado nada. Pero mi cuenco se ha derramado. ¿Me pones más comida?

A pesar de estar hablando con el cocinero, no es capaz de quitarle los ojos a Thokk, desconfiando de que tuviera suficientes neuronas para no renunciar a sus raciones de comida.

En aquel momento aún resoplaba igual que lo hace un toro que quiere cargar contra algo y mis músculos estaban hinchadísimos mientras notaba como si corazón parecía querer salir de mi pecho debido a lo acelerado que estaba.. Más de un impulso me decía que volviera a golpear, que ya estaba muerto si lo hacía y que así me libraría de él... pero si había algo que casi me gustaba tanto como dormir y las hembras era comer así que con un gruñido aún más fuerte que con el que le había golpeado bajé mi hacha.

- Para otra vez vuelves a tocarme.. que acabaré lo que empiezo.. - No tenía mucho sentido pero en aquel momento la sangre no me regaba del todo el cerebro, ya que ocupaba aquellos músculos inflados como un balón, aunque se comprendía de sobra lo que pretendía decir.. y sino me daba igual porque me di la vuelta y salí del comedor para ir a por mi equipo.

 El tabernero mira como los efectos de sus palabras, poco a poco, han surtido el efecto pretendido. Pero la media docena de snagas no se terminan de sentar del banco hasta que finalmente Thok sale de la posada, tras su críptica frase.

 - Bueno, te lleno el cuenco de nuevo, pero no te acostumbres, Siomorang.- dice el posadero dejando la gran clava en la barra mientras remueve el puchero.

 Estas son las últimas palabras que escucha Thok al perderse por una de las puertas del salón...

 Sientes aún como la adrenalina inunda tus venas verdes, incluso tras respirar el fresquito aire del exterior, a grandes pasos trasgoides te dirijes hacia la casa de los cazadores, el gran barracón donde estás instalado. En la casa de los cazadores reside el grupo heterogéneo de trasgos conocidos como los cazadores, en este grupo se encuentran todos aquellos trasgos que muestrán alguna aptitud más que la de saber esgrimir una arma, pero no llegan a considerarse de los sesudos (donde entra Akrate), ya sea por ser sigiloso, moverse bien por el exterior, o manejar bien los esclavos o bestias. 

 Cuando Task te rellena el cuenco con un par de cucharones del indeterminado potaje, te mira, tienes una pinta bastante mala, el hachazo es profundo.

 - Yo que tú me hacía mirar eso, chaval, que no se te infecte más, aunque dudo que ahora te puedan sanar, pues parece ser que estan todos los sanadores agotados.- Se gira para guardar la gran clava bajo el mostrador y te dice.- Así que tú eres quien se unirá a los heroecillos para realizar la expedición fuera del pueblo... heeee, jonto a Thok...

Otra vez le pasaba lo mismo, un trasgo conocía su nombre, pero Siomorang nunca se dignó a aprender el de los demás.

Va, estoy bien, no me preocupa. Puede que la herida tenga un aspecto muy feo, pero dios...

Siomorang cerró la boca. Se acababa de dar cuenta que había dicho algo inapropiado entre la fé de los trasgos, y quería mantener su experiencia con la piedra divina en secreto.

... pero dios o tries quiuranderuchos de esos no serían capaces de ponerme algo más que un cataplasma.

¿Heroicillos?

Oye, ¿y qué han hecho esos cabezahuecas para ganarse el título de héroes locales? ¿Es que se han convertido en trasgos importantes así, de buenas a primeras?