Partida Rol por web

 Las palabras de Akrate, unidas a su fuerte fuerza de voluntad, logran someter el espíritu del líder de los kóbolds, pues este baja la lanza, ya que su escudo ya colgaba de su brazo izquierdo...

 Grolm saca su cuerda raudo para maniatar a la lagartija antes no cambie de opinión y entre los él y Thok inmovilizan al kóbold, antes de que este recupere su posado agresivo, terminando el combate con dos prisioneros, un montón de enemigos a sus pies... pero con la lamentable y triste muerte del trasgo albino...

 La caverna sigue iluminada por la esfera de de tonalizades candentes del extremo del cayado del chamán que calcinó a Chiux, en una muestra de temible poder...

- ¿ Y ahora? - Pregunté recuperando el aliento y siendo como tonto, tocando mis heridas, más bien metiendo el dedo en ellas para saber lo profundas que eran. - ¿ Tú eres el jefe o tienes más jefes? - Dije para luego quejarme cuando me pasé con una de aquellas heridas.

- Joder! La sangre ha manchado hasta mi taparrabos, ahora lo voy a tener que tirar y conseguirme uno nuevo.

Todo trasgo sabía que los taparrabos no se lavaban, se conseguían nuevos. Mientras esperaba la respuesta me lo quité y lo tiré en una esquina. Volvería sintiendo el airecillo que pudiera hacer ahí dentro en mi acalorada entrepierna, aunque no precisamente acalorada por algo importante, sino porque me dolía todo el cuerpo.

- Bien... - Akrate observó el estado de sus compañeros y pensó en curarlos... pero el tampoco estaba en el mejor de los estados. Incluso notaba como su escencia mágica lo estaba abandonando.

- Está claro que necesitamos curarnos. Pero antes que nada debemos llevar a este con Lerb. El sabrá hacerlo hablar - agregó disfrutando por adelantado lo que podría ser una entrevista entre el jefe kobold y su maestro - Solo debemos asegurarnos que no se escape... y que llegue vivo para que lo puedan interrogar -

Como de costumbre, la labor del enfermero se basaba en las palabras, no en las acciones, por lo que esperó que alguno de los presentes cargara al bulto que era el jefecillo atado y se pusiera en camino

- Aunque... - con curiosidad se acercó al cayado que seguí emitiendo luz y lentamente estiró su mano para tocarlo, esperando no sufrir daño por hacerlo

 En medio de los cuerpos caídos, y la las manchas de sangre Akrate se hace con el cayado que contiene la esfera. Hay vario equipo suelto por el que ha sido un campo de batalla improvisado.

- Uhm... supongo que esto también se lo puedo dar a Lerb - asegura el enfermero mientars acaricia su propia piedra mágica y medita sobre las posibilidades que le puede brindar.

Al final lo logramos... suspira aliviado ha sido una buena pelea, ahora a ver si hay algo interesante que nos sirva. Thokk descansa y no les pierdas de vista..

De momento tengo una maza chula jiji... ahora a ver si recupero alguna flecha

Guardando la maza en el cinturón comienza a revisar los trastos caídos de sus enemigos y a recuperar cuantas flechas sea posible para rellenar su vacío carcaj..

 Los regueros de roña se delizan con vuestro sudor por vuestros verdes cuerpos, en algún caso mezclándose con la sangre de las varias heridas que habéis recibido unos y otros.

 Rebuscáis cosas que os puedan dar alguna incormación o detalle, teniendo vigilados a los dos kóbolds, maniatados (bueno casi enrollados como si de momias se trataran). Decidís daros un poco de prisa, pues el aire, mal ventilado, está impregnado de hedor a carne quemada, a pesar de procuráis apartar la mirada de lo que queda del cuerpo de Chiux, lo tenéis muy presente en vuestras retinas.

 Entre la multitud de objetos mundanos, como las mazas armadas, unas valiosas ballestas con sus cuadrillos, alguna arma manufacturada de relevante calidad, como la cimitarra que esgrimía el trasgo, y el cayado con la esfera candente, encontráis dos objetos interesantes. Uno es el escudo que esgrimía el trasgo, es el escudo, no sabéis exactamente de que material está confeccionado, pero es algo orgánico y de tonalidades azules. El otro objeto que os llama la atención, en especial a Akrate, es un colgante que tenía el mismo trasgo, desprende cierta energía mágica...

 El bajón de adrenalina os va pillando, tarde o temprano, sentís como vuestras armas os pesan y las heridas os pesan...

Miré lo que había por el suelo, pero las armas no eran de mi agrado.. no había ningún hacha y ya había dejado demostrado que no hay nada mejor que un buen hacha a dos manos para pelear.. El escudo me gustaba, pero no me servía para nada más que para colgármelo a la espalda, ya que necesitaba las dos manos para el hacha.. y la tenía cariño..

- Pues vaya.. - Murmuré viendo que todo el mundo cogía cosas..

Al final, mi vista se posó en la armadura del tipo duro y sonreí dejando ver mis feos y sucios dientes.

- Yo quiero eso.. así llegaré pareciendo importante..

La otra opción era llegar hasta sin taparrabos como estaba en esos momentos, tan sólo con mi mochila y mi hacha.. y un montónd e sangre pegada ya a mi verde, sudorosa y mugrienta piel.

Siendo guerrero ya me habían enseñado que lo que se encontraba se solía repartir, así que esperé a ver qué decían el otro y el listo para ver si me la podía quedar o si tenían algún otro modo de reparto, pero ellos ya tenían cosas y yo también quería mi trofeo.. que hasta me había traído un rehén..

- Y si el jefe os deja os podéis quedar con sus escamas.. - Dije señalando a la rata llorona y escamosa que aún gimetaba por una esquina atado.

A mi me parece bien... para ti la armadura y yo me quedo con esto si no os importa, dice mientras deja la maza en el suelo y coge la cimitarra y el escudo del trasgo me irán muy bien para cuando, como antes, no tenga más flechas... espero que luego Lerb no me los quite...

Seguramente Lerb se pondrá contento cuando le digamos que aquí abajo hay más material... aunque podríamos intentar llevar cuanto podamos y así quedaremos aún mejor. Total, los presos pueden andar ellos solos y no hay que cargar con ellos...

Así si Lerb nos quita lo guay aún podremos quedarnos con algo...

- Bien... armadura para uno, escudo y cimitarra para otro. Bastón para Lerb y para mi... no lo se, quizás esta baratija - comenta como al pasar mientras toma el colgante que supone mágico del cuello del jefecillo y, tratando de disimular su interés se concentra en sus características

- Y llevar esas armas puede ser una buena idea, vendrán bien para la tribu - acepta la idea de Grolm - Aunque lo mas importante es llevar a estos... sobre todo a este - señala al jefe que ha conseguido inmovilizar con su magia - Podemos llevar las armas y si no camina como debe lo golpeamos un poco para que no pierda el paso. Total, atado no podrá esquivar los golpes. Eso si, tratemos de no matarlo antes de tiempo -

- Pues... lo siento.. te acabas de quedar sin armadura.. Gracias!! - Le quité la armadura y la ropa de debajo y me lo puse todo, ya que la armadura sin nada me iba a rozar un poco y luego, una vez estuve " guapo " y compuesto, cogí mi arma y me eché al jefe al hombro y cogí la cuerda al kobold como si fuera la cadena de una mascota a la que paseas.

- Venga vamos, pero tendremos que sencansar por el camino, que este está gordo y pesa.. - Dije pues aunque estaba fuerte, seguía herido y me iba a cansar de llevarlo a cuestas.

Sólo esperaba que al canijo no le diera por dar guerra sino lo iría haciendo caminar como si fuera una pelota, a patadas.

Tras la aprovación de sus compañeros se guarda la cimitarra en el cinto y ata el escudo a su mochila. Iba a partir tras Thokk pero una "idea feliz" ilumina su estúpida mente..

Creo que también será buena idea llevar el cadáver de ese trasgo traidor apestoso, quizás Lerb le reconozca... Yo cargaré con él, pero eso implica que el material lo tienes que llevar tú, Akrate.. mientras habla se va acercando al susodicho cadáver para finalmente cargárselo al hombro

Tras colgarse el amuleto del cuello, el enfermero escucha a Grolm y lo mira semi-escandalizado - Llevar todo eso? - Akrate se asombra ante el pedido, pero trata de disimular - Bueno, supongo que además del cayado este podría llevar un par de ballestas - reconoce, aceptando hacer tal esfuerzo - El resto, supongo, lo podemos buscar después -

Lleva todo lo que puedas, recuerda que pararemos a descansar, cuantas más cosas llevemos mejor impresión le causaremos a Lerb y con suerte nos dejará ir donde las hembras sonríe bobaliconamente sin poder evitarlo al pensar en las hembras...

Escuché eso de las hembras mientras caminaba y sonreí para mi solo mientras comenzaba a alejarme ya bastante de mis compañeros porque eran lentos y no se ponían de acuerdo.. - ¿ Por qué lo pensarán todo?

- EHH QUE LA IDEA DE LAS HEMBRAS ES MÍA!! YO ELIJO PRIMERO.. !!

La diferencia entre ser tonto o ser idiota perdido no la veía, pero aún me quedaba en el rango de tonto, que podían abasallarme con lo que quisieran, pero les mordería por quedarme con las hembras si fuera necesario y un mordisco y los años que llevaba sin lavarme los dientes seguro que les mandaban a la enfermería.