Partida Rol por web

Cuando me aburrí de hacer circulitos deformados en el suelo, arrastrando aún el hacha y sin darme la más mínima cuenta de que podría molestar a alguien, me acerqué al lugar donde estaban todos, justo a tiempo para levantar la vista hacia el " jefe " y escuchar sus palabras.

- ¿ La rata con cuernos es un foco? Ya no buscamos a una rata no? Sino quién metió a las ratas en el pozo? - Tenía que asegurarme de haberlo entendido todo aunque fuera a la cuarta vez, ya que para ser bueno cumpliendo las órdenes, primero había que saber qué era lo que te ordenaban.

Casi pregunté levantando la mano primero, ya que me sentía un poco intimidado cuando aquellos trasgos pensantes hacían sus planes, pero yo sabía hacer algo también bien y pueba de ello era ser capaz de cargar con un hacha tan grande como yo hasta las profundidades del pozo que hiciera falta.

¿Cómo ayudará a Puggo el paño? Es demasiado pequeño para que Puggo se pueda secar con él... Además, está humedo. Lo húmedo no seca, por lo menos eso cree Puggo.

Puggo tomó el paño y lo olío. El aroma era a jazmín. Levantó el brazo izquierdo y olió su subaco. Bajo su sobaco emanaba un intenso olor a jazmín.

A Puggo le gusta el olor del paño... Pero no sabe para qué más puede servir a parte de para oler.

Esperó las instrucciones de Akrate sobre aquel misterioso pedazo de tela.

- Vamos, descendamos - el enfermero, para su propia sorpresa se vio organizando al pelotón - No, no, el paño es para ponerse en la nariz. Asi, mira - le explicó mientras se lo ataba frente a su rostro, dejando apenas los ojos libres para saber por donde iba

- Y no, no buscamos más cabras, ni ratas, ni focos - le explicó al feroz guerrero cuyos musculos cerebrales se habían atrofiado por falta de uso - Solo debemos seguir el camino ese que había abajo y averiguar quien mató a esa cabra y la tiró allí... o lo que podamos averiguar allí abajo - se intenta explicar sin saber exactamente que pueden encontrar

- Asi que descendamos y sigamos ese camino. Tu puedes abrir la marcha. Eres el más fuerte - lo arenga poco dispuesto a correr algún riesgo.

No estaba del todo seguro pero juraría que eso de seguir el camino ya lo había dicho antes y me habían dicho que no podía, y ahora me decían que teníamos que ir.. Sacudí mi cabeza, seguramente me lo habría imaginado o no recordaba bien lo que había sucedido.

Cuando dijo que yo era el más fuerte sonreí e hinché mi pecho como si pasara una hermosa y pechugona hembra por delante mío, y tras colocarme el pañuelo como le estaban explicando al " nadador ", me eché la habra al hombro y caminé hasta el pozo siguiendo el surco que mi alicaída hacha había hecho por el suelo a nuestra venida.

- No soy muy listo, vale, pero no es mejor que el más fuerte sujete el cubo para que los débiles bajen? - Pregunté tratando de recordar las cosas que tantas veces me habían repetido en mi clan. - Primero los débiles y los fuertes les defienden..

 Grolm mira el pozo, con el paño empapado alrededor de los morros, anudado a su nuca, dejando libres sus manos.

 - Thok tiene razón, mejor bajamos nosotros y después él, deslizándose cuerda abajo.- Tras decir eso comprueba su arco, en su sujeción en el carcaj y la daga que tiene bajo el cinto.

- Si, es cierto. Mejor que nos sostenga. Eso si, asegurate de que la cuerda queda bien sujeta, que despues tenemos que salir - reconoce el enfermero no demasiado orgulloso de su error - Vayan bajando, yo voy justo antes que nuestro forzudo -

Me escupí en las manos y tras restregar bien mis babas y gérmenes en mis manos, sujeté aquella cuerda de forma que tuviera que desenrollarse primero de mis manos antes de que se pudiera escurrir, vamos, que antes que soltarse me iría yo de cabeza al pozo.

No dije nada más e hice señas al primero para que se echase al cubo o se sujetara a la cuerda para comenzar a bajarlo poco a poco.. si ya había subido a una rata cornuda más hinchada que una rata de las que montan los humanos ( caballo ) bajar a unos trasgos tampoco es que fuera a ser un trabajo muy cansado..

- Vamos vamos!!

No creo que un ciervo entrara en una alcantarilla... se asustarían con el olor... pero si hay que bajar se baja!

Ata la cuerda a una piedra grande para que no se escape, o tendremos que trepar y el pozo resbala... cometa por último antes de coger aire, agarrarse fuerte a la cuerda y bajar despacio (o al menos intentarlo) detrás de Puggo. Una vez abajo coloca bien el carcaj y su mochila para evitar que se puedan mojar y agarra fuerte el arco, su posesión más preciada. Ya está listo para lo que sea... menos para aguantar este mal olor más tiempo del necesario

Rápido! que baje otro! si no hay más remedio que ir acompañado, al menos que se apuren...

Puggo descendía sin problemas por la cuerda.

Llevaba el paño oloroso de Akrate tapando su cara. La tela acariciaba con suavidad su nariz, haciendo unas agradables cosquillas...

¡Aaaaaaaachís!

Siguió bajando. La cuerda oscilaba mucho más que la primera vez que Puggo descendió. Tal vez tuviera que ver con que esta vez otro trasgo bajaba a la vez... O tal vez tuviera relación con aquel trapo oloroso... Puggo no era capaz de discernir un culpable.

¡Ya falta poco!

Puggo da un salto desde la cuerda a una especie de pasillo que hay en la pared del pozo. Luego usó su martillo para acercar el cubo a su posición y agarrarlo con fuerza. Ahora no era necesario saltar desde el centro del pozo porque la cuerda que descendía llegaba hasta Puggo.

 Parece ser que debajo de las capas de suciedad, Thok cuenta con un cuerpo férreo. El guerrero trasgo permite que sus compañero de fatigas desciendan sin más conratiempos. Puggo, Grolm y Akrate.

 Gracias a la sugerencia de Grolm deja la cuerda bien afianzada en uno de los postes que soporta la pequeña cubierta del pozo y se desliza cuerda abajo.

 Cuando finalmente los cuatro snagas habeís descendido os encotráis en un pequeño pasaje practicado en la pared del pozo, parece ser un túnel por el que podéis pasar agazapados. Este se encuentra a cosa de unos tres palmos del nivel del agua, en la superfície de la misma véis las dos carroñas que quedan, infestadas de bichos asqueroso, larvas, cucarachas y demás.

 La iluminación es escasa, tan solo la poca luz que se cuela por el pozo, a unos veintemetros más arriba, pero mientras aguadabais que terminara de descender Thok ya ha oscurecido un par de tonos. El ocaso ya ha llegado. Mirando hacia el interior de túnel vuestra infravisión se va despertando. En vuestro campo visual se desplega un mundo de tonos grisáceos, detectando tan solo fuentes de calor, teniendo pocos detalles del mismo pasaje...

- Bien... no se cuanto durará el efecto de la poción, así que salgamos de aquí - propone el enfermero que, como de costumbre tiene toda la intención de ser protegido por sus compañeros - No tenemos muchas opciones... vayamos por ese túnel - agrega lo obvio

- Quien quiere abrir la marcha? Y quien cerrarla? - pregunta poco dispuesto a tomar ninguna de ambas posiciones - Uds son los exploradores, lo mío son las enfermedades - se explica - así que ya me dirán que es lo mejor -

¡Puggo primero! ¡Puggo primero!

Dada la situación, no había muchas más opciones. En el túnel se habían adentrado en el mismo orden que en la bajada al pozo, y no había mucho espacio para recolocarse.

Vaya... el conejo que cavó esta madriguera debe de ser muy grande...

Puggo parpadeó ante el camino que tenía por delante. Se puso a cuatro patas y empezó a avanzar por el pasadizo. Bien es cierto que el techo no estaba tan bajo como para hacerle caminar con las manos, pero Puggo se sentía más cómodo así.

 Constreñidos por el reducido espacio del túnel optaís por avanzar en el mismo órden por el que habéis llegado aquí. Despreocupado, Puggo empieza a avanzar por este tortuoso pasaje, y el resto detrás suyo. Al avanzar por este percivís que es fruto de alguien que se haya abierto paso a pico y pala, percivís sin problema las marcas del pico aquí y allá.

 Avanzáis por esta galería durante unos cuarenta pasos cuando notáis que vuestro campo visual se amplia llegando a una gruta de formas naturales... Tzzanck!! cuando Puggo llegó a un par de pies de la caverna un cable espinoso se tensa repentínamente rasgando la piel de los brazos del trasgo, espellejando su piel peludo y haciendo brotar unas gotas que pecivis de un tono anaranjado en vuestra visión de grises y azules. Por suerte el snaga ha sido suficientemente ágil de reflejos como para eludir, en gran medida, el impacto del alambre.

 Parece que la zona guarda más peligros de los esperados...

Bajé silbando tranquilamente con el hacha en la espalda como si fuera una cría y me llevaran de paseo, aunque cuando pisé el suelo volví a coger mi hacha entre las manos tras recolocarme mi estupendísimo taparrabos.

- Conejo.. conejo.. - Murmuré tratando de hacerme una imagen mental de lo que podía ser aquello.

Como cunos minutos después, yendo en el más absoluto silencio volví a hablar.

- Conejo es una rata de orejas largas y bigotes que les metes un palo por el culo, lo sacas por la boca y le das vueltas sobre el fuego?

Sólo de imaginármelo me entró algo de hambre..

 Constreñidos por el reducido espacio del túnel optaís por avanzar en el mismo órden por el que habéis llegado aquí. Despreocupado, Puggo empieza a avanzar por este tortuoso pasaje, y el resto detrás suyo. Al avanzar por este percivís que es fruto de alguien que se haya abierto paso a pico y pala, percivís sin problema las marcas del pico aquí y allá.

 Avanzáis por esta galería durante unos cuarenta pasos cuando notáis que vuestro campo visual se amplia llegando a una gruta de formas naturales... Tzzanck!! cuando Puggo llegó a un par de pies de la caverna un cable espinoso se tensa repentínamente rasgando la piel de los brazos del trasgo, espellejando su piel peludo y haciendo brotar unas gotas que pecivis de un tono anaranjado en vuestra visión de grises y azules. Por suerte el snaga ha sido suficientemente ágil de reflejos como para eludir, en gran medida, el impacto del alambre.

 Parece que la zona guarda más peligros de los esperados...

- Esto no es natural - aclara lo obvio, el enfermero tras mirar las paredes - Asi que tengamos cuidado, no sea cosa que... - la trampa se dispara antes de que Akrate pueda expresar sus miedos.

- Como dije... tengamos cuidado - insiste sin ganas de abandonar su segura posición - Y ojo con ese cable -

No tardé en olvidarme de lo del conejo cuando vi qué era lo que estaba sucediendo debajo del pozo. Sin duda, no me gustaban aquellas trampas y eso quería decir que había alguien que las había puesto, al menos, era la única conclusión a la que llegaba mi cabeza.

- Si alguien nos pone trampas para hacernos daño, cuando lo encuentre lo mataré.. - esta vez no se podía considerar ni siquiera que hubiera hablado, sino más bien, fue un gruñido lo que solté, aferrando mien mi hacha, pues estaba dispuesto a partir en dos lo primero que viera que no me gustara..

- Las trampas son peligrosas Thok recuerda que nunca las ves hasta que te duelen..

¡Auuuuuuuch!

Puggo pega un salto hacia adelante dejando atrás la dolorosa trampa.

Guaguaguaguau... Grrrr.... guau... guau...

Se lame la herida, levantando el pico del pañuelo anudado con una mano.

Puggo está tonto... Puggo iba a cuatro patas, con la cabeza baja, pero Puggo no vió cable. No volverá a ocurrir.

Puggo avanzó por la nueva zona que se abría ante él. Aquella zona era más ancha. El trasgo herido se ve obligado a caminar sobre dos patas, ya que los brazos le duelen si los apoya.