Partida Rol por web

Storm se mueve una casilla al lado (12,u), para flanquear a Lividius.

Aprovechando esa ventaja, le ataca con renovadas energías, nacidas de la desesperación y el dolor al que estan siendo sometidos el y sus compañeros, consiguiendo atravesar las defensas del demonio.

Un esperanza nació dentro del monje cuando vio que sus golpes hacían mella en el ser diabolico.

Lividius en lo que parece ser una total muestra de despreció para sus oponentes, se toma la molestia de hacer una reverencia a la adepta cuando esta realiza su maniobra. Ella devuelve el gesto con una picara sonrisa. Ese es el momento que algunos intentan usar para asestar un nuevo golpe, pero el diablo desaparece engullido por la tierra, dejando tras de si llamas que se extinguen en el aire.

El estallido de fuego que aparece a pocos pasos, precede de nuevo al temible oponente. Soltando una carcajada, extiende sus brazos y blandiendo una espada en cada uno de ellos se deja llevar por un mortífero pero hermoso baile de cortes, golpes y sangre humeante.

Ni el hechicero ni la chamán pueden hacer nada para evitarlo. Profundas heridas quedan abiertas en sus mutilados cuerpos y se desploman incapaces de soportar tanto dolor. Tan solo el guerrero queda en pie junto el diablo. Su mayor pericia con las armas le ha permitido desviar los golpes mas peligrosos, pero ha resultado levemente herido de todas formas.

-Uriel, William, recoged a Shana y Ericus y retirémonos ...- Dice Norte viendo como dos mas habían caído.

Intentadlo. - Os reta Lividios. Luego dirige su atención a la diablesa para ordenarle un simple. - Que no escapen.

De nuevo habían sido derrotados en combate, impotentes ante ese demonio, el esfuerzo de los pocos que habían querido defender la parte del gremio había sido menguado sin esfuerzo aparente, y si con el no bastaba, su secuz era también una digna rival. De nuevo has demostrado tu gran valía, de nuevo has sembrado tu semilla donde pisas. Reconozco tu surpremacia ante los simples mortales que no llegamos a ser mas que una mota en tus ojos. Te pido humildemente dejar quebmus compañeros acojan a los caídos para poder declarar al mundo tu inmenso poder como los que sobrevivimos al combate por magnificencia, porque solo tu puedes permitir que estos vasayos puedan respirar un poco. Te lo pido desde lo mas profundo de mi alma, que nos deje marchar como una simple recompensa por liberarte de ese yugo de plano que tenias anteriormente

Lividius se detiene un instante escuchando las súplicas del semi-elfo. Casi como divertido, espera a que termine su alegato. Al finalizar ladea ligeramente la cabeza. Quizás se lo esta pensando o solo se esta burlando. Su máscara no permite discernir que ocurre dentro de su mente. - Elige a uno y podéis marcharos. El resto me pertenecen.

Dirige su atención a la adepta que lucha con él, sin necesidad de decir una sola palabra, esta asiente una sola vez con la cabeza. Dejando claro que ha entendido las órdenes de Lividius.

Dubitativo ante tal decisión, mira hacia el rostro del demonio. Shana es la elegida. Si acepta la mía a cambio de las demás tuya es.

William estaba dispuesto a ir a por la adepta, pero la voz de Norte le hizo pararse a pensar unas milésimas de segundo, miro a sus compañeros que estaban en el suelo a punto de morir por las abrasadoras llamas de Lividus.

No podía dejar que sus compañeros muriesen así. Sin pensárselo mucho giró y fue en busca de sus dos compañeros, Shana era la que parecía que estaba más herida, a si que se acerca a ella intentando no quedar al alcance de Lividus y la arrastra fuera de sus "fauces"

- Vamos Shana, aguanta, te sacaré de aquí.

El guerrero humano corre para arrastrar a la chamán mientras Voronwë entretiene a Lividius con su chachara. El gesto no pasa desapercivido al diablo, pero parece que no tiene prisa en reaccionar. Sabiéndose que William no irá muy lejos y podrá cazarle fácilmente si así lo desea.

Uriel escuchaba las palabras del demonio y su compañero.

Viendo que las posibilidades que tenían eran pocas y que aun la situación para algunos de ellos no estaba pérdida del todo, opto por alejarse y aproximarse a Ericus y tratar de despertarlo.

- Despierta, despierta, regresa con nosotros Ericus. – Le dijo mientras trataba de reanimarlo.

A los pies del diablo y bajo su atenta mirada, Uriel intenta que su gravemente herido compañero recupere la consciencia. Una tarea algo complicada para el.

De repente el fragor de la batalla se pausó. Las palabras del semiélfo debían de haber surgido algun efecto aunque sea solo fuese momentáneo. Lividius bajo los brazos, mostrando un porte relajado, si bien una observación mas detenida revelaba que esta esperando el instante exacto para actuar.

Dubitativo ante tal decisión, mira hacia el rostro del demonio.
Shana es la elegida. Si acepta mi alma a cambio de las demás tuya es.

Si acepta mi alma a cambio de las demás tuya es.

La idea de una alma que se sacrificaba voluntariosa era un caramelo muy tentador y parece ser que el diablo tiene que tomarse su tiempo hasta tomar una decisión. Aparta la vista mirando al suelo, donde Uriel esta intentando sin mucho éxito que el hechicero no se pierda para siempre en el mas allá.

Lividius vuelve a levantar la vista para mirar directamente al defensor.

De acuerdo. Tu alma a cambio de la vida de todos ellos ... - Empieza cediendo, hasta que pone una fatídica condición final. - ... salvo uno.

Si no quieres elegir quien se salva contigo, elegirás quien muere contigo. Señala quien de ellos no es digno de seguir viviendo y dejaré marchar a todos los demás. Tienes mi palabra.