Partida Rol por web

Desde su posición Velvet maldecía para si, pues los conjuros que intentaba no hacía su efecto o bien algo no hacía bien, que lo dudaba o ese hombre tenía mucha fuerza de voluntad, la cuestión era que ya había gastado dos de sus conjuros y sin resultados, puesto que el hombre seguía estando entero y plenamente con facultades para la pelea...

El hombre que estaba al lado del enano se abalanzó a el para intentar golpeare y no recibir otro fuerte golpe con aquel hacha que tanto daño le había echo anteriormente. Se abalanzó como obsesionado, tal vez el haber bebido durante tiempo li hizo tan insensato pues apenas puso alguna defensa cuando el enano encontró la oportunidad de asestarle un fuerte golpe con la parte plana del hacha justo en la sien, el hombre cayó a un lado con los ojos en blancos cayendo encima del banco que había al lado de la mesa rompiendo este con el impacto, el hombre tardaría un tiempo en recuperarse...

El fortachón dos al ver caer a su compañero abrió  los ojos como platos...

El enano aprobechando la inercia del golpe al que acabab de tumbar decide lanzar otro trmendo golpe al compañero fortachón para que besara también el suelo, pero el movimiento era algo forzado y lo único que pudo hacer fue pasar el hacha por el lado sin apenas peligro...

El monje desde la mesa lanza dos patadas certeras al adversario que se ve incapaz de parar, una le da en el pecho mientras que seguidamente otra le da en la parte del cuello haciendo que este caiga como un saco al suelo haciendo un ruido sordo al chocar los huesos contra el suelo, al parecer el monje guardaba un arte en la lucha que era desconocido por algunos.

Después bajó de la mesa y se quedo mirando algo avergonzado por lo que acababa de suceder, mira a uno y otro lado mirando a los que les habían ayudado y viendo que los fortachones no se movían, parecían inconcientes...

Mientras el  posadero rápidamente entra en una habitación junto a la barra y llama a alguien, de ella salen unos tipos con una vestimenta algo sucia, perecían los que se encargaban de los establos, seguidamente se dirigen hacia los hombres en el suelo y se los llevan por la puerta de atrás para dejarlos allí a dormir la mona, el posadero le dice algo a la camarera y él empieza a recoger los pocos destrozos que han habido con avidez. "Podía haber sido mucho peor... Si mucho pero. - Pensaba mientras recogía."

El monje hace sentar a los aventureros que le acababan de ayudar en una mesa para poder invitarles en forma de agradecimiento.

 - Espero sepáis perdonar el alboroto que he causado, no quería ningún tipo de problemas... Vengo de muy lejos en busca de ayuda, y son ya muchas lunas intentándolo. Si me meto en líos seguramente nadie quiera ayudarme...

En el rostro del monje se puede denotar preocupación y como si llevase una gran carga encima de los hombros, tiene la mirada cabizbaja y parece estar recordando.

La pequeña apoya las manos en la cintura, moviendo la cabeza negativamente...

-No te preocupes, en ninguna taberna del mundo deben faltar gentes de estas, que no saben comportarse con los viajeros. +dice al monje+... asi que esta bien que les hallas devuelto el favor ja. Ustedes estan bien chicos?

Velvet se aproxima a Sireon y Belriel, para constatar que sus compañeros han salido enteros, algo de lo que le cabe poca duda, pero mejor prevenir que lamentar.

Sireon se masajea la dolorida mandíbula mientras mira como llevan a los marrulleros a dormir la mona. El labio está comenzando a hincrase, pero consigue hacerse entender:

¿Podríamos tomar esas cervezas en otro lugar? no creo que tarde mucho en llegar la guardia y no me gustaría tener que dar explicaciones sobre sucesos sin importancia. Por no hablar del considerable cabreo que tendrán esos caballeros cuando despierten
dice mientras piensa que su táctica de fingir pusilanimidad había resultado efectiva para forzar a sus oponentes a un ataque alocado sin planificación estratégica alguna.

En ese mismo instante por la puerta entran dos guardias de los escudos rojos mirando alrededor en busca de algo, cuando justamente sale el posadero de un cuarto donde había llevado el resto de los pocos destrozos que habían habido. El posadero rápidamente al verlos se acerca a ellos algo nervioso y sudoroso.

Pasa un rato mientras el posadero va haciendo explicaciones, mientras tanto la posada parece volver a la normalidad, la gente se había sentado y empezado a tomar sus copas y demás mientras la camarera, hija del posadero servía a las mesas.

Finalmente el posadero acaba de hablar con los guardias asintiendo y como pidiendo disculpas, los guardias que no las tenían todas con sigo miran de nuevo por encima la posada y finalmente resignados deciden marcharse, posiblemente estaba cerca la hora de su relevo y no querían entretenerse...

El monje ante lo que parece que la situación se a tranquilizado incita a los que le han ayudado a sentarse a una mesa para agradecerles su buen hacer.

 - Perdonen señores... Y señorita, si me permiten les invitaré a un trago en muestra de agradecimiento, espero pueda devolvero el favor alguna vez. Pero por favor siéntense, siéntense insisto...

Parecía tranquilo aunquese denotaba pesar en sus maneras, algo lo inquietaba a sobremanera y le atormentaba...

Me siento a su lado, aliviada al ver que los chicos estan bien y los guardias no nos han detenido

-Supongo que no esta mal, estos chicos necesitan remojarse la garganta... +sonrrio con afecto al par de tontos peleadores+... y a mi me gustaria escuchar el por que de ese peregrinar... Mi nombre es Velvet, soy una barda, y amo las buenas historias jaja! +rio suavemente, como acompañando mis palabras para animar al monje+

Sireon añade, un poco mas tarde de lo que hubiera sido deseable (*) pues se encontraba observando las evoluciones del posadero y apenas había podido prestar atención al habilidoso luchador norteño.

Pues si, mi cerveza estaba casi llena y la he perdido con todo este jaleo. Estaba dudando en si debemos pedir disculpas al posadero aunque creo que son ese par de majaderos quienes deberían hacerlo y no nosotros. dice dirigiéndose a Velvet pero sin ni siquiera mirarla, concentrado en el dolor de su mandíbula. Seguidamente mira al recién llegado.

Lucháis bravamente. Este par de matones no habrían llegado jamás a poder tocaros un pelo

Ooops.. este tipo es calvo... espero que no piense que me estoy riendo de él... era una forma de hablar.

Mi nombre es Sireon. dice tomando asiento iuna vez velvet lo hace. no le apetece quedarse aquí, pero su joven y diminuta compañeroa parece estar disfrutando y no quiere estropearla su diversión.

El enano toma asiento enseguida al escuchar que le invitarían a un trago, después de una buena pelea siempre es bueno referscar la garganta, o al menos es lo que pensaba, con gestos casi cómicos intenta avisar a la camarera que traiga una ronda de cervezas...

 - Corre a cuenta de nuestro nuevo amigo... Brindo por el bua hacer !!!

El monje sonría algo nervioso, y agacha la cabeza ante la mención de la pelea del semielfo, por lo visto no le gusta alardear de su afinidad ante el combate, una vez están todos sentados y puede sonreir un poco ante la reacción del enano y mientras traen la bebida, tose un poco como para aclararse la garganta para empezar a decir...

Al acabar de hablar parece algo avergonzado por  pediros ayuda sin apenas conoceros, después de todo lo sucedido.

Sireon mira con algo de desconfianza al norteño.
¿Y para encontrar 4 mercenarios recorréis todo ese largo camino hasta Ánubel? ¿durante cuántos días habéis dejado desprotegido vuestro templo? No estamos a un par de jornadas de viaje de esos alejados lugares. ¿No es muy probable que vuestro templo haya sido ya atacado? Y no estoy seguro de que nosotros seamos capaces de ayudaros. Tenemos un cargamento que llevar a las montañas antes de que arrecie con fuerza las nieves del Norte. Pero quizás podáis explicar la situación a algún capitán de las tropas reales del buen rey Tyrton que pueda prescindir de parte de su regimiento para ayudaros. Además ya habéis visto que no somos buenos guerreros y que ese par de matones estaban a punto de hacernos picadillo hasta que habéis llegado...

El monje al escuchar las palabras del semielfo se pone cabizbajo, pues creía que podía haber encontrado la ayuda que necesitaba, y sus palabras decían lo contrario, había preguntado por muchos sitios y sin conseguir nada con lo que poder volver, ellos eran su última esperanza, pero tampoco podía exigirles nada, de echo ya les habían prestado su ayuda...

 - Entiendo lo que me dices, y lamento oírlo, cierto es que queda a muchos días de viaje, y también que es un viaje largo, he seguido las instrucciones que me dio mi maestro, que me pidió que pidiera consejo a un viejo druída... Eso hice y me recomendó que me acercara hasta aquí en busca de algún aventurero, con la poca fortuna de no encontrar a nadie que aceptase el encargo... No os pediré que lo reconsideréis...

Loy-Yang parece abatido, el semielfo parecía que podía tener razón y quizá el último templo ya hubiese sido atacado y él no estaba allí para poder hacer algo, era cierto también que el viaje había sido largo, ya además estaba que ya tenían un encargo, aunque se tratase de llevar un cargamento que seguramente se encontraba en el camino hasta su hogar...

 - Pedí ayuda a las tropas, pero ahora con la guerra no pueden hacerse cargo de unos simples monjes que temen ser robados y no son capaces de defenderse por si mismos....

Nosotros formamos parte de un contingente y no podemos abandonarlo con facilidad, pues debemos cumplir órdenes. Mañana al alba partimos hacia el Norte, hacia las montañas. No formamos parte de un contingente muy numeroso ni está en una zona de alta peligrosidad, con lo que es posible que deseéis hablar con nuestro capitán, por su pudiera prescindir de algunos hombres para ayudaros.

El semielfo mira con preocupación al monje. Parece un hombre pacífico y necesitado de ayuda, una ayuda que ellos no podían brindarle, aunque quién sabe si la ansiada libertad que suponía alejarse de las estrictas órdenes del ajército se les estaba cruzando por delante de sus mismas narices, a solo 5 días de camino. Y en el peor de los casos habían conseguido un mercenario gratis.

Si convencía al monje de que se uniera a su comitiva quizás podría evaluar su sinceridad y meditar si merecía la pena ayudarle a lo largo de estos 5 días. Mira hacia Belriel y hacia Velvet buscando su aprobación a las palabras que acaba de emitir.

El enano saca una amplia sonrisa ante las palabras del su compañero  el semielfo...

 - Sireon, tu siempre tan comedido... Es cierto que nos debemos a tal deber, pero en cuanto acabemos esta misión nos han prometido un largo descanso... Y por que no ayudar a este pequeño monje que necesita de nuestra ayuda... Mira un momento a Sireon... Aunque creo que has de mejorar el combate, creo que si no te amenazan de verdad tu vida no acabas de utilizar tu potencial verdad? - El enano se ríe sin medida pues después de ver como les había ido esa pequeña reyerta con unos simple borrachos, cualquiera diría que estaban experimentados en el combate...

 - Además ha sido finalmente él quien te ha sacado las castañas del fuego... Aunque tu hayas salido en su defensa, jajajaja, que cosas tiene la vida.

El enano parecía divertirse con la situación, mientras miraba con ansia la esperada cerveza que habían demandado...

También nos habían prometido ese descanso antes de este nuevo encargo. dice Sireon resignado.

No obstante, ¿qué es aquello importante que consta en esos pergaminos para que alguien quiera robarlos arriesgándose a atacar templos de bravos luchadores? Los monjes siemrpe le habían caido bien. eran gente tranquila y contempladora de lo que había a su alrededor. Tenían cierta sensibilidad de la que solían carecer el resto de los humanos y eso le agradaba. Y también tenían una visión de la vida que en algunos casos era interesante escuchar.

Lo único cierto hasta el momento es que podemos acompañaros hacia el Norte, hasta las montañas, durante 5 días, ofreciendoos la seguridad que da viajar en caravana y con un grupo numeroso. Y sobre el sexto día nada podremos decidir ni prometer.

El monje asiente con la cabeza, el había echo todo lo posible por encontrar a alguien que ayudase a los templos con aquel problema, pero eran tiempo difíciles y las gentes por lo visto se movía por lo material, cosa que no podían ofrecer unos humildes monjes.

 - Que decir sobre el contenido de los pergaminos, durante generaciones enteras se han estado guardando la sabiduría y el conocimiento en el arte de la curación y el desarrollo de la salud y se han ido transcribiendo de generación en generación en esos pergaminos, este siempre ha sido nuestro legado... Para que los quieren o para que los utilizarán... Mi maestro siempre decía "en hechos simples puede llegar haber una inmensa complejidad..."

Al acabar de hablar parece mirar a la nada y en ese silencio pensar para si en su maestro...

 - Os acompañaré si me lo permitís, he echo lo que estaba en mi mano para pedir ayuda, no puedo estar perdiendo más el tiempo buscando a quien nos ayude, como bien me has recordado es posible que ya hayan asaltado el último templo o estén apunto de hacerlo, y no puedo estar ausente si ha de ocurrir... Me hubiera gustado que me acompañaseis, pero eso ya lo decidiréis en cuanto lleguemos a vuestro destino...

La joven tomaba nota mentalmente de la historia relatada por el monje, pero mientras este y sus compañeros discutian si ayudar o no, ella se encargaba de acomodarla para relatarla. Sabia que no le correspondia decidir por esta, ni por ninguna mision, aunque ella hubiera ido sin vacilar con el monje a conocer esos misteriosos templos y tratar de resolver sus problemas... Olvidaba rapidamente que apenas pudo dar una mano contra unos simples kobolds, y que habia sido totalmente inutil contra esos borrachos, asi que...que podria hacer ella contra un mago que vencia facilmente a bravos monjes?? Si sus compañeros decidian ir, ella trataria de dar lo mejor de si en la mision, pero mas alla de eso...

La mente de Velvet estaba en otro lado y sus ojos soñadores veian pasar las palabras:

*Arcanos conjuros azotaban los muros de los templos, consumiendo las piedras centenarias, y peor aun, doblegando a las voluntariosas almas que tras sus muros buscaban la iluminacion. El mal iba en busca de la sabiduria almacenada, esquivando el camino recto al conocimiento, prefiriendo arrancarlo de las manos de quienes habian estado cultivandolo generacion a generacion...

¿Y por qué creeis que seríamos capaces de vencer a tan poderoso enemigo que es capaz de arrasar y saquear templos con tanta facilidad? No tengáis tantas esperanzas. responde Sireon en un alarde de sinceridad.
Somos voluntariosos y aguerridos pero eso no nos hace dignos adversarios de poderososs enemigos. Aún tenemos muchos caminos que recorrer antes de poder tener los conocimientos y técnicas adecuados para enfrentarnos a tan dignos enemigos. No obstante hágase pues como dices. Venid hasta las montañas con nosotros y veremos como podemos ayudaros en vuestra misión dice sin querer comprometerse a nada que no pueda luego cumplir. Belriel parecía estar deseando partir ciegamente a ayudar a su nuevo compañero de fatigas. Velvet no dijo nada pero por su soñadora mirada podía adivinar que estaba fantaseando e imaginando como sería llegar a las agrestes tierras del norte y participar en unas hazañas de las que muchos bardos, cantarían, y no precisamente en tabernas sino en grandes salones de dignísimos palacios.

Sireon casi sentía ser tan realista y no contagiarse por el optimismo de sus compañeros. Pero lo rpimero era lo primero. Había conseguido cinco dias mas. Cinco dias para saber si su nuevo compañero merecía su esfuerzo y su apoyo.

y eso le parecía tiempo suficiente.