Partida Rol por web

Hola, Hiedra. ¡Me encanta tu piel! Yo soy Polilla Vengadora. ¿Quieres fruta confitada?-ofreció a Hiedra Venenosa, sin acercarse a ella-. Christopher, quédate con Virtud y Temblor. ¡Las demás vamos a recuperar mi silla de ruedas!

Ehm... ¿Alguien puede llevarme?

Katarsis dio un salto y planeó con sus alas metálicas hasta la otra punta del a habitación. Replegadas, las alas hacían forma de cuna. Polilla Vengadora se agarró con los brazos y quedó enganchada a la espalda de su compañera.

Solo sé dos cosas de As: que me contrató y que es un perfecto idiota. Tiene una habitación en el piso intermedio de este edificio.

El grupo (sin las dos superheroínas inconscientes ni el chico rubio) deshizo el camino de Hiedra Venenosa, Catwoman y Katarsis, volviendo a subir por las escaleras.

No iba a cargar yo con la inválida-susurró a Katarsis, casi al lado de la oreja de Polilla Vengadora para que pudiera escucharlo también-. No te hacía falta marcar terreno, Katarsis. ¿Qué pintabas tú en la nómina de As? ¿Ibas a abandonar a tu antiguo equipo?

Esta era nuestra base, pedazo de zorra-dijo a Knockout-. Cuando la tomasteis, me infiltré haciéndome pasar por mercenaria para recopilar información.

Polilla, As está en el cuarto de juegos. En cuanto abramos la puerta, tenemos diez segundos para localizar una especie de walkie talkie morado.

Katarsis se colocó frente a la puerta. Knockout la echó abajo.

As, reacciona. ¿Qué te pasa?-dijo Diez intentando tirar del brazo de As para que se levantara de la silla de ruedas de Polilla Vengadora.

Hiedra sabía qué pasaba: sus hormonas ya habían alcanzado a As y lo había puesto bajo su control. Viéndose acorralada, Diez corrió hacia la estantería en la que estaba la Caja Madre.

¡No tan rápido!

El látigo de Catwoman surcó la habitación, se enroscó a la Caja Madre y de un tirón volvió a manos de la Mujer Gata.

Ríndete, Diez de Picas. No nos hagas pasar el bochorno de tener que patearte el trasero entre siete mujeres.

Oh, venga... Esta vez soy yo la víctima. As es un psicópata que me trajo a Estados Unidos con ese teletransportador. Decía que quería hacerme su Reina. ¿Te imaginas? Con esta vieja fábrica como castillo. Siempre le faltó ambición.

Diez de Picas se sentó en un columpio de la sala de juegos. Se balanceó con las puntas de los pies en el suelo mirándolas de soslayo.

¿Me devolveréis a Inglaterra con ese teletransportador vuestro?

Escuchó a Batgirl, la chica se estaba soltando lejos del murciélago opresor y eso le gustaba.

-Eso está bien querida, veo que no has perdido el tiempo. Y toda mujer que quiera darle su merecido a Darkseid es nuestra amiga también, vamos a enseñarle lo que es bueno. -Por supuesto sabía que As no era enemigo, tan solo una molestia que les había robado algo importante, pronto lo recuperarían. Por otro lado no le extrañaba que aquella mujer prefiriese quedarse en la tierra y no en aquel feo planeta sin plantas ni vegetación.

Hiedra sonrió amablemente a Polilla que parecía entusiasmada por conocerla y además le dedicaba bonitas palabras.

-¡Uy qué aduladora! -Dijo tapándose la boca con las manos mientras fingía vergüenza.- ¡Me vas a sacar los colores! ¡Encantada de conocerte Polilla Vengadora! Tu también tienes un buen cutis, cuando tenga tiempo te haré una crema para que lo sigas conservando tan bien. En cuanto a la fruta escarchada... Prefiero la fresca, unas peras, unos melones o unos melocotones... ¡Pero probaré lo que me ofreces, por supuesto!

Hiedra cogió algo de fruta mientras miraba al resto, Polilla era muy amable pero tampoco tenía ganas de andar cargándola por ahí casi sin conocerla, por fortuna ese tema quedó resuelto enseguida.

-¡Estoy totalmente de acuerdo contigo, nos entendemos bien! ¡As es un idiota que se cree muy listo y por eso le vamos a volver a patear su trasero! ¿Verdad chicas? ¡A por él!

Contra aquel grupo As no tenía nada que hacer y mucho menos en el estado en el que lo habían dejado sus feromonas, verlo así hizo que Hiedra explotara en una carcajada.

-¡JAJAJAJAJAJA! ¡Tremendo idiota este As, y se creía listo! -Hiedra le hizo un gesto a Catwoman felicitándola por recuperar la caja madre y después se acercó a Diez.- Nunca confíes en las promesas de un hombre querida, mira en lo que quedan. ¿Hacerte reina? ¡JA! No necesitas ningún hombre para eso, tu eres suficiente capaz por ti misma. -No iba a culparla, no era la única que había sido engañada por los hombres y se merecía una oportunidad para redirigir su vida.- Londres no nos queda de camino. ¿Todas estáis dispuestas a luchar contra ese engreído de Darkseid, verdad? -Parecía que As tan solo había sido un tropiezo, pero debía agradecerle que las hubiera juntado.- ¡Eh tú! ¡Pedazo de inútil, cobarde, ladrón! -Increpó a As mientras le ponía una mano encima para aumentar aún más su influencia sobre él.- Esa silla no es tuya. ¡Levántate ahora mismo! -Sonrió a Polilla Vengadora devolviéndole su silla.- Diez ¿No querrías venir con nosotras?

Parecía que aquello iba a ser más rápido de lo pensado. Faltaba mandar a Diez a su casa y los lingotes de oro a su lugar correspondiente. Pero cualquiera decía nada del oro que había en el edificio. Harley se volvería loca y por la cara de Virtud, no iba a gustar nada que se los quitase. Colocar los lingotes en el mercado era complicado, pero sabiendo donde estaban siempre se podía solucionar después.

Así pues omití ambos comentarios, sobre todo cuando Hiedra desechó la idea de devolver a Diez a Inglaterra. Por un lado me daba pena, por otro... quiso delinquir, era el mínimo castigo que se le pudo poner. Ya no sabía ni quien iba o no a por Darkseid pero me dio pena la paliza que le dieron a AS en aquel estado.

Eran cosas que Batman no haría. Por eso yo no podía ser como ellas.

- ¿Ya sabes donde está Darkseid, Hiedra? Caja Madre, ¿lo sabes tú? - Le pregunté a nuestra caja madre de origen, aquella que tenía personalidad propia. Si me decía que no, aún tenía una posibilidad más de dar con él y era usando a Virtud de antena... para eso me había quedado al menos.

En cuanto Hiedra Venenosa, dio la orden, As se puso en pie.

Gracias, Hiedra. Me sentaré en mi silla por mí misma.

Una luz verde rodeó a la Polilla Vengadora, tomando la forma de unas alas de insecto. Se alzó en el aire, dejando la espalda de Katarsis y flotó hasta colocarse en su silla de ruedas. De pronto el fulgor se apagó, y de la Polilla Vengadora solo quedó la amable chica de siempre.

No puedo usar mi poder por mucho tiempo-se excusó-. Por eso necesito mi silla y por eso necesité que me cargaran mis compañeras. Perdón por ser tan desastre.

Empujó las ruedas con las manos para llegar al lado del Diez de Picas.

Puede que no podáis llevar a Diez a casa, pero la Fábrica también es un hogar. Siempre acogeremos a quién lo necesite, y más si se trata de una villana que busque redención. ¿Quieres fruta escarchada?-ofreció a Diez.

Y la Polilla Vengadora también tuvo unas palabras para las ¿heroínas? que les habían ayudado.

Nos gustaría ser de ayuda en vuestra guerra contra Darkseid. Pero tenemos dos compañeras heridas, nuestro amigo Mouse está desaparecido y tenemos que correr la voz para que los sin techo que acogemos en nuestra base sepan que pueden volver. Catwoman... Hiedra Venenosa... Batgirl... Muchísimas gracias. Y, por favor, la próxima vez que volváis a Coral City, venid a hacernos una visita.

Oh, mis pequeñas... Estaba preocupada por vosotras.

Se siguen abriendo portales en los últimos cinco minutos en... Borneo, Kansas, Darfur, Anhui, Mato Grosso y Bengala Occidental. Me es imposible saber si para traer refuerzos en una lucha en curso, para retirarse por una derrota o para reagrupar sus tropas de cara al ataque final.

Los canales de propaganda informan de que Darkseid se encuentra en Apokolips para realizar una ceremonia de cara a su invasión total. Dentro de una hora anuncian que Darkseid volverá a la Tierra para tener su batalla final y cobrarse la victoria.

-¡Ohhhhh! -A Hiedra le sorprendió el cambio repentino de Polilla, lástima que no fuera por mucho tiempo.- No tienes porqué disculparte querida, descansa en tu silla y si alguien vuelve a intentar quitártela se la verá de nuevo con nosotras.

Diez estaría bien allí y siempre podía ayudar a las otras chicas si quería dar un cambio a su vida. Mientras se mantuviera alejada de As seguro que le irían mejor las cosas.

-No os preocupéis, nosotras nos encargaremos de él, se ha metido con las chicas equivocadas.

Ella no se consideraba una buena samaritana aunque cuidaba de las suyas así que dejaría que esas mujeres hicieran lo mismo. Ahora lo importante era que la Caja Madre había regresado con ellas.

-Nosotras también por ti, has debido sufrir mucho en las manos de ese torpe. No volveremos a dejar que vuelva a pasar. -Las noticias sobre Darkseid parecían preocupantes así que no podían perder más tiempo.- Así que viene para su batalla final... Cajita Madre ¿Puedes saber donde exactamente se teleportará Darkseid cuando lo haga? Debemos ir a detenerlo. Será mejor que nos reunamos con las chicas y pensemos qué hacer. Claro que podríamos hacer otra cosa... ¿Sería muy loco regresar a Apokolips y patearle el culo allí? Si todas sus tropas están por aquí no debería ser difícil... Pero me gusta tan poco ese sitio... No hay ni un solo árbol. Debería ir cargada de semillas y enseñarles lo que se están perdiendo...

Antes de perderse en divagaciones se volvió hacia sus recién adquiridas amigas.

-Bueno chicas. Cuidaros mucho. Seguro que nos volvemos a ver pronto, nos quedaríamos más pero hay un hombre que quiere destruir todas las plantas de la Tierra y debemos detenerlo. Otro día quedamos para tomar el té.

No comprendí porqué llamaban a la chica de la silla de ruedas Polilla Vengadora hasta que mutó para moverse de sitio. La miré sorprendida y me dio pena que su poder durase tan poco. Era una lástima estar condenada a una silla de ruedas sabiendo que es la libertad y encima pudiendo volar.

Me alegré de ver que Caja Madre no había cambiado demasiado en las manos de AS, temía que nos hubiese olvidado o se hubiese empezado a volver malvada, pero regresó de una pieza. Lo que no me sorprendió es que aquel grupo tan variopinto no se quisiera unir a nosotras contra Darkseid. Ellas seguían cuidándose a sí mismas, no al mundo. Y no, no olvidaba el oro robado y donde estaba. Si todo salía bien, quizás recibiesen una visita de Batman para que esos lingotes regresasen a su lugar de origen.

- Espera Hiedra. - Le dije a la mujer verde antes de que nos hiciese saltar a lo loco. - Alguien se ha conectado mentalmente cuando estaba inconsciente o dormía para ayudarme y guiarme. Cuando Virtud entró en mi cabeza en la pizzería, ella volvió pero con más intensidad.

Me giré hacia Virtud. - Tienes que hacerme ese favor antes de que nos marchemos. Necesito hablar con ella. Necesito que entres en mi mente y así la atraigas de nuevo. Quizás pueda darnos más información que nos ayude a acabar con Darkseid. - Le pedí a la joven. Puede que no funcionase y fuese casualidad la conexión, pero si había una posibilidad de hablar con ella y poder comunicarme sin problemas, era esa.