Partida Rol por web

 Te encuentras a bordo de un Razor: nave de transporte por excelencia del Arca. Concretamente han salido dos razos de la nave, cada uno de los cuales está transportando a los dos equipos de exploración. Laura y tu fuisteis asignados en cada uno de los grupos. En tu caso te encontrabas siendo dirigido por el capitán Makeyn, el cual te había dado mas detalles de vuestra misión.

Cada uno de las naves atracará en distintas posiciones de la nave. En nuestro caso, nuestra misión principal es ir a a sala de hibernación principal, donde se ubican casi la totalidad de los "pasajeros" de la nave. El doctor Deveraus aqui presenta, se encargará de comprobar el estado de las respectivas cámaras. Daremos parte una vez echa la misión. Una vez terminado, esperaremos las instrucciones del otro grupo para saber que hacer a continuación.

Misión bastante sencilla. Al menos, sonaba fácil en la explicación. Dado que eras un componente esencial en el grupo, y puesto que no eras un tirador de lo más excepcional (al fin y al cabo, un médico es un médico) se te ha colocado una escolta para el viaje: la soldado Valeria O´Connor, una mujer de unos treinta y tantos años, algo arisca y de mal carácter.

Los grupos de exploración contaban en total con seis miembros cada uno (incluyéndote a ti y al piloto de la nave).

Finalmente, falta poco para acercaros a vuestro destino...

 Bien damas y caballeros, faltan unos minutos para llegar a nuestro destino. Comprueben vuestro equipo, que esté todo listo y abróchense los cinturones para el acoplamiento. Por otro lado, es aconsejable que os pongáis los trajes para salir, so riesgo de quedaros congelados en el espacio.

Doctor, ¿sabe ponerse un traje de esos?

Durante lo que dura el viaje en lanzadera entre una y otra nave, procuro mantener una expresión totalmente neutra. Me limito a darle vueltas a lo poco que sabemos sobre este problema, intentando imaginarme posibles escenarios. No puedo evitar preguntarme, poniéndome en el peor de los casos, si realmente quedará alguien vivo en las cámaras de hibernación, y, por lo tanto, si mi presencia aquí es necesaria. Casi todas las situaciones que me imagino incluyen, como causa, fallos de mayor o menor importancia en el suministro de energía. Si es algo diferente a eso, la verdad, se me escapa.

También echo varias evaluadoras miradas, de reojo, a la guardaespaldas que me han asignado. Aunque no me hace ninguna gracia la idea de que tengan que cuidarme, casi como a los niños, la tal O'Connor no parece una mujer muy locuaz... y si es así, en realidad lo prefiero.

Nos acercamos, y empiezo a comprobar mi equipo, asegurándome de que todo sigue estando en orden. El Capitán MacKeyn me pregunta si realmente sé ponerme uno de esos trajes... le miro con una ceja alzada y respondo con total frialdad: "Perfectamente, señor". Sin aguardar a que diga ni una sola palabra más, comienzo a embutirme en el traje. En unos pocos minutos estoy listo.

Ya totalmente preparado, vuelvo al sitio donde estaba, esperando la aproximación final.

Bien, doc- te dice mientras se acerca hacia el piloto. Tras un par de frases con él, asiente y se vuelve hacia vosotros- 30 segundos para acoplamiento. Agarraos bien.

 El razor realiza su aproximación y se acerca con lentitud hacia el Noe. Tras un poco de turbulencias, la nave de transporte se posiciona en vertical a la nave madre,  quedando estática en esa posición. Tras esto, unas pequeñas esclusas se abren para dejar salir varios cables que se conectan a la Noe: son cuatro en total, dos en la parte de arriba y otros dos en la parte de abajo. Una vez realizado esto, de los mismos comienza a surgir una especie de "cortina" (en realidad es metal) que se une cada uno de ellos a cada cable, formando así la cabina por la que deberéis pasar.

 Ya esta hecho, todos preparados. Cuando de la señal, el piloto abrirá las compuertas y  saldremos de uno en uno hacia la cámara. Doc, usted irá el penúltimo, siendo la última su guardaespaldas- dicho esto da la señal al piloto.

Las puertas se abren, y ahora solo tenéis que pasar un pequeño "pasillo" para llegar a vuestro destino.

 En primer lugar sale uno de los soldados del grupo que lenta pero resueltamente avanza por el pequeño pasillo dando pequeños saltos debido a la gravedad del lugar. Una vez cerca de la puerta comienza a manipularla. No logras ver que es lo que hace exactamente, pero en un instante, el soldado ha abierto la misma y pasa por el umbral. Al cabo de unos segundos se oye su voz por el intercomunicador:

Despejado- dice. Esa es la señal que esperaba el capitán, puesto que acto seguido señala al otro soldado para que vaya hacia alli, después se mueve él. Poco a poco ambos van avanzando hacia la puerta abierta.

 En primer lugar sale uno de los soldados del grupo que lenta pero resueltamente avanza por el pequeño pasillo dando pequeños saltos debido a la gravedad del lugar. Una vez cerca de la puerta comienza a manipularla. No logras ver que es lo que hace exactamente, pero en un instante, el soldado ha abierto la misma y pasa por el umbral. Al cabo de unos segundos se oye su voz por el intercomunicador:

Despejado- dice. Esa es la señal que esperaba el capitán, puesto que acto seguido señala al otro soldado para que vaya hacia alli, después se mueve él. Poco a poco ambos van avanzando hacia la puerta abierta.

 Un golpe en la espalda hace que te gires:

Adelante, no tenemos todo el dia- te espeta la chica que va a encargarse de ti durante la misión. Desde luego, no le hacía mucha gracia ese trabajo.

Aguanto la aproximación y las turbulencias sin mayor problema hasta que la lanzadera queda finalmente acoplada. Una cosa es que no sea soldado de carrera... y otra que sea un alfeñique. Pero es evidente, y lo he aprendido a base de experiencia, que los militares no son muy dados a sutilezas.

"Despejado" anuncia finalmente el primer soldado. De forma instintiva, sin ningún motivo racional compruebo que mi arma y mi equipo sigan en su sitio, y bien asegurados. Lo están. Aunque desde el principio esto me ha parecido mucho despliegue, noto ahora que todos los preparativos, el viaje en la nave y la excitación de los soldados han hecho que se me contagie el estado de ánimo general... y me sorprendo mirando la esclusa de la nave con cierta inquietud.

El empujón de mi guardaespaldas me saca de mi ensimismamiento. Suelto un resoplido más que audible, pero no digo nada. Comienzo a avanzar hacia la escotilla.

 Tu avance es algo más lento que la de tus compañeros de grupo debido fundamentalmente a que nunca has tenido que hacer este tipo de misiones.  Lo tuyo siempre ha sido atender a la gente o bien en la tierra o bien en la sala de alguna nave,  pero poco mas. Al menos esto podría servirte de una grata experiencia para contar, si a alguien le interesa.

El trecho es corto y el camino es lo suficientemente seguro como para que llegues sin mayores problemas. Te encuentras ahora en una pequeña habitación cuadrángular donde se encuentra el resto de tus compañeros. 

Bien, chicos. Estamos todos por lo que veo- dice el capitán- es hora de cerrar la puerta. No os quitéis aún los trajes hasta que no comprobemos si está todo en orden.

Uno de los soldados se encuentra examinando una breve pantalla y tocando varios botones en la misma. Al menos,  por lo que ves, la nave se encuentra todavía operativa, y  eso es buena señal. Toca varios botones y la puerta por donde habéis entrado se  cierra herméticamente. Una ligera luz ilumina el lugar donde os encontráis. Al poco rato otra pequeña puerta delante vuestro se abre, dejando ver otra habitación mucho mas amplia que en la que os encontráis.

Todo bien y en orden- dice el soldado en cuestión- podemos cambiarnos aqui sin mayor problemas. Dejénme un segundo a que encienda las luces... listo.

Las luces de esta nueva habitación se encienden, dejando ver las características de la misma: aunque lo único importante de la misma. Básicamente en ella se encuentran colgados diferentes trajes para el espacio. Os encontráis pues, en uno de los puntos por los que se puede salir al exterior. Algo lógico, puesto que es el mejor acceso para vosotros.

Muy bien chicos, ya os podéis quitar los trajes- ordena el capitán tras recibir la señal de confirmación del soldado de que todo está perfectamente.

Para cuando llegamos a la sala en la que el Capitán da orden de quitarnos los trajes, mi inquietud se ha esfumado casi completamente. Esto no es más que una nave, y la causa de tanto silencio ha de ser algún tipo de fallo mecánico. Por otro lado, si de verdad no hay nadie... bien, algo me dice que voy a tener mucho trabajo con las personas que están -o estaban- en hibernación. Pero es pronto para pensar en lo peor, supongo.

Me quito el traje rápidamente y me estiro, disfrutando de poder moverme libre y ágilmente sin el engorro de la escafandra y demás elementos. De un pequeño bolsillo del uniforme militar saco un pequeño paquetito de chicles y me meto uno en la boca. Olisqueo el ambiente, pero no consigo captar nada raro, así que será, como ha confirmado el soldado, sencillamente oxígeno.

Todo está preparado, así que me limito a esperar las nuevas órdenes del Capitán. Al acercarme al grupo después de haber dejado mi traje en una de las escotillas, le lanzo una rápida y desagradable mirada a O'Connor. Aunque sea para que no se le vuelva a ocurrir tratarme como a una mula.

 Bien. Tenemos que llegar al centro de la nave puesto que es allí donde se ubican las sala principal de hibernación- dice una vez se ha quitado el traje espacial- cuando lleguemos allí el médico hará su trabajo. No sabemos que diablos a pasado en esta nave, por lo que debemos estar preparados para lo que sea- dice mientras alza ligeramente su arma reglamentaria, una metralleta  M249 SAW- ¿entendido? En cuanto me ponga en contacto con el otro grupo nos pondremos en marcha- mirando a Valeria- tú estate atenta al doctor y que no se te pierda. 

 Asiente con la orden del capitán y cuando este se aleja se acerca hacia ti:

Hagas lo que hagas no te separes de mi o tendremos problemas- dice- si ocurre algo en la nave colócate detrás de mi, ¿de acuerdo? y si te dispones a disparar- mira hacia tu pistola- apunta bien. No me apetecen que me den por la espalda.

"Muy bien" respondo sencillamente cuando el Capitán expone el plan. Mentalmente, intento repasar las posibles situaciones con las que quizás me encuentre, pero lo descarto con rapidez. Lo que tenga que ser, será.

Y entonces se me acerca Valeria y vuelve a hacer gala de su encanto. La miro de arriba a abajo, con aire inquisitivo, y respondo: "Te temo más a ti que a esos hipotéticos problemas. Pero sí, entendido. Por lo que a mí respecta, podemos avanzar".

Haces bien en preocuparte de mi. Soy ahora mismo lo peor que puede haber en esta nave- te dice- tu mantente lejos de problemas y nuestra relación será cordial.

 Bien, chicos. El segundo grupo ha desembarcado sin problemas y se dispone a cumplir con su misión. Nosotros a lo nuestro. Asi que, vamos allá.

El capitán se acerca a la puerta y esta se abre ante él, revelando un largo pasillo con una iluminación algo tenue, pero lo suficiente para ver por donde vais.

Adelante.

 Comenzáis a caminar por el pasillo: el capitán va a la cabeza, seguido de uno de los soldados que va  mirando un pequeño aparato: es el GPS, que le sirve de mapa para la misión. Con ese aparato no tendréis problemas por ir por la nave. 

Seguís avanzando resueltamente por el camino: aquí y allá vais dejando pasillos por ver hasta que finalmente encontráis una primera habitación. Al parecer es un  pequeño almacén. Entráis en él, pero no hayáis nada importante. 

Durante todo vuestro recorrido no habéis encontrado ningún tipo de rastro humano, y eso os preocupa. Al poco rato veis otra habitación. Esta da acceso a una pequeña sala con cámaras de hibernación, las cuales se encuentran abiertas.

En medio de la sala, hay un ordenador, el cual se encuentra apagado.

 Bien, paramos aqui un segundo- os dice el capitán mientras mira al soldado del GPS- Jones, mira a ver si puedes encender ese trasto. Tal vez nos pueda ayudar en algo. Doc, supongo que sabrá usar el ordenador, ¿verdad? Tal vez pueda ayudarle a Jones. Vaya con él.- señala a otro de los soldados- vigile a la salida. 

Enarco una ceja y comento con sorna: "Cordial, sin ninguna duda. Y yo que pensaba que no había ninguna posibilidad de que nos lleváramos bien..."

No nos da tiempo a hablar mucho más, ya que el Capitán ordena que nos pongamos en marcha. Y aunque al principio inicio el recorrido con tranquilidad, sin pensar en nada en concreto, le sensación de inquietud vuelve a medida que comenzamos a explorar pasillos y entrar en salas sin que en ninguna de ella podamos encontrar rastro de vida humana. Supongo que, de alguna forma, una parte de mí seguía pensando que encontraríamos sin duda gente tras la primera puerta que abriéramos, personas que nos explicarían sin mayor problema el malentendido...

Pero está claro que no.

Finalmente llegamos a la sala con las cámaras de hibernación y el ordenador. Sin preocuparme demasiado por las órdenes que estén dando, murmuro un "Vaya..." y me acerco a uno de los compartimentos. O'Connor me lanza una mirada furibunda, supongo que intentando decirme que soy hombre muerto si me alejo de ella más de 20 centímetros, pero la ignoro por completo. Contemplo la cámara de hibernación: ¿Salieron de ellas? ¿Les... sacaron? Paso un dedo por el reborde, sin ningún motivo en concreto, y sigo mirando las diferentes cámaras con gesto de concentración.

La llamada del Capitán interrumpe -como de costumbre, ya- mis pensamientos, y, aunque tardo unos instantes en asimilar sus palabras, finalmente respondo: "Sí, por supuesto".

Cada vez más intrigado, sigo al tal Jones (al que saludo con una inclinación de cabeza al ponerme a su altura) y me pongo a su lado, frente a la computadora.