Partida Rol por web

Respiro hondo. Empujo la puerta con todas mis fuerzas y nos abro paso hacia la habitación. 

Ambos santos se ponen sus mantos sagrados y, por lo que parece, están igual que cuando os las dieron... Puede que la muerte de Atenea no las haya causado daño... O puede que no...

Yelena, usando todas sus fuerzas, logra abrir la puerta y, al hacerlo, el ruido de electricidad y descargas inundan vuestros oídos... La electricidad recorre el aire mientras véis los grandes generadores que hay en la sala.

A pesar de la cantidad de focos que hay, todos están apagados y solo lográis ver los breves segundos que las descargas eléctricas cortan el aire.

Entro en el lugar, tratando de ver algo entre las descargas y los cortocircuitos. Me pongo alerta y agudizo mis sentidos por si tengo que preparar el escudo. A pesar de las propiedades defensivas de mi armadura, es posible que puedan sobrepasarlas con creces. 

Me adentro poco a poco en busca de la criatura que vi a través del espía. Y, ya que estamos, al europeo trajeado. 

Una vez que entramos me adelanto, estoque en alto comienzo a observar para los costados, cubriendo el flanco derecho de Yelena a pesar de encontrarme unos pasos más adelante.

Si había alguien capaz de destruir energía entonces podríamos estar ante un potencial enemigo...

A medida que avanzáis por el lugar, la intensidad de las descargas eléctricas aumentan...

Si seguís avanzando, podría ser bastante peligroso...

Observo las descargas con cautela. ¿Serán mis conjuros capaz de protegernos de ellas? Lo que es más importante, ¿resistirá mi armadura ante algo como eso?

Con mirada calculadora, analizo el entorno. No, desde luego no son tan poderosas como parecen. Sólo son muy espectaculares. 

Sí, no hay duda. No tengo nada que temer. Mi armadura es lo suficientemente poderosa, aunque haya perdido parte de su poder. Sin lugar a dudas, me protegerá. Artemias está protegido por la coraza. No le pasará nada. 

- Podemos avanzar un poco más - le digo a mi compañero -. De momento no es peligroso. Si la situación empeora, te avisaré. 

-Dices que es como la bovina de Tesla? Mi maestro me dijo que hace mucho un tipo bajaba la potencia de la electricidad pero aumentaba su frecuencia de rayos o algo así, logrando la ilusión de una gran electricidad pero que no afectaba demasiado. Si dices que es seguro entonces avanzaré- dando mi confianza una vez más di un paso hacía adelante, esperando que esta vez no me fallara.

- Espera, Artemias - digo antes  de que siga. 

Me pongo delante de él antes de que avance. 

- Mi armadura tiene protección natural, déjame a mí. Así podré ir valorando la situación. Y podré cubrirnos con el escudo en caso de que algo suceda. 

En esta situación, curiosamente, yo tenía la ventaja aunque él fuera el mejor guerrero de los dos. 

Mientras seguís avanzando, notáis como algunas descargas electricas se dirigen hacia vosotros y golpean las armaduras sin haceros daños, aunque estas, al recibir los impactos, notáis como estas parecen perder el color apenas una centésima de segundo.

Aún así, seguís avanzando...

Dejé que Yelena se pusiera delante y entonces tomé su hombro y me quedé con el estoque apuntando hacía arriba, de esa forma podría avanzar, apartarla del camino y atacar rápidamente si algo ocurría.

Note que mientras avanzábamos caminando nada pasaba por lo cual tras pensar un instante le dije:

-Vayamos más rápido, nuestras armaduras soportan y supongo que puedes activar el escudo por reflejo-

Termino asintiendo y dejo que vaya delante. Me mantengo alerta mientras busco un lugar desde el que observar todo el lugar de una vez y localizar a nuestros objetivos. ¿Quizá alguna pasarela de mantenimiento?

Además, el tipo debería de estar por aquí. No hemos tardado tanto. Y esa cosa que vi estaba viva. 

- Busquemos un lugar desde el que ver esto un poco mejor. Y tienes razón, tenemos que darnos prisa. La coraza agota mis cosmos. 

Desde ahí espero que podamos localizar a nuestros objetivos antes de que sea demasiado tarde. 

Seguís avanzando por la inmensa sala mientras los rayos siguen recorriendo cerca vuestro... Un rayo de mayor magnitud golpea la armadura de Artemias y esta, tras el impacto, vuelve a parpadear un poco.

Sin embargo, un impacto similar golpea a Yelena y justo en el momento que lo hace, su armadura parpadea y el rayo la golpea superficialmente haciendo que sienta un potente pinchazo en el hombro.

Desde una de las bobinas que producen electricidad podríais ver mejor el lugar, aunque también la frecuencia electrica es mayor...

Contengo un grito mientras aprieto los dientes y me llevo la mano al brazo con sorpresa. No ha sido nada, pero puede llegar a serlo. La electricidad es más fuerte de lo que pensaba. Pero mejor dañarme yo que Artemias, mi armadura podrá sanarme. 

- Tenemos que darnos prisa. Usaré la coraza también sobre mi. Pero eso sólo nos dará la mitad de tiempo hasta que mi cosmos se agote - digo mientras concentro cosmos para protegerme de la electricidad que cada vez es más fuerte -. A partir de ahora, mejor nos alejamos todo lo que podamos de las bobinas. 

Dicho esto, termino el conjuro que cae sobre mí cálido y reconfortándome. El hombro me duele, pero pasará enseguida. En cuanto termino, le hago un gesto para que avance más rápido y sigo pendiente de las bobinas y las descargas. 

-Espera- le dije a Yelena al escuchar lo que quería hacer- no puedes teletransportarnos hasta el final de este camino de electricidad? Dijiste que tu cosmos se recargaba rápido tras ello y seguramente lo que sea que nos espere estará tras atravesar todo esto-

- No es tan fácil... - dije mientras negaba con la cabeza -. Necesito descansar para recuperarlo.  Necesito comer, dormir, en fin, llevar una vida sana. Como cualquier otra persona para tener energía. Además es un hechizo que está pensado para recorrer una larga distancia. Tiene un alcance de kilómetros. Usarlo para unos metros sería desperdiciar poder. Por eso, lo reservaré en caso de que tengamos que irnos y volver mañana.  

Creo que tengo que empezar a pensar en aprender hechizos un poco más adecuados a determinadas situaciones. Quién tuviera a Mïra ahora aquí. Ella si puede teletransportarse entre esa distancia tan pequeña sin esfuerzo. Habría sido de gran ayuda. 

- Espero que los otros estén bien - se me escapa entonces. 

Esta situación hubiera sido muy difícil sin los escudos. Los otros dos están lidiando con terremotos. Me muerdo el labio mientras una punzada de culpa me recorre por dentro. Espero que estén bien. Se suponía que yo debía curarlos. 

- Atravesemos esto rápido. Vamos... - murmuro, volviendome a centrar en el presente y el problema actual. 

Mientras siguen avanzando, las descargas vuelven a surcar el espacio y una de ellas vuelve a golpear a Yelena justo en el momento en que su armadura "parpadea", haciendo que el impacto le produzca un leve quemazón en un muslo. Por su parte, la armadura de Artemias parece que sigue aguantando, permaneciendo brillante justo cuando le llegan las descargas...

Ambos santos siguen avanzando por aquel inmenso lugar...