Partida Rol por web

Después de una rápida organización, salís junto a Yasú y Perkin hacia el monte Kingley, salís del palacio de Neylimb por una salida secreta que se encuentra oculta en las murallas exteriores, además salís disfrazados con unas capas que ocultan vuestro rostro y ropajes. De Uriel y Rhanko aún no habeis tenido noticias, pero vosotros ya estais en camino, no queda demasiado tiempo para que la luna llena salga y se abra un portal dimensional por donde entren muchas más fuerzas malignas que sin duda no tardarán en arrasar Neylimb, vuestra misión es la de rescatar al joven príncipe Gabelle que se encuentra preso en las minas de oro que se encuentran bajo el monte Kingley. Otras tropas han partido ya para evitar que Doluvik consiga abrir el portal, pero eso no es asunto vuestro, vuestra misión es clara, mientras el resto de tropas realizan ataques furtivos a las fuerzas de Doluvik, vosotros aprovechando esta maniobra de distracción entrais el las minas, que estarán menos cargadas de enemigos en teoría.

Después de varios días de viaje, donde ha sido fundamental la ayuda de Yasú y Perkin, llegais al pie de la montaña Kingley. Ocultos bajo el ramaje de numerosos arbustos que hay en la zona podeis ver que la hay una entrada principal, donde hay varios guardias al parecer orcos guardando la entrada. En la misma veis como se descarga una vagoneta con una cantidad considerable de oro, en un carro que posteriormente es tapado para que no se vea su contenido. Una vez hecho esto el jinete golpea con la fusta a los caballos que alejan el carro de allí.  Yasú y Perkin os dicen que os darán cobertura para que entreis, teneis dos opciones: Entrar por la entrada principal, o entrar por una entrada secreta que hay en la címa de la montaña. Para llegar a la entrada secreta debereis rodear la montaña y realizar una escalada, no muy dificil pero si con bastante altura, un error podría ser fatal. Sólo faltan 2 días para la luna llena.

Antares está muy serio durante todo el trayecto pensando en sus "compañeros" que no hicieron caso de sus palabras y fueron al encuentro de problemas, pensando tan sólo en ellos sin tener en cuenta la misión que acababan de recibir, como siempre. Así que a Antares no le importaría la muerte de sus "compañeros" por egocéntricos.

Antares no habla con casi nadie y se mantiene alerta por si alguien los sigue, ya tuvo bastante en su paseo por la ciudad. Y no quiere que vuelva a suceder.

Cuando llegan a la mina con la ayuda de los hombres de Mindeb y se plantea el dilema de entrar por la entrada principal o la secreta, Antares lo tiene claro y dice en voz baja:

- Creo que estaría bien probar de entrar por la entrada secreta, para eso hemos traído equipo de escalada auqnue no venga el escalador con nosotros.

La situación torna complicada. Es el momento de tomar decisiones trascendentales...

- Escalemos... todo lo que suponga permanecer en la sombra nos beneficia ahora y lo que parece ser más dilatado en el tiempo, finalmente se tornará en un ahorro del mismo... -

Cuando finalmente llegamos al punto de destino, escuchaba en silencio las opiniones de mis compañeros. Tras meditarlo un poco, estaba de acuerdo con ellos. Lo mejor sería entrar por la gruta oculta que nos habían sugerido.

-Estoy con vosotros, mientras más enfrentamientos evitemos, mejor. - Dije asintiendo. -Además disponemos del equipo necesario para ello. Sería lo apropiado. - Añadí corroborando mis palabras.

Tras unos minutos me dirigí a los acompañantes que nos habían designado. -Disculpadme, Yasú, Perkin. ¿Sabríais decirnos si la patrulla que buscaría a el resto de nuestro grupo ha partido ya? - Pregunté en tono cortés, me preocupaba aún lo que fuera de Uriel y Rhanko. Independientemente de si conseguían alcanzarnos para participar en la misión o no.

Perkin y Yasú se miran entre si -Mi señora hace días que partimos de Neylimb, seguramente salieron a buscarlos pero no sabemos nada aún hasta que volvamos. Es incluso posible que hayan partido, si los encontraron, hacia acá. Pero ahora es momento de concentrarnos en lo que vamos a hacer. Nosotros os daremos cobertura, tenemos orden de volver en cuanto vieramos la montaña, intentaremos hacer ruido en esa dirección- Dice Perkin señalando al sur.- De modo que podreis subir rodeando la montaña por la cara norte. Hay una pared que aunque es muy alta podreis escalar con relativa facilidad, después un estrecho sendero subirá hasta un poco antes de la cima donde tendreis que escalar un poco más y estareis en lo alto. Suerte, volveremos a por vosotros en dos días, nos encontrareis aquí en este mismo punto. Vamos no hay tiempo que perder- Os dice y se pierde junto a Yasú en la espesura del bosque.

Os poneis en marcha y rodeais la montaña de la forma más silenciosa que podeis; tardais una hora en rodearla pero al fín estais en la pared norte, sacais las cuerdas y os preparais para escalar.

-Gracias por toda la ayuda prestada, habeís sido muy amables, tened cuidado y buena suerte. - Les contestó la elfa a los dos acompañantes que les habían asignado cuando estaban marchándose. Deseaba que no les ocurriera nada malo mientras se encargaban de la parte de su trabajo.

Me volví hacia Antares y Delian, ahora teníamos que cumplir con la parte de nuestra misión. Les miré a ellos y la montaña que se alzaba ante nosotros. Al poco comenzé a tomar el equipo necesario de las alforjas de mi corcel.

-¿Habeís pensado cómo afrontaremos la subida? - Pregunté para empezar ha hacerme a la idea del plan que trazaríamos para ascender y llegar a la entrada oculta, cercana a la sima.

-Podríamos atarnos juntos y cubrirnos de un mal traspiés... Aunque si se diera un paso en falso... -  Me obligué a callarme, no era momento para pensar en lo peor, debíamos actuar con rapidez y decisión. Les miraba esperando sus opiniones.

Tras coger un par de cuerdas, escarpias y un gancho de escalada miro hacia la montaña a ver si hay árboles o es una montaña de rocas y piedra. Me pongo una cuerda cruzada en el pecho y con la otra ato el gancho para lanzarlo lo más arriba posible cuando empecemos el ascenso.

- Creo que el más ágil, seguramente tu Azshara debería ir delante, asegurando las cuerdas que llevamos con escarpias para que el resto tenga un ascenso más fácil, si aseguramos las cuerdas bien si alguien da un traspiés no será fatal, creo.

Una vez encordados comenzais la ascension. Mirais hacia arriba una vez os asegurais los nudos comenzais la escalada. Azshara va la 1ª, Antares después y por último Delian. Llegais a los 10 mtr.

En cuanto tuvimos el equipo listo y estuvimos firmemente atados, comenzamos a ascender. Por petición me situé a la cabeza, para asegurar la subida con las escarpias. Con un poco de esfuerzo subimos unos diez metros, así que procedí a fijar las escarpias a unas rocas que me parecieron sólidas y seguras.

Giré un poco la vista asegurándome que Delian y Antares fueran bien.

Antares coge la cuerda que ha asegurado Azshara y confiado empieza a subir sin prestar mucha atención al terreno y cogiéndose menos fuerte de lo que era aconsejable y resbala.

Antares se cae, aunque está asegurado a una escarpia, pero al llegar la cuerda a hacer presión por la caida la escarpia se rompe y Antares sale volando hacia el vacio.

Comprobando que todo estaba sujeto, oigo un ruido desagradable como algo que se descuelga al girarme veo a Delian en apuros. -¡Antares, no...- Quería gritar, pero logré silenciarme antes de montar un jaleo innecesario. No habíamos subido demasiado debía estar bien. Note un fuerte tirón en las cuerdas y con ayuda de las escarpias y sujetando la propia cuerda con una mano intenté hacer fuerza.

Azshara nota el golpe de la cuerda, se aferra a la pared y aguanta el peso de Antares que se balancea en el vacio, se golpea con la pared y vuelve a colocarse en la pared para seguir subiendo.

Antares resbala y se golpea contra unas rocas y cae de costado y con la cara en el suelo, pero tan sólo ha sido un rasguño, pero la vergüenza es mucho peor, un elfo cayendo sujeto de unas cuerdas...

master disculpa he llegado hoy estaba fuera de la ciudad todo el dia

Delian sube con gran destreza por la montaña, parece como si hubiera subido por esa pared todos los días. Mira hacia arriba observando los problemas de sus compañeros que prosiguen con la ascensión. Siente como si pudiera subir la montaña sin ningún tipo de problema.

El grupo sigue ascendiendo, la montaña entraña su dificultad, no será tan sencillo como esperaban el llegar a la cumbre. El viento susurra a su alrededor. Por suerte la temperatura es agradable y el sol brilla en el cielo. El grupo después de un rato de escalada, poniendo escarpias, colocando bien las manos, vigilando el peso y la colocación correcta de los piés, llegan hasta los 20 mtr.