Partida Rol por web

 La joven ve como Jarael se pasea por el lugar, con una mezcla de excitación y de tranquilidad.

 - Hace mucho que no lo veo así. Es más, es muy raro, no le gustan nada las ciudades... y este lugar debería incomodarle... pero es como si notara algo... a alguien más bien. Alguien que estuviera con grandes felinos.- La jonven finalmente mira al resto de los compañeros.- Por aquí se ha movido alguien muy especial.

A una orden de Jonova, Jarael (el jaguar) empieza a moverse por la ciudad, olfateando algo, como si fuera un perro. No es normal que una pantera pueda seguir un rastro con esa facilidad, lo que resulta poco tranquilizador.

El rastro se mueve errático por diferentes barrios del Gran Bazar (la zona baja de la ciudad) y después sube hacia la zona alta, dirigiéndose directamente al palacio del Emir de Ibeq (el palacio donde os encargaron la misión). El jaguar se acerca a un rincón del palacio, y se queda allí tirada en el suelo, aparentemente entre feliz y desconcertada.

 La joven mira hacia la parte superior de la muralla, buscando algun asidero o un lugar adecuado desde el que atar un cuerda o deslizarse.

 Luego mira de nuevo a Jarael y un gesto divertido danza por unos instantes en la miradaa de Jonova, es la priemra vez que notáis cierto divertimiento en su persona.

 - Todo eso me lleva a una conclusión, tal vez no sea la más acertada, pero es bastante fea. Una implicación directa por parte de alguien del palacio con ese asunto.- Mirando al resto añadae.- Mediamano tenía más razón de la que hubiera gustado. ¿Alguna sugerencia, algún paso a seguir? ¿Tal vez regresar a la plaza y preguntar por si alguien vio algo?

Raffius ha recorrido el camino de vuelta nervioso, y cada vez más inquieto. Esto cada vez se parece más a una de esas historias que se suelen contar a los niños en su zona donde, como en todo cuento de pobres, el rico es el malo y el pobre es el bueno. Hay sutiles diferencias, claro, como que esta vez parece que el rico es el malo y el rico es el bueno, y el bueno ya está reuniéndose con sus ancestros, pero eso son nimiedades a los que no se les suele prestar atención. Por otro lado, está encantado con el gatete grande y moteado que tiene la muchacha, pero aún le da cierto miedo o respeto acercarse. De todas formas ha pasado casi todo el camino sin prestar atención a su entorno, mirando con atención los elegantes movimientos del felino, las estilizadas y musculosas patas y el brillante pelaje en el que contrastan el áureo color de un rey con el porte del negro. Raffius está ensimismado, hasta hipnotizado por el animal, en el que ha empezado a fijarse cuando empezó a rastrear el olor*, pues antes estaba demasiado excitado con la perspectiva de la investigación como para darse cuenta de su presencia.

- Perdone, señora -se dirige tímidamente a Jonova- ¿dónde encontró ese magnífico gato? Es sin ninguna duda la cosa más bella y elegante que he visto en la vida. Si algún día fuese rey, o al menos emir, me gustaría tener uno parecido. ¿Es peligroso? -titubea, sonrojado- ¿...podría... podría acariciarlo? Si usted me deja, por supuesto... pero me haría tanta ilusión...

Cuando se da cuenta de que han llegado a palacio, más porque casi se choca contra las murallas que por aguda percepción, vuelve a la realidad y se queda pensativo unos segundos, considerando qué significado tiene la sucesión de acontecimientos. La respuesta parece evidente, cristalina:

- El malo vino aquí despues de aquello. Es de palacio...

...que raro... -bendita inocencia

- Imagino que será algún guardia traidor o algo así...

Jonova, pequeñajo. empezó el enano pasándose una mano por su calva cabeza mientras miraba el muro del palacio. ¿No sería mejor mirar si hay algún tipo de entrada, bien sea oculta o a la vista? Si es una entrada oficial, sabremos al menos quién tiene permiso para pasar por ella. Si está escondida, sabremos por dónde seguir.

 La muchacha miró el joven y tímido Raffius, preguntando de Jarael, durnate el paseo ya se había fijado en la fascinación que esta había sentido por el jaguar.

 - No es un gato, es un cazador. Y no está domado, no lo tomes por un animal de compañía. Ahora está saciado y no tiene hambre, pero si lo tuviera, yo de ti no me acercaría mucho...- Mirando al felino la joven sonríe de forma fresca y franca.- Hace varios meses que estamos juntos, desde que tuvimos un pequeño incidente me acompaña. Es muy protector. Pero eso ya es otra hisotria.

Jonova, pequeñajo. empezó el enano pasándose una mano por su calva cabeza mientras miraba el muro del palacio. ¿No sería mejor mirar si hay algún tipo de entrada, bien sea oculta o a la vista? Si es una entrada oficial, sabremos al menos quién tiene permiso para pasar por ella. Si está escondida, sabremos por dónde seguir.

 La joven de pelo castaño asiente.

 - Ya que estamos aquí demos un vistazo Pero sugiero hacerlo de forma discreta, en medida de lo posible.

El enano se acercó a la pared, moviéndose lentamente para tratar localizar alguna puerta secreta o una apertura realizada a posterior. No todos los Skars somos valientes guerreros. dijo dándose una palmada en el pecho al descubierto. Mi hermano Folk'hum, por ejemplo, le dio por la construcción y trató de enseñarme las bases de su profesión de forma que fuese útil a la hora de asaltar ciudades. Al menos no le dio por la poesía como a un elfo de esos...

Al igual que Jonova, Dorwas y Raffius también pasa unos minutos comprobando el muro, pero tampoco parece apreciar nada fuera de lo común.

¿Y aquí desaparece el rastros, sin más ni más? pregunta Dorwas extrañado. Tenemos acceso al palacio, podríamos entrar y localizar la parte alta de esta muralla desde dentro, quizá tu amiguito dice a Jonova pueda ser capaz de seguir el rastro desde arriba.

- Mmm... yo podría trepar ese muro... con facilidad... -dice Raffius, pensativo- Es una opción... Y es concretamente la opción a la que yo recurriría. Además de que no veo otra opción lógica que no implique... magia...

- Claro que eso significaría que el individuo -en boca de Raffius esa palabreja parece hasta un término ofensivo- es tan ágil como yo, lo cual dudo -y sonríe dulcemente.

 La joven mira con curiosidad a Raffius.

 - ¿Seguro que podrías subir con tanta facilidad? No me parece que sea una cosa tan sencilla... De todos modos la sugerencia de Dorwas me parece más sensata. Vayamos allá arriba y veamos si Jarael puede seguir el rastro desde ese punto.