Partida Rol por web

Las palabras de Logan le hicieron fruncir el ceño. Joder, estaba claro que ella no era una gran pensadora, por eso nunca era el cerebro de las operaciones complejas.

- Entonces sí que podría ser un profesor - dedujo. ¿Y por qué no lo había hecho antes? Claro que ahora la ciudad ya estaba lo suficiente alborotada. Pero era extraño que estuviera haciendo aquello sin pizca de disimulo -. Mmmm... no sé - miró a Jay pero tampoco parecía ser un gran pensador. Y esperar que Logan lo fuera por los dos no le seducía. Se encogió de hombros -. Supongo que no queda otra que irse a dormir... o a leer - con lo mal y poco que había dormido aquella noche, se veía otra noche igual -. Si hay la posibilidad de que sea algún profesor seguramente será alguno de los que pasa menos desapercibido. Incluso de los que no tienen poderes. En fin, lo pensaré. Pero puede que lo más normal fuera que cada uno siguiera a un profesor sospechoso. Aunque eso será...mañana.

Jay cedió fácilmente a la aclaración de Brooke, pese a que tampoco hacía tanto que se había graduado de la universidad no era del todo consciente de la situación de los nuevos estudiantes, más aún con toda la seguridad que había ahora mismo, lo cual podría haber afectado de alguna forma la condición de los estudiantes. De todas formas Jay siempre había sido muy perro y no paraba nunca quieto en un solo sitio.

— Ahá, así que de momento nos centramos en los profes... — Dijo volviendo a prestar más atención al teléfono móvil que a su alrededor, el cual volvió a sacar para informar de nuevo a Alex y no dejar al otro grupo colgado con la idea de centrarnos en los alumnos. Enviado el mensaje asintió a lo que dijo Logan, la noche estaba al caer y después de estar todo el día con el tema de Viper y el ladrón lo mejor sería descansar un poco. Aun así, pese a que también estaba de acuerdo con la idea de Brooke de investigar a los profesores, algo más pasó por su cabeza.

— Pero espera, ¿a vosotras ese tío no os atacó de noche? — Preguntó, no recordaba muy bien como había sido la cosa, pero le sonaba de que el ataque de Alex y el de Brooke eran dos totalmente distintos. — Si llegaron a atacarte a ti y a Alex es que igual quiere algo de vosotras, ¿no será mejor que paséis la noche juntas? Fijo que Yuuka se apunta a ayudaros.

Alrededor de un minuto después un nuevo mensaje hizo sonar el móvil de Alex.

— ehh olvidate de los alumnos que igual el ladron es un profe!!

Profesores o alumnos. Le daba la sensación de que no estaban escogiendo en base a un criterio demasiado firme pero mejor no pensar en ello demasiado. Si ahora habían escogido profesores, igual mejor centrarse en ello o estarían cambiando de opinión cada cinco minutos.

- No, a Rose y a mí nos atacó por la tarde y a Alex por la noche o a primera hora de la mañana, según se vea. Además...ya tiene lo que quería de Rose y de mí, y por lo visto no eran nuestros poderes - se encogió de hombros. No le gustaba compartir su espacio con la gente, no iba a irse a dormir con ellas ni a confiar su vida en nadie más si podía evitarlo -. Creo que voy a intentar leer el tostón este así que nada. Me da que me pasaré la noche despierta, dudo que me pillen por sorpresa.

Alex no se esperaba que aquello se torciera de aquella forma, los soldados les querían detener por asesinato y James quería luchar contra ellos, realmente aquello era de locura, ellos eran inocentes, pero si hacían eso parecería todo lo contrario, sin dejar de mirar a los soldados dice:

- No, eso es peor, no hemos hecho nada, por lo que no tenemos nada de lo que huir

Realmente no sabía muy bien que hacer, no quería una lucha que pudiera dejar heridos así que mira a James y dice:

- Marcharos, yo les acompañare y les haré entrar en razon

Tras un buen descanso, el olor a comida despertó a Nataly y pudo ver en el reloj que ya era la hora de comer. Al levantarse e ir al salón, pudo ver que su hermana y estaba colocando la comida en la mesa, pollo frito a domicilio. No era la mejor comida del mundo pero estaba rica y no necesitaba de cocinar.

- Buenos días dormilona, ya tienes mejor pinta. A comer.

Tras una rápida comida y una dicha, las dos estuvieron listas para irse de misión. Y menos mal que ya se estaban preparando porque poco antes de que terminasen sonó la puerta. Frank y Astrid habían ido a buscarlas porque tardaban mucho, pero tras unos minutos de espera los cuatro salían de allí en dirección al aeropuerto a tomar un avión a Egipto y por el camino Frank comenzó a explicar la misión que habían escogido, y antes o después de ir a por el casco tendrían que hacerla.

- La misión no parece ser muy difícil y es justo en el pueblo que está alrededor de la pirámide. Al parecer se han visto manadas de bestias con forma de minotauro por la zona y tras rastrear su origen se ha detectado en el pueblo, por lo que hay que encontrar el portal origen del que salen y desestabilizarlo.

 Aun después de tantos años, el poder de Last o lo que quisiera que fuese que hiciese en su día, continuaba teniendo efecto y causando que portales a otras dimensiones por donde entraban las bestias se continuasen abriendo de vez en cuando y aunque cerrar uno de ellos no era una tarea fácil, había cosas peores y realmente solo consistía en lanzar algunos explosivos a este, lo cual con Frank era bastante fácil.

Un jet les estaba esperando. Era el vehículo más rápido del lugar y estaba equipado con la última tecnología que le permitía llegar a toda velocidad a cualquier lugar. Tardaría tan solo un par de horas en llegar a Egipto y, cuando acabasen y avisasen, tardaría un par de horas en ir a recogerlo, pero debido al precio de estos había que asegurar la zona o el avión no paraba, simplemente daba un par de vueltas en el lugar y se iba. Tras aquella sensación en el estómago que se tenía en el despegue, tras acostumbrarse a la velocidad los cuatro chicos solo tenían que esperar a que una luz roja se encendiese para saltar en paracaídas sobre su objetivo.

Brooke ya habia decidido irse a casa y se estaba preparando mentalmente para una laaaarga sesión de lectura, por lo que ignoró la pregunta de Jay y se fue a su casa. Yuuka, viendo que Brooke se iba sola, se despidió de los chicos con la mano y salió corriendo detrás de esta. Sabía que su compañera de piso no iba a dormir en casa, por lo que se quedaría con Brooke por si pasase algo y ya de paso, no estar solo.

- No os preocupéis, yo me quedo con ella ¡Hasta mañana chicos!

Tras aquello, Logan se quedó pensativo unos segundos, no conocía mucho a Jay y por su actitud no parecía ser el tipo de persona con el que se llevaría bien por lo que simplemente le dedicó una sonrisa antes de despedirse.

- Yo también me voy a ir a descansar, llevo con mi poder activo desde primera hora de la mañana y estoy bastante cansado, además, tú tienes mucho que leer ¡Hasta mañana!

Tras eso, se despidió y se fue.

Mientras Brooke iba de vuelta a casa, Yuuka le alcanzó a la carrera y se colocó a su lado a caminar.

- Iré contigo, probablemente Rachel se haya ido a dormir con su hermana y no quiero quedarme sola, además, así es más seguro para ti también, pueden atacarte otra vez.

Brooke conocía poco a Yuuka, pero sabía lo cabezona que era y la acompañó hasta casa sin importar las quejas de esta, era la típica persona que cuando ya había decidido algo lo hacía sin importar lo que pensaba la otra persona y no hacía falta hacer muchas misiones para darse cuenta de aquello.

William se sorprendió ante las palabras de James y no fue capaz de activar su poder y Alex tenía la intención de intentar mediar pero no hubo tiempo para ello pues antes si quiera de que James se transformase una lluvia de disparo cayó sobre los tres y de pronto, todo fue oscuridad para ellos.

James se despertó todo aturdido. Estaba sentado en una silla esposado a ella, le habían quitado todas sus cosas y llevaba puesto ropas de preso y un collar de supresión, uno de esos collares que se usaban antaño y que suprimían el poder de quien lo usaba. Debido a que tenía una pequeña aguja en la zona de la médula, si se intentaba arrancar causaría un desgarre mortal antes de que el usuario pudiese usar poder alguno.

- Buenos días - dijo una voz, probablemente de un soldado - Ahora vas a contarme que hacías ayer con los muertos y lo más importante, te has resistido al arresto.

Alex se despertó toda aturdida. Estaba sentada en una silla esposada a ella, le habían quitado todas sus cosas y llevaba puestas ropas de preso y un collar de supresión, uno de esos collares que se usaban antaño y que suprimían el poder de quien lo usaba. Debido a que tenía una pequeña aguja en la zona de la médula, si se intentaba arrancar causaría un desgarre mortal antes de que el usuario pudiese usar poder alguno.

- Buenos días - dijo una voz, probablemente de un soldado - Ahora vas a contarme que hacías ayer con los muertos y lo más importante, te has resistido al arresto.

Por lo que había dicho Brooke parecía que el ladrón buscaba en ella y la otra chica otra cosa aparte de sus poderes. Le hubiera gustado preguntar que quería de ellas pero sintió que aquello podría desencadenar algún tipo de reacción no deseada, así que escondió el rabo entre las patas y se limitó a escuchar y a despedir con un gesto de mano, si Yuuka estaba con ella no debería ocurrir nada malo, así que su pequeño trato con Alan por hoy había finalizado. Ahora que las chicas se habían despedido solo quedaba Logan y él.

— Jeje, sí, hoy me va a tocar... Leer un poco. — Puesto a que todos se habían llevado sus correspondientes libros para empezar a leerlos hoy por la noche sería mejor no decir nada acerca del favor que le había hecho su compañero de piso. Si llegaban a descubrir del marrón que se había librado igual su cabeza acababa en una pica. Dicho eso también se despidió de él y finalmente quedó solo.

— Te odia. Aun con la situación actual
prefiere volver solo que contigo. Te odia mucho.

Pese a la ganas que sintió de golpear a su réplica decidió ignorarle y poner rumbo hacía su apartamento. La noche estaba al caer y quería ver si Alan había encontrado algo más en el libro, además de comentarle que Brooke estaba a salvo. También quería volver a visitar a Rend en el coliseo para pedirle consejo, pero por alguna razón su instinto le decía que esperase a mañana por la mañana.

Todo pasó tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar, de repente la oscuridad me atrapó y cuando desperté estaba esposado a una silla, sin mis amigos y para colmo con un collar de supresión. Me tomó unos segundos recuperarse del aturdimiento, pero cuando lo hice maldije el hecho de estar en esa situación. ¡Estúpidos soldados, mientras estoy aquí ese desgraciado puede estar matando más gente! Apreté los puños de la frustración pero no hice intento por luchar para librarme de las esposas, sabía que teniendo el collar sería inútil. 

El tiempo se agotaba y no podía seguir allí así que no demoré en responder.- Estuve con ellos junto con William Turner cuando evitamos una pelea entre un grupo de varios chicos contra Alex Jeung y Segey Ivanov. Decir el nombre de éste me dolió, seguía sin poder creer que hubiera muerto. Los vimos discutiendo y llegamos a intervenir, por suerte no pasó a mayores y la cosa quedó ahí. Segey y Alex se fueron a su apartamento y William y yo al nuestro. Esa noche salí y fui a un restaurante y al cine, la mañana siguiente fuimos con Will a hablar sobre una misión, las recepcionistas de ese lugar podrán corroborar lo que les estoy diciendo. Como verán no hay forma de que William o yo hayamos sido los asesinos. Un terrible pensamiento cruzó por mi cabeza al decir la palabra asesino, temí por la vida de Diana y eso me hizo enojar, golpee la mesa con mis manos esposadas y añadí.- ¡Me resistí al arresto porque cuando lo hicieron estaba por encontrar al verdadero culpable de todo eso antes de que ataque a más héroes!

Cuando se despierta se queda un poco aturdida, no se esperaba aquella situación, sabía que era ese collar y también sabía que con ella no era necesario, aún estaba un poco aturdida cuando el soldado entra y le habla, realmente no se creía lo que estaba diciendo, le mira y aunque estaba nerviosa tata de tranquilizarse y dice

- Sabe que este collar es demasiado... No hace falta ya que no puedo usar mi poder si no tengo a un héroe cerca y me da permiso para usarlo... Pero bueno...

Mira hacia delante, lo que le habían dicho de que se había resistido no era cierto, así que dice:

- Miente, yo no me he resistido a nada... De hecho, acudí a ayudar con la investigación... Además, ¿creen en serio que yo podría matar a toda esa gente usando hielo y lo haría en mi propia casa?

Decía en un tono evidenciando que lo que decía era algo de sentido común y de lógica aplastante.

Descansada y preparada. Nataly se puso su mejor armadura y pasó concentrándose, a solas, un buen rato en la habitación. Era una rutina que solía hacer cada vez que iba de misión. Y es que le ayudaba a sentirse más preparada y a calmar su personalidad imprudente. 

Cuando se reunieron con Frank y Astrid, escuchó lo que tuvieron que decirle sobre la misión elegida:

- Bueno, recordad que esa misión es secundaria. No deberíamos gastar energías contra esas bestias antes de hacernos con el casco.- ese era el plan. Primero el casco y después las bestias.- No sabemos qué nos podremos encontrar en esa pirámide, así que tenemos que entrar al 100% a ser posible.

Cuando llegaron al jet, Nataly se sentó y se abrochó el cinturón con rapidez y maestría. Ahora que el viaje estaba más cerca se sentía más nerviosa. Y no precisamente por ella, sino por Brooke. Cerró los ojos y miró hacia arriba, pidiendo solo una cosa:

- Que se mantenga a salvo...

Había pretendido marcharse por su cuenta pero de repente se encontró con que alguien la seguía. Al principio no le dio mayor importancia y se dedicó a seguir fumando mientras ignoraba a Yuuka. No podía evitar pensar con diversión que si no fuera porque le parecía una cría hiperactiva y porque de repente a ella le había salido una novia, en lugar de estar deseando que se largara estaría intentando llevársela a la cama. Sin embargo, como sus deseos no se estaban cumpliendo y ella misma había descartado lo segundo, decidió tomar cartas en el asunto en cuanto llegó a la puerta de su casa.

- Ei fierecilla, se te da de puta madre enchufarte, ¿eh? Si te quedas te voy a hacer dormir en el suelo. Tú verás - aunque mejor ella que la china. Ninguna de las dos le hacía puñetero caso pero Yuuka parecía algo más larga de entendederas. Abrió la puerta de la casa y estuvo tentada de cerrársela en las narices pero acabó por rodar los ojos y dejarla abierta -. Tienes suerte de que no me apetece una mierda discutir contigo, que es lo que pasaría si te cierro la puerta ya que tú me la destrozarías con tus garras, ¿no?. Haz lo que te pete. Pero ignórame.

Tras decir aquello sacó el libro y fue a sentarse en el sofá justo para recordar que ya no había. Gruñó, observando los restos carbonizados del mismo, antes de marcharse a la cocina en busca de algo de comer.

- O por lo menos hazme la cena - gritó desde ahí.

Yuuka Yuzaki, la chica con garras metálicas y súper regeneración, Rachel Reckless, una chica capaz de acelerar la objetos orgánicos, Logan June, un estudiante con sentidos superiores incluso a los de los animales, Alan Crowell, el chico perfecto, William Parker, el chico de las barreras indestructibles, Jay Jorvath, el chico cuya sombra vivía independiente a él, James Garner, el hombre de plata, Alex Jeung, la chica capaz de tomar prestado cualquier poder, Nataly Reckless, la chica que también era Nate Reckless y Brooke Sullivan, la chica capaz de crear una dimensión con reglas propias, se reunieron con una sola cosa en mente, acabar con Viper. Aunque también tenían un problema añadido, el espía de Viper que era capaz de robar poderes y mataba neohumanos.

Tras reunirse, Jay les contó su plan: necesitaban cinco poderosos artefactos y cinco de ellos eran de los pocos capaces de usarlos. La armadura de Lunion, capaz de generar gravedad, para James. Los guantes de Myah, capaces de minimizar y bloquear poderes para Alex. El casco de Friggnos, capaz de intercambiar capacidades para Nataly. Los brazaletes de los gemelos Resbuss, que permiten mayor control de las leyes físicas para Brooke y el bastón de Ignuss, capaz de convertir en ceniza todo lo que toca.

Tras la reunión y repartir Jay unos libros, las hermanas Reckless se fueron, Alan se puso a hacer el vago y el resto de dividieron para buscar al espía. El grupo formado por Brooke, Jay, Yuuzuka y Logan no logró mucho éxito y finalmente se separaron, yéndose las dos chicas a casa de Brooke y Logan por su cuenta, dejando al pobre Jay solo.

Llego a casa se encontró con Alan tirado en el sofá, comiendo nachos y viendo la tele, mientras todos se esforzaban él no parecía dispuesto a hacer nada para encontrar al espía y cuando vio a Jay acercarse y agarrar su libro añadió sin dejar de comer.

- A mí no me mires, avísame solo cuando vayamos a irnos, no me gusta investigar y esas cosas y menos de gratis.

Sin muchas más opciones, pues cuando Alan estaba con esa actitud, nada podía hacerle cambiar de opinión, Jay tenía una larga noche de lectura pendiente.

Ignuss, aquel inútil masoquista. Al principio no se llamaba así y antes de que las bestias llegaran era nadie, un desecho social que cuando no estaba borracho o drogado, estaba ambas cosas y vivía de ayudas sociales en un apartamento de mala muerte. Cuando empezó la invasión, se quedó tirado en el suelo de la cocina su casa, pensando que era inútil hacer nada para sobrevivir y emborrachándose y lanzando las botellas que se iban acabando contra la pared. Minutos después, mientras una bestia hacía estragos en su edificio y escuchaba los gritos de terror y de sufrimiento de sus vecinos, el fuego, que se habría originado en el caos en alguna de las casas llegó a la suya y pronto, debido a las manchas de alcohol que había por doquier, todo estaba en llamas e Ignuss cerró los ojos, dispuesto a morir mientras pensaba, que al menos al ser masoquista, disfrutaría de ello.

El fuego le quemó e hizo estallar la botella que había en su mano. Comenzó a toser fuertemente mientras su cuerpo borracho comenzaba a arder a alta velocidad y tras unos segundos retorciéndose entre las llamas se dio cuenta de que no sentía ni dolor ni placer. Se levantó y observó su cuerpo. Las llamas quemaban sus ropas y el alcohol y drogas que había dentro de su organismo, pero su cuerpo no se estaba dañando, estaba aceptando el fuego, y no solo eso, si no que se sentía mejor que nunca, con una mente más clara y entonces se dio cuenta, él era el señor del fuego y no tenía que quedarse allí esperando su muerte, ni si quiera temer a las bestias.

Salió de su casa, encontrándose con aquella bestia en las escaleras, a la que destrozó de un potente puñetazo… el fuego le volvía más rápido, más fuerte y más resistente… pero su cuerpo lo absorbía y bastante rápido, así que necesitaba ir acercándose a las llamas del camino para que su recién descubierto poder tuviese sustento.

En la calle parecía haberse desatado el fin del mundo y entonces… algo cayó del cielo, perforó de un lado a otro a una bestia y se clavó en el suelo. Cuando la bestia tocó el suelo ya era solo polvo y el suelo se habría vuelto negro a varios metros de distancia desde donde había caído aquello.  Se acercó curioso y allí encontró un bastón que aunque parecía de madera estaba fuertemente clavado en el asfalto y no tenía ni un rasguño, miró al cielo siguiendo la posición del bastón para ver de dónde podía haber caído aquello.

El sol. Lo que había en aquella dirección era él sol, y aquello, que parecía contener una porción de su poder, era un complemento ideal para él. Lo agarró y lo arrancó del suelo, contento por haber encontrado un buen complemento a su poder, pero entonces su mueca cambió, aquel calor era demasiado, su carne comenzó a tornarse negra y sus venas comenzaban a brillar como si estuviesen hechas del fuego tras gritar de dolor perdió la consciencia.

Despertó, aun agarrado al bastón y aunque su cuerpo continuaba con aquel aspecto ya parecía haberse acostumbrado a aquel poder. Se limpió la ceniza que tenía por encima, se encontraba en un desierto de ceniza ¿Dónde habría algo así? Al ver las montañas y demás accidentes geográficos que tenía a su alrededor, logró situarse. Continuaba frente a su apartamento.

Se fue de allí mientras investigaba su nuevo poder, un poder que le permitía destruir todo lo que quisiera. Se auto denominó Ignuss, el dios del sol y de alguna forma, en aquel viaje muchos adoradores comenzaron a unírsele en su viaje y tras varios años, a su alrededor se había formado una nación de humanos y bestias que le adoraban como un dios, aunque el más destacable de todos es Lyus, su fiel y primer amigo, cuyo poder eran las sombras y al ver su poder tras decirle "cuanto más grande es la fuente de luz, más grande son las sombras, tu poder me da poder"

Acabaron viviendo en Rodas, una ciudad de Grecia y no por casualidad. Ignuss sabía que allí se había construido en el pasado un enorme coloso en honor al dios del sol, por lo que allí viviría el dios del sol y su ciudad, y no solo eso, si no que hizo construir un nuevo Coloso, pero esta vez más grande y en honor a Él mismo.

Pero cinco años después, Ignuss murió, consumido por su propio poder. Pero su amigo Luys, en su honor, obligó a todos los habitantes de la ciudad a acabar la estatua para sepultar a su amigo en la cabeza de este y, para que no estuviese solo en la próxima vida, encerró a todos los ciudadanos y a él mismo dentro de la estatua, menos al que obligó a escribir esta historia.

Yuuka Yuzaki, la chica con garras metálicas y súper regeneración, Rachel Reckless, una chica capaz de acelerar la objetos orgánicos, Logan June, un estudiante con sentidos superiores incluso a los de los animales, Alan Crowell, el chico perfecto, William Parker, el chico de las barreras indestructibles, Jay Jorvath, el chico cuya sombra vivía independiente a él, James Garner, el hombre de plata, Alex Jeung, la chica capaz de tomar prestado cualquier poder, Nataly Reckless, la chica que también era Nate Reckless y Brooke Sullivan, la chica capaz de crear una dimensión con reglas propias, se reunieron con una sola cosa en mente, acabar con Viper. Aunque también tenían un problema añadido, el espía de Viper que era capaz de robar poderes y mataba neohumanos.

Tras reunirse, Jay les contó su plan: necesitaban cinco poderosos artefactos y cinco de ellos eran de los pocos capaces de usarlos. La armadura de Lunion, capaz de generar gravedad, para James. Los guantes de Myah, capaces de minimizar y bloquear poderes para Alex. El casco de Friggnos, capaz de intercambiar capacidades para Nataly. Los brazaletes de los gemelos Resbuss, que permiten mayor control de las leyes físicas para Brooke y el bastón de Ignuss, capaz de convertir en ceniza todo lo que toca.

Tras la reunión y repartir Jay unos libros, las hermanas Reckless se fueron, Alan se puso a hacer el vago y el resto de dividieron para buscar al espía. El grupo formado por Alex, James y William volvió a casa de Alex, pero allí se encontraron con el ejército pero James se puso a la defensiva y la tensión de los soldados causó que todos dispararan a los chicos y estos acabaron arrestados.

Alex despertó en una habitación en la cual fue interrogada. El soldado comenzó a hacer varias preguntas, algunas relacionadas con los acontecimientos y otras que parecían más aleatorias. Tras aquello, la metieron en una celda con solo algunas de sus pertenencias, entre ellas el libro y sin nada más que hacer o forma de hacer cambiar de idea a los soldados, comenzó a leer.

Myah murió el día que las bestias llegaron a nuestra dimensión, pero no fue la única, todo ser vivo de la ciudad murió, decenas de miles de humanos, centenares de bestias y decenas de héroes, lo que un día fue una gran ciudad de algún país se volvió roja. Y Myah renació, pero con un cuerpo nuevo, uno formado con todos los cuerpos de la ciudad, lo cual la transformaron en una abominación, eso suponiendo que su cuerpo original fuese el que normalmente usaba.

Aquella mole de carne avanzó por varias ciudades ampliando su tamaño hasta que un día algo llamó la atención de varias docenas de sus ojos y al acercarse más encontró dos diminutos guantes que hizo que uno de los cuerpos formados por la masa de cadáveres se pusiese. Se concentró en aquellos guantes y descubrió el poder de estos, poder que usó en sí misma. Su cuerpo comenzó a plegarse sobre sí mismo, metiéndose unos cuerpos dentro de otros una y otra y otra vez hasta que solo quedó un solo cuerpo, uno femenino y esbelto, que observó sus guantes, sonrió y comenzó a levitar.

No solo podía sellar su poder para tener un solo cuerpo, si no que podía hacerlo solo parcialmente y poder usar los poderes de los cuerpos que formaban su verdadero cuerpo, la otra parte de su poder. Myah comenzó a viajar tras aquello, matando siempre diariamente a varias criaturas diariamente, por desgracia tenía que comer para mantener su verdadero cuerpo y eso solía hacer que le fuese difícil socializar con alguien.

A medida que iba pasando el tiempo, se acostumbró a su poder y comenzó a ser capaz de usar cada vez más poderes de sus cuerpos a la vez, dándole el aspecto de una diosa, siendo extremadamente bella, levitando, con luz propia, pudiendo hacer cualquier cosa y además, volver a prácticamente a cualquiera un simple mortal sin nada de especial con desearlo. Desplazándose por el mundo a altas velocidades, muchos rumores comenzaron a aparecer sobre ella en más de un sitio y antes de que se diese cuenta era adorada como una divinidad.

Curiosa sobre aquello, decidió que sería divertido ser tratada como una y que por ello tendría un gran castillo y viviría rodeada de sus adoradores. Viajó a aquellos lugares donde se la adoraba y dio el gran mensaje, crearía un jardín flotante en donde viviría y todo aquel dispuesto a adorarla podría vivir y se marchó hacia el amazonas, donde con su poder creo literalmente lo que había dicho, grandes masas de tierra flotando sobre los cielos unidos por puentes colgantes, miles de plantas distintas de todos lugares del mundo o que Myah creó, y una gran ciudad a su alrededor.

Con el paso del tiempo, a Myah se la dejó de ver, aunque aquellos jardines flotantes, que, debido a que los de las historias de Babilonia ya no existían, habían heredado su nombre, continuaban existiendo y los poderes de Myah continúan manifestándose, aunque todos saben que Myah ha muerto, pero se refieren a ello como que "ha ascendido".

De camino a casa Jay anduvo con las manos en los bolsillos y la cabeza girando en vano de un lado a otro en busca de alguna señal del ladrón. Pese a que no era esa la sensación que daba, Jay no estaba preocupado en exceso por volver solo a casa durante aquellas horas de la tarde, más bien le estaba dando importancia al asunto de los artefactos. Ir todos a por uno era lo más seguro, pero si hacían aquello se quedarían sin tiempo. Dividir el grupo en cinco era la alterativa más rápida, pero también peligrosa; en parejas o tríos era prácticamente un suicidio dirigirse a lugares desconocidos. La opción que se encontraba en medio era ir a por dos artefactos al mismo tiempo, quizá de esa manera ni el número de integrantes o el tiempo restante fueran a convertirse en un problema. Hasta llegar a su casa siguió dándole vueltas al asunto sin sacar una conclusión en claro, lo mejor sería que los demás decidieran qué sería lo mejor. Excepto James, que si por él fuera metería a media ciudad de por medio para conseguir ayuda.

Una vez entró en el apartamento se dirigió al comedor donde el ruido del televisor le advirtió problemas. Ahí estaba Alan plantado el sofá mientras comía guarrerías y miraba el televisor. El libro también estaba ahí, descansando cómodamente en la mesita. Jay recriminó a Alan con una mirada y su respuesta dejó bastante claro que no iba a tocar ese libro.

— Oh, Alan, eres tan cruel, sabiendo que yo podría pagarte con mi cuerpo... — Jay llevó ambas manos a su rostro para acentuar tan encantador dramatismo, también pareció mascullar por lo bajito un "cabrón". Quiso alargar la mano en dirección a los nachos, pero acabó desviándola para recoger el libro. Tal y como Alan custodiaba el aperitivo no parecía muy dispuesto a compartirlo. — Y sí, Brooke está bien. De nada por vigilarla, aunque ella pueda protegerse perfectamente. — O al menos esa sensación le transmitió a él.

Con el libro en mano se sentó en mesa del comedor y trató de iniciar la eterna lectura que tenía por delante. De haber sido por él se hubiera ido a su habitación, pero con el silencio y una cama al acecho no iba a aguantar en pie ni un minuto, así que el comedor parecía ser la mejor opción. Pese a que el televisor fuera a distraerle ocasionalmente, también le mantendría despierto. Y en cuanto a la cena ya se preocuparía más tarde. O mañana, una pizza recién levantado seguro que le sentiría genial.