Mire señor Statham, nosotros evidentemente no somos de aqui sabe?
Habría alguna información que usted nos pueda dar acerca de la muerte de Rogers Whittaker? O la desaparición de su hija?
El viejo periodista no se anda con rodeos, y tras sacar un pequeño anotador se dispone a recopilar cualquier dato de utilidad.
Seguramente usted conocia al señor Whittaker o lo habrá visto en algunas de sus acostumbradas visitas verdad?
-No no, como les acabo de decir solo he escuchado rumores-
-Pero los rumores son muy escuetos. Un padre y su hija, turistas habituales que han desaparecido. Se encontró al padre pero no a la hija... De hecho no sabía que se llamaba Whittaker... Eso es todo lo que se-
-Siento no poder ayudarles en mucho más, que les vaya bien caballeros.-
El hombre da media vuelta y tras caminar unos pasos comienza a ayudar a su hijo con las reparaciones del cristal.
Sonrío al ver la reacción del hombre ante la actitud de Gently con su libreta. Le hemos ahuyentado con nuestra presión pero eso no es problema. Ahora debemos tomar decisiones.
Buena noche señor Statham, le deseo una buena reparación.
Tras saludar al lugareño me alejo un poco antes de consultar con mis compañeros de viaje nuestro siguiente destino.
¿Qué les parece si terminamos el paseo? Podríamos buscar a la policía local y presentarnos, tal como sugiere Clive. Supongo jefe McNee que es lo más adecuado.
Parte de ese paseo ya lo habéis dado. Por eso os encontrasteis con esta escena y por eso es la hora que es. Podríamos decir que desde que os marchasteis de la posada habéis dado una vueltecilla por el pueblo de 20 min. ¿Qué hacéis? ¿Seguís paseando o hacéis algo concreto? Vosotros decidme y a ver que es lo que pasa jajaja.
Sacando el reloj que cuelga al extremo de su cadena del bolsillo del chaleco lo abro para observar durante un corto momento la fotografía de mi esposa que lo adorna y también comprobar la hora. Luego lo recojo de nuevo.
No es demasiado tarde, aún estamos a tiempo de hablar con las autoridades locales. ¿Qué les parece?
Recoloco el sombrero puesto que el fresco de la montaña se deja sentir.
El Dr. Dare aprueba la idea con un leve asentimiento con la cabeza y añade:
Si les parece que el hogar de los Pelton es el mejor lugar para empezar nuestras investigaciones mañana, coincido con Clive en que habrá que avisar antes a la autoridad local, al tiempo que pedimos su protección, dado que parece una familia peligrosa. Vayamos pues sin dilación, no sería apropiado hacer una visita de este tipo en las primeras horas de la noche.
Pues yo opino lo contrario. Si vamos ahora podriamos encontrar a esas dos chiquillas dementes hablando con su padre. Seria un buen momento ir de inmediato. Mañana, quien sabe...podria no querer recibirnos.
Dirk camina hacia la calle por donde se fueron las dos niñas, y observa a lo lejos tratando de verlas....
Hum...ya se han marchado, no las veo por ningun lado.
El periodista se vuelve entonces hacia Dare y le contradice una vez màs.
Ademas se supone que debemos apresurarnos. La hija de Rogers podria estar en peligro ahora...
Miro al periodista tratando de valorar sus palabras antes de contestar.
Vamos Gently, usted parece un hombre de acción, un creador de noticias, pero para la acción hay que estar preparados. Y sinceramente, no me siento nada preparado en este momento. Oscurece, hace frío, estamos cansados tras el largo viaje y no conocemos el pueblo. Menos aún el terreno más allá. Me sentiría mucho mejor descansando hoy para enfrentar mañana esta tarea con fuerzas renovadas. Y con el equipo necesario. Y con la ayuda de la policía, sin duda. No soy tan valiente como para lanzarme a buscar a esa niña al bosque de noche, lo reconozco.
No podemos adentrarnos en la montaña así como así. En todo caso podría comprender que quiera hablar con esa extraña familia pero . . . presentarnos en su casa de improviso me parece cuando menos arriesgado. Innecesariamente precipitado diría.
Lanzo al doctor una mirada cómplice para que me ayude a convencerle.
Volvamos a la pensión, estoy empezando a quedarme frío.
En efecto, Gently, ir ahora al hogar de los Pelton me parece una idea cuando menos imprudente. Como he dicho, debemos antes hablar con la policía local, y ahora es mejor momento que mañana. Es cierto, Sr. Bingham, que ya empieza a refrescar y el paseo dejó de ser grato, pero todavía podemos aprovechar el tiempo antes de regresar a la pensión pues, y en eso le doy la razón a nuestro amigo periodista, debemos apresurarnos.
Dicho esto, el Dr. Dare comienza a andar para buscar la comisaría local, dando por hecho que sus compañeros no podrán objetar nada a un razonamiento tan claro.
Bien, bien, de acuerdo. No tengo tanta prisa en realidad por ir a hablar con esa familia. Podremos entrevistarlos mañana sin problemas.
Vamos a la comisaria y luego a descansar. Mañana será un dia difícil, sin dudas.
Al fin el periodista parece aceptar las propuestas ajenas, y se enciende un nuevo habano durante la caminata.
Desde la pequeña calle en donde tubo lugar el desagradable incidente vuestra intención es poner rumbo a la comisaría.
El Sr.Statham y su hijo os ven marchar y se despiden, no si antes daros las indicaciones necesarias para llegar a la comisaría, por las que Edward McNee amablemente preguntó.
Cinco minutos de paseo por las calles de lugar...
Vuestras pisadas resuenas por las calles, los cinco urbanitas recorren el pueblo.
Dejáis a mano derecha un callejón, nada fuera de lo normal excepto un variopinto personaje rodeado por dos hombres a los que no se les podría llamar "pequeños".
El hombre, vestido con traje negro, corbatín a juego, camisa blanca y un sombrero de copa parece estar dando una explicación. A judgar por su cara parece que está amedrentado, y a judgar por sus gestos parece que le explicación es sobre una botella que lleva en la mano ¿Será alcohol? A simple vista lo parece.
Fue muy rápido, ya habéis dejado atrás el callejón, pero solo a un metro, cuando escucháis una botella romperse, un "devuelveme el dinero o te mato" y un...
-¡Auxílio!, ¡Auxílio!- Pronunciado con voz de pito, muy chistosa.
Edward sale corriendo en dirección al callejón, al llegar y antes de entrar en él, grita:
¡Alto, policía! ¿Qué pasa aquí?
Luego se queda quieto en el sitio para evaluar la situación.
Al oir los gritos y ver la reacción del jefe McNee, Dirk corre en pos de éste pero se asoma desde uno o dos metros más atrás, para presenciar el conflicto.
El Dr.Dare se asoma al callejón por detrás de Gently, no quiere entrar en una pelea si puede evitarlo, y se alegra de tener al jefe McNee entre sus compañeros. De todas formas, quería estar preparado por si eran requeridos sus conocimientos médicos, aunque esperaba que no fuese necesario.
Los dos hombres se tornan hacia vosotros ante la instancia de McNee. Uno de ellos agarra fuertemente del brazo al de el sombrero de copa, mientras el otro se acerca a vosotros, casi con las manos en alto y con una sonrisa de grandullón bobalicón.
El hombre del traje no tiene pinta de querer escaparse pues ahora que uno de los hombretones se ha movido podéis ver una pequeña carreta con cajas, alguna abierta, en la que hay más botellas. Seguramente propiedad de el variopinto, seguramente un vendedor ambulante.
-Tranquilo, tranquilo... no pasa nada-
-¿Acaso ésta es su jurisdicción? ¡Pues ojalá que lo sea! ¡Este enano nos ha timado! ¡Viene al pueblo a sacarnos los cuartos!-
-¡Yo no timo a nadie! ¡Mis remedios funcionan!- Replica con ridícula voz
-¡¿A si? ¡Pero a eso que vendes no se le puede llamar crece-pelo! ¡No hay resultados! -
-Harías mejor en venderlo como un producto adelgazante, ¡He perdido 3 kílos por que llevo 3 días sin poder levantarme del retrete por culpa de ese potingue!
¡Además sabe a rayos!
-¿Que sabe a rayos? ¡Bobalicón! ¡Se supone que NO lo tenías que beber gañán!-
Y en este punto el otro gorila (completamente calvo) que lo estaba sujetando lo zarandea, y los tres individuos empiezan a soltarse insultos.