Partida Rol por web

Un rápido vistazo a los alrededores de la casa no revela ningún desperfecto aparte de las puertas de entrad ay el bote que visteis anteriormente.
Parece que la granja haya sido víctima de un asalto rápido y por supuesto, no queda ninguno de los asaltantes en el lugar.

Parece que no hay nadie, aunque no me relajo, podrían ser un señuelo sin saberlo, y no es bueno relajarse en un lugar donde ha habido violencia.

Soy consciente de mi aspecto y de mi gesto, probablemente no muy distinto de quien les haya hecho esto, así que creo que es mejor cuidar de que nadie nos pille por sorpresa que sonsacar a la familia ¿valdría la pena hacerse pasar por gente del Duque? Probablemente no.

Observo a los niños desde la altura, en mi cara se forma una expresión de disgusto y malestar al recordar tiempos pasados. Dándome cuenta de la situación, me giro y dejo a Ludovica hablar, siempre se le dió mejor este tipo de situaciones y yo, falto de libertad y empatía por aquellos libres que no se preocupaban por las desgracias ajenas, apenas podía manejarlas.

Observó la estancia intentando averiguar algo que le pudiese dar algún tipo de pista.

La mujer esta esperando ayuda, pienso. Deduzco que el duque debe ser el noble de la zona y por la tanto el que se supone que debe protegerla.

-En realidad no nos envia el duque- pongo mi mano en el hombro de la mujer para crear un vinculo de confianza- -Somos viajeros, pasamos cerca de aqui y vimos la columna de humo, asi que decidimos venir por si necesitabais ayuda- sonrio levemente- La gente del duque debe estar de camino, pero mientras llegan puedes contarnos que ha pasado y te ayudaremos en lo que podamos-miro a la mujer y le hago unas preguntas- Estais bien? Eres la madre de estos niños?

Espero a que me responda, evito nombrar a su marido pero me parece curioso que no este con ella.

Espero que cuando vengan los hombres del duque no nos confundan con los asaltantes.

-¿Os podemos ayudar en algo?-con cierta impaciencia y mi brusquedad habitual.

-Parce que hemos llegado tarde y ya no podemos ayudar más si esta mujer no nos dice nada.

La mujer os mira sin demasiada esperanza en sus ojos. Màs bien parece que solo hay tristeza en ellos.
-Mi nombre es Shayla. Shayla Gubrana. Esta tarde nuestra granja... Fue asaltada por una banda de broos*. Derribaron la puerta exterior y atacaron a nuestro escaso ganado, lo que me dio tiempo a encender la hoguera de aviso. Desgraciadamente, la ayuda no llegó a tiempo y entraron en la casa.
La expresión de la mujer se torna de dolor al recordar lo sucedido.
-Estaba sola con mis cuatro hijos. Faron, el mayor, trató de defendernos pero no pudo hacer nada contra ellos. Le golpearon ante nuestros ojos y se lo llevaron a él y a mi hija Tameh... Cuando mi marido llegó, acompañado por mi hermano, ya se habian marchado. Salieron en su busca pero... ¿Que pueden hacer dos hombres armados con aperos de labranza contra una decena de broos? Estoy segura decque cuando lleguen los hombres del Duque, ya estarán muertos.

Broos, odio a los broos. Ya se me ha olvidado que quería ir al templo... Creo que empezar la caza del Broo, será un buen ejercicio para olvidarme de estas manchas en las manos.

-¡Broos!No podemos dejarles solos. ¡Vayamos tras ellos!

Casi ni espero a mis compañeros para empezar a buscar el rastro antes de empezar la cazería.

¿Una docena de broos? En el mejor de los casos, y en el peor puede que esos monstruos apesten a magia caótica. Observo ceñudo cómo el tribal se lanza a la persecución. Imagino que el resto no se lo planteará demasiado. Miro la marca de la mano con una mezcla de aprensión y esperanza.

- Si la marca sirvió contra el gorp -digo - ¿creéis que servirá también contra esos mosntruos?

En el fondo estoy convencido de que vamos a una muerte segura, pero como parece claro que vamos a hacernos los héroes una vez más...

Cierto atisbo de esperanza aflora en el rostro de la mujer ante vuestra repentina disposición de ir a la caza de los monstruosos asaltantes.
- Por favor, si encontráis a mis hijos... Sabed que el niño está herido y mi hija lleva el cabello largo y trenzado. En cuanto a mi marido, se llama Tros, lleva barba y el brazo derecho cubierto de tatuajes de cuando sirvió al ejército lunar; mi hermano es Gidget y lleva tres pendientes en su aoreja. Ojalá les encontréis vosotros antes que los broos...

Mientras ella habla, Abdala encuentra los rastros del grupo de asaltantes, los cuales salieron de la granja de Gubrana y se dirigieron al este a través del bosque hacia el margen ascendente del río.
El sol se está poniendo, así que deberéis daros prisa si queréis alcanzarles.

-¡Los tengo seguidme!

Miro con tristeza a la mujer e intento darle animos.

-Quedate tranquila y cuida de los pequeños, encontraremos a tu familia, te lo prometo-Lo que no aseguro es que los encontremos vivos. He oido historias sobres los broos horribles, nunca he visto ninguno pero se a lo que nos enfrentamos. A pesar de saber el peligro que corremos decido arriesgarme, he ayudado a una nutria, esta mujer nos necesita, asi que mientras llega la ayuda del duque hare lo que pueda por ayudar a esta familia.

Asiento en silencio, ya he renunciado a escapar de lo que sea que estas marcas han determinado para nosotros. Nuestro destino parece zanjado.

Sigo a Abdala a una distancia prudencial con el arco preparado, tras comprobar mi armadura y que las armas son accesibles con toda la rapidez posible. En el último momento me giro hacia la mujer.

- Decidle a la milicia del Duque qué dirección hemos ido -mascullo sin mirarle a los ojos- es mejor que lleguen tarde a que no lleguen nunca.

El rastro de los broos es claro a pesar de la decreciente luz, y os lleva a través del bosque y en dirección a las colinas que hay más allá del valle.
Avanzáis con cautela pero sin aflojar el paso, pues sabeis que el tiempo corre en vuestra contra y sobretodo, en contra d ela familia Gubrana.
Cuando ya casi alcanzáis unos promontorios rocosos que indican el ascenso a la parte externa del valle, os dais cuenta de que los rastros cambian hasta convertirse en un galimatías de pies descalzos, botas y otras huellas menos identificables. Todo parece indicar que en este punto ha habido algún tipo de lucha, aunque no veis ningún cuerpo a la vista. El rastro que seguíais, continúa hacia las rocas.

Le hago una señal de asentimiento a Abdala, parece que el chico quiere examinar el lugar...

Me dispongo a intentar averiguar que ha podido pasar y ver hacia dónde pueden ir el resto de los participantes en la refriega.
-Esto parece extraño, creo que antes de seguir tenemos que asegurarnos de seguir el rastro correcto. ¡Malditos Broos!Tros y Gidget nos pueden venir bien si hay que enfrentarse a los broos.

Un acertado vistazo a la zona revela que posiblemente aqui se tendiera algún tipo de emboscada, aunque la ausencia de cuerpos o manchas de sangre podria significar que los emboscados lograron huir.
Un poco mas adelante, en la zona rocosa, podéis ver una profunda oquedad oculta tras las primeras rocas. En el fondo se distinguen dos cuerpos. El primero yace tendido boca abajo en una Postura extraña; el segundo està sentado contra la pared de roca sujetandose una pierna. Està consciente, pero no parece haber reparado en vosotros.

Sigo los movimientos de Abadala con atencion y me doy cuenta de que ha visto algo, sigo su mirada con mis ojos y descubro las dos figuras entre las rocas. Sin decir palabra lo señalo con el dedo sabiendo que los demas tambien los han visto.