Partida Rol por web

El Segundo Advenimiento.

2. El Monasterio de Caedus - Informal.

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25/11/2012, 16:29
Resha

Resha se había acostado como cada noche con Aenea en su colchón en el suelo y se hizo la dormida...y le costó no dormirse entre el calorcito de las sábanas. La respiración de su amiga era acompasada cuando le pareció escuchar un ladrido y Aenea se giró dándole la espalda y tirando de la mantita.

Es la hora, se dijo con nerviosismo.

Salió con cuidado de la cama y de la suya sacó una sencilla toga gris oscuro  con capucha. Recogió el pelo trenzado bajo ésta y se la caló todo lo que pudo,después, avanzó todo lo que pudo hasta la puerta de puntillas y miró hacia atrás comprobando que la muchachita morena seguía dormida.

Fiuuuu, su subconsciente se daba palmaditas sobre el pecho suspirando aliviada.

Abrió la puerta que dejó escapar un leve chirrido y cerró tras ella al salir, poco más tarde se había encontrado con Gilbe. Levantó una mano en el aire saludándole y luego recordó que Gilbe no podía verla saludar asique dijo muy bajito:

-Ya estoy...

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25/11/2012, 16:39
Judith

Judith estaba tirada en el sofá de la pequeña sala que comunicaba todos los pasillos. A pasillo por curso, y a pasillo, por tanto, por nivel de aprendizaje e inocencia. Descansaba ella, grácil como un flamenco, sobre una improvisada almohada hecha con su propio cabello, cual oriental de las islas de Lannet. Su pecho subía y baja, mecido por la respiración.

Cuando Resha abrió la puerta, se revolvió, y, aunque no se sabía muy bien si estaba soñando o lo dijo despierta, balbuceó.

- No llegues tarde- murmuró adormilada, dejando en el aire si era parte de algo onírico o por el contrario estaba atenta a la situación. Y con esas, Resha consiguió salir de la habitación, topándose con Gilbe mientras las demás chiquillas dormían.

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25/11/2012, 16:55
Resha

-Bueno, cuando me las piso o me tiran de ellas sí que duelen...-contestó Resha poniéndose el dedo índice en la barbilla y alzando la mirada al techo. Entonces Elohim hizo algo que Resha nunca nunca se habría atrevido a imaginar, la rodeó con sus bracitos y la alzó sobre el suelo aleteando-¡Nyaa!-se asustó un poco la niña al perder pie apretándose contra Elohim rodeándole el cuello con los bracitos y sentía las coletas mecerse en el aire por la velocidad a la que el pequeño angel la llevaba. Pasada la impresión de tener el estómago hecho un burruño se dio cuenta de que era una sensación magnífica y hundió la carita en el pecho de Elohim para ahogar la risilla alborozada.

Al posarse Elohim estaba riendo, sonrojado por el esfuerzo y la risa, Resha se asustó un poco y le abrazó con fuerza para sostenerle.

-¡Ah!-se asustó un poco de nuevo-claro que ha estado bien, cuando estés mejor ¿lo harás de nuevo?¿sí?-Siguió el camino a la enfermería llevando a Elohim con cuidado.- ¿siempre las has tenido?-curioseó inocente cuando cruzaron el umbral de la enfermería.

 

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25/11/2012, 17:35
Elohim

-No. Fue un regalo de Dios. Siempre me han dicho que soy en cierta manera especial-Elohim torció el morro y miró al suelo un momento- que algo pasó cuando vine al monasterio. Y... por alguna razón en mi cabeza siempre había historias de ángeles. No sé si tendrá que ver o no... pero una vez le pedí al todopoderoso que me concediera este don.

Subió la cara de nuevo.

-Y aceptó. Fue muy bonito. Crecieron de repente, entre destellos de luz. No fue fácil aprender a manejarlas. Pero la verdad es que ya es algo normal en mi cuerpo. Sin ellas... no sería yo.

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25/11/2012, 17:44
Resha

Resha ladeó la cabeza con los ojos oscurecidos por la preocupación. A ella las alas le parecían preciosas, pero había gente fuera que no consideraría eso como un regalo del Señor.

Tragó saliva como si de un pavo se tratara y compuso una sonrisa como mejor pudo.

-¿Señorita Renata?-preguntó girando la cabeza en busca de la señorita.

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25/11/2012, 18:15
Renata

- ¡Un momento!- gritó la inconfundible voz de Renata, mientras un ruido de viales tintineando comenzaba a llenar el silencio. Segundos después, la mujer, recolocándose el pelo, apareció en el umbral de la puerta- ¿Otra vez tú, Elohim? Por el señor, acabarás matándote- dijo mientras se daba la vuelta y les invitaba a pasar, dejándose caer sobre una silla que casi se cae para atrás- ¿Otra vez con Maestro?- preguntó, a sabiendas de que era el profesor que más alumnos mandaba a la enfermería.

La mujer señaló una cama vacía, para que Elohim se sentase. Al lado, el otro guardia que había acompañado al querubín en el carruaje, con casi dos metros de estatura y una espada bastarda apoyada sobre la cama, yacía inconsciente con la pesada armadura perforada a la altura del pectoral derecho. A juzgar por el golpe, había sido otro arma de filo.

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25/11/2012, 18:27
Elohim

Miró a su alrededor en la enfermería y sólo fue capaz de ver a aquel guerrero en la cama, inconsciente. Sin pensarlo ni un momento, se separó cuidadosamente de Resha y se acercó a él, antes de sentarse en su cama. Miró su cuerpo, y sin saber muy bien si iba a servir de algo, o si no, puso sus pequeñas manitas sobre su cuerpo.

Dominum Deum meum. Nec sequitur animas cadas. Fortes sumus, et luce timemus te. Non sum servus, si quid possum adiuvare ... Sit tua voluntas.

Susurró mientras cerraba los ojos.

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25/11/2012, 18:34
Resha

Resha levantó la manita vacilante hacia Renata mientras Elohim hacía su salmo.

-¿Puedo acompañarle, señorita Renata?-suplicó con los enormes ojos azulados abiertos de par en par. Era cierto que el ver a un hombre tan grande le daba impresión al estar éste inconsciente y si podía evitar acercarse lo haría...pero si Elohim se quedaba ella le acompañaría si conseguía el permiso de la mujer a cargo de la enfermería.

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25/11/2012, 18:12
Juliette Bourgeois

Después de las reacciones del profesor antes las ideas de los demás chicos se pensó muy bien lo que iba a decir, lo de Gilbe era inviable y lo de Richard difícil y costoso... lo que ella tenía en mente era algo mucho más sencillo y algo que le resultara útil en combinación con sus habilidades mentales.

Yo...- Balbuceó la niña tímidamente mientras se levantaba -. Yo tenía pensado hacer agujas... algo parecido a los estiletes de prueba que usamos en clase de Maestro pero más finos y capaces de esconderse.- Ahora que había empezado a hablar comenzaba a soltarse -. Quiero aprender a usar poderes que he visto en clase del profesor Alexander pero eso me llevará tiempo, y debo tener alguna clase de arma que poder lanzar, y a ser posible no me gustaría ir por ahí con mil dagas porque en ciertos casos no conviene llamar la atención... Así que pensé en eso, agujas que poder ocultar facilmente, incluso usarlas para peinarme y en caso de necesitarlas cogerlas y lanzarlas.- Al terminar de hablar volvió a sentarse y a agachar la cabeza esperando la contestación del profesor.

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25/11/2012, 18:45
Renata

- Sí, puedes quedarte- contestó la médico, entornando un poco los ojos, mirando al chico-. Elohim, ¿estás usando tu Don?- preguntó en tono escéptico, ligeramente desconfiada. Sabía que el crío no tenía malicia alguna, y, aunque obviamente el gigantón no se movió, no le gustaba saber que algo sobrenatural podía estar poniéndole las manos encima a su paciente. Conociendo a Elohim, pensó que sería algún tipo de curación similar a la de Evangeline, pero eso no la hacía menos escéptica. Sin idea alguna sobre magia, para ella que los Hechiceros fuesen a su habitación a reventar su materia era algo que agradecía y de lo que desconfiaba a partes iguales.

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25/11/2012, 18:46
Elohim

-Si... y no.

No es lo que hago habitualmente... esto no... me cansa. Es distinto. Es mucho más sincero y es...

Comenzó a dar patadas al aire, mirando hacia abajo. Estaba avergonzado por no saber exáctamente cómo explicarse.

-...sólo lo he hecho con algunos animales alguna vez. Y no es que los cure... les ayuda. Es una plegaria sincera... nada más.

Sonrió, y se acercó a su camilla.

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25/11/2012, 19:42
Leonardo

Leonardo ladeó la cabeza, barajando la posibilidad. Seguía siendo algo destructivo, algo que, en realidad, le sorprendió, pues al principio no hubiese dicho que esa niña tuviese ningún miramiento bélico. Pero era muy sencillo, y útil, por no decir que esa utilidad iba más allá de la violencia.

- Muy bien, Juliette. La semana que viene comenzamos, ¿de acuerdo?- le preguntó, más por saber hasta qué punto estaba interesada en crearlas, aunque iba a ser bastante fácil. Lo difícil sería conseguir los fragmentos pequeños, y darles forma, pero seguía requiriendo muy poco material, y se hacían con relativa velocidad, como las cabezas de las flechas- ¿Y tú, Charlotte?- volvió a preguntar, girándose a la otra. Las había distinguido por una razón muy sencilla, y era que Juliette era la única que hablaba.

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25/11/2012, 20:50
Charlotte Bourgeois

Charlotte parecía distraída, cuando Leonardo dijo su nombre tardó unos segundos en dirigirle la mirada para seguidamente volver a perderla entre sus ideas, subiendo la mano hasta la barbilla adoptando una postura pensativa.

Rápidamente, sus pupilas se dilataron al apuntar de nuevo al joven profesor; el silencio invadió la clase unos segundos, Charlotte miraba hacia arriba y hacia los lados de vez en cuando, pensativa, para volver nuevamente a mirar a Leo.

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25/11/2012, 20:53
Charlotte Bourgeois

Una voz dulce y etérea se proyectó como un eco en la mente de Leo.

...Hola Señor Leonardo, verá...tengo ciertas dudas que me impiden sopesar las posibilidades de cualquiera de mis proyectos para llevarse a cabo, pues como usted bien sabrá, la imaginación está más allá de los límites de la ciencia y yo desconozco por completo hasta dónde alcanzan...

Hizo una breve pausa, continuando antes de que Leo pudiese interrumpirla.

...Lo que más me intriga es eso de las runas, estoy segura de que son la clave de todo esto del proyecto o al menos en mi caso, es algo que me fascina y me frustra de igual manera pues el desconocimiento me...me...

Le costó un momento encontrar la palabra adecuada, pero finalmente dio con ella.

...Limita...

- Tiradas (2)
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25/11/2012, 20:58
Leonardo

¿Has venido a hablar de las runas?

La voz de Leonardo, en su interior, sonaba mucho más pacífica y decidida que al abrir la boca. Si bien al hacerlo solía parecer un hombre indeciso y ligeramente pusilánime, por dentro parecía bastante más determinado. Debía de ser aquello de que a unos les cuesta exteriorizar su personalidad, por educación y habilidades sociales.

No puedo revelarte nada, pero puedo enseñarte en privado sus efectos, si quieres. Sin embargo, lamento tener que decirte que esas habilidades están fuera del proyecto, al menos este curso. Como le he dicho a Gilbe, emplear algo tan avanzado es algo reservado para estados más avanzados de vuestro aprendizaje.

...

Siendo tú, te recomiendo que lleves a cabo un proyecto estético, o en su defecto, práctico desde un punto de vista no bélico. Bueno, qué digo... podríamos intentar tallar un "cristal" pequeño e incrustarlo en algo forjado, aunque no sé cómo saldrá. Alexander sabe más sobre ese tema, claro, aunque me pide ayuda.

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25/11/2012, 21:09
Charlotte Bourgeois

Ante la noticia, Charlotte parecía un poco decepcionada, pero enseguida consiguió idear un nuevo proyecto gracias al nuevo límite establecido por Leo.

...Entiendo, nada complicado en principio, tiene lógica, que tonta...

Miró al suelo con gesto compungido, pero al instante recobró el ánimo devolviendo al profesor una sonrisa.

...Bueno, creo que tengo una nueva idea, algo estético...qué le parece un broche repujado en preciosa plata, bueno...igual es un material caro...

Hizo otra pausa pensativa.

...Bueno, no se si plata sería lo adecuado, un metal sería más fácil de trabajar que una piedra semipreciosa...Ay! que me enrollo, perdone...hablar de la idea y no de los materiales sería más...constructivo, válganos la redundancia...

Se le escapó una risita ante el ingenioso chiste, si, era malísimo y lo sabía.

...La idea, crear un broche repujado con dos pequeños "cristaaales" verdes engarzados simétricamente de forma que pueda dividirse el mismo en dos broches gemelos que al unirlos vuelvan a formar la figura inicial, hermosos juntos y por separado...

Miró a su hermana por un momento, dedicándole una cálida sonrisa mientras apretaba su pequeña mano.

 

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26/11/2012, 10:38
Gilbe Klimb

Escena: Una noche cualquiera

Gilbe apenas esperó unos segundos fuera de su habitación cuando Resha se le acercó por un lado y le avisó de que ya había llegado. No era mala, en absoluto, apenas le había oído llegar, había elegido una buena compañera. 

Con el rostro serio, debido al riesgo que asumían, le dijo:

- Vamos allá. Ha ido por allí, tal vez todavía puedas verle si nos damos prisa. Avanzaremos por turnos, ¿vale? 

Gilbe ya conocía bastante bien el "plano" del monasterio, por lo que no tendría problemas en buscar los puntos más "discretos" de cada estancia. Indicó con un gesto de la mano a su compañera que avanzara, él la seguiría en cuanto le hiciera alguna señal.

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26/11/2012, 10:56
Gilbe Klimb

Escena: charlando entre las sombras

Gilbe entró en la sala y una mano enguantada en piel le tiró hacia adentro de la estancia. Por un instante se asustó de que pudiera ser algún tipo de bestia, pero no era así, se trataba de la profesora Cone, solía desprender un olor a piel y a cuero muy característico.

La estancia olía a hoguera, según parecía en el despacho de la profesora había una chimenea que caldeaba toda la habitación... Debía llevar un rato encendida porque la habitación tenía una temperatura muy agradable para ser casi noviembre.

Las preguntas de la profesora no tardaron en llegar, su tono estaba entre la reprimenda y la diversión, pero parecía que más bien era la segunda. Gilbe no se había confundido al juzgar a la profesora, no era como los demás.

- Hay muchas cosas que no pueden decirse a la luz del día, profesora, y más para un pobre niño ciego... - Gilbe sonrió, el brote de inseguridad que había sufrido el primer día de clase había quedado atrás y aunque solía enfadándose si le trataban de menos muchas veces usaba su propia debilidad como una ventaja frente a los demás. 

- La verdad es que no me hubiera atrevido a pedírselo a ningún otro profesor, le agradezco mucho que haya venido, y todavía más que no me castigue hasta el día del juicio... Aún estoy cumpliendo el que me impuso la profesora Matheus.- la voz del niño era seria, más de lo que correspondería para alguien de su edad. Realmente sabía el riesgo que había asumido tomándose esa pequeña confianza con la profesora y el esfuerzo que ella tenía que hacer para acudir en plena noche. 

No quería abusar de confianza, por lo que esperó de pie y callado esperando a que la profesora interviniera.

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26/11/2012, 11:15
Gilbe Klimb

Escena: visita a Leonardo.

Gilbe escuchó las propuestas de Juliette y de Richard, ambas eran más o menos bélicas y, curiosamente, los dos querían forjar armas que pudieran ocultarse y usarse discretamente. Le pareció divertido que de un modo u otro los dos hubieran pensado algo similar, e incluso que de algún modo su propia idea y la de ellos fuera también en la misma dirección.

Mantuvo su rostro serio mientras suponía que Charlotte se comunicaba con el profesor a través de la mente. Probablemente estuvieran cogidos de la mano mientras hablaban, en la mente de Gilbe era como si dos voces estuvieran tan cerca que sólo pudieran oírse entre sí, una "imagen" con sentido sólo para aquellos que no pudieran ver.

Esperó a que terminaran juntando las manos tras su espalda, con la cabeza gacha, esforzándose al máximo por ver si podría escuchar los susurros que Charlotte lanzaba directamente a la mente. Pero tal y como había aprendido en la clase del profesor Lexington, eso era algo imposible de hacer con los oídos, que no con la mente.

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26/11/2012, 14:49
Mary Jane Cone

Escena: charlando entre las sombras

La mano de Mary Jane se posó sobre el hombro de Gilbe, tirando de él hasta alcanzar una silla cercana. No le quería de pie, al parecer. Una silla de madera, con asiento de paja trenzada a mano. Cómoda, pero capaz de dejarte el trasero con forma de rejilla si te pasabas horas ahí.

- A veces me sorprende que tras más de diez años de formación siga sin ser inmune a los halagos- comenzó la mujer en un tono soñador, como si aquello fuese una de sus debilidades por voluntad propia-, y a los pícaros- añadió, plasmando una condición sobre Gilbe-. ¿Sabes? Hoy ha llegado mi adjunto. Es muy sigiloso. Dice que no va a dar clases a un puñado de chiquillos indisciplinados, pero le he dicho que tenía a uno ciego. Casi abre los ojos al oírlo- fue un comentario dicho en tono inocente, pero se escondía tras él un aire travieso y coqueto que, obviamente, apuntaba a que lo decía todo de forma más que intencionada, para levantar las emociones de Gilbe como venganza por hacerla ir allí-. Bien, ¿qué querías?