Partida Rol por web

Un pequeño camino empedrado lleva desde el barrio comercial al portón de entrada de la Mansión (o mini fortificación) del Gobernador. 

Grandes muros, de mas de 60 pies de alto,  terminados en sendas almenas,  rodean el recinto, al que sólo se puede acceder por el gran portón de Fierro grueso cerrado. 

Al lado derecho una especie de pequeña ventana en la piedra,  se escuchan ruidos como de gente dentro. 

Un mendigo se encuentra fuera de la puerta, dormitando. 

Panacea se acerca al mendigo. 

Lo observa, con cuidado, procurando no molestarlo.  A ojo de curandera juzga su estado de salud.  Le deja un poco de pan y bellotas a su lado, por si anduviera con hambre. 

Desde ahí, habla por el portón.  ¿Buenos días?   Ando buscando al gobernador.   Soy Panacea Albacea Asisea, gnoma de los bosques orientales, y traigo una carta para el gobernador del alcalde de Villafé.

Llegando hasta la mansión dieron con una puerta cerrada y un mendigo justo delante... era un gesto bastante descuidado por parte del gobernador. Pensado así sonaba algo rudo, pero no era normal que una autoridad no cuidara su imagen o la de su lugar de trabajo.

Panacea no tardó en acercarse a aquél hombre mientras que Gael miró a Ylian, yendo directo hacia el portón para aporrearlo con el puño y con energía.

- ¡Ha de la mansión!

Exclamó usando una vieja fórmula. La ventana ni la llegó a tomar en consideración, no se iba a acercar para mirar el interior, acto que sería indigno.

- Nos abrirán en breve.

Indicó a sus compañeras, pensando porqué razón no había alguien en la puerta para recibir visitantes.

La Mansión dónde se hallaba el gobernador no les fue difícil localizar ya que era un edificio singular en Purixta. Los aventureros con los que se habían encontrado parecían simpáticos y era probable que si les pedían ayuda aceptarían para liberar a aquella ciudad de aquel gran mal.

Cuando Gael la miró asintió y trató de escuchar la conversación en el interior del edificio mediante las voces que llegaban a sus oídos.

Escuchas conversaciones de varias voces,  una de ellas,  ronca y grave Sucre:

No tengo ni una gana de pelear envía al criado...

Sientes pasos que suben o bajan por una escalera. 

Ven aparecer por la parte superior de la almena del muro un rostro flaco, se ve hasta su cuello sin armadura ni nada mas.

Con voz insegura dice:

ho ho hola... que desean? 

Luego esconde su rostro un poco,  asomando sólo sus ojos...

¡Soy Panacea Albacea Asisea, de las druidas de Bajamarea!   -habló fuerte pa'que la escucharan.-  Vengo con mis compañeros, Sir Gael Taulo y la reverenda Ylian Tyrpen, a hablar con el gobernador Derrik.   Nos manda el alcalde de VillaFé, con una misiva de su puño, mano y letra.

 La intuitiva gnoma de paso trató de ver qué le pasaba a aquel hombre repleto de miedo.  Supuso le daban miedo, o inspiraban respeto, las gnomas nomás.

Compas, aquí como que hay algo extraño.   ¿Se nos habrá quedado dormido el gober?   -susurró, con la manita de lado pa'que no la oyeran más de Gael e Ylián.

Observó la figura asomándose de un modo que transmitía temor, lo que hizo que el caballero asumiera que algo iba mal ¿porqué se asoma un tipo flaco sin yelmo y no un guardia? Gael no hizo ademán que mostrara inquietud, había notado que Ylian se había acercado a la ventana y aunque fuera un gesto impropio ahora la situación había cambiado debido a esa actitud del vigía.

- ¡Como dice mi compañera, solicitamos audiencia con al gobernador! ¡Nos envía el alcalde de Villafé!

Tampoco tenía nada nuevo que aportar, que no fuera reforzar las palabras de la colorida gnoma. 

- Coincido contigo Panacea. Veamos qué sucede.

Pero por ahora se mantuvo tranquilo, a la espera de novedades.

Afinó su oído, parecía que el que fuera a ser su interlocutor estaba cansado de no poder responder a las preguntas que hasta ahora nadie había sabido contestar. Comenzó a escuchar unos pasos en escaleras y concluyó que la persona a la que habían mandado era aquella misma.

Saludó al hombre y le sonrió cálidamente pues el hombre parecía muy falto de seguridad en aquellos momentos. Tanto o más que su interlocutor en el interior.

- Como bien dicen, hemos echo un largo viaje desde Villafé para tratar de ayudaros con el encantamiento que ha caído sobre vuestra gente. El alcalde de Villafé puso sus esperanzas en nosotros para ayudaros tal y como hicimos con ellos. Es por ello que debemos reunirnos con el gobernador. le dijo de forma amable.

Cuando Panacea sospechó que algo ocurría y tras esperar que el hombre se marchara a informar al gobernador les comentó su suposición respecto a lo que había oído.

- He escuchado un poco y creo que el gobernador está un tanto desanimado con la situación que no consigue resolver. En vez de asomarse él ha mandado al criado para ver quien venía esta vez. Siento que mucha gente ha venido a pedir explicaciones y resolución a este hombre y a estas alturas no haya la fuerza con la que poder responder a su pueblo. les susurro para aclararles lo que ella había entendido de la situación. - Seamos pacientes y tratemos de inspirarles confianza para reconfortarles. Vuestra victoria en villafé sobre el mal que se cernía sobre ellos creo que podrá darles esperanzas. Le he notado muy abatido al que creo que era el gobernador.

El personaje se entra por la almena superior,  y luego de unos minutos dice:

los ..los temas de la enfermedad...los los ..los esta viendo Bretan Cervez... el clérigo del monasterio del trato justo....

act act actualmente  el gobernador no está disponible,...muy...o...ocupadoo.. con...otros asuntos....

Echa una mirada rápida hacia el interior.... y les devuelve una mirada atemorizada...

Por favor pregunten a Bretan... si??... el mo...monasterio esta justo por alla.... hace una seña hacia un edificio unas cuadras mas alla.

Luego de hacer la seña hacia el sector del monasterio,  les muestra las dos manos extendidas pero esconde un dedo,  dejando sólo 9 visibles,  hacia ustedes...

Y luego se entra rápidamente. 

¡Andale!, Baja a abrirnos.  Nosotros mismos les daremos la carta, y además traermos la buena idea de la prohibición de las jaranas y otras actividades musicales, que parece que son las que están extendiéndole lo del sueño. 

Sus palabras fueron acompañadas de gestos de la magia de Charm Person.  De esta manera, y su persuasión, podrían ir a entregarle directamente la carta al gober.  Sabía que también la labia de sus compañeos le ayudaría a que les abrieran la puerta. 

¿El dedo escondido es un charm vs. los espíritus o un no-miento-si-cruzo, o lo mordió un perro?  

Escuchó con atención las palabras del inseguro criado. No le gustó lo que escuchó, habían sido enviados oficialmente por el Alcalde de Villafé y que el Gobernador no les quisiera recibir en ningún momento derivándoles al parecer hacia el enano que buscaban los otros aventureros no le pareció nada profesional.

- Venimos con una misiva firmada y sellada por el propio Alcalde de Villafé. le dijo antes de que se marchará. - ¿Así es como se trata a los enviados de las ciudades vecinas?

La actitud del gobernador era impropia, ¿acaso no tenía agallas ese hombre? el caballero estaba decepcionado con aquella figura de autoridad, le parecía que había dejado todo en manos del enano del monasterio.

Se quedó ahí observando la escena mientras sus compañeras hacían un último intento por conseguir una reunión. Él no tenía autoridad como para forzar un encuentro, debían de inspirar confianza como bien apuntaba la sabia sacerdotisa.

- Le hemos dicho que venimos a ayudar y aún así se nos esconde, es mala señal.

Observó a Ylian deseando que su intento fructificara. Lo correcto era tener esa reunión, no actuar sin consentimiento de quien estaba al mando. Quizás la situación no les daría otra alternativa, Gael estaba preparado para cualquier cosa, si el gobernador no era resolutivo ellos lo serían.

Gael, -le dijo por lo bajito, aunque, pues toda ella era bajita- di-plo-ma-cia.  Que si el gobernador hubiera caído dormido, también, ¿no estarían los guardias mismos diciendonos esto mismo? 

Si nos nos responden ahorita, demos vuelta a la esquina, me convierto en gato doméstico para meterme a explorar, espiar y averiguar.    Y comerme algo en la cocina que ya traigo hambre. 

Observó a la gnoma cuando le pedía hacer alguna aportación, quizás no viniera de más que sumaran esfuerzos por lo que elevó la voz.

- No se vaya todavía, no somos ciudadanos comunes, les están hablando una druida, una sacerdotisa de Mystra y un caballero. Hemos sumado esfuerzos para librarles de esta maldición que les afecta. ¡Nos ponemos en las manos del gobernador, abran la puerta si son tan amables, le enseñaremos la misiva del alcalde de Villafé!

Exclamó tratando de que sus palabras llegaran a su destino.

En un principio , cuando la sacerdotisa habla,  se escucha un silencio sepulcral. 

Sin embargo, cuando el guerrero ocupa la labia fuerte, se escuchan ruidos dentro de la torre, audibles desde donde estan.

El mismo personaje que habia salido antes, se asoma por la ventana con cara muy rara.

Por favor, el gobernador no está disponible...vuelvan...despues...

La cara de aflicción, aun a la altura que está, se nota.

La tardanza con la que recibían a unos visitantes tan bien recomendados podía considerarse como una falta de educación y muy grande. En el castillo familiar de los Taulo los siervos recibirían una reprimenda, además si los suyos fueran tan descorteses lo lamentarían durante días. Al aparecer el mismo hombre con el mismo mensaje Gael perdió la esperanza, el gobernador no estaba actuando como debería, aunque entonces se percató de que alguien le apuntaba con una ballesta, había visto una punta asomar y creyó que lo estaban amenazando. Eso abría la puerta a un secuestro, algo que habría que manejar con cuidado y fue por eso que no dijo nada todavía.

- No hay nada que hacer, mejor será marcharse. Lo resolveremos todo por nuestra cuenta.

Comentaba con la voz alta como solía hablar pues tenía un orgullo característico de la nobleza. Hizo un gesto a las compañeras con el rostro indicando que quería alejarse.

Panacea notó lo mismo que Sir Taulo, así que se unió a sus explicaciones. 

TGP  (Ta'güeno pues).   Pero dígale por favor le pedimos audiencia por la tarde.   Si nos puede anotar en la lista entonces, gracias. 

Le hizo un gesto a Ylian para que salieran y dieran la vuelta a la esquina, actuando como si efectivamente les hubieran creído.  

Hay que planear un asalto a la mansión.  O está secuestrado o lo están robando.   Y eso puede deberse a que se quedó dormido o que los que causan la dormición decidieron aprovechar para saquear.

Necesito entrar sin que me vean y abrir el cerrojo para los grandotes de mis compañeros.   ¿Habrá una puerta trasera?  ¿La de las cocinas?   O la Mystra le dará dotes para abrir puertas, alomejor si.

El hombre parecía agobiado a pesar de que se estaba haciendo una invitación formal. No entendía porque aquel gobernador se escondía tras sus muros cuando su gente sufría. Iba a volver a insistir cuando escuchó como Gael parecía rendirse y Panacea compartía su postura. Se quedó, un poco a cuadros pero no iba a contradecir a sus dos compañeros.

- Sea pues. Marcharemos en busca del señor Bretan. les dijo mientras estos ya se giraban y comenzaban a marchar.

Inquieta como estaba por el rechazo comenzó a preguntar a sus compañeros que debían hacer. - Ha sido muy descortes por parte del gobernador rechazarnos así. Creo que deberíamos ir con los otros aventureros que encontramos que deben estar con la misma persona con la que nos han encomendado ir. ¿No creéis?