Partida Rol por web

- Creo que he visto movimiento más adelante. - alertó Maechen cuando os acercasteis lo suficiente a las ruinas.

Aunque os enfocáis en las destartaladas ruinas que tenéis delante, ninguno logra divisar nada en concreto. Si es cierto que desde el interior podéis ver algún que otro destello de luz, quizá proveniente de una hoguera o una antorcha. Lo que está claro es que las ruinas no están abandonadas. Maechen desenfunda su arco con cautela y avanza lentamente - Es muy probable que los habitantes de estas ruinas sean hostiles. Permaneced atentos...

Escucho como Maechen nos avisa de un peligro proximo ... afirmo con el rostro, me agacho y saco mis dos espadas ... seri interesante encontrar ayuda y no mas enemigos, pero estaba claro que todo aquello era bueno para crear nuevas obras de arte ...

El dragón azul se quedó escondido, reconociendo plantas y animales. 

¿Quién de nosotros se acerca con sigilo? 

Saru no se lo pensó y antes de que la exploradora terminara de hablar, se escurrió ha un lado, y saco su ballesta, buscando un perfil bajo, para no ser descubierto con el resto.

Escogió una senda a unos 7 metros a la derecha y empezó a moverse al mismo ritmo que sus aliados, siempre mas o menos a esa distancia.

Con la ballesta cargada, toco la punta del virote. Estaba perfecta para ensartar cosas que fueran peligrosas. Le habían costado más dinero del que quería pagar por ellas, pues hay mucha gente que no conoce el arte del regateo, pero ahora estaba contento de poder contar con ellas para eliminar cualquier amenaza.

No había visto gran cosa, y seguía sin estar seguro de que hubiera nadie dentro de las ruinas. Pero todo le llevaba a pensar, que en cuanto se acercaran, se toparían de cara con alguna patrulla de enemigos, o con el mismísimo dragón del pantano.

Tenia que estar atento a lo que tenia a su alrededor, aunque hacia dos minutos solo tuviera hueco en su cerebro para pensar en lo incomodo que iba con la bota derecha.

- Si quereis voy yo a explorar ... - con cuidado comienzo a moverme, no era malo, pero saber a que nos enfrentabamos era la mejor manera de acabar con ellos con mejor conocimiento.

Con mucho cuidado comienzo a moverme con cuidado entre la maleza acercandome hacia donde nuestra exploradora nos habia indicado ..., la verdad es que apenas sonaba nada mis movimientos ..., y decidi mirar que ocurria ...

- No os lo confíes ante el peligro,avisa si algo pasara. Iremos en tu rescate- Dijo mientra sacaba mi varita de nuevo,y me preparaba para otro encuentro violento.

Mientras Magd, Kvothe y Kareen quedaban rezagados, Lideon, Saru y Maechen avanzaron unos metros más. El mediano se escondió entre la maleza y gracias a su pequeña estatura y sus dotes de subterfugio, ni siquiera sus compañeros pudieron adivinar dónde se encontraba. Lideon también lo tenía fácil para moverse sin hacer ruido gracias a sus génes felinos. 

Cuando los tres estuvieron lo suficientemente cerca de las ruinas, pudieron ver lo que en ellas se escondía. Un par de orcos se encontraban agazapados, montando guardia en la entrada. Mientras que al fondo de las ruinas se podía vislumbrar el resplandor de una hoguera, donde estaban sentados otros dos orcos. Éstos parecían estar más relajados.

Aún así, los dos orcos que "montaban guardia" habían sido incapaces de ver a Lideon, Saru y Maechen por el momento...

En cuanto Maechen dio el aviso, la guerrera echó la mano al mango de su espadón, lista para lo que fuera que les esperaba más adelante. Lideon, Saru y Maechen avanzaron en silencio, averiguando qué diantres se cocía más adelante, mientras ella se quedó rezagada junto con Kvothe y Kareen. Sus músculos estaban tensos, lista para saltar y echar a correr en cuanto viera una señal que le indicara que sus compañeros necesitaban de su fuerza.

 -No deberíamos perder a nuestros compañeros de vista.

La guerrera habló en susurros, para que sólo la oyeran el druida y la maga. Puede que ellos tres no fueran especialmente sigilosos, pero si avanzaban lo suficientemente despacio, podrían ir sin hacer ruido. Porque separarse mucho en aquel terreno era peligroso. La seguridad estaba en los números, cualquier aprendiz de escudero sabía eso.

El druida hizo una señal a sus amigos.  Comenzaría a invocar a las malezas alrededor de los orcos que habían descubierto cuidando, así podría el mediano y el felino acercarse a desarmarlos, desmayarlos y atarlos.  Pues habría que buscar solución no-mortal para gente con la que, ojalá un día, se pudiera parlamentar. 

Mientras Magd, Kareen y Kvothe se fueron acercando lentamente, Saru, Lideon y Maechen permanecían ocultos. 

Los orcos no tardaron en advertir la presencia del dracónido y las dos humanas, pero cuando quisieron reaccionar ya era demasiado tarde. Kvothe se había encargado de invocar unas raíces que surgieron violentamente del suelo donde se encontraban los orcos. Las raíces se extendieron y se enredaron en las piernas de ambos orcos. Éstos comenzaron a gritar y dieron la voz de alarma al tiempo que desenvainaban sus hachas.

Aunque intentaron moverse para abalanzarse sobre Magd, Kareen y Kvothe, las raices invocadas por el druida los retuvieron y una flecha certera, disparada por Maechen impactó en el estómago de uno de los orcos atrapados.

Lideon comprende que si los de dentro escuchan los gritos es algo que no puede permitir, asi que con una agilidad sobrehumana ... felina como es evidente, se abalanza sobre los orcos vigilantes, aprovechando que estan inmovilizados para atacarles por detras, posiblemente desgarrar su garganta ..., veia como un orco habia sido gravemente , asi que decidi atacar primero al que no habia recibido daño , tal vez con mis dos ataques podría acabar con el ...

Lideon sale de su escondite entre la vegetación y se mueve rápido como un rayo. Se posiciona detrás de uno de los orcos y ataca salvajemente. El orco logra desviar la primera cuchillada del felino, pero no logra ver que Lideon porta una segunda hoja la cual se clava directamente en su garganta. Con un sonido ahogado el orco se desploma ante los pies de Lideon, ahogándose en su propia sangre, negra como la noche.

Saru no perdió detalle de lo que pasaba, el avance de sus compañeros había ocasionado que los orcos se pusieran en marcha.

Se suponía que íbamos a investigar, joder.

No dijo nada, apunto con su ballesta, vio salir una flecha desde el otro flanco e impactar a uno de los enemigos, y en cuento lo ponía en la mira de su arma, él felino atacaba ferozmente al otro.

No se podían mover, y estaba a cubierto. Al menos no había riesgo para el mediano por el momento.

Apunto directo a los ojos y abrió fuego. El virote salió disparado e impacto. Esperaba dejar seco a aquella alimaña justo donde estaba.

Con un disparo certero entre ceja y ceja, Saru puso fin a la vida del otro orco que permanecía en pie, el que estaba mal herido por culpa de la flecha de Maechen.

Los dos vigilantes ya habían caído pero habían dado la voz de alarma y desde el interior de las ruinas, los demás orcos comenzaban a moverse.

Lideon, desde su posición más adelantada podía ver en el interior de las ruinas a dos orcos junto  a una hoguera. Ambos miraban a los aventureros con una furia homicida que achantaría a cualquier plebeyo. Uno de esos orcos parecía más grande que los demás, y su piel era de un tono verdoso más oscuro que sus congéneres. 

Maldita sea, les habían descubierto. Pero bueno, al menos habían conseguido sorprenderles lo justo como para evitar que jugaran con toda la ventaja. Sus compañeros habían comenzado a actuar, ya fuera con ataques sorpresa o con conjuros para poner el terreno a su favor, así que ella no podía quedarse atrás.

Con su enorme mandoble en las manos, la guerrera echó a correr, enfilada hacia el orco que era más grande y corpulento del crupo. Los orcos no eran criaturas especialmente inteligentes y si el que parecía más fuerte caía el primero, seguramente los demás recularían un poco antes de atreverse a continuar el ataque. O eso esperaba la guerrera al menos.

Magd se abrió paso a grandes zancadas y se coló en el interior de las ruinas, para plantar cara a los orcos antes de que éstos se abalanzasen contra sus compañeros. La aguerrida guerrera se enfrentó directamente con el orco más corpulento. Blandió su arma y le propinó un tajo en toda la pierna que le hizo sangrar copiosamente a la par que emitía un rugido de rabia y dolor.

Saru no se había descubierto a sí mismo, los arcos estaban más centrados en Mag, que estaba radiante haciendo lo que mejor sabia hacer. Repartir dolor.

Y seguramente en Lideon. Un felino que se lleva por delante a uno de ellos, no podía hacer otra cosa que generar atención sobre sí mismo.

Esta vez aprovechando el jaleo, camino otro poco, para ir acercándose lentamente. Y en cuanto tuvo al objetivo a tiro levanto la ballesta y volvió a disparar.

Su objetivo era precisamente el orco mas grande. Si hubiera querido vivir mas, que se hubiera quedado en su casa.