Partida Rol por web

El Templo del Mal Elemental

Las Ruinas del Templo

Cargando editor
03/12/2010, 11:14
Director
Sólo para el director
Cargando editor
03/12/2010, 11:16
Director

La semiorca se asomó por una de las pequeñas ventanas que daban al exterior de la torre, de repente, un flechazo salió disparado hacia ella sin revelar nada más en la oscuridad. Mártel abrió los candados que sellaban la puerta principal, sin preguntarse cómo había gente dentro si estaba cerrado por fuera, una vez lo consiguió, dos lanceros arrojaron sus armas contra ella y en un acto reflejo, cerró de nuevo las puertas. Gáremond, el druida, trató de prender fuego a la torre, consciente de que en el interior había enemigos, lanzó una antorcha por la ventana hacia el interior. Sólo pudo atisbar que una especie de cortinas negras ocultaban el interior de la edificación. Su estrategia no daba ningún fruto.

Tras un pequeño debate, Otis y Elmo se encararon a la puerta principal, aseguraban que había que atacar sin más dilación. Al abrir las puertas, Spugnoir lanzó un soporífero hechizo que dejó fuera de combate a unos cuantos soldados. La torre albergaba decenas de mercenarios y sería una dura tarea deshacerse de todos. Esta vez, la estrategia parecía funcionar, Otis y Elmo, apoyados por Emén y Máldor lanzaban sus poderosos ataques contra los soldados mientras el apoyo inestimable de los conjuros de Mártel y Gáremond inclinaban la balanza en favor de los héroes. El murciélago familiar de la maga elfa mordisqueaba a los adversarios que previamente habían quedado groguis por diversos conjuros.
Cuando las fuerzas enemigas vieron mermadas sus líneas, uno de sus líderes huyó por una puerta que llevaba a otra habitación. Sólo segundos más tarde, una sección del techo se abrió, dejando caer una gran bola de fuego que afectó a quienes estaban cerca de la entrada, entre ellos dos guardias enemigos. Elmo y Otis mostraron entonces todos sus recursos de combate, dejando patente que eran dos grandes luchadores.
Tras la batalla, Gáremond ofreció sus curaciones que Otis pidió que fueran para sus compañeros ya que él se veía capacitado para continuar a pesar de sus heridas.
Aunque varios miembros del grupo querían descansar, Spugnoir aseguró que si dormían perdería todos sus conjuros, ya que había perdido su libro arcano y no podría preparar nuevos encantamientos. Era por ello que su trato era quedarse con todos los pergaminos y libros de conjuros que se encontraran.
Tras inspeccionar la torre, vieron que probablemente el líder había huido por una trampilla escondida bajo un baúl en una de las habitaciones de la torre. Probablemente este pasadizo les llevaría a las entrañas del templo y así decidieron adentrarse en él. Elmo utilizó una lámpara de aceite que Emén había encontrado para alumbrar el camino, mientras el herrero mantenía su arco finamente tallado tensado por si había enemigos.
Llegaron a una estancia donde se vieron sorprendidos por un basilisco, Elmo y Otis quedaron paralizados pero momentos más tarde, Gáremond descubrió que se trataba de una ilusión. Con todo el grupo recuperado, de repente una estela llameante revoloteó por la estancia iluminando los cresoles y candelabros de la cámara, revelando dos puertas. - ¡Boccob!- Dijo Spugnoir, decidieron entrar en una de las habitaciones donde encontraron a un mago ya su diabólico familiar protegidos por una especie de esfera mágica. Sus conjuros no parecieron funcionar correctamente y al verse sobrepasado huyó por una puerta oculta en una sección de la pared, sellándola con magia tras de sí. Mientras Mártel y Gáremond inspeccionaban la sala, el resto de combatientes se adentraron en la otra estancia. Una fuerza invisible casi logra asestar un duro espadazo a Emén que sintió una pequeña ráfaga de aire provocada sin duda por una espada. Esto inquietó notablemente a los compañeros pero no los amedrentó. Emén viendo peligrar su vida, salió de la estancia por lo que fue recriminada por Otis y, en un violento golpe, el terrible enemigo alcanzó mortalmente a Máldor. Otis entró en cólera y finalmente pudo deshacerse del enemigo que al expirar su último aliento reveló su verdadera identidad, una semiorca, probablemente líder de alguna sección del templo.
Las lágrimas corrían por el rostro de Otis, que dijo que había que enterrar a Máldor como si se tratara de un héroe y recriminó una vez más a la semiorca por haber huido, aunque esta se vio claramente afectada por la muerte de su compañero. Tras una pequeña plegaria, siguieron con su búsqueda.
En la estancia del mago, vieron que había un plano colgado en la pared que Gáremond se apresuró a investigar. Al descolgarlo una violenta descarga flamígera explosionó en el interior de la cámara fulminando a Mártel y dejando al borde de la muerte a Gáremond.
La búsqueda del orbe se estaba convirtiendo en una pesadilla y tras llorar la muerte de la maga, accedieron a la cámara secreta por donde había huido el mago.
Entraron a una especie de estudio con varios objetos muy interesantes, entre ellos una caja a la que sólo Gáremond pudo acercarse, el resto parecían indisponerse cuando se acercaban a ella. El druida la abrió y comprobó que contenía el Orbe de la Muerte que tanto habían sufrido por encontrar. Otis le advirtió que ni si quiera lo tocara ni intentara usar su poder, lo que el druida acató a la perfección.
Decidieron volver a Hommlet donde se entrevistarían una vez más con Burne, este les explicó que su búsqueda no había concluido, el orbe estaba incompleto y debían forjar una poderosa atarraga para, una vez completo, destruirlo para siempre. El mago se veía preocupado, pues dijo que una pareja de sicarios habían venido al pueblo en busca de venganza por la muerte de Lareth, esta nueva oleada del mal se estaba cobrando demasiadas vidas inocentes.
Otis, el herrero, dijo que su misión con el grupo había concluido, debía volver a Nulb donde su negocio estaba póbremente atendido y confirmó que podría forjar la atarraga, siempre que le proporcionaran los materiales necesarios.

 

Notas de juego

Claves:

- Emboscada en la torre de vigía.

- Spugnoir carece de libro de conjuros.

- Máldor expira.

- Otis recrimina a Emén.

- Mártel expira.

- El Orbe es descubierto, Gáremond es su portador.

- Burne adelanta el método para destruir el templo.

- Otis deja el grupo

 

PNJs Conocidos:

- Falrinth, el portador del orbe.

Cargando editor
03/12/2010, 11:36
Director

Spugnoir, desde que los compañeros volvieron a Hommlet, parecía más interesado en estudiar el libro de conjuros de Falrinth que en volver a las mazmorras del Templo. Elmo supo enseguida que el mago se separaría del grupo, al menos de momento. Y así fue, Spugnoir no había encontrado su libro de conjuros pero, con tiempo, podría adaptar el del poderoso mago a sus necesidades.
Así pues, el resto de la alianza, siendo ahora un trío formado por Gáremond el druida, Emén la semiorca y Elmo, volvieron a dirigirse al Templo del Mal Elemental. Éste último advirtió al grupo que la próxima vez que necesitaran provisiones o información, deberían evitar volver a Homlet porque se encontraba a casi dos días de camino y el tiempo parecía ser crucial.
Una vez en el Templo, los compañeros decidieron dar un rodeo por la estructura principal de éste, pues no creían que era una buena idea introducirse por el pasadizo de la torre que ya conocían, pues no sabían donde les dirigía realmente.
Cuando llegaron al sello de las puertas principales, vieron a un pequeño ser enmascarado intentando abrir dicha entrada. Elmo casi entró en cólera y le advirtió al excentrico ser que desistiera en su intento o desataría de nuevo al Mal. Poco después, el enmascarado se presentó, se trataba de Rosco, un mediano de las tierras de Ulek que poco más dijo sobre sus motivaciones o por qué ocultaba su rostro. Parecía diestro usando la magia y el grupo le acogió de buen grado.
Mientras estaban conversando afablemente, los compañeros empezaron a ver una sombra extraña detrás de un arbusto, evidentemente alguien les estaba siguiendo. Cuando todos se disponían a atacar, un extraño elfo salió de los matorrales. Decía haber estado siguiendo al grupo y se había fijado en que no disponían de un sanador decente, por eso él quería ayudarlos. Pese a las reticencias de Gáremond, los nuevos compañeros decidieron aceptarlo, pues tras la marcha de Spugnoir y Otis, así como las muertes de Mártel y Máldor, les había dejado en cuadro.
En su examen de la estructura principal, encontraron dos puertas laterales que casualmente estaban abiertas. Los compañeros entraron sin más, tras el mediano, que no parecía temerle a nada. La planta principal del Templo era bastante modesta, aunque verdaderamente amplia. Tenía varias secciones con altares independientes y sacristías diferentes. En alguna de ellas encontraron vestiduras ceremoniales y algún que otro cadáver en estado óseo. Les sorprendió que no hubiera nadie por allí, la actividad era evidente, pero todo parecía derruido y abandonado. Lo que más atrajo su atención, fue sin duda el altar principal. Una especie de mosaico hecho con baldosas de varios colores y un trono de basalto violáceo en su centro, parecía ser lo más significativo del Templo. Al principio vacilaron, pero Rosco finalmente decidió pisar las baldosas y ningún efecto parecía acontecer. Cuando apartaron su miedo, todos colaboraron en descifrar aquel acertijo, ya que el mediano había descubierto que se trataba de un mecanismo mágico.
Viendo que su éxito sería imposible, decidieron descender por las escaleras principales, Gáremond oyó algo e intentó descifrar de qué se trataba. Pero sólo descubrieron que era una especie de cántico u oración tenue. El oso familiar del druida hizo una primera exploración, determinando sólo que había una puerta de doble hoja. Al descender las escaleras, el resto de la alianza se encontró con unas puertas similares a las de la entrada principal del templo. Todos sabían que este no era el itinerario correcto y decidieron utilizar las escaleras de una de las sacristías que previamente habían encontrado.

Notas de juego

Claves:

- Spugnoir deja el grupo.

- Rosco y Stoner se unen al grupo.

- El templo parece desprotegido.

- Enigma sin resolver en el altar y el trono.