Partida Rol por web

 El agente, al escuchar lo que dice Eban, se acerca a vosotros. - ¿Es cierto eso que decís? - sabiendo la atención que atraeran de los curiosos decide convidarlos a que entren en el coche patrulla al tiempo que hace un gesto para que lo hagáis - Entrad al coche, en la comisaría tomaremos nota de todo lo que sepan acerca de este incidente.

- Si es que ya decía yo que a la comisaría.. - Pensé pero sin decir nada, asintiendo a las palabras de aquel policía cuando Eban consiguió llamar claramente su atención.

- Me temo que así es.. - Susurré aún sin poder creerme lo que estaba sucediendo.

Entré en el asiento trasero del coche, dejando a Eban que fuera delante si quería como era costumbre en un coche normal, debido a que él era un varón. En un coche de policía no sabía si alguien se podría sentar delante, pero bueno, para el caso era lo mismo.

Seguía sin recuperar mi calor corporal y estaba muerta de miedo ante lo que estaba sucediendo. Desde la ventana del coche, dejé que mi mirada se perdiera mirando hacia el lugar donde estaba el cuerpo del viejo, pensando, en que si me hubiera ido yo sola, quizás ahora el cadáver fuera el mío y no el de él.

-¡Santo Dios!- exclamo, horrorizada, ante lo que estoy viendo. ¿Pero qué demonios está sucediendo aquí?

Pese al horror que estoy presenciando, y teniendo como tengo el arma en la mano, ni me planteo dos veces lo que voy a hacer. Me pongo en pie y me aproximo a él, dispuesta a meterle un tiro entre ceja y ceja. No sé si es Cottle, si es el tiparraco que me atacó, o quién es quien tengo ante mí. Sólo sé que algo así es inhumano, y no pienso quedarme a esperar a ver si es amigable o no.

 Horrorizado por lo que acaba de presenciar, aun teniendo tal visión de costado, cae al suelo de arrodillas mientras se agarra del pelo y comienza a gimotear.

 Turno de iniciativas ronda 1

Anne (arma de fuego), Anonimo (10), Anne (7), Abbot ("loco").

Próxima como estoy al individuo que se está desangrando por propia voluntad ante mí, tomo mi revólver, apunto directamente a su frente, y disparo, a un metro de distancia de él...

Pero justo cuando voy a disparar, el recuerdo de haber vivido esta escena ante mí, no hace mucho, y la imagen de Abbot babeando como un idiota en el suelo, hacen que me distraiga por un segundo, lo suficiente como para que el disparo salga desviado de su objetivo.

 Eban y June son llevados a la comisaría antes de que la ambulancia parta hacia el forense. Igualmente se queda otro coche patrulla en la zona controlando el tráfico y preguntando a los transeúntes.

En la comisaría os preguntan acerca de lo que sabéis sobre Bernard Cottle y el suceso acaecido.

Sin inmutarse por el disparo, pero riéndose sin parar, se acerca a la mujer y la apresa, aunque ella intenta evitarlo sin éxito.

La agarra por el hombro y la alza mirándola detenidamente desde abajo. ¿dónde están los fragmentos? - sisea la voz. Los pies de la mujer no tocan ahora el suelo, pero tiene las manos libres.

-¿quggé... Qgggggué fragmentgos?- me tiene apresada, y me cuesta respirar...

"Maldito bastardo.  Te voy a dar yo fragmentos, cabrón".

El lenguaje de señorita que me han enseñado, ha desaparecido como por arte de magia de mi mente.

-Abbot, ¿a qué eggggpera? ¡¡¡¡¡MMhaggga aggggo!!!!!

"¡Míralo! Tan bravucón cuando se enfrentaba a dos señoritas, y cuando ha de hacerlo contra un hombre, o un ser extraño, pierde la cabeza como una colegiala".

Mi revólver sigue en mi mano... Ese maldito idiota que me tiene apresada no parece ni fijarse en él. Lo agarro con determinación, y se lo aproximo al cuerpo. No sé ni a dónde estoy apuntando, ya que no veo más que su rostro sangrante, pero aprieto el gatillo como si me fuera -mejor dicho, es que me va- la vida en ello...

Creo que uno de los dos disparos le ha impactado... No daría mi vida por asegurarlo, pero me ha parecido que el sujeto asqueroso contraía los músculos durante unos segundos, justo cuando sonó mi revólver...

 La bala le da en pleno pecho agujereando un pulmón. Sangre oscura sale a borbotones del orificio, pero el tipo no parece sentir dolor. En su lugar mantiene su postura firme y comienza a apretar el cuello de su víctima mientras repite. - ¿dónde están los fragmentos? - pero esta vez, gira la cabeza preguntando a Abbot.

Abbot deja de gemir y comienza a farfullar algo mientras se levanta. Baba o saliva se le cae por la comisura de los labios, los ojos los tiene desorbitados y te mira con una cara de loco realmente desagradable. El pelo lo tiene alborotado y las manos no dejan de agitarse.

Comienza a imitar la risa del monstruo. 

 Turno 2, combate

Iniciativa: Anne (antes de la accion), Anónimo (10), Anne (7) Abbot (des/2= 5), Anne (Des/2=4)

Intento volver a dispararle, aunque sé que no le va a hacer efecto...

-Tú y tu maldita lámpara, arderéis en el infierno- me río a carcajada limpia, mientras los miro a ambos con odio.

 La bala se desvía, aun teniendo el arma en la mano es difícil apuntar sin apenas respiración y agitándose continuamente.

El monstruo comienza a estrangularla mientras sonríe, dejando ver los dientes negruzcos y cadavéricos.

Si piensa que he llegado hasta aquí solo para ver cómo un "descarado" me estrangula, lo lleva claro...

Si piensa que me voy a dejar asesinar para disfrute de Abbot, lo lleva aún más claro...

Empuño de nuevo el arma... Tarde o temprano, te destrozaré... Aunque tenga que disparar las 6 balas, o aunque tenga que liarme a mordiscos contigo si hace falta...

No voy a morir, que lo sepas...

Mi declaración:

Que estoy en la ciudad por una herencia en la que he sido nombrado junto con mas personas como herederos y que el antiguo socio de Cottle esta perturbado y se ha propuesto conseguir uno de los objetos. Que ya ha sido presentada una denuncia con anterioridad pero que pare que la policía no se esta tomando en serio la protección de los ciudadanos , que si lo hubiesen hecho seguramente Cottle habría corrido mejor suerte

- No es que pueda decirles mucho agentes, tan sólo que nos habían hecho venir a la ciudad por una herencia.. - dije aún con tono de voz muy bajo, sin poder hablar demasiado alto, al menos  en las primeras frases. - El caso es que el Señor Cottle y otras tres personas más, entre ellas, el caballero con el que vengo, habíamos sido nombrados nuevos dueños de un tienda de antigüedades por el difunto. No es que haya demasiado a parte de polvo y objetos que no valen para nada, pero una de las mujeres ya sufrió un ataque en el hotel, por parte del mismo que atacó al abogado en la reunión que mantuvimos y supongo que será la misma persona que mató a Cottle, pero claro, esto sólo es una conjetura.

La toma de declaración se lleva en el area administrativa del edificio, lugar donde numerosas mesas, agentes y otras personas -tanto criminales esposados como víctimas declarando- se encuentran. En estas horas hay más barullo - se excusa el agente, mientras os hace acompañarle hasta su sitio.

Despues se sienta y os sentáis en frente de su mesa. El agente apunta todo mecanografiandolo en el momento en que le comenzáis a hablar de ello. Ocasionalmente os hace alguna pregunta. Despues de escucharos a ambos, resopla con fastidio - parece complicado, pero hay cosas que no me terminan de convencer... miraré qué hay acerca de los otros casos de los que me habláis. Si me podéis decir los nombres de todos, tanto del abogado como de los otros "herederos"... 

Luego de apuntarlos, su jefe lo llama, seguramente para hablar del caso de Cottle. Se retira un momento disculpándose. Y os deja allí.

Mientras esperáis, veis al detective, Connell, hablando con otro agente, el cual no debe estar de servicio, pues no lleva uniforme, en una esquina.

 Sé donde están! Lo sé! - grita mientras se acerca a las cosas que ha dejado caer la mujer, en su empeño por no ser estrangulada por aquel ser.

Rebusca en el bolso y en seguida encuentra los fragmentos. Aun agachado, se lo muestra al monstruo - Mira! sólo nos falta uno! solo uno! y podré tener el mundo en mis manos! desvelar los secretos que encierra el universo! sí! sí, sí sí... SÍ!!! - alza la voz y corea al djinn mientras sus ojos desorbitados no pueden quitar la vista de los fragmentos de la lámpara.

Ahora nada ni nadie se interpondrá en mi destino! - aulla, como un loco.

 El monstruo, aun con las balas alojadas en su pecho y estómago, sin inmutarse por dolor alguno, te lanza contra una pared usando su enorme fuerza.

El golpe seco, contra la pared, te hace golpearte duramente.*

Luego sin prestarte más atención recoge los fragmentos que Abbot le tiende y los guarda en los bolsillos de su abrigo viejo, deslustrado y largo. Vuelve a taparse el rostro con el sombrero y sisea una advertencia - Si no quieres morir lenta y dolorosamente, no vuelvas a cruzarte en mi camino. Luego te da la espalda y se dispone a irse por donde ha venido.

Abbot le sigue.