Partida Rol por web

Por si mi descripción fue insuficiente.

El bufete es en realidad una antigua mansión, tiene un jardín alrededor del edificio y todo ello está circundado por una tapia, con una puerta enrejada, bastante amplia. Por supuesto las calles están al otro lado de la valla.

En cuanto a la pared del edificio, como casi todas las casas coloniales, las enredaderas son una decoración propia de ellas, no es suficientemente resistente para que una persona la use para escalar, pero si que podrían servir de ayuda. Al ser de ladrillo también se podría escalar con suficiente habilidad. Hasta la segunda planta hay unos cuatro o cinco metros.

Por otro lado, sigue lloviendo, la pared y la madreselva no están precisamente bien para escalar, pero sí que hay huellas alrededor.*

Tras echar la puerta abajo William entra en la sala, acompañado de Anne y June, las dos damas asistentes a la lectura del testamento. La escena que observan le sobresalta y por un momento el maduro parapsicologo tiene la tentación de ocultarse tras las dos mujeres. *maldita sea ...ahora es cuando la cagas, William. No tienes ni la fuerza para enfrentarte a ese individio con vendas ni la labia para convencerle de que cese en su actitud hostil. Al menos da un paso al frente y da la cara..si, es mejor ser un inutil, que un inutil cobarde*

William se recompone y da un paso al frente con las manos en alto, en actitud pacifica, a la par que dice:

*Tra... tranquilizese, señor, suelte al señor Swanson ...... y podemos hablar de lo sucedido*

Empujo la puerta con fuerza, no sin un verdadero esfuerzo, ya que las veces que he tenido que recurrir a hacer algo así se pueden contar con los dedos de una mano. - Si mi padre me viera hacer esto, seguro que como siempre, me estaría preparando un sermón para luego, diciendo cuáles son las cosas que ha de hacer y que no ha de hacer una señorita.. - Pienso mientras comienzo a hacer fuerza.

Al menos, el esfuerzo ha merecido la pena, y entre todos, conseguimos que la puerta se abra, aunque mi cara se vuelve todo un poema al ver la escena que trascurre delante mío. Me quedo unos segudos atónita, pero luego, hablo como si no estuviera asustada ni lo más mínimo, aunque en realidad no sea así.. - Benditas las clases de interpretación.

- Señor, suelte al abogado, hemos avisado a las autoridades y están de camino.. - Digo al hombre vendado. - Se habrá escapado de algún hospital cercano y tratará de conseguir dinero o alguna cosa así..

Al oir las palabras de la dama, William echa un paso atras y se pone a su lado, a la par que asiente con la cabeza, en un claro intento por reforzar las palabras de June. Pero aun mantiene las manos en alto. *si, definitivamente la mentira era el mejor recurso, mi joven acompañante ha acertado....William eres un desastre, mejor estate calladito si no quieres salir mal parado de esta situacion*

Tras abrir la puerta, empiezo a tratar de zafarme del resto. El espacio es muy reducido, así que tras los codazos de rigor, aparto con la mayor cortesía al señor Abbot, sólo ligeramente, para que me deje ver algo, pues por mi escasa estatura los tres presentes me tapan la visión. Al ver la escena, me muestro horrorizada, dejando escapar un grito ahogado.

"Actúa, aprisa", me obligo a pensar. Oigo lo que dicen mis acompañantes, por lo que no creo que deba añadir nada más. La mentira de la joven me parece bastante poco convincente, ciertamente, pero a lo mejor el individuo pica el anzuelo...

Si no suelta al señor Swanson inmediatamente, descenderé las escaleras a toda prisa para llamar a la policía desde el teléfono de la secretaria.

Socorro... ayudénme... - dice antes de desvanecerse, aún colgando de las manos de su agresor

Mira un momento a los tres que acaban de irrumpir en la habitación y luego menea la cabeza, vacilante. - Ya he terminado con él... podéis quedaroslo - dice con una voz herrumbrosa, arrastrando las palabras en un tono grave.

Arroja a Swanson al suelo, y salta por la ventana.

Las huellas van solo en dirección a la mansión. Cuando os disponéis a dar media vuelta para ir a llamar a la policía desde algún teléfono, escucháis un ruido de cristales rotos y véis caer al suelo, a un tipo, envuelto en un abrigo y un sombrero bien calado, con las manos y el rostro vendado.

Cae y escucháis el impacto de su peso contra el suelo. El tipo se yergue sin problemas y prosigue su carrera en dirección a la tapia más cercana.

Salgo corriendo hacia la ventana, y trato de ver hacia dónde ha huido el agresor. *

"Deberías comprobar si sigue vivo", me digo, mientras me asomo a la ventana. Sigue lloviendo a mares. "Ya..." me muerdo el labio con angustia. "Pero si está muerto...".

Tras mirar por la ventana, me arrodillo junto al hombre y trato de tomarle el pulso.**

Despues de saltar por la ventana, el tipo corre hasta la tapia más cercana alejándose de la mansión. Sigue lloviendo y está oscuro.

Su abrigo y el sombrero le cubren por completo.

Está vivo. Tiene pulso. Está desmayado.

Tiene varias contusiones y magulladuras, sangra por la boca y la nariz, por haber recibido varios golpes contundentes.

Sin entender demasiado bien lo que acaba de suceder y viendo como la mujer se asoma a la ventana, mi reacción, cuando consigo moverme, es la de acercarme al abogado y comprobar si aún sigue con vida, que por el tono de las palabras del hombre vendado, lo dudada seriamente.

- Pero qué es lo que acaba de suceder aquí? No entiendo nada.. - Pienso a la vez que me agacho para examinar el cuerpo del abogado, o al menos, zarandearlo un poco a ver si se mueve.

Cuando aun estoy asimilando el ruido de los cristales veo caer el cuerpo que golpea contra el suelo Oh, dios mio! es lo único que me da tiempo a pensar, cuando estoy tratando de acercarme para comprobar el estado del ombr este se levanta y se va corriendo Es imposible miro con cara atónita al señor Cottle tratando de confirmar lo que acabo de ver ya que me parece imposible.

¿Ha..?, ¿ha visto usted eso señor Cottle?, ¡es imposible! exclamo mientras me quedo observando boquiabierto la dirección en la que se ha ido la extraña figura

Miro a la señorita Adams mientras tratamos de atender al señor Swanson.

"Gracias al cielo que está vivo" me digo tras tomarle el pulso. El pobre hombre presenta un aspecto desolador. Está claro que le golpeó con saña, con furia. Veo sangre manando de su boca, de su nariz...

-Desgraciadamente no he podido ver hacia dónde se dirigía el agresor- les digo a los presentes- Y tampoco me creería capaz de hacer una descripción a la policía, pues apenas lo he visto. ¿Le han visto el rostro? ¿Alguno de ustedes lo ha podido ver con claridad?

El señor Swanson no vuelve en sí. Hay que hacer algo de inmediato.

-¿Ninguno de ustedes es médico? ¡Hay que llevarlo al hospital de inmediato! ¡Y debemos avisar a la policía!- me dirijo a la secretaria- ¡Por favor, baje al piso inferior y haga las llamadas pertinentes, señorita!

"¡Dios! ¡Con lo bien que estaría yo ahora en mi casa, tirada en la alfombra ante la chimenea, leyendo "Las Flores del Mal"...".

Miro a los demás, asustada por lo sucedido. "Esto parece una pesadilla".

Me dispongo a dar la vuelta para realizar una llamad a la policía cuando un nuevo sonido me detiene, me giro y observo sin poder evitar dar un salto hacia atrás como un cuerpo cae desde el segundo piso y se estrella contra el suelo, para enseguida volver a levantarse y salir corriendo. Vaya, y se va corriendo. Me giro quizá buscando que la fortuna haya traído a alguien de la policía aunque con poca esperanza, y escucho las palaras de Eban...

Señor Jhonson, es un segundo piso... dudo bastante que no se haya hecho nada, pero en situaciones como esta la adrenalina puede hacer cosas increíbles. No obstante llevaba las manos y el rostro vendado...

Barajando conjeturas y posibilidades en mi cabeza, miro hacia la ventana para ver que allí se encuentran* el resto de invitados observando la huída del ladronzuelo. Levanto la mano que me queda libre a modo de saludo y con una sonrisa... ¿Se encuentran bien?¿Han logrado ver el rostro del ladrón? Lo cierto es que la vida de un anticuario rara vez se agitaba si no lo buscabas tu mismo, y esto era como un soplo de aire fresco... Daniel, seguro que esto es por ti...

La secretaria respira aliviada al saber que su jefe está vivo, luego baja a llamar al médico y la policía.

Justo tras darle orden a la secretaria, oigo voces en la calle, así que me apresuro en regresar junto a la ventana. Diviso al señor Cottle, que es quien está hablando. Tras él localizo al joven que aguardaba junto a nosotros en la sala de espera, tan solo unos minutos antes.

¡Han atacado brutalmente al señor Swanson!- les explico, y aunque procuro mostrarme calmada, en mi voz se reconoce un ligero tono de nerviosismo que me veo capaz de ocultar- Acabamos de llamar a una ambulancia y a la policía. ¡Es horrible! ¿Ustedes tampoco han logrado ver el rostro del agresor?- suspiro decepcionada. No me gusta la idea de que un hombre capaz de hacer lo que ha hecho esta mañana ande suelto por las calles de Arkham...

"Debemos ponerlo en conocimiento de la policía de inmediato" pienso, tratando de recuperar la compostura y la sangre fría. Alterarme no me va a servir de nada. "Voy a regresar junto al señor Swanson, quizás pueda ayudar a reanimarlo...".

Me acerco al hombre, y tratando de recordar las nociones de primeros auxilios que me enseñó mi madre, procuro hacer lo que esté en mi mano por ayudar al herido. Sólo espero no meter más la pata... Trato de reanimarlo, de hacer que vuelva en sí.

Sorprendido por las palabras de la joven, vuelvo a dar un vistazo al fugitivo y perdiendo la esperanza de cogerle, decido subir al cuarto a ver que es lo que ha pasado... la curiosidad me puede. Joven, voy a subir a la habitación a ver que ha pasado, me temo que mi forma física no sea la mejor para perseguirlo, y no se hasta que punto podría ser seguro para usted, así que le invito a acompañarme .Así pués entro de nuevo en la casa, no sin antes cerrar el paraguas y subo las escaleras dispuesto a ver la escena y lo ocurrido...

La mujer se acerca al cuerpo del hombre y parece saber lo que hace, así que sin mediar palabra me aparto de él, ya que no es mi intención estorbar. Aún así, presa de la curiosidad, examino la habitación, por si hay algún detalle que nos pueda indicar qué es lo que estaba haciendo aquí este hombre y a que ha venido esa forma de atacar al abogado.

Recupera la consciencia pero aun está aturdido. Tiene la mirada perdida y balbucea palabras inconexas, mientras le aplicas los primeros auxilios.