Partida Rol por web

Allí dejó al hombre que se quejaba pues ya había arreglado su problema del sombrero. Al entrar en la taberna y pedirle las armas se quedó paralizado cavilando sobre a qué se refería el  posadero a ese respecto.  No es que en aquel sitio abundara el éter, pero  había lo suficiente como para que Sapo hiciera alguna cosilla. Lentamente, muy lentamente, de manera casi exasperante, fue desenvainando sus tres dagas una tras otra. Dos del cinturón y otra la sacó de la boca.  

- Una, dos y...- Acercó la mano a la boca y sacó la tercera de su interior, como si la hubiera estado guardando en su garganta.-...tres. No  puedo comer si la dejo ahí , así que mejor que se las de hasta que me vaya.-  Se quedó observando la reacción en el rostro del posadero a ver si coincidía con lo que le había dicho su maestro. Expresión de sorpresa: Cejas que se elevan a fin de que se conviertan en curvas y altas. Se abren los párpados, se levanta el superior y se baja el inferior. Caer la mandíbula mostrando labios y dientes, sin tensión en torno a la boca. Normalmente coincidía, pero las personas eran muy variables, algunas incluso, sólo tenían una ceja, única y larga.

Se dirigió a la mesa donde había una silla libre. Con un ojo escrutó la silla y con el otro al número 10 con los que compartiría  una agradable cena. Levantó la manita cuando el Rhasiel habló  y se señaló a su mismo para que el posadero entendiera quería exactamente lo mismo: algo de comida y hablar con Corian.

- Pequeño.- Repitió como un loro la última palabra del extraño. Cuando el número 1 habló, el gnomo hizo un rápido cálculo. ¿Querrían bañarse en semejante cantidad de líquido? No le salía el beneficio por ningún lado para el posadero. Dos pintas le daban a él para hacerse un buen lavado a lo gato. 

- Yo apenas beberé a sí que puede darle las dos pintas que me corresponden a estos señores.- Le gustaba ayudar a la gente. 

Sin más se dispuso a sentarse no sin antes poner un pañuelo limpio encima de la silla y ajustar la distancia  a los otros comensales. No le importaba comer con ellos mientras no invadieran su pequeña esfera de seguridad. Apenas llegaba a la mesa, sólo se veían sus dos enormes ojos cada uno apuntando a una dirección.

Os fijáis que uno de los parroquianos de la mesa de al lado os mira, gira la cabeza tratando de disimular una sonrisa y tapándose la boca, le dice algo que no alcanzáis a oír a sus cinco compañeros, los cuales lo celebran con fuertes risotadas, parecen algo ebrios...y sus miradas no son muy amistosas.

El posadero y vosotros observáis como el Gnomo saca de su garganta una daga y se queda tan ancho.

Por su evidente cara de sorpresa y repentina felicidad, parece que el truco le ha gustado mucho. "¡Vaya! ¡Ésto sí que no me lo esperaba....un juglar!" aplaude con sonrisa divertida... "Cualquiera lo dirí..ejem.......pero si tras la cena hacéis unos cuantos trucos más, para entretener a mi clientela y les gusta, os invito a vos a cenar y a dormir, al menos por ésta noche, ya que tenéis intención de hablar con Maese Corian". Tras escuchar vuestras peticiones, asiente varias veces y se va hacia la cocina, tratando de atender las peticiones de bebida de unas cuantas personas más...."Maldita muchacha....¡sal de la cocina ya y ponte a servir mesas!"  grita hacia la barra, llevando varias jarras en sus manos. 

De la cocina surge una muchacha de unos quince veranos, morena y con el pelo recogido en una trenza que le llega por los hombros, con un vestido lleno de pequeñas manchas de comida y sudor, cargando con una gran bandeja de madera negra y múltiples platos arriba de ella. "¡Ya va! ¡Esos lechuguinos comen como si no hubiera un mañana! ¡Que tengan paciencia o que se vayan a casa con sus mujeres a comer!". Paseando entre las mesas y esquivando alguna que otra mano, la muchacha, cuya presencia de ánimo es envidiable para la edad que aparenta, sirve las mesas y recoge algunas escudillas, pasando cerca de la vuestra mientras os observa con curiosidad apenas fingida en los ojos.....

El hombre sigue observándote mientras mira a su alrededor un par de veces.....parece que el enfado ha dado paso a algo de malestar...."Parece que comienza a refrescar.....dígame algo y no llore, hombre...seguro que podemos hacer algo para ayudarle." te dice mientras pasa el peso de un pié a otro, observando como sollozas en la puerta de la posada. 

Del interior, sale un olor muy agradable a pan recién horneado, y se adivina el olor a cerveza y vino también. Puedes ver también el resplandor de unas llamas en una de las ventanas, mientras el fresco de la noche y la humedad del relente comienzan a calar en tí.

Oyes las voces y el jaleo del interior de la posada, parece que la noche comienza su andar....y dentro parecen estar pasándolo bien...

Shagar observa a la chiquilla desde su asiento, con el codo golpea a su hermano un par de veces.

Lastima de ser tan poca cosa, un poco mas fuerte y le enseñaria un par de cosas.

Eh niña! queremos comer, a no ser que quieras ser mi plato principal!

Con el rostro impasible como siempre Rhasiel hace unas señas a la chica para que se acerque y poder hablar con ella sín tener que gritar.

Parece que tus otros clientes van a buscar pelea, yo de tí les quitaria esa idea de la cabeza.
 

No le hizo ni pizca de gracia el comentario de su hermano. A mamá Marna le había pasado algo parecido, violada por un orco musculoso y viril. Pero no era eso lo que le preocupaba ahora... Estragón se empezó a entristecer. Sentía que las burlas eran sobre su peso, que las miradas se clavaban en su barriga. Le empezó a entrar angustia. Y cuando Estragón era presa de la angustia, le daba por comer.

Uhhh... ¡NIÑA! ¡TRAE TRES BOCADITOS CALIENTES PARA MÍ! Uhú, snif, uhú uhú... ¡Y RAPIDITO!

Ya sabía que llevaban queso, seguramente en forma de pequeña bola, ahuecada para rellenar con especias y cocinada al horno como si fuese pan. Con poca leña, para que el queso no se gratinase y quedara pegado a la bandeja de hierro.

Ya sé, hermano, que cuando como queso me entran flatulencias... Perdóname por adelantado.

Y aún sin haber metido ni una sola onza de queso en su boca durante los últimos dos meses, un ligero y largo pffffff se escuchó cerca, como si sus gases supiesen que tenían que empezar a dejar sitio a los nuevos inquilinos gaseosos. En el fondo Estragón era como un bocadito caliente: hinchado y relleno de sustancias aromáticas.

El elfo arquero recién llegado, silencioso y echado a un lado para no molestar los movimientos dentro de la sala, había estado observando la escena todo el tiempo, pero no había hecho visos de ir a participar en ella. Ni ahora ni nunca, por su expresión fría. Finalmente enarcó una ceja al escuchar la sonora flatulencia del semi-orco y se dirigió hacia el posadero.

-Avíseme cuando el señor Corian esté disponible, por favor. Estaré fuera. 

Y sin esperar respuesta salió a un ambiente menos enrarecido, más tranquilo y más... libre de personas. Más como a él le gustaba. Cenaría después, cuando quedara una mesa libre. Masticaría alguna hierba para entretener el hambre hasta entonces.

La chica se acerca a vosotros, ignorando lo que parece una seria amenaza del Semi-Orco grande y recio sentado a la mesa, mirandoos con curiosidad manifiesta..."¿Así que sois aventureros? Vaya...panda." dice....y sonríe mientras os mira. "Nunca había visto un grupo así de raro.....el pequeñín me hace gracia....jijiji..." ríe mientras señala a "Sapo" con un dedo y se tapa la boca con el otro...

Al escuchar la advertencia de Rhaisel, menea la cabeza y le contesta "Uff.....Bran y sus amigotes son disquiciantes...me ponen de los nervios. No tratan más que de manisearme y buscar gresca....ojalá alguien los metiera un buen puño en su dura cara..." . Os cuesta entender algunas de sus palabras, como si no tuviera del todo claro cómo se dicen, pero demuestra un desparpajo y una naturalidad que son encantadoras. Asiente al Elfo, conforme lo ve salir y alza una ceja, poniendo una mueca como de "vaya tío raro...". Al momento, se gira y mira hacia donde están los Semi-Orcos, tapándose la nariz y se aleja al otro lado de la mesa....."Buagh.....qué peste! Eso no se hace aquí..¡fuera hay litrinas!" dice algo enfadada mirando hacia los pieles-verdes. 

Os toma nota de todo y al poco rato trae una bandeja con diversos platos.....varias raciones de "bocaditos calientes" que resultan ser trozos de pan cortados y condimentados con vino blanco, una cortada de queso por encima derretida y algunas hierbas aromáticas que completan la presentación. Realmente están buenos, crujientes y tostados, saben bien y calentitos, entran mejor. También os deja unas cazuelas de barro con lo que parece un estofado de patatas con verduras y algún que otro trozo de carne, diríais que es pollo, aunque no tiene demasiados trozos de carne y sí muchas patatas y verduras. La cerveza os la sirven en una jarra generosa, de peltre, algo abolladas. Aunque amarga, no tiene mal sabor, deja un regusto a madera o hierbas que no os resulta del todo desagradable y tras dos jarras, comenzáis a notar el efecto embriagador del alcohol. Os sentís mejor, algo más descansados del viaje y ya no tan hambrientos. 

La velada va pasando.........

Heian:

El guardia, viendo que no paras de sollozar, desiste en su empeño y te dice "Mire, no puedo hacer mucho si no me da información.......cuando se tranquilice, búsqueme ahí dentro y dígame lo que le he preguntado. Mientras tanto, estaré dentro, que hace frío y se me termina el tiempo para cenar...Buenas noches." 

Tras despedirse, el hombre entra de nuevo al local, mientras sale un elfo que un rato antes has visto entrar......

Ulthor:

Al salir, ves un hombre con aspecto de guardia que se despide de un joven en la puerta del local, el cual está sollozando entre hipidos, ocultando su cara entre sus manos, y entra de nuevo en el local. Alcanzas a oír sus palabras, y al cruzarse contigo asiente saludando. El hombre lleva dos sombreros en su cabeza.....uno de ellos de aspecto estrafalario, pobre y con colores que no combinan, además, parece apunto de romperse en cualquier momento. El otro, más pequeño, está justo debajo del primero. 

Ambos: 

La noche sigue su curso, se hace oscuro y el relente comienza a afectaros....la humedad os impregna la ropa y el pelo, y pronto estáis recubiertos de una fina capa de agua. El sonido del agua (las olas) del cercano lago interior en la noche en cierta manera os tranquiliza, y los sonidos que surgen de la taberna, risas y olores a comida, os hacen sentiros menos solos, aún buscando activamente ésa soledad. 

Ulthor no dijo una palabra, como era costumbre en él y sólo hizo un ligero asentimiento en respuesta al saludo del guardia que se cruza con él. Apoyó su arco en la pared junto a la puerta y se frotó vigorosamente las manos para asegurarse de mantener la circulación, arrebujándose a continuación en su capa de invierno. Era una buena capa, sorprendentemente cálida y de buena calidad para alguien como él, que al parecer trabajaba de simple mercenario. Introdujo las manos bajo sus axilas, para mantenerlas en calor y se recostó contra la pared junto a la puerta, sintiendo lejanamente el calor de la sala y su luz, filtrándose a través de la puerta. Y esa fue toda la interacción que tuvo hasta ese momento con el otro personaje fuera de la posada. No preguntó, no se extrañó, sólo le miró de reojo y no dijo nada.

Sapo se sintio observado sólo cuando la chiquilla lo señaló con el dedo. Eso lo entendía bien, pero qué estaba haciendo? ¿Se reía de él? La gente solía mofarse del pequeño gnomo con ojos saltones, pero luego salían corriendo  presas de sus peores pesadillas. Sin embargo Licasto le había explicado que no todas las risas eran iguales, lo cual aún Sapo no acababa de comprender. Pero decidió no meterse en líos y, a pesar del rubor que se hacía cada vez más evidente en sus mejollas, tan sólo soltó una risilla nerviosa en contestación.

- JIJIJIJIJI. - El olor que salía del número 0 era desconcertador. Como una forma tan redondita y perfecta, el símbolo de la perfección, el infinito, podía emitir semejante peste. Chasqueó los dedos y el olor se convirtió en "chanel nº5" al menos para su percepción olfativa. Así pudo comer el estofado sin tener que abandonar la mesa, esperando paciente a que Corian se dignara a hablar con ellos.

¿Aventureros? Estragón se encogió de hombros. ¿La niña se estaba refiriendo a los hermanos Leivn en esa categoría? Eso es porque los niños de ahora toman mucho azúcar y se les queda el cerebro un tanto eléctrico. Luego así les vuela la imaginación. Aventureros... ¡habrase visto! Un cocinero y un ni-ni, eso es lo que son. ¡Y se dice letrinas, con la misma runa de la "e" que se usa en la palabra pedo!

Ha sido él-dijo señalando al gnomo-¿No ves que se ríe sospechosamente?

Niñata repelente... por su culpa, ahora Estragón tiene todavía más angustia. Devora con premura los dos primeros bocaditos calientes. Cuando está a punto de meter en la boca el tercero, recuerda que quería robar la receta. ¿Pero de qué? ¡Si al final es solo una chufa de tostada con queso! Eso a los modernos de la ciudad no se los puede vender, es demasiado campesino. Aún así diseccionó el plato con sus cubiertos...

Ains... ¿Qué hierbas llevará esto? Están demasiado picadas... Bah, que desperdicio de tiempo...-y se comió el tercer panini. Eso sí, el estofado ni tocarlo. Total, a Estragón no se le puede sorprender en un plato tan sencillo.

Shgar come como si no hubiera un mañana, entre cucharada y cucharada de estofado un buen mordisco del panini que apenas le dura dos bocados.

Mira por el lado a su hermano que ha dejado el estofado, aprovecha el momento de distaccion mientras su hermano secciona el panini para cambiar el plato de estofado.

Terminamos y preguntamos por ese hombre que ofrece el trabajo?

Ftpgh bjrt bdh pftpw...-un tropezón de comida salió de su boca y aterrizó sobre el vaso de agua de Rhaisel, flotando-Fhfh, prhn thfpfs... glups, glups, glups... aaaah. Como siempre, hermano, voy a tener que ser yo el que te mantenga con los pies en el suelo. ¿Una torre de mago? ¿En serio? ¿Qué crees que estás haciendo con tu vida? Mamá Marna no hubiese querido eso para ti. Ella quería que estudiases, que aprendieses a escribir tu nombre y todo, como un marqués. Y... ¿uh?

Estragón centró su atención en su plato de estofado. Estaba casi vacío, salvo por las sobras de Shagar.

Madre mía... menuda presentación. El plato como un lienzo, raciones minimalistas, la proporción entre verdura y carne equilibrada, compagina tanto las texturas como los colores de los ingredientes... Oh, Shóndakul, yo pensando que este posadero era un cateto pueblerino y al final resulta que sí tiene talento.

¿Eh? ¿Qué? ¿Por dónde iba? Ah, sí... podríamos ir a hablar con Corian sobre el asunto de la expedición. Parece que ya ha terminado.

Rhaisel se apartó visiblemente de los semiorcos al principio. Despues de su demostración de buen gusto decidió coger su plato e ir a la barra a comer. Al pasar el posadero cerca para ver si quería algo más solo contestó: No quiero nada gracias, pero ese semiorco me iba a quitar el apetito.

Tras no haber sido capaz de reaccionar ante los estímulos de los demás. Heian se caló el sombrero en la cabeza, hacía mucho frío y en vista de que había ignorado a quien le había ofrecido ayuda y de que quien estaba a su lado, no era capaz de prestársela. Decidió que iba siendo hora de entrar en la posada. El frío empezaba a calar en sus huesos, y la humedad del ambiente no ayudaba en nada a evitarlo.

Así que lanzando una mirada sonriente, alzó su sombrero a modo de despedida del elfo, y se adentró en la posada. Necesitaba tomarse algo cálido y llenar el gaznate. Además de encontrar un lugar donde dormir, pues la noche parecía fría y había que buscar las mañas para pasar la noche.

Al entrar en la posada y escuchar al tabernero, el apuesto joven se decidió por tomar una buena cerveza y una ración de bocaditos calientes. Luego se acercó a él para preguntarle cuanto costaba pasar la noche en su taberna. Estaba cansado y empapado. Necesitaba relajarse en una cálida habitación.