Partida Rol por web

Tras el paso de un tiempo, parece que todo el mundo ha cenado y está la cosa bastante tranquila. El local se va vaciando poco a poco y el Elfo que salió hace un buen rato fuera, decide entrar, una vez el local está más vacío y deglute rápidamente una cena y un par de bocaditos "ya no tan calientes".

Una vez cenados*, veis como el posadero se acerca al hombre al fondo de la sala, y le dice algo. Él recoje sus bártulos y se acerca a vuestra mesa...."Buenas noches....me llamo Corian, y soy quien ha puesto la nota" os dice sin más preámbulos. Es un hombre joven, aparenta unos veinticuatro o veinticinco años, moreno con el pelo algo largo y suelto, vestido con una túnica de colores llamativa, de porte tranquilo y confiado, así como con una pequeña mochila, unas pocas bolsitas en su cinto y un bastón de madera bastante sencillo en el cual se apoya ligeramente al andar.

Cogiendo una silla, se sienta en vuestra mesa y espera pacientemente a que el posadero avise a Rhaisel y a Ulthor, que son quienes también han mostrado interés por Maese Corian y les prepara dos sillas para que se sienten.

Una vez reunidos en la mesa de Sapo, Estragón y Shagar, Corian os mira uno a uno a todos, estudiando vuestras caras, expresiones y fisonomías, así como cualquier cosa que llevéis encima, finalmente asiente y comienza a hablaros....

"Como he dicho, mi nombre es Corian, soy un Mago con diversos asuntos que atender y uno de ellos os atañe si estáis dispuestos a correr el riesgo. Como dije en mi nota, ha llegado a mi conocimiento el emplazamiento de una torre de un mago, en un principio abandonada, que debe de tener ciertos tesoros en su interior. Como yo solo no creo que sea capaz de entrar allí o al menos de llevarme todo lo que dicen que hay, he creído conveniente "reclutar" la ayuda de valientes y osados aventureros....u hombres de negocios, como prefiráis."

Vuelve a pasear la mirada en cada uno de vosotros, sopesando vuestras reacciones, mientras espera que el posadero le sirva una bebida caliente con unas hierbas dentro......."La cuestión es que mañana por la mañana partiré, y si queréis venir conmigo, estáis invitados. Como dije, compartiremos todo el oro y joyas que encontremos a partes iguales, pero me reservo el derecho a decidir sobre cualquier otra cosa que encontremos. Si venís conmigo, es que aceptáis de buen grado estas condiciones y que juráis no romper dicho contrato, por vuestra palabra, vuestro honor o simplemente porque queréis volver a ser contratados y que no se difunda mal renombre...me refiero al vuestro". El posadero deja un vaso de madera humeante cerca de Corian con una torpe reverencia y os deja solos de nuevo...

Corian coje el vaso y da un sorbo a su bebida....mirandoos por encima del borde os dice.."¿Preguntas?"

El posadero te sirve cena, bebida y una toalla para que te seques sin muchas preguntas, parece bastante ocupado atendiendo a todo el mundo dentro del local.

Tras casi una hora, el local empieza a vaciarse y ves como un grupo de lo que dirías "viajeros" se reunen en una mesa a petición del posadero, que los va reuniendo allí, y que un joven apuesto, con una túnica de colores bastante llamativa y un bastón en su mano se acerca y comienza a hablar con ellos.....

Estás sentado en la mesa de al lado, así que no pierdes detalle de la conversación....

Sapo se incorpora de un saltito en la silla de madera de forma que su pequeña cabeza sobresalga por encima del tablero de la mesa.  Escucha a Corian con atención, o el menos eso parece, a pesar de que cada uno de sus ojos apunta a una parte distinta: el derecho a la boca de Corian y el izquierdo se pierde en la penumbra de la taberna. Cuando este acaba, Sapo repite como un loro.

- ¿Preguntas? ¿Preguntas?.- Se balancea de delante a atrás en la silla, nervioso por tener tan cerca aquello que había venido a buscar.  Estiró la diminuta mano  como su pudiera coger con él a Corian, metérselo en un bolsillo y largarse a cumplir el trabajo encomendado. Pero no estaba solo allí. Recordó de memoria los consejos que le había dado Licasto. Según su maestro la gente no entendía bien los gestos de Sapo pro lo que se esforzó por verbalizar lo que quería -¡¡YO!!- Gritó alto y claro, para después quedarse un interminable rato callado. Escrutó al mago para tratar de determinar su poder y sus necesidades.- ¿ Y si nuestras necesidades no son el dinero o las joyas?¡Conflicto de intereses veo!- Señalaba a Corian y luego se señalaba a él mismo, dando a entender que, como versado en la magia, cualquier objeto mágico encontrado le sería de gran interés.

Pero... ¿qué? ¿Porqué todos los bichos raros se sientan en mi mesa? Debí comer más queso cuando tuve la ocasión.

La respuesta al gnomo era facilmente deducible: Corian sabía el camino a la torre, Corian ponía las reglas.

Oh, venga... ¿En serio la mejor pregunta que puedes hacer es esa, gnomo? Esa torre podría estar en la otra punta de Faerún. Te podrías estar comprometiendo a un viaje de varios años. La pregunta correcta es preguntar cuánto tiempo llevará llegar a la torre.

Y aunque estuviese aquí al lado, el trato seguiría pareciendo una birria. La torre puede estar vacía, y haber sido criadero del polvo y de arañas grandes como caballos. Y lo de las arañas tiene un pase, pero lo del polvo a un asmático le puede dejar pa'llá.

No sé para qué me meto... Yo no soy asmático, ni tengo pensado ir con este faro multicolor que llama la atención de cualquier monstruo con ojos.

A ver, Corian, yo esto te lo digo como consejo. Si quieres que alguien pique, da unas garantías. Fija una cantidad mínima de oro por cabeza, por muy vacía que al final esté la torre. Eso claro... a no ser que creas que no va a haber ni una pieza de cobre, y no tengas suficiente para resarcir a los demás de las pérdidas.

O danos tu palabra que solo te quederás con un tercio de esas "otras cosas" que se encuentren, y las demás serán para tus acompañantes.

Shagar escucha pacientemente y antes de que abra la boca su hermano ya ha empezado hablar. Ahora seria el momento de darle una colleja por no dejarle hablar antes pero todo el mundo sabe que el hermano mayor siempre tiene la potestad de linchar al pequeño aunque no haya motivo.

Finalmente su hermano termina.

Ademas al momento que tiene derecho a decidir todo lo que no sea joyas ni oro, implica que esta por encima, por lo tanto o nos contrata o nos promete por todo lo que ha dicho de honor y otras cosas que el valor de mercado que tenga el resto de objetos que se pueda quedar y no entre en el reparto sera aportado al botin para ser repartidos por el resto. Seguro que entendera, encontrara completamente logico e irrebatible.

Shagar se queda a la expectativa.

Heian continúa comiendo mientras escucha la conversación que están manteniendo con ese tal Corian. Sin duda él también estaba interesado en todo aquello. Cualquier cantidad de dinero que obtuviese con el fin de comprar un sombrero nuevo para su señor sería suficiente, y si de paso se podía comprar un sombrero nuevo para él, no estaría de más. El caso es que muchas de las dudas que se estaban planteando en aquel momento, eran dudas que Heian también tenía, por lo que antes de decir que se apuntaba en la misión esperaría a escuchar cuál era la respuesta que aquel hombre.

Iba a quejarse, pero como de costumbre habia estado pensando y eligiendo las palabras con cuidado durante demasiado tiempo y alguien ya habia dicho lo que pensaba. Esperó la respuesta de Corian, pero eso de quedarse lo que quiera y para los demás las sobras no le gustaba nada. Entendía que al ser el que habia encontrado la torre se llevara mayor parte del botín, pero todos compartian el riesgo.

-O que escoja un objeto, lo que vaya a buscar y todo el resto nos lo repartimos equitativamente. Y que pague las raciones de viaje, así aunque nos lleve a la otra punta de Faerûn será un viaje con los gastos pagados -dijo el elfo por sorpresa, pues su postura de brazos cruzados y su situación al borde de la conversación, apenas visible entre las sombras en las que al parecer tan a gusto se sentía, apuntaba a que no tenía planeado intervenir en la conversación.

Corian os mira mientras le preguntáis y va frunciendo el ceño conforme vais realizando vuestras preguntas o "sugerencias".....cuando termináis todos de hablar, suspira y deja el vaso de madera encima de la mesa, mirandoos con un semblante bastante serio.

"Vaya, cualquiera diría que sois mercenarios profesionales, duchos en mil batallas o que acabo de encontrar lo mejor de lo mejor.....o que tenéis cientos de trabajos mejores que hacer."  se coge el puente de la nariz mientras dice estas palabras y aunque parece que va a añadir algo más, rápidamente recula..."No...disculpad, no os merecéis mi mal humor. Lo que decís tiene sentido. Estoy impaciente por salir y no esperaba encontrarme problemas a la hora de encontrar compañía para el viaje. Además, no estoy acostumbrado a ir con gente, siempre suelo ir sólo, soy lo que llamaríais...una persona huraña." Realmente parece que esté haciendo un esfuerzo por controlarse.

Se queda pensativo unos instantes y vuelve a hablar, ésta vez con más calma..."¿Así que preferís ser contratados? Mirad, creo que podemos hacerlo así. Prometo a todo aquel que esté interesado en acompañarme un mínimo de ciento cincuenta monedas de oro en el caso de que no encontremos nada, que lo dudo, esto debería de cubrir de sobra cualquier molestia. Si alguno no está interesado en el oro, permitiré a quien lo prefiera, copiar hasta 3 conjuros de mi libro de mago, sin importar cual sea. Si alguno está familiarizado con estos menesteres, sabrá que el trato es más que justo. Pero no voy a hablar más del lugar, no, hasta que estemos lejos de aquí....éste sitio tiene muchos oídos y ojos no deseados...." dice, mientras mira hacia ambos lados y hacia la puerta, como buscando algo. "Pero os aseguro que vale la pena." añade de forma enigmática.

"Necesitaréis comida para una semana de viaje, eso es todo lo que necesitáis saber por el momento, y espero que sepáis manejar esas armas tan bien como vuestra lengua, ya que los caminos son peligrosos en ésta época del año." acaba con un deje enfurruñado....no parece haberle sentado bien la presión a la que le habéis sometido.

"¿Tenemos trato entonces?" pregunta mirandoos de nuevo uno a uno.

Mientras Corian hablaba con vosotros, gracias a tu fina percepción élfica y a que te has quedado alejado de la mesa, apoyado contra la pared, has oído un aleteo en la puerta de la sala, pero al girarte, no ves nada......fuera lo que fuera, ya no está.

También te fijas que el hombre con el sombrero raro está comiendo al lado de la mesa donde estáis hablando, y que está prestando "demasiada" atención a vuestra conversación.....pero sin embargo, trata de disimularlo, aunque no con demasiado éxito.

Estragón, que en ese momento estaba tomando un sorbo de cerveza, la exhaló en un chorro al escuchar la contraoferta.

Ffffffffff... ¡La hostia puta! ¡Ciento cincuenta machacantes! Ese dinero no lo veo ni tras un mes fregando cacharros en cualquier cocina de mala muerte. Por esa pasta hasta me apuntaba yo.

Ejem... Quiero decir... es una oferta tentadora... Mi hermano y yo...

Miró a Shagar. Debían de permanecer juntos. No podía aceptar la oferta y marcharse con el mago dejando atrás al inútil y flojeras de su hermano, que ni siquiera sabía hacerse un bocadillo. Así que le dejó terminar la frase, para asegurarse que ese patán no se descolgaba del acuerdo con Corian tomando otro camino.

¡Vamos, tontaina! ¡Dí que sí!-trató de decirle telepáticamente, aunque eso era, por supuesto, imposible-¡Que son trescientos oros entre los dos! ¡Que ya sé que no te da el coco para hacer la suma, pero que te lo digo yoooo! ¡Que de esta nos retiramos y a vivir la vida! ¡Dí que sí, tontolaba!

Mi hermano y yo aceptamos, es mas si le dais una parte del dinero para la comida del viaje, os cocinara sin problemas por la noche y no tendreis que comer cada dia lo mismo. A que si hermano!

Shagar se le podia observar contento, sin duda el trato era bastante mejor que al anterior.

-¿Tenemos trato ...?copiar hasta 3 conjuros de mi libro de mago.- Repitió como un loro Sapo con la mirada perdida.- Es un buen trato, pero yo no soy un mercenario profesional. Es mi primer trabajo.- No había entendido las palabras de Corian.- Soy un buen ilusionista por lo que el trato me es muy ventajoso. Más que para los otros. Tres conjuros de su libro de mago.- Licasto estaría orgulloso de lo bien que había negociado. Tras hablar bajó la mirada para no cruzarla con aquellos gigantones. Inconscientemente la mirada se le iba hacia las rechonchas manos del gordo semiorco. Si iba a ser el cocinero mejor sería llevarse sus propias raciones de viaje. En estos momento daba gracias por tener un estómago diminuto en comparación con el de sus compañeros.

Muy bien, acepto. No estaba especialmente interesado en el oro, pero tampoco creia que su trabajo fuera merecedor de objetos magicos poderosos, así que al menos de momento aceptaria cualquier trabajo peligroso, mientras no fuera más de lo que podia encargarse, y este parecía un trabajo sencillo.

-Estoy dentro -sentenció un metro más allá la voz del elfo arquero. Parecía mentira lo que un simple metro de distanciamiento podía separar a alguien del centro de atención. Y además también ofrecía una perspectiva diferente a los participantes de una conversación, también pudiendo ver a aquellos que participan de la misma aunque no digan nada... Ulthor giró el rostro entonces sin ningún disimulo hacia la mesa de al lado, clavando su incisiva mirada en el tipo del sombrero raro.

¡Claro que sí, hermano! Y si cazamos un jabalí por el camino os vais a chupar los dedos. Con el líquido del saco escrotal hago una salsa que al fuego dora la carne y la deja en-su-pun-to. Me babo solo de pensarlo. Jajaja...

Pues nada, con el elfo ya estamos todos. Artesano-dijo a Heian-, tú pon unas velas en la primera capilla que encontremos para rogarle a algún dios por nuestro regreso. Si es Shóndakul mejor que mejor.

¡POSADEEERO! ¡Ponlo todo en la cuenta de Corian!-se encogió de hombros hacia el mago, como echando culpas fuera-Tranquilo, humano, que luego echamos cuentas... cuando haya que repartir botín, te pagamos por esta cena, o nos lo deduces de las ciento cincuenta monedas.

Cuando Estragón le nombró, Heian dio un respingo. No le había entendido muy bien lo que quería decir, hablaba de una manera muy ruda e incomprensible para un artesano del Valle de la Pluma como era Nailo. Pero el caso es que desde donde estaba, el joven decidió acercarse al grupo y tender una mano a Corian.

La verdad es que 150 piezas de oro no servían para nada para lo que él quería, apenas le llegaba a una décima parte de lo que necesitaba. Pero sería mejor empezar por ahí, que no tener nada. Además, lo del libro de conjuros era algo que no le interesaba en absoluto. El negocio no era muy bueno, pero tampoco veía nada a lo que poder agarrarse.

Contad conmigo entonces. Dijo mirando a su entorno mientras esperaba que su contratista le tendiera la mano para finiquitar el acuerdo.

Corian asentía conforme iba escuchando vuestras respuestas....hasta que escuchó a Estragón gritarle al posadero...."No no no....esto no funciona así. Cada uno se paga lo suyo. Tenemos un trato y se cumplirá...pero no intentéis aprovecharos de mí o de nadie en mi presencia, no pienso consentirlo."  dijo moviendo una de sus manos negando con el dedo. "Pagadle a éste buen posadero por sus servicios, y compradle viandas para el viaje, si es que las necesitáis. No creo que falte caza en el camino, y supongo que ya lo habréis hecho antes, así que huelga decir que no pasaremos hambre si tan bien cocinas, según dice tu hermano." 

Al girarse Heian hacia él y tenderle la mano, Corian la miró durante un momento y la ignoró mientras cogía su bastón y se levantaba...."Bien, si quieres venir, no tengo problemas, pero ayudarás como los demás...aunque no sé en qué voy a emplear a un carpintero...pero siempre podemos necesitar alguien que lleve cosas, que recoja leña, que haga guardias..." dijo mirando fijamente a los ojos al hombre con el sombrero y herramientas en su atuendo.

Finalmente, se dirigió a todos vosotros con expresión ausente y cansada..."Bien..tenemos trato entonces....mañana por la mañana partiremos, temprano, muy temprano, pediré al posadero que os despierte. No voy a esperar mucho rato, así que a nadie sorprenda si remolonea mucho y cuando baje, ya no hay nadie...buenas noches." con éstas palabras, Corian se gira y sube las escaleras que dan al primer piso....

El posadero, conforme ve alejarse a Corian, se acerca a la mesa y ayudado de la joven, van recogiendo todo lo que habéis terminado, limpiando y cambiando las jarras de cerveza acabadas por la segunda ronda prometida. 

Cuando terminan de servir, el posadero, con una sonrisa franca, se vuelve a acercar a vosotros.."Señores...si tienen a bien pagarme ya....puedo ir preparándoles sus habitaciones..." acercándose a Sapo, le da un ligero toque en el hombro y le dice suavemente con cara de compungido...."Perdón maese juglar, pero la conversación con maese Corian se ha alargado demasiado, así que ya no queda prácticamente nadie.....quizás podríais alegrar el desayuno de la gente mañana por la mañana.....pero hoy no puedo ofreceros la estancia gratis...lo siento...."

Recogiendo el dinero que le dais, se va para seguir retirando mesas y limpiando, mientras la joven sube sillas a algunas mesas ya vacías y empieza a "sugerir" a ciertos parroquianos que abandonen el local, puesto que no tardarán mucho en cerrar. Los más holgazanes o borrachuzos remolonean un rato, pero finalmente, el local se vacía, quedando prácticamente vosotros solos.