Partida Rol por web

Heian había podido ver como esos horribles mosquitos succionaban parte de la sangre de sus compañeros, harto de ver lo que sucedía, el artesano cargó su ballesta y apuntó contra él.

Confiaba en que una vez acabasen con esos insectos infernales pudieran descansar en paz.

Heian, con un rápido movimiento, se separó un par de metros del árbol para coger buen ángulo y levantando la ballesta dejó ir al virote en la noche......de repente el zumbido dejó de oírse...y un golpe sordo en el suelo confirmó que la criatura había caído unos cuantos metros más adelante. 

Al ir a comprobar el área, descubristeis que la criatura había sido atravesada de parte a parte, tenía un gran agujero que le recorría el cuerpo desde su parte "trasera"*y salía por su cabeza. 

Tras un par de minutos más, constatasteis que ninguna otra criatura merodeaba por los alrededores...al parecer, la amenaza había pasado....

Galdar se ocupó de examinar las heridas...."Por San Cuthbert¡¡ Que criaturas tan desagradables....son como vampiros...pero en miniatura...¡que asco!." dice con cara de asco, mientras da una patada a la criatura que ha quitado de encima a Corian. Tras ver vuestras heridas y meditar unos momentos, vuelve a hablar con un suspiro..."Lamentablemente, poco puedo hacer por sanar vuestras heridas...."

El clérigo aplica unos pocas vendas en los agujeros por donde las criaturas han succionado vuestra sangre....."No tenéis nada que no se cure con descanso, así que no hay de que preocuparse..en unos días estaréis bien.... al menos, no os han envenenado, eso sería peor...." exclama con una ligera sonrisa. Tras examinar a todos, vuelve a su camastro y se acuesta......"esperemos que no vengan más....y ésta vez...que el grito llegue algo antes...por favor". Al poco tiempo, su pesada respiración os indica que está durmiendo de nuevo....

Corian habla con algo más de nerviosismo...."No es buena idea el haberse cobijado aquí.....el bosque está lleno de a saber qué criaturas....". Poco a poco, se va calmando sentado en su jergón y se tapa, mirando hacia arriba de vez en cuando. Al rato, también está dormido, pero se mueve un poco cada cierto rato...como si tuviera pesadillas. 

- ¡Bravo!

Cuando los zumbidos se extinguieron totalmente Sapo dejó asomar la cabeza encapuchada desde su escondrijo. Correteó hacia Ulthor para ver cómo estaba el arquero. Colgó su ballesta cargada a la espalda.

- Tienes que hacerte pequeño para esconderte mejor, Ulthor.-Era su manera de mostrarle su preocupación por su salud. Estaba preocupado por si aquellos insectos hubieran podido introducir huevos a sus compañeros que posteriormente eclosionarían reventándoles por dentro.- Hacerte pequeño.- Repitió, mientras se encogía poniéndose de cuclillas y abrazando las piernas con los brazos, hasta formar una bolita redonda de la que únicamente sobresalían los ojos saltones.

El pequeño ilusionista también mostró interés en inspeccionar el cuerpo inanimado de los insectos. Estuvo un rato hurgando entre las vísceras con la daga, mirando de reojo al cocinero por si pensaba hacer morcillas con la sangre de su hermano.

Antes de irse de nuevo a dormir rió abiertamente ante las chanzas del Clérigo Galthor. Cuando se tumbó en el saco aún se convulsionaba de vez en cuando cuando le venía la risa floja.

- Jiji.- Le caía bien ese clérigo. Se habían compenetrado bien y además le había dado la enhorabuena por su conjuro. Al contrario que Corian, el cual le había decepcionado. Desde su escondrijo quería haber visto qué magia practicaba, para poder aprenderla, pero el mago había resultado ser un fiasco, al menos en aquella situación. Si les volvían a atacar no le quitaría ojo de encima. Los demás habían estado espectaculares.

Se fue a dormir pensando en si los conjuros que había memorizado serían útiles o debería cambiarlos y en si le dejarían dormir la noche del tirón.

Cuando tendremos una noche en paz...

Ni siquiera pensó en intentar recobrar alguna flecha, era una perdida de tiempo. Se volvió a meter en su saco a dormir. Si Galdar no podía ayudar a sus compañeros, el por supuesto tampoco.
 

Y no volváis-dijo Estragón agitando el puño en el aire.

Se acercó al bicho matado por Ulthor. El semiorco se consideraba un cocinero experto, pero no había mucho que pudiera hacer con semejante materia prima. Agitó una de las delgadas patas quebradizas. No había manera de hincarle el diente a algo tan fino.

Bah... Me vuelvo a dormir. Hermano, como veo que te empieza a pasar esto a menudo... Un consejo: Cuando te ataque algo durante la noche, no intentes matarlo tú mismo. ¡Avisa! No te preocupes, sé que aún estás asimilando la lección de los números. Poco a poco, para que no te duela la cabeza luego.

No sé qué habría sido de mi hermano sin mí...

Y se volvió al saco, con sus lecciones sobre la vida.

La proxima vez intenta no quemarme si puede ser. Dice mirando a su hermano

Que vigile el siguiente, parece ser que se organizan para atacar en mi vigilancia siempre. Encima con peticiones del aviso, pues pideselos a ellos, a mi no me pedis cosas raras.

Dicho esto Shagar vuelve a su camastro.

Se reincorpora el semiorco en su saco.

Puede que te broncease un poco, pero conseguí espantarlos, ¿o no?

En realidad fue más mérito del límite de las paredes abdominales de las estirges, que ya estaban llenas y no podían succionar ni una gota de sangre más. Estragón se escurre como el relleno de una croqueta recién salida del culo de un elemental de hielo y echada a la sartén sin compasión, hasta que se logra desembarazar del capullo de tela.

Cada vez mi hermano se hace unos turnos de guardia más cortos. Querubín... es tan delicado que no está hecho para trasnochar tanto.

Me toca vigilar a mí, entonces. Aquí no hay nada que ver, caballeros. Vuelvan a sus petates.

Si por lo general Ulthor resultaba un tanto osco en su trato, en esta ocasión lo fue todavía más. No fue tampoco parco en palabras, como acostumbraba, sino que estas fueron completamente ausentes. No estaba de humor, se sentía mareado y sólo le apetecía dormir. Apenas si aguantó las recomendaciones bienintencionadas de Sapo antes de buscar algo de comida, obligarse a dar unos bocados fatigadamente de una ración y volverse a la cama.

Ojalá mañana sea un día tranquilo, siento cómo me tiemblan las piernas y los brazos. Estoy agotado. ¡Malditos bichos!

Y además no había conseguido abatirlos a flechazos. Era una situación de lo más frustrante.

La noche fue pasando lentamente, mientras os turnabais en las guardias, uno tras otro. De vez en cuando, en mitad de la oscuridad, se escuchaba el ruido de las ramas moviéndose allá arriba, entre las copas de los árboles, con probabilidad serían pájaros nocturnos cazando aves........También alcanzáis a escuchar llantos y lloriqueos de un niño, a lo lejos, seguidos de un grito espeluznante, y luego...nada. 

La mañana despunta y los rayos de sol atraviesan las ramas de los árboles...esos árboles que hace apenas unas horas os han parecido tan amenazadores. Shagar y Ulthor, doloridos por el ataque sufrido, se toman unos momentos más que el resto en levantarse. Al poco rato, todos estáis en marcha de nuevo, tras haber desayunado frugalmente...

*******

Ha pasado un día y una noche desde que el cuervo os molestó, apenas estaréis a dos-tres días de vuestro destino, sea el que sea, pues ni el mago lo ha dicho, ni vosotros habéis preguntado. Tras caminar durante otro día, la noche se os acerca y veis a lo lejos una granja, con campos de labranza alrededor, con algunos árboles alrededor. De la chimenea sale un humo sugerente y Corian decide acercase para solicitar pasar la noche allí, o en los establos, pero al menos en un sitio algo más caliente y tranquilo. La granja tiene una pequeña valla no más alta de la cintura que sirve para mantener a los animales a salvo. 

Conforme os vais acercando a la granja, os dais cuenta que algo va terriblemente mal. El humo que sale de la chimenea es negro, no el típico color blanco de madera quemándose. El granjero, o lo que queda de él, yace en el suelo enfrente de su casa, unos pocos metros delante de la puerta, medio devorado....y veis con consternación que uno de sus brazos a desaparecido...... 

Heian sacó el virote de la estirge, como aquel que quita un trozo de carne de un pincho moruno. Lo limpió con unas hojas y se lo volvió a guardar. Tras haberse librado del último enemigo, no dijo nada más y se marchó de nuevo en dirección hacia su petate. Mientras observaba las estrellas se quedó completamente dormido.

Nailo seguía callado como era costumbre en él, apenas estaba entablando mucha conversación con nadie, pues era cierto que ninguno le hacía sentir mucha confianza. Así que tras aquellos días caminando y llegar a la cabaña no dijo nada.

Simplemente contempló horrorizado lo sucedido. Algo o alguien había matado a aquel tipo y se lo había comido, o al menos parte de él. Estaba claro que algo horrible había sucedido, pero el color del humo le llamó la atención, nada parecía tener que ver con lo sucedido. Señalando hacia la puerta de la cabaña, para que alguien entrase a registrarla, Nailo se acercó al cadaver para contemplar que estuviese muerto, o por el contrario estuviera aún inconsciente y agonizante.

Y en silencio, y como quien comprueba el estado del cuerpo, Heian Nailo registró el cuerpo en busca de algo de valor o algo útil para llevarse al bolsillo antes de que a nadie le diese tiempo a agenciárselo.

A quien se le ocurre construir una granja tan lejos de todo...

Mientras hablaba ya tenía una flecha puesta en el arco y estaba tensandolo.

Podemos esquivar el problema, pero los tendríamos detras, voto por eliminar lo que sea que haya hecho esto, todavía debería estar dentro.

La parte positiva de un compañero como Ulthor era que, aunque normalmente no diera ninguna coba, tampoco se quejaba en voz alta, estuviera como estuviera. Estaba dolorido, cansado, desanimado y frustrado, como era fácil suponer, pero pese a todo continuaba sin decir nada, aguantando la marcha estoicamente. Siempre atento a lo que sucediera, al menos sus sentidos seguían funcionando bien.

Al llegar a la granja gruñó bajo y procedió a aprestar su arco para hacer frente a un posible enemigo mientras maldecía el hecho de no tener ningún árbol tras el cual refugiarse, pues se hallaban en los campos cercanos al edificio.

Varias cosas no encajaban: no había visto los animales de la granja a primera vista, a pesar de que deberían permanecer dentro de las vallas, aunque cabía la posibilidad de que estuvieran refugiados o encerrados en algún cobertizo cercano que no pudiera ver. El hombre tendido frente a la casa no parecía armado y, sin embargo, yacía en el suelo sin un brazo. Faltaba un brazo, pero no veía más signos de violencia y resultaba preocupante que no hubiera animales que se hubieran acercado a devorar la carroña. Todo le hacía pensar que los animales de la granja habían escuchado algo, el hombre había salido a mirar (desarmado, una acción harto imprudente que le había costado la vida), había sido sorprendido y alguien o algo le había arrancado un brazo y le había dejado morir. Y, lo más importante de todo, ese alguien o algo todavía estaba en el interior de la granja, razón por la cual los animales no se atrevían a venir a devorar el cuerpo del granjero.

Más concentrado en ver un posible peligro que en dónde ponía los pies, el arquero buscó la cobertura de la valla para acercarse hacia el edificio.

Sapo observó desde la lejanía el cuerpo del granjero. Algo no le cuadraba. ¿Pero qué? Normalmente los granjeros solían estar de pie, como mucho inclinados hacia el suelo con una herramienta, lo cual era malísimo para su espalda. Y por supuesto era habitual que respiraran, que maldijeran, incluso que escupieran al suelo espesos esputos mientras masticaban una paja que les sobresalía de la boca. Sin embargo este estaba inmóvil en el suelo y sin uno de sus brazos.

- Le falta un brazo. -Dijo con su habitual sagacidad a Ulthor, como si no fuera capaz de impresionarse ante la visión del cuerpo desmembrado. - ¿Dónde lo habrá metido?- Alguien lo había matado y devorado. Sabía que aquello estaba mal y no debía suceder. Sentía lástima por los animalillos que ahora vagabundearían sin dueño, muriéndose de hambre. Cuando vio a sus compañeros tensar los arcos él hizo lo propio, tomando entre sus manos la ballesta cargada. Heian se acercaba al cadáver y Ulthor comenzaba a aproximarse al edificio. Sapo, por su parte, se quedó agazapado tras la valla, junto con Rhaisel y sus monturas.

- Quédate aquí Lentejuela, calladita- Hizo un lazo con las riendas en la madera de la valla, no demasiado fuerte para que pudiera deshacerlo de un tirón si la pobre fuera a ser devorada también. Se echó la capucha sobre la cabeza y permaneció lo más inmóvil posible, mirando entre las rendijas de la valla, con la ballesta preparada.

Shagar se miro la escena con tranquilidad, primero escucho y luego hablo.

Siendo la hora que es, mejor nos quedamos aqui limpiamos lo que nos pueda molestar y dormimos en la casa.

Si me dejais echar un vistazo junto al efo podemos mirar que pisadas hay para saber a que nos enfrentamos, rodear la casa, y bueno simplemente dispararles hasta que mueran.

Estragón, al ver la granja a lo lejos, se había puesto de buen humor. Podría comerciar con el granjero. Obtener huevos, y mantequilla, y leche... podría usar esta noche su horno y hacer una tarta. Acampar al aire libre nunca le suele dar opción a cocinar demasiados postres.

Al aproximarse, aquello tenía pinta de que no iba a tener un final feliz. Al granjero le faltaba un brazo, pero para saber si había sido cercenado por un arma, o devorado, se necesitaban conocimientos que el semiorco no tenía. Se mantuvo al margen mientras los demás empezaban a moverse.

¿Está muerto? Si son bárbaros o bandidos, se habrán llevado los animales de los establos. Deberíamos... deberíamos ver primero los establos, ¿no? Y ese fuego... ¡La chimenea! ¡Tenemos que apagar el fuego de la chimenea para que el cuervo no vea el humo!

El cocinero echó a correr y se metió en el interior de la casa.

Corian se acerca a la granja siguiendo vuestros pasos, junto a Galdar......conforme estáis a pocos metros, Corian reduce el paso, mientras algunos de vosotros os adelantáis......"No....algo no va bien..." dice el mago andando de repente más rápido hacia el cuerpo caído...."¡Galdar!", grita al ver más de cerca el hombre en el suelo...

"Estoy en ello..." responde el clérigo arrodillándose al lado del cuerpo......"No...no hay nada que hacer....está muerto....lo han matado con una espada o un hacha.....y....oh..lathander....se han dado mucho entusiasmo en su trabajo..." dice con cara de desagrado mientras examina al muerto y le da la vuelta...

(Shagar, Rhaisel y Heian) podéis ver múltiples heridas que han llegado a arrancar grandes trozos de carne y que dejan casi toda su columna vertebral del granjero al descubierto...se han ensañado también con la parte superior posterior de la cabeza, dejando sus sesos desparramados por el suelo....y tiene las corvas cortadas muy profundamente. 

(Ulthor y Sapo) Al acercaros a la valla escucháis sonidos de animales...clockear de pollos, algún que otro gruñido....al apoyaros en ella, podéis observar que la puerta de la valla está abierta y que algún pollo está cerca...otros están lejos...subidos en la valla o en los lomos de cuatro cerdos a lo lejos...cuatro cerdos que están apiñados un poco más lejos, cerca de una puerta de la casa abierta hacia afuera que quedaba oculta a vuestra vista por la misma casa, ya que ésta tiene forma de U. Allí podéis observar que los cerdos están alrededor de otra figura tendida en el suelo que está a pocos metros de la puerta, pero no podéis observar bien quién es....lo que sí que está claro es que la figura no se mueve y que los cerdos parecen estar comiendo directamente de encima de la figura tumbada en el suelo...mientras los pollos mueven las alas y arman escándalo encima de ellos volando de un sitio a otro sin mucho control. 

Registras el cuerpo con rapidez, justo antes de que llegue el clérigo a tu lado,  pero no encuentras nada valioso...