Partida Rol por web

La pequeña elfa se sorprendió al ver aquel ser esquelético y putrefacto que irradiaba un aura de maldad. Casi la hace perder el compás de su melodía pero tensó el arco con la flecha que había preparado mientras seguía utilizando la canción para inspirar a sus compañeros.

"Audaz e inteligente,
Hechicero y mediano,
agudiza su mente,
frente al dinero y el villano."

Karen arrugó la nariz ante el putrefacto olor de la criatura, bueno, había estado en tabernas en los puertos que olían tan mal como aquel engendro.

Sin pensárselo usó sus armas desenfundadas.

Sobre los forjados:

Nacidos del conflicto de una guerra (llamada La Última Guerra en Eberrón), los forjados permanecen como recuerdos constantes de aquel terrible período. Mirar a uno es ver un instrumento de destrucción, una máquina de matar sin sentimientos, una máquina de asedio con forma de hombre. A pesar del propósito con el que la casa Cannith los construyó, los forjados pueden elegir ser pacíficos. Cuando se les concedió el beneficio de una mente pensante, también se les entregó la capacidad de sobrepasar los usos limitados para los que sus creadores los habían diseñado.

Cuando llegó por fin la paz, las naciones de Khorvaire acordaron liberar a los forjados, concediéndoles la primera oportunidad real para tomar sus propias decisiones. Aunque son creaciones infatigables, los forjados se habían cansado hacía tiempo de la guerra y eligieron vivir entre las demás razas. A diferencia de otros veteranos, sin embargo, los forjados no han conocido la paz y no tienen hogares a los que regresar. Es por ello que no se encuentra cómodos entre las demás razas del mundo y buscan crear un lugar para sí mismos en tierras poco hospitalarias.

Ante las amenazas de ese ser, Karen decide no ser educada. Con un rápido y ágil movimiento, le golpea con fuerza con su espada larga, no teniendo tanta suerte con la otra.

El ser gime de dolor y se abalanza sobre ella para morderla, sin conseguirlo.

La pequeña Bryzz mientras continúa la canción, dispara con su flecha y se clava directamente en su brazo.

Bien, he acertado.-Pensó Bryzz mientras cogía de su aljaba otra flecha.

"De orejas puntiagudas,
la mas guapa y artista,
es vuestra protagonista."

Con mi porra brillando todavia como un pequeño sol la cojo con mis dos manos y golpo al engendro en la cara.

El recien llegado se descubrió, demostrando lo poco humano que era.

Lo siguiente fue bastante rápido: La cantante dejó escapar su flecha, dando en el objetivo; la humana atacó a la criatura y rechazó su mordisco. Bzzak se lanzó tambien a la carga.

Claus no quiso ser menos y enarboló su ballesta, pero solo entonces se dio cuenta de que disparar en medio de la batalla podía ser peligroso. Él no era un experto y podía alcanzar a Bzzak o Karen.

Despues de dejar escapar una maldición por lo bajo, cambió de idea y lanzó un silbido que Azabache conocía, instándolo a volver con el.

- Sube arriba y mira si se acerca mas gente por otras calles - le ordenó al cuervo - No te pongas en peligro, si ves algo vuelve enseguida. Y mira a ver si los cuervos o otros pájaros de por aquí pueden ayudarte.

- ¡De acuerdo! - Graznó en respuesta, Azabache, antes de volver a las alturas.

La chica giró sobre sí misma aprovechando la maniobra de evasión para colocarse al lado de la criatura y así darle vía libre a los que usen armas a distancia.

Volvió a usar sus armas contra la criatura

Tras vuestros ataques, el ser cae muerto en pocos segundos. 

Herst quiere... quiere... y muere

El silencio de la noche vuelve a invadiros

Karen se arrodilló sobre la criatura, aguantando la respiración por el nauseabundo olor.

Quizas llevara algo de interés, o de porqué estaba allí 

-Vaya, pues el tal Herst no a durado tanto como para acabar el relato.-La elfa se acercó al cadáver utilizando la punta del arco para subirle las mangas en busca de alguna marca o tatuaje. El hedor era tan intenso que utilizó su capa a modo de pañuelo tapándose la nariz. Aquello hizo que su voz sonara diferente.-¿Habeis visto alguda badca?.-

Veo como mis compañeros se tapan la nariz ante el olor de el cadaver que tenemos delante, con un suspiro me acerco al cuerpo y le quito la ropa de un tirón-Sois un poco delicadillos,no? Bueno seguramente huele mal pero bajo tierra se huelen cosas peores y uno se acustumbra.Inspeccionad la ropa yo miraré a ver que demonios es esta cosa y si tiene alguna marca.Dicho esto les paso las ropas y empiezo a inspeccionar el cadaver.

Karen se acercó a las ropas con cierto remilgo y las inspeccionó junto al resto del cuerpo. Parecía que a sus nuevos compañeros también le gustaba buscar cosas en los bolsillos ajenos, eso no era una buena noticia, al menos para ellos.

Claus se relajó solo unos instantes, al desaparecer la amenaza inmediata, pero enseguida volvió a concentrarse en lo que se debía hacer. La noche solo había empezado y ya habían recibido la primera visita.

Sin mas dilación, cerró su mente al exterior y accedió a su pequeña pero importante biblioteca mental de conjuros, recorriendo las imaginarias estanterías hasta llegar al conjuro deseado: Grasa. Allí estaban todas las palabras y sílabas, junto con sus pronunciaciones, pausas y dejes característicos. Se despidió con resignación del trabajo que tanto le había costado memorizar, y que debería repetir al día siguiente, y llevó el conjuro a la parte mas activa de su mente, donde lo dejó preparado para lanzar en cualquier instante.

Cualquiera que apareciera por alguna de las calles, se encontraría pisando un suelo mas viscoso y resbaladizo de lo que esperaba.

¡Iiigh!-En cuanto el forjado tiró de las ropas del individuo rasgándolas, Bryzz emitió un leve grito de asco y se dio la vuelta inmediatamente. No le interesaba la desnudez de ningún hombre fuera humano o no, y menos si tenía las tripas fuera. De un pequeño salto se encaramó a una lápida y escudriñó el cementerio.

De los bolsillos de de la túnica del ser caen dos cosas. Un pequeño saquillo de cuero y una nota. Al abrir el saco, encontráis unos cuantos dedos humanos, ensangrentados, parecen bastante frescos. La nota dice:

Chornoy

Hemos conseguido un gran tesoro esta vez, pero te necesitamos para identificarlo y decirnos lo que puede hacer. Encuéntrate con nosotros el día 7 en la calle Lander del barrio de los Mercaderes, almacén 4, después de anochecer.

El día 7 es hoy.

El cuervo de Claus empieza a graznar y os sobrevuela

¡Un hombre muerto! ¡Restos devorados!

- ¿En que dirección? - le gritó a su familiar - ¿Hay enemigos cerca?