Partida Rol por web

Mientras Kerri da la vuelta sobre sí misma y parece otear el lugar con ojos escrutadores.....* 

Os acercáis al fondo de la capilla y apartando del todo la cortina, contempláis la escalera con más atención. Es una escalera de caracol de madera y metal que sube desde el piso donde estáis hasta arriba del todo de la torre, directamente y sin pisos intermedios. De hecho, al poneros debajo de la escalera veis con claridad que ahí la torre sube hasta arriba (unos 10-12 metros) y una pequeña portezuela cuadrada, que Arue reconoce como la misma que vio estando arriba, pero desde el otro lado. Ahora permanece abierta y podéis ver el cielo azul a través de ella. 

En un lado de la escalera hay una pequeña cama, hecha con paja y sábanas sucias y una pequeña mesita de madera con un par de velas apagadas al lado. El sitio está ligeramente más limpio y ordenado que el resto de la capilla, aunque en las paredes seguís viendo símbolos impíos escritos con "tinta roja" y que os dan mal fario. Registráis el lugar, pero no parece haber nada más. 

Rashaniel se quedó extrañado, la verdad es que esperaba que hubieran perseguido al clérigo, pero probablemente había otras cosas en mente. Sí, Groland era alguien más experimentado, y había decidido que era mejor regresar a Fairhill con los caídos y recuperar fuerzas. Aunque había cosas que aún quedaban por mirar.

- Bueno... aún queda el asunto aquel del vampiro - dijo, mirando a Faxlen sin disimulo ninguno. Se quedó embobado mirándole, y luego miró al grupo - Aunque tampoco me gustaría que dejásemos a Greinh ahí fuera... ¿queréis que regresemos?

Kerri miraba en silencio la vela partida, con un gesto rápido de la espada la tiro al suelo y con dos fuertes pisotones la aplasto como deseaba hacer con el clérigo maligno. Entonces miro a la imagen inmaculada y rezo una plegaria corta. al terminar se dio media vuelta justo en el momento que Grolan decía que no había ido tras el clérigo. A Kerri empezó a bombear sangre muy rápidamente aumentando su ritmo cardíaco y poniéndose roja por momentos, la ira iba en aumento a la par que avanzaba paso a paso hacia Grolan, los nudillos de sus manos se teñían de rojo a cada paso por la fuerza con la que los apretaba y al llegar a su lado le miro y dijo algunas de las palabras que nunca había pronunciado, aunque si escuchado, su carácter serio, y estoico cambio totalmente, parecía fuera de si:- QUEEEE???, QUE NO HAS SEGUIDO AL PUTO CLÉRIGO DE MIERDA?, QUE NO SABES DONDE ESTA? HA DE MORIR COMO LA VIL CRIATURA QUE ES. HAS DEJADO ESCAPAR AL QUE HA MATADO A NUESTROS COMPAÑERO, EL QUE CASI ACABA CON DOS MAS. después de la explosión inicial sigue increpando,Has dejado escapar al mas peligroso de todos, y volverá, masacrara, o lo que es aun peor, ira a otro sitio y volverá a hacer lo mismo, lo has echo de lujo si señor, ahora deberias explicarles a los familiares de los muertos que has dejado escapar al cabrón que los matara dentro de unos meses. Muy bien. y sin decir mas empuja a Groland haciéndolo a un lado, y sale al exterior para calmarse, su frustración va disminuyendo y aumentando la desesperación, y una lagrimas surgen de sus ojos, al llegar al centro cae de rodillas y sentándose sobre sus talones empieza a rezar oraciones una tras otra sin ningun orden ni concierto.

Groland acababa de apartarse de las escaleras y se disponía a discutir con Arue y Rash los siguientes movimientos cuando Kerri se le acercó con cara de ir a arrearle un puñetazo y le soltó aquella bronca. Cuando la clérigo terminó, Groland no cabía en sí de ira e indignación.

—¿¡PERO QUÉ PUTO DERECHO TE CREES QUE TIENES TÚ PARA DECIRME LO QUE DEBERÍA HABER HECHO, AASIMAR!? —estalló de pronto el guerrero de Cormyr. Ciertamente se sentía algo avergonzado por no haber tratado de dar caza al sacerdote orco, pero no podía creer lo que acababa de oir—. ¡QUÉ VALOR...! —Apenas podía contenerse para no cruzarle la cara a la hembra—. ¡SI LA DESCEREBRADA RATA DE BIBLIOTECA QUE ERES NO HUBIERA APLAUDIDO CON LAS OREJAS CUANDO ESE MALDITO ESTÚPIDO —escupió señalando hacia Brand— PROVOCÓ LA ALARMA EN EL CASTILLO Y EN CAMBIO ME HUBIERAS HECHO CASO CUANDO DIJE QUE NOS RETIRARAMOS A LAS MURALLAS*, AHORA NO TENDRÍAMOS LOS PUTOS CUERPOS SIN VIDA DE GREINH Y HATHOL EN MEDIO DEL PATIO! —rugió. A continuación, respiró hondo, trató de controlarse.— Pero, vale: si tantas ganas tienes de sacrificar la vida que te hemos salvado, adelante, puede que tengas suerte y encuentres a ese orco esperándote detrás de algún árbol —murmuró en un tono frío y seco. El momento de mayor descontrol del cormyriense parecía haber pasado.— Pero tal vez, y digo tal vez, lo que deberías hacer es TU PUTO TRABAJO y encargarte de que este sitio no pueda volver a ser profanado de esta forma. —La cara de Groland estaba tan cerca de la de la aasimar que podría haberle arrancado su bonita nariz de un mordisco.— Ahora, si Su Heroicidad me disculpa, voy a inspeccionar la torre suroeste, no vaya a ser que haya algún otro ogro con tantas ganas de partirte la cara como el primero... o como yo.

Y empujando de pasada a Kerri con el hombro, Groland siguió su camino en dirección a la puerta.

—Quien quiera, puede acompañarme —gruñó sin mirar a nadie.

Unos segundos después ya estaba saliendo del campanario y dirigiéndose hacia la torre suroeste, donde le había parecido ver algo mientras combatía. La bronca de Kerri le había enajenado de tal manera que no era capaz de pensar nada más que maldiciones y blasfemias.

Mi sugerencia había quedado ignorada ya que la novata había estallado en palabrotas, insultos y acusaciones hacia Groland. Todo muy maligno teniendo en cuenta que se suponía que ella era una estudiosa defensora de la bondad y blablabla-cosas-de-paladines. La miré con una ceja enarcada sin decir nada. No era la primera vez en un rato que estallaba en juramentos, ni la primera vez en un par de horas que proponía algo bastante estúpido o impulsivo.

Iba a tratar de decir algo a modo de mediador, pero el señor oso no se quedó cortó y se irguió empezando a rugir. Me apoyé de manera inconsciente en la pared (si hubiese sido consciente no me habría acercado a algo tan asqueroso) y observé el "intercambio" de palabras. Asentí de vez en cuándo dándole la razón a Groland, aunque seguramente nadie se daría cuenta de ello.

Puesto que ya era tarde para cualqueir mediación (y mi opinión era semejante a la de Groland, con lo que no añadía nada nuevo excepto las formas), me limité a chasquea la lengua y soltar un pequeño silbido. Y yo que creía que era yo la que no sabía hacer amigos. Incorporándome seguí a Groland fuera del edificio, pues no había nada más aquí que pudiésemos hacer. Al menos que YO pudiese hacer.

No pude evitar pensar en una estúpida cancioncita infantil que había escuchado a algunos niños de mi aldea cuándo les observaba jugar desde la distancia, muchísimos años atrás.

"Los que se pelean se deeeseeeean~~"

Evité soltar una risita ante mi propio (y silencioso) mal chiste, disimulándolo con una pequeña tos. Para romper el hielo, alcancé a Groland que iba casi al galope.

- ¿Qué crees que hay en la torre suroeste?

Faxlen mantuvo la mirada al varalibre, algo parecía estar observando en el chico "¿Me estará intentando leer la mente?". Nunca podía fiarse uno de un hechicero, sobre todo despues de haber escuchado tantas historias oscuras sobre ellos. "Siempre estan sedientos de conocimiento, este les da su poder. Harían cualquier cosa para obtenerlo, cualquier cosa" .

- No solo hablamos de un vampiro, si no también de un brujo que levantó este castillo ayudado de algún pacto oscuro. Muchas almas se perdieron aquí, y todas ellas para alimentar al "chupa-almas". Tendremos que estar atentos si no queremos...

La discusión dejó perplejo a Faxlen. Hasta el momento no había vista tan enfurecidos a los dos mercenarios. Su corazón tambien se encendió cuando Kerri le dijo esas palabras al cormyriano. "!¡Él se enfrentó al ogro, para intentar salvarte!!" le gustaría haberle gritado a la aasimar, pero sabía que ese comentario sólo empeoraría la situación. Apretó los puños, intentando de esa manera disuadir la rabia contenida "¿Sabes que en parte tiene razón, pequeño?...Tal vez dentro de unos meses aparezcan algunas granjas quemadas y alguna persona más muerta...por tu culpa.". Faxlen agitó la cabeza, intentando callar aquella voz de su interior.  

- ¡Groland espera! 

La acusación de Kerri hacia Groland sorprendió al elfo, que aun estaba un poco desorientado del intenso dolor del hechizo, pero antes de poder intervenir para defender a Groland el mismo guerrero empezó a responder de igual manera, y si bien los gritos de la cleriga le tomaron por sorpresa los de Groland le dejaron herido y traicionado.

Brand había empezado a considerar a Groland y a Rash verdaderos amigos después de tantos días de viaje y peleas y no solo compañeros por necesidad, pero la acusación del guerrero había herido su confianza y su orgullo, y hasta restaurar ambas el elfo se prometió a si mismo no tratar a Groland como otra cosa que fría profesionalidad. No obstante su madre siempre era una firme partidaria de la justicia y le había inculcado durante décadas su lema de "don't get mad- get even", así que mientras el guerrero se alejaba Brand aprovecho para usar un hechizo en el escudo colgado a su espalda.

Inmediatamente después de obtener su venganza (una pequeña venganza la verdad, pero suficiente para satisfacer su orgullo herido por el momento) el elfo se dirige hacia su mula sin molestarse en ver la reacción de los demás, su mente ya ocupada con inspeccionar su animal y cargar el resto del botín para transporte. Por no hablar de esa pequeña conversación que iba a tener con su familiar sobre lo que le pasaba a los cobardes cuando le pusiera las manos encima.

Como un niño que presenciara la pelea de sus padres, Rashaniel se sintió tremendamente incómodo, y no sabía dónde mirar. Faxlen, el joven que se había unido a ellos en última instancia, le había intentado responder, pero sus palabras no tardaron en ser silenciadas por el torrente de gritos de ambos compañeros. Como joven estudioso y ajeno a la violencia hasta hacía apenas unos días, Rashaniel no comprendía bien el por qué de todo aquello. A él le bastaba con haber sobrevivido a aquella aventura. ¿No era acaso lo importante?

Sin saber bien qué hacer, hizo lo único que se le ocurrió: seguir a Groland.

Yo había reventado, y lo había hecho desde que entre en el castillo, quizás hubiese algún poder que alterase mi percepción, la bronca de Groland me había vuelto un poco a la realidad, aunque de forma ofensiva, pero había sido una respuesta a mi explosión de enfado. Me quedé quieta en medio de la iglesia, cerré los hijos y lance dos plegarias a Tyr y a Lazahnder, pidiendo sosiego y calma, aislar me del ruido externo y sus influencias. Me deje caer en el suelo quedando sentada y con los ojos cerrados. Cuando terminó las plegarias me levanto, abro los ojos, respiro profundamente y vuelta ya a mi ser salgo detrás de Groland un va con Arue, Rash y Faxlen.
Al llegar a su lado: me pongo delante con una cara serena como suelo ser yo serena, ecuánime, equilibrada, y en paz, cosas que desde que entre en el castillo se había alterado. Habría alguna cosa que pudiera producir eso? .
Y le digo: -Groland, siento haberte gritadoPues no es mi forma normal de comunicación, pero desde que he entrado aquí parece que hay algo que me ha afectado más que a los demás. Parece que eso ya a terminado y ahora ya soy yo.
- Solo decirte que ese clérigo es lo más peligroso que me he encontrado, que sea capaz de asesinar a un paladín con un simple gesto y una palabra es algo que todos los seguidores de dioses menores no tienen. Este si y por tanto tendría que ser eliminado. El momento era este, pues los hechizos ofensivos los había utilizado. Y por tanto estaba más indefenso. Ahora ya no se puede hacer nada, ha desaparecido y volverá, todos vuelven, no se si aquí o en otro lugar pero volverá a haber muertes de gente inocente.
-Quizás si te hubiéramos hecho caso y nos hubiéramos retirado habría sido diferente. Pero no lo es como tampoco las muertes o que el clérigo escapará. Por mi eso ya no tiene remedio y tendremos que vivir con ello, ahora tendremos que centrarnos en el presente y este castillo infernal guarda alguna sorpresa más.

Brand, bastante tieso y con mala cara, asiste a la bronca entre Kerri y Groland con semblante impasible....su expresión no muda, pero es a las claras, la faz de una persona agraviada.

Os giráis todos hacia la salida, siguiendo a Groland...el cual nota un leve toque en su espalda, en el escudo...seguido de unas palabras dichas en un lenguaje extraño con voz potente..."dnt gat mdgt evn".....

Una pequeña marca aparece en el escudo de Groland....acto seguido, el mago se estira más, poniendose recto del todo, con cara de ofendido, y pasa andando por al lado de todos, sin molestarse en miraros, dirigiéndose a la mula y comenzando a cargarla con piezas del botín que el mago iba seleccionando cuidadosamente....
 

Malhumorado, Groland no se detuvo cuando Arue se puso a su lado, pero sí atendió a su pregunta. Señaló hacia las ruinas, en cuyo entorno podían verse restos de comida y trapos.

—Los restos —gruñó. Faxlen y Rash llegaron para oirlo—. Han estado usándola, los orcos.

Fue entonces cuando apareció la sacerdotisa y se puso en su camino. Groland se detuvo y la escuchó con cara de no.

—Oye, hermana... —comenzó a responder en un tono bastante borde cuando la mujer hubo terminado: le iba a decir que no iban a discutir más, que en efecto aún había trabajo por hacer y no iba a perder el tiempo con ese tipo de estupideces. No iba a ser agradable. Eso no quería decir que, en su fuero interno, Groland no supiera que lo que decía la mujer era cierto: que el clérigo era peligroso, que deberían haberse encargado de él en este momento, que volvería a hacer daño por su culpa... Quizás aún podamos hacer algo... Entonces notó que Brand le hacía algo en el escudo—. ¿Qué quieres, elfo...? Eh... ¿Qué... Qué haces? ¿Qué has hecho?

Groland se descolgó el escudo y observó atentamente durante unos segundos la extraña marca que el hechicero había puesto en su superficie.

—¡EH...! ¿Qué cojones es esto? ¡Elfo...!

Cuando el guerrero se giró, Brand ya estaba cargando el botín en su mula. Groland fue hasta él.

—¡Oye, hechicero! —rugió cogiéndole del hombro y obligándole a darse la vuelta. Le puso el escudo en la cara—. ¿¡Qué carallo es esto, hechicero!?

La acusación de Kerri hacia Groland sorprendió al elfo, que aun estaba un poco desorientado del intenso dolor del hechizo, pero antes de poder intervenir para defender a Groland el mismo guerrero empezó a responder de igual manera, y si bien los gritos de la cleriga le tomaron por sorpresa los de Groland le dejaron herido y traicionado.

Brand había empezado a considerar a Groland y a Rash verdaderos amigos después de tantos días de viaje y peleas y no solo compañeros por necesidad, pero la acusación del guerrero había herido su confianza y su orgullo, y hasta restaurar ambas el elfo se prometió a si mismo no tratar a Groland como otra cosa que fría profesionalidad. No obstante su madre siempre era una firme partidaria de la justicia y le había inculcado durante décadas su lema de "don't get mad- get even", así que mientras el guerrero se alejaba Brand aprovecho para usar un hechizo en el escudo colgado a su espalda.

Inmediatamente después de obtener su venganza (una pequeña venganza la verdad, pero suficiente para satisfacer su orgullo herido por el momento) el elfo se dirige hacia su mula sin molestarse en ver la reacción de los demás, su mente ya ocupada con inspeccionar su animal y cargar el resto del botín para transporte. Por no hablar de esa pequeña conversación que iba a tener con su familiar sobre lo que le pasaba a los cobardes cuando le pusiera las manos encima.

Por desgracia parecía que el guerrero no solo no podía controlar su genio sino que tampoco podía tomar las represalias con dignidad, como puede comprobar Brand cuando Groland se acerca a el y, agarrándole el hombro, le hace mirarle mientras le grita improperios.

-Eso, señor Brazofuerte, es un anuncio -respondió con frialdad el elfo mientras se quitaba la mano de encima y volvia a girarse, dándole la espalda a Groland y siguiendo hablándole-, creí que seria conveniente para hacer saber a todos que eso es todo lo que sois, un mero escudo de carne, para que nadie mas cometa el error de consideraros un amigo cuando obviamente no poseéis nada entre las orejas con la que trabar amistad. Brazofuerte te haces llamar... nombre apto para alguien que usa la fuerza bruta y los insultos para relacionarse con todos.

Groland volvió a agarrar del hombro al elfo, le dio la vuelta y le dio un puñetazo en la cara*.

—Esto es de parte de Greinh y Hathol por tu numerito del rayo, Gran Hechicero —rugió lleno de rabia el guerrero, que no había podido contener el impulso: quizás por eso no tenía muchos amigos y sí muchas cicatrices—. Si no te doy más fuerte es porque ya tendrás suficiente cargando con sus dos muertes.

Sin más, se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos, dispuesto a explorar el torreón restante. Al darse la vuelta, sin mirar a Brand, añadió:

—Y tu bromita del escudo me suda la polla, por cierto —gruñó pretendiendo sonar mucho más indiferente de lo que realmente sonó, casi gritando—. Maldito payaso...

Pensando que había desviado la atención del encontronazo, me disponía a hablar con Groland de ello cuándo Kerri reapareció. Solté un suspiro largo y tendido pensando que volvía a la carga. Sin embargo lo que hizo fue disculparse. Seguía habiendo acusaciones venenosas entra sus palabras, lo cuál no dejaba de sorprenderme dado el aspecto y trasfondo de la mujer. 

"Bueno, al menos aquí parece que hacen las paces rápido. No cómo los matrimonios."

Sin embargo, tal y cómo vino, la paz se fue. Brand vino cómo un torbellino y le dejó un regalo en el escudo a Groland. Apenas fui capaz de contenerme la risa al ver lo que había hecho y tuve que luchar por disimularlo con una repentina tos. Si esto siempre iba a ser así con este grupo tal vez debería pensar en quedarme más de lo planeado. Hacía SIGLOS que no me reía, disimulándolo o no. Aunque tal vez lo que a mí me parecía gracioso no era gracioso para todos, cosa que me quedó demostrada con el "intercambio de palabras" del señor oso y el ...¿señor cuervo?.

"Tengo que pensar un buen mote para Brand. ¡Oh! Ya sé. Señor mula.*"

Finalmente, y aunque yo era una persona con pocas dotes diplomáticas, me decidí a hablar.....Justo entonces, en el momento que abría la boca, Groland soltó un mamporrazo a Brand. No pude evitar soltar un sílbido que venía a decir "Eso tiene que doler". Sin embago, me había decidido a intervenir, y así lo hice:

- Vamos, vamos. ¿Por qué no aprendemos todos un poco de Rash? Siempre calmado, racional... Acabamos de luchar codo con codo, muchachos. ¿En serio es momento para pelearse? Os vais a cargar la unión que la batalla ha creado, y lo vais a hacer en medio de la misión. ¿Qué tal si terminamos con esto sin discutir más y vamos al pueblo? Y si queréis, puedo intentar encontrar al sacerdote. Su rastro aún debe estar fresco. ¿Os parece bien?

Ahora si que me he cansado de la estupidez de este humano -pensó Brand mientras de palpaba con cuidado el moratón que le estaba empezando a salir- estoy tentado de marcharme y dejarle aquí a su suerte.

Pero en su interior el elfo sabía que no podía abandonarlos tan fácilmente,  los demás no tenían nada de culpa con su rencilla con Groland y si les pasara algo a alguno de ellos se sentiría culpable. Por otro lado... su orgullo había sido herido, y pese a que el elfo sabia que tal vez no había sido lo mas inteligente usar el hechizo seguía convencido de que al final no habría cambiado nada, y en cuanto hubieran empezado la lucha todos se habrían dado cuenta de su presencia.

Al final, incapaz de abandonar la misión una vez dada la palabra pero no dispuesto a dejar su orgullo sin satisfacer, decide esperar en el patio mientras los demás van al torreón y, una vez salieran todos sanos y salvos, separarse de ellos y seguir por su cuenta.

Enfadado por cómo ha sucedido todo, herido en tu orgullo, decides que ya tienes bastante de soportar a estos humanos desagradecidos. Al fin y al cabo, tú eres el mejor en lo tuyo, tú les has salvado la vida con tu magia, pues os hubieran visto igual y gracias a ti, la batalla ha estado condicionada porque vosotros habéis atacado. Habéis tenido la iniciativa desde el principio gracias a tu liderazgo, gracias a tu valor.....¿y éste simple y bruto humano viene a decirte lo que tienes que hacer? ¡Qué sabrá él! 

Rumiando estos pensamientos, permaneces cerca del pozo, al lado de tu montura, la mula apowaka (curioso y bello nombre), esperando que esos cenútrios salgan de la torre, que a todas luces está abandonada y salir de ahí para regresar al poblado....pero una pequeña vocecita, muy pequeña dentro de tí.....te dice que aunque estés enfadado con Groland, el resto no tienen la culpa....así que antes de irte, decides permanecer a la expectativa....enfriándote tras el cabreo monumental que has cogido....y tocándote de vez en cuando la barbilla, donde aún te duele el golpe que Groland te ha dado.....pega fuerte el jodido.....

Te sientes observado y miras hacia arriba.....ves a Jerinor que te lanza una mirada dura, muy dura...casi dirías con odio en sus ojos......no te quita ojo de encima durante casi un minuto....ves como su nariz se dilata, sus ojos se abren, consigues ver sus dientes, pues está apretándolos y ha retirado los labios, como si estuviera obligando a su boca a permanecer cerrada, mordiendo algo....para luego negar con la cabeza mientras hace un ostensible esfuerzo por apartar con la mirada y volver a vigilar los alrededores...