Partida Rol por web

Avanzaba con cuidado mirando al agujero, segura de que el bicho se encontraba alli, pensando en mostruos y de repente me acorde, me acorde de aquel libro que solía ojear mi compañero Gurbrud, druida de profesion, era de animales del bosque, y en el aparecía, me acorde de su aspecto y de su forma y comprendi que vivian en bosques no en sitios cerrados y oscuros, pero ya era tarde, pues note que algo se movia velozmente avanzando hacia mi desde los arboles que iban a ser mi refugio.
Al girar la cara lo vi, tan grande como una montaña me pareció, pues me sacaba varias cabezas y tan anchos como un campo de cereales, era el, el Oso-buho, exacto a como aparecia en aquel libro, pero real, y cargando hacia mi.
No me dio ni tiempo a esquivarlo, fue tan rapido que con el primer golpe vi las estrellas y una oscuridad se cirnio sobre mi. note un golpe sordo en mi espalda y un sabor a tierra que rozaba mis labios, mas la oscuridad se fue apoderando de todos los sentidos que me quedaban, hasta que todo lo que habia era oscuridad y nada.

"Yo te cubro, date prisa..." dijo lacónicamente la elfa drow. Aunque el Oso-Búho era grande y aterrador, ella no daba muestras de estar excesivamente impresionada...

Alzando el arco, lanzó una flecha al costado de la enorme bestia, que se clavó profundamente en el mismo, arrancando un gruñido profundo del animal. 

Groland, en cuanto vio como la bestia atacaba y destrozaba el hombro de Kerri, se puso a vociferar e intentar llamar la atención de la misma, a lo que el Óso-Búho respondió con un rugido amenazador, mientras Jerinor se movía tratando de flanquear a la criatura y dispararle una flecha, pero las prisas al ver a la Aasimar en el suelo hicieron que la flecha volara por encima de su objetivo. 

Rash sacaba una botella de aceite y mostrándola, trataba de empapar en aceite un trozo de trapo y acoplarlo a la boquilla, mientras Arue, a su lado, le conmina a que se de prisa y avanza semi-agachada, apuntando al lomo del animal mostruoso. Su flecha penetra profundamente, casi hasta las plumas, al igual que la de Brand, que hacen que la criatura enloquezca de dolor y cargue directamente contra lo primero que se encuentra moviéndose delante de él.....Groland. 

Pasando por encima del cuerpo de Kerri, milagrosamente no la pisa, aparta como si no existiera la lápida que tiene delante de él, que prácticamente se tumba sola ante la fuerza y peso del Óso-Búho e impacta de lleno contra el valiente guerrero, que grita llamando su atención. Una garra surca el aire entre los dos y abre cuatro surcos en el brazo izquierdo del guerrero, el del arma, por donde comienza a caer sangre con profusión, pero la bestia no para ahí, con una frenética actividad producto de una ferocidad insana y malévola, se abalanza sobre Groland, atrapándolo entre sus brazos y levantándolo mientras se pone a dos patas, acercándolo con rapidez hacia su pico.......ahora Groland está atrapado entre las garras de la criatura, que aprieta con fuerza inusitada la armadura. Los huesos del guerrero pelirrojo comienzan a crujir, y un hilo de sangre le empieza a salir por la nariz....

Fendrin, algo alejado ve la escena, y espantado sale corriendo, perdiéndose entre los árboles...

El olor del aceite le inundaba las fosas nasales, haciéndole recordar al joven semielfo a las lámparas de aceite que usaban en la taberna de la aldea. Cuando estaba a punto de sumergirse en sus memorias, el rugido de la bestia y el grito de dolor de Groland le obligaron a centrarse en lo que estaba haciendo. Tenía en sus manos un vial de aceite con un trozo de tela mojada en el mismo líquido, y si sus cálculos eran correctos, podría prender la mecha y lanzarla contra la criatura, bañándola de fuego como si de un vial de fuego alquímico se tratase.

Claro, estaba la probabilidad de que fallase, o de que el líquido no prendiera... y también cabía la posibilidad de que el fuego alcanzara a Groland. Pero la alternativa a una pequeña quemadura era un plantígrado inteligente con rostro de rapaz nocturna devorando su rostro, así que pensó que si el guerrero terminaba aquel encuentro con alguna quemadura, pero vivo, se lo perdonaría.

Preparó todo, apuntó a la criatura, y lanzó. Durante los segundos que voló el vial de cristal, pensó que quizás, si la criatura era tan inteligente como le habían enseñado, buscaría a quien le había prendido fuego a su pelaje. Y eso no estaba nada bien. Y también que, aunque le daba pena, no podía culpar a Fendrin de salir huyendo. Por alguna extraña razón, aunque él también tenía miedo, prefería quedarse y plantar cara. Quizás fuera heroísmo. O compañerismo. O sólo los actos sin sentido de un aprendiz de mago.

De un momento a otro, Groland pasó de estar gritando cosas sin sentido a estar gritando casi sin sentido. Así era la vida del guerrero, se dijo... o eso se habría dicho si no hubiera estado atrapado en un torbellino de puro dolor producido por el abrazo de aquellos músculos monstruosos, aquellas garras endiabladamente afiladas que se le clavaban en la espalda a través de la malla de metal y aquel fétido aliento a carroña semidigerida que salía de un pico que parecía hecho de puro acero. Pese a todo, su cerebro al borde del colapso aún fue capaz de llegar a la conclusión de que cualquier intento de soltarse era una maniobra fútil, un último segundo de vida sacrificado a mayor gloria de aquella máquina de picar carne. Atacar, golpear, intentar zafarse... Las probabilidades estaban en su contra, aunque el matemáticamente semianalfabeto luchador de Cormyr no lo entendiese. Quizás por eso se agarró a su enemigo, los dioses saben con qué propósito... Las fuerzas le fallaron antes de que pudiera hacer nada.

EL tiempo pasaba ralentizado oscuro y frio sin nada que hacer o que ver, parecia estar todo casi parado sin luz ni sonido...

En pocos segundos lo que en un principio iba a ser un combate controlado se les había ido completamente de las manos, y la bestia ya había dejado malherido y casi moribundo a uno de sus compañeros, y estaba de camino a hacerlo con el segundo. No queriendo arriesgarse a herir a el humano con una flecha y no creyendo que un proyectil mágico fuera de mucha ayuda, Brand intenta salvar la situación (y a sus compañeros) usando un hechizo en Groland con la esperanza de hacer que el animal lo suelte.

Arue se movió para coger una posición mejor y apuntó para lanzar una flecha, plantando ambos pies en el suelo. Parecía decidida a acabar con aquella bestia, pero tener que disparar a la flecha sin darle a Groland era muy complicado, pues ahora estaba en un abrazo mortal. Si no lo mataba ella, lo mataría la bestia.

La flecha voló demasiado alto, por lo que ella hizo un gesto de frustración y cogió dos flechas de su carcaj..."Groland, sal de ahí...¡ahora!" le dijo a su compañero mientras se arrodillaba y clavaba una flecha delante de ella, poniendo la otra en la cuerda.

Groland puso sus músculos a trabajar, pero aquella criatura salida de los sueños de un mago loco parecía ser demasiado fuerte para él, el guerrero lo estaba pasando muy mal, viendo la muerte tan de cerca, tan real, tan inmediatamente cercana en su futuro. Jerinor dejó caer el arco y sacando escudo y lanza, se puso cerca del Oso-Búho, intentando llamar su atención..."¡EH!¡Si alguien tiene que matar a éste cormyriano, soy yo, no tú, bestia peluda!!", pese a la bravuconada, un deje de inquietud puso ser claramente percibido en su tono de voz.

Rashaniel, el siempre tímido Rash, avanzó un par de metros y con un lanzamiento grácil y fuerte, apuntó por encima de la cabeza de Groland con una botella de aceite que giró y giró en el aire.....impactando de lleno en la criatura justo en el costado de la misma, muy cerca de Groland, pero sin darle a él. Las gotas de aceite se prendieron de forma furiosa, salpicando por completo el costado de la criatura y prendiéndola en llamas, mientras algunas pocas gotas en llamas caían en el cara del guerrero,  quemándole pequeñas partes de su frondosa barba. Empezó a extenderse un olor a pelo quemado mientras la criatura emitía un rugido de dolor.

Arue intentaba alcanzar al bicho, pero no quería darle a Groland y los movimientos frenéticos hicieron que el disparo se fuera alto, por encima de los árboles, mientras Brand, conjurando con rapidez, tuvo una brillante idea. Embadurnó a Groland de arriba a abajo con una capa de aceite grasoso, esperando que el guerrero se pudiera liberar. De Kerri no llegaba ninguna señal de vida, sólo un charco de sangre que poco a poco se iba haciendo más grande debajo de ella....si aún quedaba algún hálito de vida en ella, seguramente pronto dejaría de haberlo.

El Oso-Búho, pese al fuego, o quizás por culpa de él, rugió encolerizado, mirando con sus intensos ojos rojizos y totalmente idos por una furia ciega a Groland, la presa que tenía entre sus brazos y que aún se debatía. Con un movimiento experto, abrió el pico y le "mordió" en la cara, haciéndole brotar la sangre de donde el pico se había hundido. Claramente estaba intentando arrancarle la cara.....
 

La oscuridad seguía reinando sobre mis sentidos, nada veía, oía, olía, gustaba o sentía, era un pozo sin fondo que no tenia suelo ni paredes, una oscuridad tal que acojonaba cada segundo que pasaba, con un frio que se acrecentaba agarrándome e intentando llegar al corazón para congelarlo para siempre.

Sujeto en aquel abrazo mortal, Groland no podía atender a las acciones de sus compañeros, aunque sí escuchó (con cierta esperanza) los gritos de Jerinor y vio (¡y sintió, por los dioses!) como el frasco de aceite impactaba en su enemigo. El oso-búho rugió de dolor y miedo y en un gesto vengativo atacó a Groland con su pico, abriéndole horriblemente la mejilla derecha.

—¡AAARRRGGG...! —chilló de dolor, y sus compañeros casi pudieron sentir el tajo en sus carnes.

También notó, de pronto, como la presa de la criatura perdía agarre sobre su cuerpo. ¿Qué estaba pasando? ¡Podía moverse como un gorrino untado en sebo! ¿Era cosa del aceite? ¡Imposible, o se habría convertido en una tea viviente! En su cabeza se abrió paso el recuerdo del conjuro que les había dado la victoria sobre el ogro... ¿Podría ser eso? ¿Estarían sus compañeros lanzando su magia sobre él? ¡Por todos los dioses, qué demonios importaba! "¡Retuércete, Groland! ¡Retuércete por tu vida!" Y eso hizo, aunque la armadura y todos sus pertrechos seguían ofreciendo buenos puntos de agarre para aquella bestia inmisericorde.

Estaban sucediendo demasiadas cosas a la vez, y la ágil mente del mago las captaba todas perfectamente. Podía ver...

... cómo la sangre abandonaba lentamente el cuerpo de Kerri. Debían estabilizarla cuanto antes, si no perdería la vida. ¿No pasó de igual modo en el castillo? Kerri era una bibliotecaria, ¿por qué esa obsesión por ser una heroína, ir delante y arriesgar tanto la vida? ¿Sería por su sangre celestial? No era como...

... Groland intentaba librarse del abrazo de la criatura. ¡Qué buena idea la de Brand! La verborrea del elfo había cesado, pero su mente seguía ágil y afilada. El guerrero era indispensable para derrotar a la criatura, quizás sería mejor si...

... Jerinor pertenecía a la defensa de la aldea, y probablemente sabría usar las espadas mejor que Brand o él, y Arue era mucho más útil con su arco y flecha. Ahora que Kerri estaba incapacitada, quizás un buen espadazo ayudaba a que el Oso Búho soltara al guerrero.

- ¡Jerinor! - gritó el semielfo, mientras se acercaba a la acción - ¡Usa la espada de Kerri! ¡Necesitamos que suelte a Groland!

La poderosa voz del hechicero sigue resonando en el cementerio junto a el ruido del combate, donde Brand sigue entonando las extrañas palabras de poder en voz alta y clara. Sin detenerse a ver si su primer hechizo había tenido el efecto deseado, Brand continua gesticulando con su mano en la dirección general del oso-búho hasta que un proyectil de energía sale despedido hacia la bestia impactando contra su torso y dañandola.

Con la situación llegando a un momento crítico y terriblemente peligroso para el señor Oso-Groland (no el Oso-búho), mis músculos se tensaron de manera instintiva. Tras haber fallado mi primer tiro, cogí la siguiente flecha y la empecé a colocar sobre mi arco cuando vi por el rabillo de ojo algo que semovía en el aire. Seguíla trayectoria del proyectil y vi como el frasco acertaba de lleno al oso. Qué buen tiro, córcholis.

Sin embargo ahora el animalestaba frenético y asustado, además de cabreado, lo que le hacía más peligroso todavía.

Levanté el arco una vez más mientras tensaba la cuerda apuntando al hombro del monstruo. Si le daba, Groland lo tendría más fácil para escapar, pero si fallaba...

No fallarás esta vez. Rash le ha dado, tú le vas a dar también.

Pero me equivoqué y fallé de nuevo. 

POR TODOS LOS DEMONIOS.

En medio del tumulto, las llamas se elevan desde el costado del aquella criatura de pesadilla, propagando por el lugar un olor a carne quemada que se intensifica con el paso de los segundos. Groland se retuerce desesperadamente entre los brazos del Oso-Búho, pero la criatura, lejos de aflojar la presa, parece apretar con más intensidad. Las garras de aquel enorme animal profundizan en la armadura del guerrero, sin dejarlo moverse del sitio, por mucho que él se retuerza. 

Jerinor aprovecha la distracción de la criatura para intentar clavar la lanza en una de las macizas patas, pero el sudor frío que le recorre las manos hacen que el asta del arma resbale ligeramente de sus manos cuando ésta impacta, desviándose en el último momento "¡Suéltalo...suéltalo!", dice la mujer entre gruñidos de esfuerzo y frustración...."Freya..." musita, levantando la mirada y viendo como el guerrero es picoteado por aquel mastodonte. 

Rash se acercaba hacia la criatura tras su lanzamiento perfecto, intentando preparar otro frasco, mientras le gritaba a Jerinor que usara la espada de Kerri..."¡No! ni lo sueñes...a mí no me ha sido confiada ésa espada. Mi vieja lanza no me ha fallado nunca..." le contestó la mujer humana. Arue, semiagachada y mirando con cierta envidia el lanzamiento del frasco, una curva perfecta del semi-elfo flacucho, armó su arco de nuevo con cara de resolución, casi intentando convencer a la flecha, por pura fuerza de voluntad, que impactara en su enemigo, que salió de nuevo desviada, más allá de las copas de los árboles, de nuevo había apuntado alto. Mientras tanto, Brand levantaba uno de sus brazos y con un gesto imperioso y unas palabras de poder surgiendo a la velocidad del rayo de su garganta, un haz de energía se formaba justo delante de su dedo extendido y cruzando el espacio entre él y la criatura, impactaba cerca del cuello, dejando una mancha de piel quemada y sin pelo. 

Ajena a todo, el cuerpo de la antaño bibliotecaria, perseguidora de sueños y aventuras en su mente, yacía ahora exánime en el suelo, mientras se enfriaba por momentos. 

El Oso-Búho, retorciéndose de dolor, soltó a Groland que cayó al suelo junto a sus armas, y se puso a girar por el suelo entre verdaderos bramidos que salían de lo más profundo de su pecho, parecía estar sufriendo mucho. Su mirada se cruzó durante unos instantes con la de Rash....quien pudo ver una promesa de muerte en ellos. Jerinor aprovechó ése momento para clavar profundamente su lanza en el costado de la bestia, que bramó de dolor de nuevo..."¡JA!¿¡VES!?¡Toma ésto, bestia infernal!" gritó la mujer. Mientras tanto, el fuego continuaba ardiendo, pese a los esfuerzos de la criatura. 

La alegría porque aquella monstruosa criatura hubiera soltado a Groland se desvaneció cuando el Oso Búho, envuelto en llamas y con el pico aún manchado de la sangre del humano, clavo sus furibundos ojos en el semielfo. Fueron apenas unos segundos, antes de que Jerinor atrajera su atención con la lanza, pero el joven mago se estremeció de los pies a la cabeza. Él era mucho más débil que Groland, y no tenía la protección de una armadura siquiera como él. Si el monstruo le atrapaba, podía darse por muerto.

No poseía ningún hechizo mágico lo suficientemente poderoso, así que pensó que quizás prendería fuego nuevamente a la criatura para evitar que el aceite se apagase, y luego pasar a equipar su ballesta. Pero la criatura ahora estaba rodando por el suelo como un perro jugando entre las hojas de otoño, y no quería arriesgarse… así que pensó en acercarse y brindar ayudar a Kerri, y si podía lanzar de cerca cuando se acercara, mejor.

- Brand, ¡mira a ver si puedes evitar que se levante! ¿Tienes más Grasa?

Sin que el propio Groland supiera cómo... ¡Volvía a estar libre! ¡LIBRE Y VIVO! Por desgracia, también horriblemente malherido: la cara abierta, la espalda desgarrada bajo la camisa de malla, los músculos y los huesos hechos polvo por el abrazo del monstruo... Tirado en el suelo, tumbado y tosiendo sangre, era perfectamente consciente de que estaba a un paso de decir buenas noches, quizás por última vez, que debía tomarse una de las pociones curativas cuanto antes. Sin embargo, aún desorientado y sin una idea clara de la situación, su prioridad era otra muy distinta: ¡tenía que levantarse y ponerse en guardia! Así, con un grito que más bien fue un mugido, eso fue exactamente lo que hizo el cormyriense. Para su sorpresa, al hacerlo descubrió que no había tiempo para pociones: ¡su enemigo estaba en el suelo, vulnerable! Y no sólo eso: su instinto guerrero le había impedido soltar las armas. No perdió un segundo... ¡Y GOLPEÓ!

—MORS, MONSTRE! MORS! A VOIRE QUI TE SEMBLE CE CUP DI BECK! —gritó en su idioma natal al golpear.

-¡Si, sigo teniendo energías para unos cuantos hechizos mas! ¡Buena idea Rash!-contesta Brand al semielfo mientras al mismo tiempo sus manos empiezan a gesticular en el aire siguiendo extraños patrones imaginarios, que al instante se ven acompañados por mas palabras de poder procedentes del elfo.

Tras las acciones de Brand un liquido resbaladizo empieza a recubrir rápidamente el suelo bajo el Oso Búho como si saliera de la propia tierra, y en menos de un segundo se extiende completamente en un pequeño área bajo los pies de la bestia, que se ve sorprendida al encontrarse de pronto sin un buen punto de apoyo y se tambalea momentáneamente.