según la descripción del conjuro Detectar veneno, se puede usar en un cubo de 5'. ¿Se podría usar esto para detectar veneno en todos esos barriles?
Si, podrías usar el conjuro para ello.
Al pronunciar el nombre de “Luc” el joven rubio parece asentir, es un leve gesto.
Después de unos minutos callados pronuncia una frase en susurros, como la anterior frase esta parece ser recitada mecánicamente. A la madre severa el niño sin vida ha encontrado, los heraldos de los males de aquella en la noche encontrados. Luego vuelve a callarse, y permanece sentado en medio de la sala, sin quitar los ojos del libro que sostiene Sestar.
Con cautela vuelvo a mi estado inicial daga en mano y me acerco a atar al muchacho. - Estate quieto o te daño.
El joven se queda quieto mientras el mediano se acerca con la daga en mano y la cuerda, parece que no se da cuenta de la presencia de este. Permite que le aten las manos y los pies, el no camia de postura en ningún momento, pero se deja dirigir como si se tratara de un muñeco articulado.
En ningún momento aparta la vista de Sestar y del libro, parece que se está empezando a poner nervioso.
- Así que te llamas Luc, ¿eh? - Compruebo que si muevo el libro ante sus ojos el muchacho lo sigue con la mirada. - No entiendo nada. Parece que Luc está enfermo, o traumatizado, o algo por el estilo, pero ¿para qué toda esta parafernalia? ¿Y por qué lo dejan sólo? No sé, es muy tarde, y estamos todos muy cansados. ¿Vamos a dormir aquí o en la barca? Si vamos a dormir abajo tenemos que bajar a Luc con nosotros, por precaución. Y si dormimos arriba, tenemos que vigilar la barca además del resto de cosas, no vaya a ser que alguien o algo nos la quite.
Si Dan está abajo en la barca, le digo que suba, para que todos comamos aquí arriba juntos. Bajo yo mismo a la barca y coloco encima de la cubierta de la barca mi pequeña campana. Después, vuelvo a subir arriba. - He puesto una campana en la barca. Si algo o alguien entra dentro o intenta moverla, podremos escuchar el tintineo y reaccionar rápido. Bueno, vamos a comer algo y a dormir, ¿os parece?
Me siento al lado de Luc y empiezo a sacar mis raciones. Le ofrezco algo de mi comida, y lo invito a cenar si la acepta.
1 ración menos, ¿no? Apunto también que he invitado a cenar al tal Luc.
Miro al hechicero sacar sus provisiones y miro toda la comida que hay en la cabaña:
- ¿Seguro que dejarías comida envenenada con un sujeto como este? Venga haz probar a tu ratita algo para demostrar que podemos comer sin ningún miedo.
Cuando desatáis a Luc para que coma, este no acepta la comida del mago y se acerca a las cajas llenas de provisiones y empieza a sacar de ellas varias viandas; carne en salazón, leche y miel. Que coloca en el centro del grupo, luego Luc empieza a comer algo, mastica un trozo de beicon con desgana mientras mantiene la mirada fija en un punto de la habitación.
No hace falta que te restes la ración de Luc, Setar.
Tifan: he supuesto que desatas a Luc para comer aunque le vuelvas a atar para dormir.
Dan os acompaña, ha subido con desgana a la casa colgante, refunfuña por tener que dejar sola a su embarcación en un pantano tan peligro y que no conoce, pero tras las palabras de Sestar y su sistema de alarma, tienen que retratarse y subir. Tampoco le hace nada de gracia tener que compartir mesa con un “loco”, que es como se refiere a Luc.
Tras ver comer a Luc de las viandas y del comentario del enano Dan se suma a la proposición, ¿por que no comemos de estas ricas viandas frescas?, supongo que al loco no le importa que cojamos algo. Además no creo que dure mucho tiempo vivo en un lugar como este.
En el exterior de la casa, se empieza a formar de nuevo la insana niebla nocturna, desde vuestra posición elevada en la casa, la niebla parece un manto blanco que cubre todo el pantano impidiendo ver que hay debajo. La noche se cierra, aunque no hay mucha diferencia entre la noche y el día debido a las nubes negra que cubre en el cielo. El silencio es sepulcral solo roto de vez en cuando por el canto de alguna rana o el sonido de algún inepto.
Etaliun termina de comer de las nuevas provisiones encontradas en la casa mientras pierde su mirada por la niebla que empieza a cubrir el pantano.
- Sugiero mantener las guardias, este lugar no me gusta. Voy hacer la primera guardia, pues tras pasar la noche pasada en vela vigilando a los de la carreta temo que si me duremo no podáis despertarme.- Dice eso último con una sonrisa quitando hierro al asunto de los desaparecidos.
Tras lo cual se caló la capa y salío a dar una vuelta por la plataforma donde descansa la cabaña, para desperezarse y ayudar en la digestión.
Si el loco podía comer esos sabrosos manjares, él también. Comió de lo que el loco tenía pero no por ello no dejó de atarlo cuando se fue a dormir. - Yo haré al última guardia para proteger al mago, buenas noches y que nos veamos por la mañana.
Al ver que los demás comían de las provisiones, el clérigo enano también lo hizo
- Despertarme para la mía. ¿No come tu rata Sestar?
Fronchens decide no aprovechar la oportunidad de comer "gratis".
Esto de comer la comida de este pobre diablo, que claramente está enfermo, es lo mas similar a robar, y de bastante mal gusto por cierto. Yo por ahí no paso, lo siento.
Dicho esto come su ración y se dispone a dormir antes añade: Despiertame para mi guardia Etaliun.
Bjorn mira al humano sorprendido y le dice:
- ¿Acaso crees que él sólo va a comerse todos estos víveres?- Sonrío y sigo comiendo.
- Mi idea era usar la magia mañana por la mañana para determinar la salubridad de estas viandas...pero como vosotros veáis. Yo de momento tiraré de mis raciones, y Chip también, ¿verdad? - digo mirando a mi comadreja, que me bufó en respuesta pues no le gusta demasiado la carne en salazón.
Una vez hemos terminado de cenar, miro por última vez a Luc con algo de preocupación y me echo a dormir. - Despertadme junto a Tyfan, ¿vale?
La niebla forma un manto sobre el pútrido pantano, todo está en calma salvo por algún repentino trueno que se hoye a lo lejos, la tormenta sigue acercándose pero con una inusual lentitud. El ambiente es sofocante, las múltiples linternas encendidas, el numeroso grupo de personas en un espacio tan pequeño, pero agradeces dormir sobre un suelo que no está húmedo.
La noche pasa sin sobresaltos en la pequeña cabaña suspendida sobre el pantano. Luc por su parte no se despierta en toda la noche, pero su sueño es intranquilo, no para de moverse y murmurar entre dientes, algo ininteligible, en algunos momentos su cara muestra un rictus de terror, pero este se desvanece para seguir con el ininteligible murmullo y su continuo movimiento.
La mañana solo se adivina por la suave claridad que dejan filtrar las nubes. Ahora viene la pregunta, ¿seguir en la cabaña o avanzar por el pantano hasta encontrar el misterioso pueblo que nombraron los vistani, Marais d´Tarascon?
Tras mis oraciones matutinas dando gracias al artífice del mundo, me dirijo a mis compañeros para asegurarme de que todos están bien y que queda algo de comida para el desayuno.
- Muy bien, continuemos en esa "Gran embarcación" en busa de ese poblado Marais d'Tarascon. A ver si perdemos de vista el agua rápidamente.
Sin tener especial pris por marchar, Etaliua provecha para dormir a pierna suelta, tras su guardia. Por la mañana, tras el desayuno el hombre asiente a su compañero barbudo.
- Propongo llevar con nosotros al enfermo, supongo que debe tener algun conocido en el pueblo, quien sabe, quizás solo está así desde hace poco. Si tiene algún familiar supongo que estará contento de que lo hayamos llevado... o no. Pero en cualquier caso no me parece bien dejarlo aquí solo.
Dice mientras se va vistiendo con las distintas piezas de armadura.
- Puf no creo que debamos llevárnoslo, no? a fin y al cabo no ha servido de mucho salvo para invitarnos a comer. Pero estoy deacuerdo, cojamos la barca y desaparezcamos.- Dicho esto sale al exterior para comprobar como está el día.
Frunzo el ceño ante la proposición de Etaliun y afirmo la de Tyfan:
- Creo que si tiene algún familiar lo ha dejado aquí por su voluntad, por eso le traen comida, así que no creo que debamos llevarnoslo, ya que podríamos ser acusados de rapto o de quien sabe qué.