Partida Rol por web

Cierto, eso era un factor que tenían que tener en cuenta...

-El portal no va a desaparecer, ¿verdad?

Preguntó, como retórica, pero en realidad más como una pregunta de verdad. En los libros que había leído, y no eran pocos, nada se decía de portales mágicos que salían de la nada y allí se plantaban.

-Podríamos seguir actuando como escoltas para asegurarnos de que todo sale bien, esperar a comprobar que no haya más jaleos y una vez lo hagamos podemos volver y ver qué nos depara ahí dentro, si estamos todos convencidos.

Había recibido casi más que la mitad de los presentes juntos, y estaba viendo que la vida de la caballería andante era la de recibir inmisericordemente por todos lados sin criterio y casi sin poder reccionar... pero, eh, nadie dijo realmente que esto tuviera que ser fácil. realmente... nadie lo dijo nunca, ¿no? 

-Eternamente no, pero al menos podríamos esperar unos días; un par. ¡Al menos preferiría morir sabiendo que todo lo que hice sirvió para algo y que no les emboscaron los bandidos cuando nos fuimos!

-Yo creo que podría ser una solución.-Dijo rascándose la barba el bárbaro.-Las acompañamos hasta ciudad refugio y nos volvemos con provisiones para atravesar el portal.

No es mala idea - Digo ante la respuesta del barbaro -Podriamos ir hacia la ciudad descansar una noche y a la mañana siguiente dirigirnos a ver si el portal esta activo e intentar atravesarlo, además, yo tendria que ver si en la ciudad hay algún tatuador psionico para intentar reponer el tatuaje que gasté combatiendo contra los trolls.

Bueno, yo creo que si nadie se opone podriamos ir hacia Ciudad Refugio, aunque para lo de la carta tendras que esperar Diana.

-Estoy conforme. Esperaré unos días mientras cuido a Praixa, espero que volváis para que podáis entregar el mensaje.-

La chica no lo había dicho por educación, pero si no volvierais en un par de días buscaría a otra gente que le hiciera el recado.

Hummmm. No sé.

-¿No sería más seguro que vinieran con nosotros? Quizá no sea exactamente al mismo sitio, pero necesita descanso, y mejor unos cuantos brazos más para vigilancia que no arriesgarse, tal y como están los caminos...

- Tranquilo Genericus. Las acompañaremos a la ciudad y volveremos que seguro que ese descanso tambien nos viene bien a nosotros -

Gerbo se había distraido un momento fantaseando con las cosas que encontraría al otro lado de aquel portal y no había prestado mucha atención a lo que se estaba hablando allí. El frio y pegajoso tacto de Zoroastro le sacó de su ensimismamiento, no sin provocarle un escalofrío y una sensación de asco a la que nunca se acostumbraría del todo.

- Si... ehm... me parece bien, vayamos a esa ciudad y así podremos gestionar apropiadamente lo que hemos encontrado - dijo Gerbo volviendo a la conversación.- Hay objetos mágicos en estos cofres que debemos identificar y eso lleva tiempo y dinero, aunque estos tapices serán suficiente para cubrir los gastos y algo más... Pero luego volvemos ¿eh? Ese portal tiene que ser mío ¡Mio! - dijo levantando el puño.- Bueno... ejem... nuestro, quiero decir nuestro... el portal puede ser mio y los tesoros nuestros ¿verdad? ¡Claro que si! Pues no perdamos más tiempo, vayamos a esa ciudad.

Resulta curioso que en dos días de viaje ningún monstruo os salga al camino u os aceche tras las rocas. Por las noches los sonidos y chasquidos del bosque tentaban a vuestros oídos pero no era mas que imaginación o animales pequeños. ¿Es posible, que hubierais acabado con los dos males que asolaban la ruta e impedían a las caravanas pasar sus mercancías?.

Los tres Trolls, de no ser por el plan de Praixa, hubiera sido una mala idea y sin duda hubierais acabado como su cena. Y los Dracónidos, que podían volar y caer desde el cielo sobre sus presas eran terribles enemigos como comprobasteis.

Si, es posible.

Con estos pensamientos en mente, al mediodía del tercer día, tras un recodo del camino veis el pueblo llamado refugio seguro y con razón. Un muro de piedra de medio hombre de altura sujeta una empalizada que se eleva hasta los 3 metros. A lo largo de los años los distintos aventureros han aportado su propio equipo y conocimiento. Distintos símbolos de Dioses y runas mágicas están grabados en la madera para impedir que arda, encantamientos de protección impiden el paso mágico o dimensional, plegarias a Tymora, Diosa de la fortuna, ayudan a los aventureros, conjuros de luz, proyectiles mágicos o tormentas de hielo que cualquier hechicero puede utilizar como un pergamino para la defensa de refugio seguro.
Una torre de madera vigila desde el centro del pueblo los accesos tocando la campana si hubiera peligro. 
Todos los aventureros y fuerzas de las caravanas se unirian a la defensa y es una fuerza a tener en cuenta. Pocas criaturas pueden amedrentar a refugio seguro.  

Dentro la vida es como un gran mercado. Las distintos carromatos de mercaderes exponen sus productos antes de cruzar los picos del trueno y grupos de aventureros de las mas variadas razas se arremolinan delante de objetos mágicos, pociones curativas o armas relucientes. -Cuerdas, yesqueros, mantas, antorchas-grita un mercader del norte por el acento. -Las ganzúas a mitad de precio que en Arabel-grita otro. Todo es bullicio y las posadas siempre están llenas y con camas disponibles para aventureros cansados.

Esto es refugio seguro, un campamento de aventureros que creció hasta hacerse un hueco entre el bosque infestado de monstruos. 

- ¡Por fin! - resoplo Xiombarg tras traspasar las puertas de refugio - Ya tenia ganas de llegar y de tomar una buena cerveza - y haciendo gestos a uno de los paisanos para que pare me acerco a el - Buen hombre que posada nos recomienda para reponer fuerzas y poder beber hasta caer de culo -

¿Quién necesitaba una posada cuando estaba rodeado de tiendas y más tiendas? Al menos eso era lo que pensaba Gerbo, que babeaba con los ojos desorbitados mientras daba saltitos sobre el sitio.

- ¡Si! ¡Toma ya! Tiendas, objetos mágicos, artefactos ¡Yupiiii! - el gnomo estaba verdaderamente eufórico, tanto que se le olvidó el cansancio por completo.

Sin persarlo dos veces azuzó a su fiel mula, que lleva los tesoros que habían encontrado en la cueva y se introdujo en la maraña de puestos y tenderetes buscando, concentramente, a un mercader de telas y joyas o algo parecido. Las telas que había en uno de los cofres valían una buena cantidad de oro y, ciertamente, ninguno de ellos pensaba darles utilidad. Además necesitaban el dinero para identificar los objetos mágicos que previamente Gerbo había descubierto que eran mágicos.

- Saludos, comerciante, veo que tienes buena mercancia ¡Si, señor! - dijo, llamando la atención del comerciante y echando un vistazo a sus mercancias.- Pero veo que no tienes nada de la calidad de lo que voy a ofrecerte - abrió el cofre con teatralidad, mostrando las telas.- ¡Admira que belleza! ¡Mira que suavidad! ¡Qué tacto! Ni la piel de una ninfa es tan suave ¡Toca, toca! - alargó un trozo de la tela para que el comerciante pudiera tocarla.- ¿Qué te parece? ¿Eh? Lo mejor que has visto en mucho tiempo ¿verdad? Claro que sí... Y es todo tuyo por la módica cantidad de 1600 monedas de oro ¡Si! Has oído bien ¡Sólo 1600! Aprovecha esta oportunidad limitada, sólo disponible en venta ambulante ¡Compre, hombre, compre! ¡Qué me lo quitan de las manos, oiga!

Mm....-El mercader toca las telas asintiendo a tus palabras con gestos de la cabeza. De pronto su mirada se clava en ti con una expresión de pánico al oír el alto precio.
-Noooo...lo siento pero no puedo pagar tanto por una tela tan magnífica que sin duda podreis vender en cualquier ciudad o pueblo si sois capaz de quitar ese repugnante olor a troll que la acompaña.-El mercader huele la tela y te la ofrece para que tú mismo la huelas y... tiene razón. Huele a troll. 
-Me caéis bien maese mediano y puedo haceros una oferta de...digamos unas 400 piezas de oro por el lote completo.- 

-Depende de vuestras preferencias. Me explicaré. Si queréis descansar no hay mejor posada que El Gallo Durmiente, excelente hogar siempre caliente en invierno y fresco en verano. La comida es la mejor y no se permite hacer demasiado ruido a los clientes.-El buen hombre se rasca la barba con su manaza mientras os mira de forma alegre.-Pero si lo que queréis es beber hasta reventar...jejajaj la mejor taberna es La Teta de la Diosa. La llevan tres hermanos que se turnan para que esté abierta de contínuo. Allí siempre hay bardos y magos ofreciendo música y espectáculos mágicos, fornidos guerreros en duelos de alcohol y estúpidos clérigos que intentan frenar los instintos a sus compañeros.-El buen hombre se os queda mirando a la espera.-Y bien, ¿cuales son las preferencias?  

Ese había sido un fallo de principiante, el olor de los trolls era penetrante y hasta aquel palurdo mercader, que seguramente no había visto un troll en su vida, lo había reconocido casi sin acercarse. Gerbo pensó que aquel fallo ponía en peligro su transacción, y su mente de genio comenzó a trabajar hasta dar con la solución. Una vez más, la solución estaba en la magia.

- ¡Oh, eso! Ese olor, amigo mío, es mi mejor mecanismo de defensa contra bandidos y maleantes ¿Quién en su sano juicio robaría un cofre con telas que huelen a troll? ¿eh? - dijo Gerbo como resaltando lo evidente mientras sonreía.- No es más que un efecto mágico que desharé ahora mismo...

El gnomo finalizó su astuto ardid con el conjuro más sencillo que todo gnomo conocía, la prestidigitación. Más que magia era más bien un truco, aunque respondía a la afinidad mágica de su raza, así como otros trucos menores que podía llegar a ser de gran utilidad. Sacudió su mano por las telas y pronunció las palabras que eliminarían aquel apestoso olor.

Olor apestoso, tacto sedoso, sabor oleoso, oído de oso...

Protege este cofre del malo maloso

O al menos haz que sea vistoso

Aderezó el efecto con algunas chispitas, que siempre queda muy bien, y confió en que efectivamente el olor se hubiese marchado, al menos por el tiempo suficiente como para finalizar la transacción.

- Pues ya está deshecho el conjuro, comprobarás que ese fétido olor ha desaparecido por completo - el gnomo le permitió comprobarlo personalmente.- Volvamos entonces a lo importante ¿eh? Me ofendéis con un precio tan bajo ¡Maldita sea! Eso no cubre ni de lejos el coste de la expedición que dio luegar a encontrar estos tesoros... Si te fijas bien notarás que este tipo de tela ya no se fabrica, puede que haya estado mucho tiempo en ese cofre, lo que hace que se revalorice claramente... Te lo dejo en 1500.

- La Teta sin duda - asintio el barbaro - No puedo imaginar sitio mejor para disfrutar y contar nuestras recientes batallas a los habituales del lugar -

Aún con el truco y el engaño el mercader seguía olisqueando la tela, hasta tal punto que parecía que se estaba sonando los mocos con ella. Levantó la cara, y dijo:-800 piezas de oro.- 

- ¡1200! Y que sepas que estoy perdiendo dinero - le dijo Gerbo con tono de advertencia.

Ya había usado todos los trucos y ardides que se le habían ocurrido, ese era el último cartucho, aceptaría la próxima oferta que le hiciera el mercader y listo, aunque espera al menos sacar unas 1000 mo. Según sus cálculos, al precio que suelen costar las identificaciones de objetos, tendrían dinero de sobra para costearlas.

Con gran teatralidad el mercader se lleva las manos al corazón aunque en el fondo le disgusta un poco el precio final.-De acuerdo, pero soy yo el que pierde dinero y eso me parte el corazón, tal vez si compraseis uno de mis exóticos perfumes podríais compensar el desembolso de la tela y ofrecerlo como regalo a una dama.-

- ¡Trato hecho! - dijo ahora sonriente el gnomo mientras le estrechaba la mano al mercader.- Bien, veamos que tipo de perfumes tienes... me gustan los de olores intensos...

Gerbo echó un ojo a los perfumes y le doró la pildora al mercader todo lo que pudo, aunque estando siempre pendiente de que no pasara demasiado tiempo, tenía mucha prisa y muchas cosas por hacer. Al final, y sólo por cumplir el trato, le compró uno de los perfumes que tenía, intentando eso si no gastar demasiado dinero ni parecer excesivamente rácano.

Con la bolsa llena el siguiente paso era buscar un mago que fuese capaz de explicarle las propiedades de sus objetos mágicos, pero no parecía difícil encontrar uno entre tanto vendedor...

-Entonces continuad hasta el templo de Selúne y después girad a la izquierda. De seguro que hallareis el camino debido a la gran cantidad de alboroto y que tengan una buena borrachera.- El buen hombre comenzó a alejarse mientras silbaba una cancioncilla.